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Prof.

Rosa Graciela Ojeda de Gómez

ANALISIS JURISPRUDENCIAL DE ASPECTOS INQUILINARIOS

INTRODUCCION

La materia Inquilinaria ha ido adquiriendo desde la década de los años 70 un mayor auge, en
cuanto se refiere a planteamientos jurisdiccionales y abundancia doctrinaria al respecto, amén de
nuevas normativas que rigen aspectos importantísimos de su temario, como son los enfoques de
la ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, con vigencia desde el año 1976, y la Ley
Orgánica de Procedimientos Administrativos que entró a regir en el año 1981.
Además de que con la entrada en vigencia del nuevo Código de Procedimiento Civil en el año de
1986, se ha perfilado de una manera más clara lo atinente a los juicios de desocupación o
desalojo y el secuestro en materia inquilinaria.
Todo lo anotado ha ido aclarándose y deslastrándose de antiguos pesos de la vieja concepción
civilista de la contratación arrendaticia, por medio de la Jurisprudencia acusiosa y constante
sobre todo lo que se refiere al delicado procedimiento contencioso-administrativo, en el cual
tienen papel protagónico los Juzgados de Distrito, por ser, por imperio de la Ley especial los
Tribunales de Primera Instancia en el Contencioso Administrativo, para la materia inquilinaria.
En virtud de lo expuesto, hemos creído que pueda constituir un aporte original y práctico para los
estudios del Derecho Inquilinario, la recopilación sistemática de varias decisiones judiciales
dictadas en el Tribunal a mi cargo recaídas en el tema inquilinario sobre asuntos innovadores.
Esta recopilación sistemática irá precedida de comentarios aclaratorios de índole doctrinaria,
para así lograr la comprensión necesaria del tema tratado en cada sentencia.

PRIMERA PARTE

1.- Cuestión de la determinación de los Contratos a tiempo determinado e indeterminado.


2.- Ambito de aplicación del Derecho Legislativo sobre Desalojo de Vivienda.

Cuando un Contrato de Arrendamiento, que nació originalmente a tiempo determinado por


cláusula contractual, a los fines de que el mismo no se revierta a tiempo indeterminado es
necesario analizar con sumo cuidado la cláusula en la cual se determina o fija el plazo del mismo
para que de esta manera se pueda interpretar cuál es la voluntad expresa de los contratantes y en
especial del arrendador. Muchas veces esta cláusula se redacta de forma imprecisa como por
ejemplo: "El término de duración de este contrato es por el lapso de un año improrrogable. Al
vencimiento de este término se entenderá prorrogado si alguna de las partes no ha notificado a la
otra su voluntad en contrario..." Esta defectuosa redacción genera dudas acerca del lapso de
duración de la prórroga, pudiéndose interpretar que de ocurrir la misma será a tiempo
indeterminado.
Y otro caso es cuando se fija el plazo en el cual las partes deben notificarse su voluntad en
contrario a la prórroga, por ejemplo el de 30 días de anticipación al vencimiento del contrato.
Este lapso se entiende preclusivo, y por lo tanto al no efectuarse la voluntad en contrario durante
el mismo, fatalmente el contrato se convierte a tiempo indeterminado.
También es necesario recalcar que ya es aceptado en forma reiterada y pacífica tanto por la
Jurisprudencia como por la Doctrina que aun cuando el Decreto Sobre Desalojo se acompaña con
el término de vivienda, esto no excluye que su aplicación también tiene lugar en los
arrendamientos a tiempo indeterminado que tengan por objeto locales comerciales, industriales y
otros inmuebles a los que se refiere el artículo 1º de la Ley de Regulación de Alquileres.
Y es en estos términos en los cuales se pronunció una decisión emanada del Tribunal a mi cargo
en enero del año 1990, que en su parte pertinente dice así:

"...De las actas procesales se desprende que el arrendador no notificó al arrendatario su voluntad
de no prorrogar el contrato con 30 días de anticipación al vencimiento del año fijo, según fue
convenido en la cláusula tercera; consta asimismo, que el inquilino continuó ocupando
pacíficamente el inmueble y que el demandante retiró las pensiones de arrendamiento
consignadas en el Tribunal de Municipios Urbanos, según se desprende al folio 18 del
expediente, lo que significa que operó la tácita-reconducción alegada por el demandado y así se
declara.

TERCERA: Como acertadamente lo sostiene la Juez a quo en su sentencia, el propietario o


arrendador de un inmueble arrendado a tiempo indeterminado, no puede lograr el desalojo o
desocupación del mismo, por la común causa de insolvencia arrendaticia mediante la Resolución
del Contrato, prevista en el artículo 1.167 del Código Civil, sino que tendría que acudir a la vía
prevista en la letra a) del artículo 14 del Decreto Legislativo sobre Desalojo de Vivienda, que
tiene dos fases completamente distintas y delimitadas, a saber: a) la etapa intimatoria al pago y b)
la fase propiamente judicial. Como se analizó en la consideración anterior, estamos ante un
contrato de arrendamiento a tiempo indeterminado por haberse operado la tácita reconducción,
en consecuencia, el actor ha debido seguir la vía especial a que se hizo referencia para lograr el
cobro de los arrendamientos que dice se le adeudan, porque como bien lo sostiene la Juez de la
causa, lo referente al orden procesal es de orden público y no puede el actor escoger la vía
procesal a su parecer, lo que hace que la acción de Resolución de Contrato de arrendamiento
fundada en la insolvencia del inquilino en los cánones de arrendamiento en un contrato a tiempo
indeterminado no sea procedente y así se decide.

