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3 DATOS NECESARIOS Y CONTROL DE LA CALIDAD DE LA

INFORMACIÓN

Para efectuar un programa de delimitación de zonas de protección de pozos es


necesario contar con información de origen diverso, en la que se incluya mapas
topográficos de la región, la geología superficial y del subsuelo, disposición de
unidades hidrogeológicas y ubicación de acuíferos. Como paso inicial se requiere de
la recopilación de toda la información existente; por lo tanto, es necesario acudir a las
diversas dependencias gubernamentales e instituciones académicas que
desarrollen actividades de carácter hidrogeológico. Una vez obtenida la
información, se debe integrar, analizar y evaluar, para hacer una selección de la
información confiable, con la que se sustenten los trabajos posteriores.

El primer paso en la aplicación de un programa de protección de pozos es el


establecimiento de un mapa base de la zona de estudio, en donde deben estar
perfectamente ubicados los aprovechamientos que se incluyan en el programa de
delimitación de la zona de protección. Acerca de la información que debe contener el
mapa base, se incluye: i) ubicación de los recursos naturales del área (ríos, arroyos,
bosques, manantiales, etcétera); ii)delimitación de cuerpos de agua superficial
(presas, estanques, lagunas, lagos) y localización de aprovechamientos de agua
subterránea, como pueden ser los pozos y norias existentes; iii) planos topográficos;
y iv) ubicación de las principales fuentes potenciales de contaminación del agua
subterránea (canales y depósitos de aguas residuales, fábricas, gasolineras, rellenos
sanitarios, etc.).

La escala gráfica de trabajo debe estar en función del tamaño del área de estudio,
pero en general se recomienda trabajar a una escala mayor de 1:50,000, por ejemplo
1:20,000 0 1:10,000. En la misma escala del mapa base, se deberá de generar los
siguientes mapas alternos: i) geológico, ii) tipos de suelos, iii) de rasgos hidrológicos
superficiales, iv) distribución de usos del suelo y v) hidrogeológico. Con base en la
capacidad de las computadoras y los programas disponibles actualmente, es
relativamente sencillo realizar la digitalización de los mapas base y complementarios.
Para facilidad de trabajo y a efecto de relacionar la información capturada, es
conveniente utilizar coordenadas geo-referenciadas.

Cuando se tiene la oportunidad de utilizar un Sistema de Información Geográfica, se


tiene la ventaja de que en la base de datos es posible incluir directamente las
características de los pozos, datos geológicos, etc. A continuación se presenta una
descripción de los datos necesarios para realizar la evaluación de una zona de
protección de pozos.

3.1 DATOS
TOPOGRÁFICOS

La distribución de las diferentes elevaciones topográficas, dentro de la zona en


donde se encuentran los aprovechamientos seleccionados para la delimitación de
zonas de protección, es una información fundamental. En la mayoría de los casos,
esta información ha sido generada previamente, ya sea por el INEGI (Instituto
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Nacional de Estadística, Geografía e Informática) o por alguna otra dependencia del

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gobierno estatal o municipal de la zona donde se realice el estudio. Particularmente,
la información topográfica deberá estar acorde a la escala del mapa base. Esto
significa que a escalas mayores, será posible ubicar rasgos topográficos de menores
dimensiones. En general, la ampliación de los mapas topográficos generados por el
INEGI en escala 1:50,000, es una buena opción para la obtención de la información
requerida. Cuando la zona de estudio está incluida en las inmediaciones de ciudades
relativamente importantes dentro del estado, en la mayoría de los casos existen
disponibles planos topográficos a mayor escala (hasta de 1: 10,000). Las fotografías
aéreas se pueden utilizar para identificar detalles específicos que no aparecen
reportados en planos topográficos, como puede ser la ubicación exacta de los
desarrollos poblacionales, o en el caso de tratarse de fotografías aéreas de hace
algún tiempo, pueden utilizarse para registrar la evolución histórica del paisaje
urbano.

Los principales rasgos que deben de incorporarse en el plano topográfico incluyen la


ubicación de los centros de población, distribución de las principales vías de
comunicación (carreteras, vías férreas, aeropuertos), así como las curvas de nivel de
la superficie del terreno. Los intervalos de las curvas de igual elevación dependerán
del relieve topográfico de la zona de estudio, y deben seleccionarse de tal modo que
no sean más de 15-20 curvas de diferente elevación cuando se coloquen en el mapa
topográfico. De este modo, se limita la posibilidad de confusión con la información
adicional que también aparecerá en el mapa, y se obtiene el detalle necesario para el
trabajo.

