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Este período de infructuosas conspiraciones fue iniciado por Manuel del Monte,
un pariente cercano del Comisario Regio Francisco Javier Caro. Del Monte fue
descubierto, reducido a prisión, sumariado y remitido a España, sin mayores
consecuencias, ya que pudo volver a vivir en Santo Domingo gracias a la
influencia ejercida por su pariente en la Corte.
Otro conspirador fue un habanero conocido por el nombre de don Fermín quien,
en 1809, tramó con el propósito de declarar a Santo Domingo independiente de
España. Fue acusado de sedicioso y encerrado durante siete años en La
Fuerza (Torre del Homenaje), cargado de grillos, antes de ser embarcado hacia
la Península.
Se tuvo que volver a solicitar el subsidio del situado que, en todos esos años,
sólo arribó en dos ocasiones y por montos mínimos.
“…que por eso llegó a tomar la época a que aludimos el nombre vulgar de la
‘España boba', pues que eran tan pocas las necesidades exigidas por la vida
social a causa de la miseria reinante, que no había pobres propiamente dichos,
teniendo todas las clases relativamente las mismas necesidades. No se conocía
la ostentación en el vestir, ni la moda variaba sino de tarde en tarde; no había
teatros, ni paseos públicos, ni fondas, ni casas públicas de recreo o de
prostitución en donde malgastar el dinero; de modo que una pequeña hacienda
cultivada por ocho o diez esclavos, producía lo bastante para que una familia se
considerara feliz, dando el mismo resultado cualquiera de los mezquinos sueldos
que señalaba el presupuesto, con los cuales se conformaban los empleados del
rey, a quienes la escasez de artículos de lujo y la baratura de los de consumo
ordinario, les proporcionaba considerables ahorros. Los artesanos y los
agricultores alcanzaban la satisfacción de sus necesidades a poca costa, y en
medio de la sencillez de sus costumbres, los más infelices de los dominicanos
vegetaban, más bien que vivían, tranquilamente, entregados a sus placeres
favoritos: la mesa, el juego de gallos, los bailes nacionales, las corridas de toros
y las festividades religiosas, situación que no llenaba de ninguna manera las
aspiraciones de la gente pensadora, ni ofrecía la perspectiva de un risueño
porvenir.”
"La España Boba" en nuestra historia está claramente marcada por los años de
la Reconquista del territorio Este de la isla de Santo Domingo, en poder de la
colonia española. Especialmente inició en los primeros años del siglo XlX cuando
España se vio involucrada en guerra, tratando de sacar a las tropas napoleónicas
francesas de su territorio, al tiempo que enfrentaba una o la emancipadora
latinoamericana en los territorios sometidos a su autoridad. Esos dos frentes,
unido a su actitud de desdén con sus posesiones, imposibilitaron que los
españoles atendieran con recursos a sus representantes en la parte Este de la
isla Hispaniola.
Con toda esa retahíla de obras físicas, que no incluyen los programas realizados
en el ámbito de la seguridad social, asistencia social, política exterior, reformas
institucionales, manejo de la economía y la mejoría de los sueldos a servidores
públicos, hay quienes se atreven a regatear estos hechos, actitud que solo se
explica porque el cretinismo y la mezquindad sobrepasan cualquier
entendimiento humano.