CUARTA: En cuanto a lo alegado por la parte actora, de que el Decreto legislativo sobre
Desalojo de Vivienda sólo es aplicable a casa o apartamento para habitación familiar y no para
locales comerciales, esta Juzgadora comparte plenamente lo sostenido por la Juez a quo, en el
sentido de que ha sido constante y pacífica la jurisprudencia al sostener que el Decreto
Legislativo sobre Desalojo de vivienda es extensible a locales comerciales, oficinas e
industriales, lo cual tiene su fundamento en el hecho de que el artículo 14 del referido Decreto,
obliga a la regulación de toda vivienda urbana y suburbana a los locales comerciales e
industriales.

3. Acción Resolutoria en los Contratos a Tiempo Indeterminado. Su procedencia o no.

Un duro debate, aún no dilucidado por completo, se ha planteado en el terreno doctrinario acerca
de si es procedente o no una acción resolutoria incoada por el arrendador en los contratos de
arrendamiento a tiempo Indeterminado. Tradicionalmente se ha sostenido que el Desalojo del
Inquilino en este tipo de contratos solamente procede cuando el arrendatario se halla incurso en
alguna de las causales previstas en el artículo 1° del Decreto Legislativo Sobre Desalojo de
Vivienda. En el entendido de que para obtener el dicho desalojo por las causales previstas en las
letras b,c,d, y e de dicho artículo se requiere el previo pronunciamiento de la Dirección de
Inquilinato del Ministerio de Fomento, o del Concejo Municipal respectivo, según el caso. Sin
embargo, otra corriente más moderna, a la cual nos adscribimos, en forma aguda sostiene que en
los contratos de arrendamiento a tiempo indeterminado, en casos especiales, es plenamente
factible que proceda la resolución contractual por causa distinta a las señaladas en las letras
indicadas en el artículo 14 del Decreto Sobre Desalojo, como por ejemplo, entre otros, que el
arrendatario haya dado en sub-arrendamiento el inmueble sin consentimiento expreso y escrito
del propietario o arrendador. Y en este sentido, nos pronunciamos en una sentencia que fuera
publicada en marzo de 1990 y en cuya parte pertinente dejamos asentado lo siguiente:

