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La política represiva y las luchas internas de los gobiernos de Pedro Santana conducen
a mantener el país en un estado de constantes inestabilidades en el orden político y
económico. Estas dificultades van a concluir con la búsqueda de la anexión por parte del
gobierno de Santana. Ya los dominicanos tenían un precedente de protección con el
cónsul francés, Saint-Denis quien llevaría a cabo el plan de Levasseur, poniendo en
garantía la península de Samaná.
La Anexión sería otra de las decisiones que se toman en los gobiernos de la época
cuando se encuentran con problemas de tipo económico sin profundizar mucho en las
consecuencias a corto y largo plazo. La búsqueda de ayuda para solucionar los
problemas económicos que se venían sucediendo desde la formación de la república
enrumba a la nación en una dependencia política-económica.
En esta oportunidad Santana decidió buscar ayuda a Francia, España, y USA ya que
grupos poderosos económicamente de la nación así lo exigían, además de que muchas
potencias de la época deseaban obtener protectorado para favorecer situaciones políticas
o gobernantes de turnos. Pedro Santana vio con buenos ojos que España sería el mejor
proveedor de nuestras deficiencias y que además sus costumbres serian bien aceptada
por los dominicanos. Se designó a Felipe Alfau en la misión diplomática que
conversaría con la Reina Isabel II sobre el protectorado de tipo económico y político
que necesitaba la nación.
La anexión se llevó a cabo sobre unas bases muy específicas tales como:
1. El no establecimiento de la esclavitud.
"Duarte tuvo el acierto de concebir que nosotros, un país atrasado, despoblado, pobre, y
con todas las características negativas, que nosotros éramos capaces de constituirnos en
una república que se llamaría la República Dominicana, libre, soberana e independiente.
Ahí está la gran diferencia, porque todos eran separatistas: los Bobadilla, los Santana;
los Báez, todos los grupos, pero querían que nos separáramos de Haití para anexarnos o
a España de nuevo o a Francia, que eran las dos opciones más importantes".
Ante esa corriente anexionista, Duarte y los trinitarios se negaron, y plantearon que el
país tenía que separarse de Haití, pero para ser un ente autónomo, libre, soberano e
independiente.
Las operaciones de compra y venta del tabaco se efectuaban entre un agente comprador
que realizaba su pago en oro y plata a un comerciante intermediario, quien a su vez
pagaba con papeletas el tabaco de los cosecheros. Frente a la Gran Producción
Tabacalera que auguraba un buen comercio y, por tanto, una buena afluencia de oro y
plata. Báez pareció busca la posibilidad de revitalizar la economía, sobre todo
conociendo que la papeleta de revitalizar la economía, sobre todo conociendo que la
papeleta nacional escaseaba.
Por tal razón solicitó al senado consultor, en abril de 1857, la autorización para emitir 6
millones de papeletas, de las cuales 2, 000,000 se utilizarían para reemplazar a las ya
deterioradas y 4, 000,000 para evitar la escasez de las mismas. De éste modo se
estabilizaría el cambio y los cosecheros no saldrían perjudicados. En años anteriores,
cuando las papeletas escaseaban, los comerciantes pagaban a los cosecheros con “vales”
y los forzaban a gastar los vales en sus propios establecimientos. Al emitir el gobierno
los 6, 000,000 de papeletas, no se establecieron los procedimientos claros para el
cambio que efectuaron emisarios de Báez, al mismo tiempo que se aumentaba la
emisión a unos 18 millones.
La situación planteaba que a mayor circulación de papeletas se produciría una
devaluación monetaria, lo cual perjudicaba a comerciantes y cosecheros. Ante la
situación provocada por Buenaventura Báez se produjeron varios acontecimientos,
donde comerciantes, grandes cosecheros, militares e intelectuales se habían reunido en
la Fortaleza San Luis, en Santiago, y se declararon en rebelión abierta contra Báez, a
quien acusaron de quitarle “Al pueblo el fruto de su sudor”. Desde el Cibao, la rebelión
se extendió rápidamente. El general Franco Bidó sitió Santo Domingo, mientras Mella
procedía a tomar Samaná.