Adicionalmente, es necesario determinar la elevación topográfica del brocal de


cuantos pozos sea posible dentro del área de estudio. La precisión requerida en este
rubro dependerá de la distribución del relieve, pero en general se estima que cuando
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se trate de áreas de menos de 20 kM es necesario realizar nivelaciones topográficas
para lograr una precisión del orden de 0.1 metros. Aunque no es muy recomendable,
pero si no existe la posibilidad de realizar un levantamiento detallado, en áreas de
mayores dimensiones que presentan contrastes topográficos importantes, la
elevación de los brocales de los pozos puede estimarse con base en su ubicación
con relación a las curvas de nivel que aparecen en plano topográfico. Los datos de la
elevación del brocal de los pozos, conjuntamente con la profundidad al nivel del
agua, se utilizan para definir la dirección del flujo subterráneo en el plano horizontal.
La información de la dirección del flujo subterráneo es muy importante tanto para el
análisis de la delineación de zonas de protección, como para la definición cuantitativa
de la vulnerabilidad del agua subterránea a la contaminación.

3.2 DATOS GEOLÓGICOS Y


GEOFÍSICOS

Cuando se desea definir las zonas de protección de pozos de abastecimiento de


agua potable, la recopilación de la información geológica es muy importante, porque
contribuye directamente en la definición de: i) tipo de acuífero (s) que explotan los
pozos de abastecimiento, y al medio por el que se desplaza el agua subterránea y ii)
diferenciación de materiales geológicos en superficie y subsuelo. Como se analizará
a detalle posteriormente, la definición de las características litológicas, tipos
de
minerales presentes, distribución granulométrica, grado de consolidación, alteración
y fracturamiento, es información necesaria en el análisis de vulnerabilidad del agua
subterránea a la contaminación. Adicionalmente, para la delimitación de la zona de
protección de un pozo se requiere conocer la distribución de las unidades geológicas
en el subsuelo, ya que dependiendo del tipo de acuífero, serán los métodos que se
utilicen para el cálculo de los parámetros hidráulicos del medio.

La información geológica puede obtenerse de fuentes diversas, entre las que se


mencionan al INEGI, y dependencias gubernamentales y educativas. En general, los
mapas geológicos presentan información de las formas de la superficie terrestre,
tipos de materiales existentes, principales características del suelo, presencia de
rasgos estructurales mayores (fallas, fracturas), entre otras. Otro tipo de mapas
preparados por el INEGI incluyen aquellos que presentan la distribución de los tipos
de suelos, en donde se describen las características físicas e hidrológicas de cada
uno de los tipos, así como algunas otras como su mineralogía y granulometría.

La información del subsuelo que se requiere para definir cuantitativamente el


acuífero o acuíferos existentes, está constituida por secciones geológicas verticales.
En la mayoría de los casos, una descripción de la geología del subsuelo en forma de
secciones, es un poco difícil de obtener. Cuando dependencias como la Comisión
Nacional del Agua, Comisión Federal de Electricidad, o en artículos de investigación
publicados por Institutos de Investigación y Universidades, no reporten el tipo de
perfiles requeridos, será necesario que sean generados por personal especializado y
con experiencia. Se considera que cuando se desea delimitar una zona de protección
para un pozo o campo de pozos, no se tiene el presupuesto ni el tiempo suficientes
como para realizar investigaciones detalladas de tipo geológico, como puede ser
perforación de pozos de exploración y aplicación de métodos geofísicos. Por esta
razón, la definición de la geología del subsuelo tiene que realizarse con base en la
recopilación de información existente.

Para realizar la construcción de secciones geológicas, es necesario recopilar los


cortes litológicos de cuantos pozos sea posible, así como todos los sondeos
geofísicos realizados dentro de la zona de estudio y alrededores inmediatos. La
información geofísica más recomendable es la relacionada con sondeos eléctricos
verticales, método geofísico cuyos resultados consisten de la distribución vertical de
las resistividades eléctricas de los diversos materiales del subsuelo. Existen diversas
técnicas para la correlación entre la información de los cortes litológicos y los perfiles
de resistividad. Cuando sea posible, de acuerdo con la distribución espacial de los
datos recopilados, se recomienda "calibrar" los datos de resistividad eléctrica con la
geología superficial y uno o varios cortes litológicos de los pozos. De este modo, la
asignación de las resistividades a los diferentes materiales geológicos del subsuelo
será más apegada a la realidad, además de que la sección geológica resultante,
efectivamente colaborará en la diferenciación de las condiciones hidrogeológicas
locales.

En la afortunada situación de que existan estudios geológicos y geofísicos


específicos para la investigación relacionada con la delimitación de las zonas de
protección, se recomienda realizar registros litológicos y geofísicos (resistividad,
potencial espontáneo, gamma natural) en los pozos de exploración programados. Es
indispensable llevar a cabo una supervisión estricta durante la exploración para tener
éxito en este trabajo. En los últimos años se ha empezado a emplear técnicas
geofísicas como el radar de penetración o métodos electromagnéticos en estudios de
agua subterránea para identificar la estratigrafía de la zona investigada o en casos
específicos para la delimitación de zonas contaminadas. Estos métodos
proporcionan buenos resultados pero los debe realizar e interpretar personal
capacitado y con amplia experiencia.