...SEXTA: Pero la situación jurídica planteada se torna compleja pues, como se señaló en la
consideración anterior el actor también fundamenta su petición de Resolución contractual por las
causales de deterioro causados a la cosa arrendada, cambio de uso del inmueble y haber sub-
arrendado el inmueble sin autorización.
Tócale entonces a la Juzgadora analizar si en los contratos a tiempo indeterminado, por cualquier
causa que lo fuera, es también factible la Resolución contractual, o sólo puede lograrse el
desalojo del inquilinato por alguna de las causales previstas en las letras a), b), c), d), y e) del
artículo 1° del Decreto Sobre Desalojo. En este sentido, este Tribunal comparte plenamente la
Doctrina más adelantada en la materia que sostiene la posibilidad lógica-procesal de que se
puede intentar este tipo de acción aun para los contratos a tiempo indeterminado por cuanto el
artículo 1.167 prevé la acción resolutoria para todo tipo de contrato bilateral sin exclusión de
ninguna naturaleza, y que tratándose de relación arrendaticia a tiempo indeterminado debe
respetarse la letra del artículo 1° del Decreto Sobre Desalojo; esto es, que no procedería la
resolución contractual por alguna de las causales previstas en los distintos apartes de esa
previsión legal, pero sí por otras determinadas causas en que se note una evidente falta de
obligaciones contractuales por parte del inquilino. En este sentido el Dr. REINALDO
RODRIGUEZ ANZOLA en su libro EL. PROCEDIMIENTO BREVE, señala en su página 70 lo
siguiente: "... en todo contrato de arrendamiento existen, además de las obligaciones, cuyo
cumplimiento se ha establecido como causal de desocupación en el Decreto citado, otras
obligaciones intrínsecas o legalmente permitidas, alguna de ellas previstas por la propia Ley,
cuyo incumplimiento hace procedente la acción de resolución, como serían por ejemplo el sub-
arrendar sin autorización... el Decreto ha reglamentado y fijado taxativamente las causales por
las cuales es procedente la desocupación por el procedimiento breve y sumario, pero no existe
ninguna norma que impida que, con las garantías, del procedimiento ordinario o breve, según la
cuantía, se pueda plantear la resolución del contrato por alguna de las circunstancias antes
dichas... " Por otra parte en el conocido libro LA RESOLUCION DEL CONTRATO el Dr.
GILBERTO GUERRERO QUINTERO señala claramente y en la misma interpretación: "...en
razón de que el artículo 1.167 del Código Civil prevé que si en el contrato bilateral, una de las
partes incumple su obligación la otra puede solicitar la resolución del contrato (si es a tiempo
determinado o no). Por tanto, cualquier incumplimiento que no pueda ubicarse dentro de las
previsiones del artículo 1° del Decreto Sobre Desalojo, hace resoluble el contrato a tiempo
indeterminado..." (P. 583, Tercera Edición).
En virtud de lo aquí sostenido habría que analizar si es verdad que el inquilino demandado
incurrió en las otras tres causales alegadas por los actores para peticionar la Resolución. En
cuanto a los daños que afirma el actor produjeron tanto el arrendatario como los subarrendatarios
en el inmueble objeto del contrato, por lo antes dicho, aun cuando hubiesen sido palmariamente
demostrados, no procede la acción resolutoria para lograr la desocupación, sino la previa vía
administrativa ante el organismo competente, en consideración a que es una de las causales de
desalojo previstas en el artículo 12 del Decreto en referencia en su letra e). Y así se decide.
Sin embargo, considera esta Juzgadora que con la inspección judicial extra-juicio, que se anexó
al libelo de demanda, conjuntamente con las declaraciones de las testimoniales promovidas y
evacuadas por la parte actora quedó plenamente demostrado que el inmueble objeto del
arrendamiento fue ocupado por cinco personas distintas al inquilino, para funcionamiento de
distintos talleres que hacen derivar la convicción plena de la Juez de la existencia de sendos
contratos de sub-arrendamiento. Y es el sub-arrendamiento hecho sin consentimiento expreso o
por escrito del arrendador uno de los incumplimientos más graves al contrato por parte del
inquilino, a tal punto de que expresamente lo declara nulo, de plena nulidad el artículo 19 de la
Ley de Regulación de alquileres, el cual claramente sin distinción alguna entre contratos de
arrendamientos a plazo fijo y sin determinación en el tiempo, le otorga pleno derecho al
arrendador de solicitar la Resolución del contrato. Caso que encuadra plenamente al que
analizamos. También considera la Juzgadora que de la misma Inspección Judicial que se
acompañó al libelo y de las declaraciones promovidas y evacuadas por la parte actora, se
desprende en forma muy evidente que el inquilino, directa o indirectamente hizo uso del
inmueble arrendado para un objeto distinto al previsto en la Cláusula Segunda del Contrato que
era exclusivamente para el establecimiento de una concretera y depósito de materiales no
inflamables. Esas probanzas demuestran que en el terreno y galpones existen talleres de
mecánica, latonería y pintura, tapicería y hasta carpintería. Ello también hace procedente la
Resolución contractual, por no ser una de las causales establecidas en el tantas veces indicado
artículo 1° del Decreto Legislativo sobre Desalojo..."

4..- Procedencia del levantamiento de la medida de Secuestro.

Dentro de las medidas precautelativas contempladas en nuestro Procedimiento Civil se encuentra


señalado en el ordinal segundo del artículo 588 del Código de Procedimiento Civil, "el secuestro
de bienes determinados". Y por ello debemos considerar que es una medida preventiva que tiene
por objeto el privar de manera forzosa y violenta a la persona demandada del bien objeto del
litigio.
Debemos tener presente que es un decreto de excepción. Es decir, que debe acordarse y por ende
practicarse, únicamente cuando así lo permita la Ley. Por causas expresas o taxativas. Jamás por
vía analógica o de interpretación.
Y específicamente en la materia inquilinaria, sólo podrá solicitarse el Secuestro del bien
inmueble objeto del arrendamiento, y consecuencialmente ser acordada y ejecutada por el
Tribunal que esté conociendo del caso, por tres únicas y exclusivas causas:

1. Insolvencia en el pago de cánones arrendaticios;


2. Por encontrarse deteriorada la cosa objeto del contrato de arrendamiento, y
3. Por haber dejado el inquilino de hacer las mejoras a que está obligado según el contrato.

De manera que fácil es señalar que el secuestro inquilinario es una medida eminentemente
CAUSADA, lo que equivale a establecer que sólo es procedente cuando se materializan los
hechos reales configurados en el mismo. Por lo tanto no es una medida CAUCIONADA. Vale
decir, que pudiera solicitarse y acordarse mediante la prestación de fianza o caución. Y esta
característica la diferencia totalmente de las otras dos medidas preventivas: embargo de bienes
muebles y prohibición de enajenar y gravar inmuebles en las cuales el Código de Procedimiento
en su Artículo 590 faculta al Juez de la causa para decretarlas sin estar llenos los extremos
establecidos en el artículo 585 ejusdem, mediante la prestación de caución o garantía suficiente
para responder a la parte contra quien se dirija la medida, de los daños y perjuicios que ésta
pudiera ocasionarle. Y "mutatis mutandi", la parte contra quien obre una medida preventiva así
obtenida, podrá lograr inmediatamente el levantamiento de la cautelar dando caución o garantía
suficiente que se establecen en el artículo 590 del Código de Procedimiento Civil. Así lo dispone
expresamente el- artículo inmediato anterior.
Lo que equivale a expresar que tratándose de medida de secuestro inquilinario, no procede la
suspensión del mismo por caución o garantía, como muchos abogados así lo solicitan a diario
ante los Tribunales de la causa. Y mucho más con la claridad del nuevo Código de
Procedimiento Civil, y esto lo indicamos porque bajo la vigencia del Código del 16 en los Juicios
de Desocupación Inquilinaria por el Procedimiento Breve, establecía en su artículo 706 que en
estos casos podía decretarse el secuestro del inmueble cuya desocupación se pidiera mediante
caución o garantía a juicio del Tribunal. Esta previsión fue totalmente eliminada en el vigente
Código.
Sin embargo existe la clara y lógica posibilidad de que el inquilino objeto del secuestro pueda
suspender o levantar esta cautelar si cumple con los requisitos siguientes: 1. efectuar la oposición
en los términos claros y precisos establecidos en el artículo 602 del Código de Procedimiento
Civil, estos son dentro del tercer día siguiente a la ejecución de la medida, si la parte estuviera ya
citada; o dentro del tercer día siguiente a su citación. 2. Aportar una prueba fehaciente que al
menos logre crear en el ánimo del Juez una fuerte presunción de que las causas alegadas para
lograr el secuestro carecen de veracidad. En este punto podría ser la consignación, en su
oportunidad procesal probatoria de la incidencia, de los recibos de las respectivas pensiones
inquilinarias emanados supuestamente del arrendador o propietario; o de las consignaciones
inquilinarias que se hubieren hecho con fundamento en el artículo 54 del Decreto Legislativo
sobre Desalojo de Vivienda. En este último caso, el juez de la causa deberá levantar el secuestro,
aun para el caso de oposición por parte del demandante (arrendador) con el alegato de que estas
consignaciones no fueron legítimamente efectuadas. Pues, sería en la definitiva en donde el Juez
se irá a pronunciar sobre la validez o no de las dichas consignaciones. Y sin que pudiera
deducirse que este Juez al levantar la medida preventiva de secuestro fundamentándose en regla
legal expresa, estuviere adelantando opinión sobre el fondo del asunto. Por metódica lectura que
hemos hecho de Jurisprudencia constante de la República, hemos extraído que los Jueces de las
diversas instancias se muestran sumamente cautelosos para dictar suspensión de la medida
preventiva anotada por la causal analizada, lo cual, a nuestro modo de ver, resulta altamente
perjudicial para los inquilinos.
Sobre los requisitos de forma y de fondo para que una consignación inquilinaria sea tenida como
legítimamente efectuada, muchos son los ensayos y opiniones que se han escrito y que sería
sumamente extenso el tratarlo en el presente trabajo. Constituye un interesante análisis en otras
investigaciones de ascenso universitario.
Sobre este punto hemos dictado varias decisiones, tres de las cuales vaciamos a continuación que
complementan la atención sobre lo tratado:
Sentencia del 18 de mayo de 1988:

"...PRIMERA: La procedencia de las medidas preventivas, graves por su naturaleza y efectos,


se encuentra sometida a extremos muy exigentes, que de no ser llenados ad-initio, es decir
cuando son solicitadas, no pueden ser acordadas, o posteriormente durante la secuela de la
incidencia respectiva, de ser plenamente contradichas y probadas en sus extremos, han de ser
suspendidas. Así el artículo 585 del Código de Procedimiento Civil pauta claramente que las
medidas preventivas sólo las decretará el Juez:. 12) Cuando exista riesgo manifiesto de quedar
ilusoria la ejecución del fallo; y 2°) Que se acompañare un medio de prueba que constituya
presunción grave de esa circunstancia y del derecho que se reclama.

SEGUNDA: El segundo de los extremos indicados en la consideración anterior, es lo que la


doctrina ha denominado acertadamente, como el fumus boni juris, que no es otra cosa que la
presunción determinante de la negativa extrema del reclamado de cumplir con el derecho
exigible. Lo que doctrinariamente se ha traducido como el "olor a buen derecho".

TERCERA: En el caso que nos ocupa, habiéndose intentado la petición de Resolución de


Contrato Arrendaticio fundada en la insolvencia por parte de la arrendataria, fue admitida la
demanda y, como fuera peticionada, decretada la medida de secuestro del inmueble objeto del
arrendamiento con fundamento en el Ord. 7° del Artículo 599 del Código de Procedimiento
Civil. Pero es el caso, que contra esa medida que fuera ejecutada el 22 de marzo del año en
curso, se opuso la parte demandada secuestrada, con el alegato necesario de que ese principal
requisito sine qua-nom para el decreto y práctica del secuestro inquilinario había sido declinado,
en consideración a que la parte actora, precisamente en el mismo día de la práctica de ,la cautelar
acordada, y de manera voluntaria aceptó el pago extrajudicial de los cánones arrendaticios
vencidos en los cuales funda su pretensión.