3.3 PARÁMETROS
HIDROGEOLÓGICOS

Uno de los puntos más importantes en la delimitación de las zonas de protección de


pozos es la valoración de los parámetros hidráulicos del subsuelo, la cual se
efectuará según sean los alcances del estudio. Nuevamente se reitera que esta
información se recopilará de informes previos, pero es claro que no debe de tomarse
en forma directa. En este aspecto, es muy recomendable realizar un análisis de los
métodos que se utilizaron en la cuantificación de la porosidad, conductividad
hidráulica, almacenamiento específico, para validarlos o considerar los valores con
las reservas del caso. A continuación se definen los conceptos y sus implicaciones.

3.3.1 Conductividad
Hidráulica (K)

Con la finalidad de generalizar la ecuación que lleva su nombre, Henry Darcy


estableció la constante de proporcionalidad denominada como "K"; considerando que
únicamente era función de las propiedades del tipo de material que se estuviera
analizando. Fue hasta 1956 cuando Hubbert (1956) experimentalmente advirtió que
la constante de proporcionalidad K o conductividad hidráulica, como actualmente se
conoce, es función de las propiedades del medio (tipo de material por donde circula
el agua) y de las propiedades del fluido (densidad, viscosidad) utilizado en el análisis.
Por lo tanto, el término conductividad hidráulica se define como el coeficiente que
describe la velocidad con la que el agua puede moverse a través de un medio
permeable, considerando aquellas propiedades intrínsecas del fluido y del material
por donde circula.

En razón de esta definición, es necesario entender que las propiedades del fluido
juegan un papel muy importante, por lo que no deben soslayarse; principalmente
cuando se consideran aguas subterráneas con problemas de intrusión salina o de
origen termal, comunes en algunas partes del país. La conductividad hidráulica se
expresa matemáticamente como:


K =

g
μ
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• ρ= densidad del fluido (propiedad del fluido, (W/L )

• μ= viscosidad dinámica (propiedad del fluido, (W/(TL))


• k = permeabilidad intrínseca (propiedad del medio, darcy)
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• g= aceleración debida a la gravedad (L/T )
Como se deduce del análisis dimensional, se expresa en unidades de velocidad
(L/T). Si los valores de conductividad hidráulica son constantes en todo el dominio
del acuífero investigado, entonces el dominio se considera homogéneo. En el caso
más común cuando se analizan acuíferos en el mundo real, las mediciones de
conductividad hidráulica señalan que es variable en el dominio de interés, por lo que
se clasifica como heterogéneo. Las causas de la heterogeneidad de los acuíferos se
relacionan con el origen geológico de los materiales que los componen. Estructuras
como la estratificación, variaciones en la distribución del tamaño de las partículas,
cambios en la densidad de fracturamiento, provocan la distribución aleatoria de los
valores de conductividad hidráulica de un medio geológico saturado.

Por otro lado, una manifestación común en la mayoría de las rocas y materiales
geológicos es la presencia de un carácter direccional en su estructura. Por ejemplo,
los sedimentos generalmente presentan una estratificación horizontal, algunas rocas
volcánicas como los basaltos muestran una orientación preferencial en sus diaclasas
de enfriamiento. En este tipo de materiales, la conductividad hidráulica medida en
una muestra representativa, será diferente de acuerdo con la dirección que se
considere cuando se realiza la medición. En efecto, en este caso se utiliza el término
anisotropía para describir a los materiales geológicos en donde la conductividad
hidráulica es variable, cuando se consideran diferentes direcciones. En el caso ideal
de que la conductividad hidráulica fuera igual sin importar la dirección en que se
realizó la medición, entonces el material geológico se considera isotrópico. Los
sedimentos estratificados se distinguen por presentar valores de conductividad
hidráulica mayores en la dirección de la estratificación que los registrados cuando las
mediciones se realizan en el sentido perpendicular a la misma.

Uno de los datos más importantes cuando se realiza la delimitación de zonas de


protección de pozos, es la cuantificación de la conductividad hidráulica del acuífero
que abastece a los pozos en donde se desea realizar el análisis. Es adecuado
señalar que la conductividad hidráulica de un material geológico saturado puede
medirse con base en métodos empíricos, métodos de campo y métodos de
laboratorio. Sin embargo, la descripción y análisis de los mismos queda fuera del
alcance del presente manual, por lo que se recomienda al lector interesado, remitirse
a la bibliografía especializada. Se han realizado multitud de mediciones de
conductividad hidráulica de campo y laboratorio para conocer el comportamiento de
los diferentes materiales terrestres. A continuación se presenta la Tabla 3.1, en
donde se comparan diversos valores característicos de conductividad hidráulica para
medios geológicos variados. Como se observa, la conductividad hidráulica tiene un
amplio intervalo entre los valores máximos y mínimos, que abarca aproximadamente
12 órdenes de magnitud. Los valores menores corresponden a rocas ígneas y
metamórficas con mínimo fracturamiento y los mayores a sedimentos sin consolidar
compuestos por gravas, además de algunos basaltos fracturados y rocas calcáreas
de tipo cárstico.
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