CUARTA: Lo anotado en la última parte de la consideración anterior se corrobora cuando la


misma actora, mediante apoderado habiendo logrado la medida preventiva de embargo sobre
bienes muebles de las demandas, solicita la suspensión de la cautelar, por cuanto indica
expresamente... "hemos recibido de la parte demandada en autos la cantidad de Veintidós Mil
Bolívares (Bs. 22.000,oo) , se sirva levantar la medida de embargo practicada sobre bienes
muebles propiedad de la demanda, en fecha nueve (9) de marzo del presente año y ofíciese a la
firma Depositaria Judicial Carabobo, a fin de que entregue los bienes a la citada demanda..." De
manera que sin mucho esfuerzo jurídico llegamos a la conclusión que el principal aspecto
relevante para el sostenimiento de una medida cautelar tan grave como lo es el fumus bonis juris,
en-,VI caso de autos se esfumó por la misma voluntad de la parte actora ale recibir los cánones
arrendaticios insolventes en forma extrajudicial, como se evidencia, no sólo de la confesión
anotada, sino del recibo que marcado "A" anexo al escrito de oposición presentado en fecha 28
de marzo del año en curso, y que conserva todo su valor probatorio al no haber sido desconocido
conforme a derecho.

QUINTA: Bajo ningún aspecto puede pretenderse que el análisis contenido en las
consideraciones anteriores puede entenderse como un adelanto u opinión al fondo de la cuestión
planteada. En ella se analizará si la parte demandada incurrió o no en causal de resolución
contractual por encontrarse insolvente en el pago de cánones arrendaticios, conforme a la
convención inquilinaria. Lo que esta decisión aclara es la procedencia de la oposición al
mantenimiento del secuestro, por cuanto el extremo exigido para su procedencia y
mantenimiento fue destruido precisamente por acción voluntaria de la parte accionante...".

Sentencia del 19 de septiembre de 1988

..."PRIMERA: La medida preventiva de secuestro en los juicios de Resolución de Contrato


Arrendaticio, única y exclusivamente puede ser decretada y ejecutada cuando se encuentren
llenas algunas de las tres causales contenidas en el ordinal 7° del Artículo 599 del Código del
Procedimiento Civil. Es una medida excepcional, como lo tiene determinado tanto la doctrina
como la jurisprudencia constante de la Patria, se trata de una cautelar CAUSADA, nunca
CAUCIONADA; es decir, que no se puede decretar ni siquiera con caución o garantía suficiente,
como sí es procedente hacerlo con el embargo de bienes muebles o la prohibición de enajenar y
gravar bienes inmuebles, todo lo cual se desprende del Articulo 590 de la Ley Procesal Civil.
De manera que, insistimos, para decretar el secuestro en materia arrendaticia hace falta que se
encuentre en los autos llenos eso que la doctrina ha llamado constantemente el "fumus boni
juris". En el caso de autos la parte actora demostró la relación jurídica arrendaticia con el
contrato que acompañó al libelo y alegó como causal de la pretensión una de las indispensables
para el decreto del secuestro, cual es la falta de pago de pensiones de arrendamiento.
De esta manera se trabó la incidencia de la cautelar. La parte afectada por el secuestro a los fines
de lograr el levantamiento de la medida decretada conforme a derecho, ha debido destruir al
menos, la principal causa generadora del mismo, cual es la insolvencia de las pensiones
arrendaticias. Así, ha podido alegar y demostrar los respectivos documentos o recibos que
comprobaren su solvencia, o las consignaciones inquilinarias hechas ante el Tribunal
competente, de conformidad con el Artículo 5 del Decreto Legislativo sobre Desalojo de
Vivienda. No caben, bajo ningún aspecto, en la incidencia como las que nos ocupa, alegatos o
probanzas que no enervan la procedencia de la cautelar decretada, sino que tocan el fondo del
asunto planteado. en el presente caso el demandado de autos alega como oposición al secuestro,
el hecho de que los galpones arrendados "son propiedad de la Gobernación del Estado Carabobo,
por compra que le hiciera el Ejecutivo del Estado Carabobo, al ciudadano YZZAT KHATTAR
SAID, titular de la cédula de identidad N°. 4.449.369..." (sic). Este alegato a juicio de la
sentenciadora, incluye un elemento nuevo que tendrá que ser decidido, si así se planteare en su
oportunidad, en la definitiva del fallo, pero nunca en la interlocutoria para trabar la cautelar
decretada y ejecutada, pues repetimos, ésta fue acordada con base a un contrato arrendaticio y
por una alegada insolvencia en los cánones de la misma, que no fue desvirtuada en la incidencia.
Y así se decide.

SEGUNDA: En cuanto a la sorprendente oposición que formula el ciudadano JOSE LUIS


CENTELLA MEDINA, en su carácter antes indicado, es absolutamente improcedente en virtud
de que, en primer lugar, es falso que el secuestro se haya ejecutado contra bienes de la firma
mercantil MULTISERVICIO GUTIERREZ S.R.L. ya que de la misma acta de secuestro se
desprende que la cautelar se ejecutó sobre el bien inmueble objeto del arrendamiento y en
segundo lugar, es de advertir que contra la medida de secuestro no puede oponerse un tercero, a
menos que la misma, por un craso error, se hubiese ejecutado sobre un bien distinto de aquél en
contra del cual fue decretado. Este ente opositor, como claramente se evidencia, no es parte en el
juicio, y como tercero solamente podría entrar a figurar en una incidencia o ejecución de
sentencia en caso de que se hubiere practicado una medida preventiva o ejecutiva de embargo,
alegando ser el tenedor legítimo de la cosa, según se desprende del contenido del artículo 546 del
Código de Procedimiento Civil, y en tercer lugar, este tercero, aún en tiempo oportuno mal puede
venir a esgrimir, como extraño, defensas de fonda como la que formulara la parte demandada y
que repite en su diligencia de oposición.

TERCERA: Se niega expresamente la citación para el proceso principal, del Procurador del
Estado Carabobo y del Procurador General de la República, por no haber sido solicitado con
fundamento legal alguno y ser improcedente por la misma cuestión jurídica que planteamos en la
consideración primera, esto es, de estarse ventilando un procedimiento que atañe a la materia
inquilinaria. Y así se declara.

5.- Necesidad de la Regulación de Alquileres en los Juicios sobre Desalojo de Vivienda y


Resolución de Contrato.

La polémica que planteamos en este punto está aún viva en la arena de la doctrina nacional. Y
estriba en que una gran parte de la doctrina, así como de la Jurisprudencia Patria, sostienen que
en los juicios por Resolución de Contratos de Arrendamiento, que como sabemos sólo proceden
para las relaciones jurídicas inquilinarias a tiempo determinado, no se requiere, como requisito
esencial para la admisión de la demanda la presentación de la respectiva planilla donde se regula
al canon máximo de arrendamiento. Y también sostienen que tampoco es necesaria su
consignación durante el curso del proceso, si el demandado-inquilino así lo solicitare o planteare
para el momento de la contestación de la demanda.
La razón básica para fundamentar esta postura es que en ninguna parte de leyes sustantivas y
adjetivas civiles se requiere tal exigencia, la cual es solamente requisito insoslayable en las
demandas de desalojo o desocupación por la vía de la letra a) del artículo 1 del Decreto
Legislativo Sobre Desalojo de Viviendas, que así lo requiere expresamente en su letra. Y que
como es ya, desde hace mucho tiempo fijado, sin discusión hasta por nuestro más Alto Tribunal
de la República, este proceso sólo tiene relevancia cuando se trata de contratos de locación a
tiempo indeterminado.
Y otra argumentación de la cual hechan mano, es la que si el inmueble no estuviere regulado en
nada perjudica al inquilino, pues éste puede solicitar en cualquier momento la regulación
respectiva y si de ella resultare que lo que venía pagando era superior a lo fijado en la última
regulación, tendrá derecho al reintegro respectivo, conforme a la letra del artículo 29 de la Ley
de la materia. Y que por lo tanto este débil económico no se encuentra ni desamparado ni
perjudicado ante esa falta de regulación del inmueble que ocupa.
En cambio otro grupo de juristas y de estudiosos del Derecho a cuya opinión nos adscribimos,
sostienen que si bien en la Resolución de Contratos arrendaticios a tiempo indeterminado, no es
requisito esencial para la admisión de la demanda el anexar la respectiva planilla de regulación
de alquiler máximo, pues es cierto que sólo lo exige la letra a) del Artículo 1 del Decreto sobre
Desalojo, que como se indica es únicamente aplicable a los contratos a tiempo indefinido, sin
embargo se le hace al actor impretermitiblemente necesario para el éxito en su pretensión el
anexarla al expediente si así lo esgrimiere como defensa el accionado en su oportunidad.
Y esta sana postura se fundamenta en las bases siguientes:
1.- Tanto la Ley de Regulación de Alquileres como su Reglamento son reiterativos al extremo
cuando en numerosos artículos plantean como requisito insoslayable el que antes de proceder a
dar en arrendamiento un inmueble se amerita que en primer lugar se proceda a su respectiva
fijación de canon máximo por parte de los organismos competentes del Estado que son la
Dirección de Inquilinato del Ministerio de Fomento, o los Concejos Municipales de cada entidad,
según el caso. Y para darle mayor énfasis a tal exigencia en algunos de los artículos que
indicaremos de seguida, imperativamente se emplean términos prohibitivos, como el de "no
podrán darlos en arrendamiento", estos artículos son los que a continuación indicamos: de la Ley
de Regulación de Alquileres, artículo 1 quedan sujetos a regulación los cánones de
arrendamiento de los inmuebles que en el mismo se señalan. Artículo 31os organismos del
Estado a los cuales se encomiende la regulación de alquileres fijarán los cánones máximos de
arrendamiento mensual y cuidarán de su aplicación y cumplimiento. Artículo 4, los arrendadores
de inmuebles NO PODRAN darlos en arrendamiento hasta tanto el organismo competente haya
hecho la fijación respectiva. Artículo 10, obligación del arrendador de mostrar al inquilino, antes
de celebrar contrato arrendaticio la constancia del canon máximo fijado. Y obligación de hacer
mención expresa en los contratos escritos de la dicha resolución, con indicación de la fecha y del
canon máximo acordado y del carácter definitivo o provisional de la misma. Del reglamento
respectivo, artículo 6 NO PODRAN celebrarse contratos arrendaticios de inmuebles sin la
fijación del canon máximo.

2.- Todos estos artículos son de insoslayable acatamiento puesto que se encuentran fuera del
ámbito de la libre contratación de las personas. O por lo que es lo mismo la tan celada autonomía
de las partes en las contrataciones queda en este punto relegada, desplazada, o si se quiere ser
más drástico, aun derogada.

Estas disposiciones, son de evidente ORDEN PUBLICO, pues son amparantes de débiles
económicos, y evidentemente van en beneficio colectivo, como así lo requiere expresamente la
interpretación del artículo 6 del Código Civil para que una norma pueda calificarse perteneciente
al campo del orden público. Pero para mayor abundamiento y evitar interpretaciones subjetivas
erradas, el mismo legislador previó el calificativo de orden público a todos los dispositivos de la
Ley, y nos atrevemos a aplicarlo a todos los dispositivos que configuran el Derecho Inquilinario,
en el artículo 18 del texto legal expreso.

3.- No exigirse, para la procedencia de la acción de resolución de contrato la presentación de la


respectiva planilla de Resolución, se plantearía una inconcebible distinción entre dos clases de
inquilino: los que se hallan sujetos a relación arrendaticia a tiempo indeterminado, y los que se
encontraren en relación jurídica de alquiler a plazo fijo. Y como sabemos todo tipo de
desigualdades frente a la Ley está absolutamente prohibido por expreso mandato de la
Constitución.

4.- Parésenos totalmente un ejercicio de malabarismo jurídico el que se pretenda sostener la


innecesaria regulación de alquileres en los contratos de arrendamiento a tiempo determinado con
el argumento señalado de que el artículo 29 prevé que el arrendatario, ante la ausencia de
regulación, puede solicitarla, y en su caso pedir el reintegro respectivo. Si leemos con
detenimiento el dicho texto legal observamos que este es precisamente un derecho del inquilino,
ante el incumplimiento por parte del arrendador de su principal obligación del orden público cual
es la de la fijación del canon máximo antes de proceder al arrendamiento del inmueble. Mas
nunca, bajo ninguna lógica jurídica puede convertirse en un derecho del arrendador para
marginar u obviar los tantos dispositivos legales que anteriormente desglosamos en el número 1
de este planteamiento.

5.- Otro argumento en extremo baladí, el cual hemos tenido oportunidad de leer en una que otra
decisión para sustentar la no obligatoriedad de la fijación del canon máximo en los contratos a
tiempo determinado, es que incluso la misma Ley y su Reglamento permiten la celebración de un
contrato arrendaticio con la sola obtención de una autorización para arrendar inmuebles sin
previa regulación, conforme lo establece el parágrafo único del artículo 4 de la Ley y 19 de su
Reglamento, sin tomar en cuenta, que creemos voluntariamente, que si en verdad se encuentra
prevista legalmente esta autorización, su procedencia está sujeta precisamente a que junto con
ella debe solicitarse la regulación del alquiler respectivo, conforme lo establece muy claramente
el mismo artículo 19 del último texto legal citado.

En este sentido, nos hemos pronunciado en algunas sentencias, como es la que a continuación
transcribimos en su parte respectiva, de fecha 30 de octubre de 1987.

"...SEGUNDA: Como segunda perentoria opone la defensa de la accionada el alegato, la


ilegalidad de la acción incoada, en consideración a que la parte actora no acompañó ad-initio, ni
durante la secuela del juicio, fue presentada, la respectiva planilla de regulación de alquileres, lo
cual es de imperativo legal insoslayable.

Este es un alegato o posición que ha dado lugar a interminables polémicas tanto en el campo
doctrinario como en el Jurisprudencia¡ y ello porque se ha pretendido darle carácter de
absolutividad a lo dispuesto por el literal a) del Artículo 12 del Decreto Legislativo sobre
Desalojo de Vivienda, en el sentido de que este dispositivo legal exige de manera determinante
que "...Toda demanda de desocupación deberá ser acompañada de la constancia del monto del
alquiler expedido a ese efecto por la Comisión Nacional de Abastecimiento o la Delegación
respectiva..." (Sic. Hoy Dirección de Inquilinato del Ministerio de Fomento del respectivo
Concejo Municipal en el interior del país).
En lo que hay criterio ya unánime y uniforme es que este Decreto Ley sólo tiene aplicación, en
cuanto a desocupación de "casa" se refiere, a los Contratos de Arrendamiento a tiempo
indeterminado o sin plazo fijo. Pero, y repetimos, sólo en lo atinente al procedimiento a seguirse.
Es por ello que la Jurisprudencia Patria ha sido reiterada en el sentido de que tratándose de las
demás acciones o pretensiones que tenga por objeto la desocupación del inmueble arrendado,
como la Resolución contractual arrendaticia o el cumplimiento de dicho contrato, no es requisito
sine qua-non para la admisión de la misma, el que se acompañe la respectiva planilla de
Regulación de Alquileres. Sin embargo, considera esta Juzgadora que si bien no es requisito
indispensable para la presentación de la pretensión SI SE HACE EXIGIBLE, a los fines de que
pueda prosperar la respectiva pretensión, el que se acompañe durante alguna de las
oportunidades procesales durante la secuela del juicio. Y esto porque la Ley de la materia y su
Reglamento son muy claros en precisar que no podrán darse en arrendamiento o sub-
arrendamiento, en todo o en parte, los inmuebles cuyos alquileres no hayan sido previamente
fijados por el Estado a través de su organismo regulador.
El legislador es cansonamente reiterativo en este sentido.
Veamos:

a) Artículo 1º de la Ley: establece que los cánones arrendaticios de viviendas urbanas y sub-
urbanas, de locales comerciales e industriales y otros, ya sean arrendados totalmente o por partes,
y sus anexos y accesorios, quedan sujetos a regulación.
b) Artículo 3º ejusdem: los organismos del Estado, además de fijar los cánones máximos de
arrendamiento mensual cuidarán de la aplicación y cumplimiento de las disposiciones de esa
Ley.
c) Artículo 4º ibidem: los arrendadores o sub-arrendadores de inmuebles NO PODRAN darlos en
arrendamiento o subarrendamiento hasta tanto el organismo competente haya hecho la fijación
de los cánones o pensiones de arrendamiento máximo.
d) Artículo 8º del mismo texto: el arrendatario o sub-arrendatario no estará obligado a pagar
alquileres que excedan a la cantidad máxima mensual que haya fijado el organismo regulador.
e) Cuando se trata de Contratos de Arrendamiento celebrados por escrito, en una de las cláusulas
se deberá hacer expresa mención de la Resolución en referencia.
f) Artículo 10º del mencionado texto: es nulo el subarrendamiento hecho sin la fijación del
alquiler correspondiente por el Organismo Regulador, según lo establece el artículo 19 ejusdem.
g) Y por si fueran pocas las disposiciones legales relativas a esa impretermitible exigencia, pauta
el artículo 62 del Reglamento respectivo, reiterando lo anterior, que NO PUEDEN
CELEBRARSE Contratos de Arrendamiento de Inmuebles sujetos a las disposiciones de la Ley
sin que la fijación del canon máximo de arrendamiento haya sido hecha por la Dirección de
Inquilinato o por el respectivo Concejo Municipal, según el caso.

De manera que de celebrarse una convención arrendaticia, violando las reiterativas disposiciones
legales que hemos analizado, no puede prosperar acción alguna en contra de un inquilino,
basándose precisamente en su supuesta insolvencia en pago de cánones arrendaticios ilegales, es
decir, no regulados previamente por el Estado. De no ser así NO TENDRIA NINGUNA RAZON
DE SER una Ley cuyo principal cometido es precisamente evitar que se den en arrendamiento,
sea aplazo fijo o indeterminado, inmuebles sin que medie previamente la fijación de canon
máximo.
Y es tan cierta esta deducción que, la misma Ley determina expresamente en su artículo 18, que
TODAS SUS DISPOSICIONES SON DE ORDEN PUBLICO. Vale decir, que no pueden ser
relajadas por convenios particulares. Y añadimos, ni mucho menos por insanas interpretaciones
que pretenden dar al traste una Ley de alto contenido social, como la que analizamos. Por otra
parte cabe preguntarse: ¿Cómo podría un Juez que se jacte de tal, acordar la Resolución de un
Contrato de Arrendamiento fundado en la insolvencia de pensiones inquilinarios ilegales o
caprichosas? Estaría el mismo Juez, como decidió el Tribunal a-quo, marginando una Ley de
orden público y sometiendo los arriendos al capricho de las partes contratantes.
En un interesante trabajo sobre la materia publicado en el año de 1978 por el Doctor Félix
Orlando Cárdenas Omaña, titulado "El Amparo Inquilinario en Venezuela", páginas 27, 28, 29 y
30 se señala con precisión jurídica que cuando la Ley prohíbe el efectuar algún Acto Jurídico (en
nuestro caso un Contrato de Arrendamiento), la infracción a tal dispositivo deja sin efecto el
Contrato celebrado en virtud de que lo que no se puede hacer y se hace, no genera derecho ni
obligaciones.
Ahora, ¿Qué podrá hacer el Arrendador, o Sub-arrendador, según el caso para cobrar legalmente
sus pensiones arrendaticias? El mismo texto legal es sabio al contemplar en su artículo 29 que si
por ocultación o por cualquier otra causa imputable al Arrendador o Sub-arrendador no se
hubiere hecho la fijación del alquiler máximo, se PROCEDERA DE INMEDIATO a hacer dicha
fijación. Lógico, a los efectos que pueda ejercer cualquier cobro o acción ajustada a derecho.
Pero, repetimos, mientras no medie esa Regulación, jamás puede, en sacia interpretación,
prosperar Cobro Judicial alguno de cánones arrendaticios.

6. CASOS PRACTICOS DE DESALOJO.

En la edición del importante órgano de comunicación social "DIARIO DE TRIBUNALES" de


fecha 03 de septiembre de 1990, fue publicada en una serie dedicada a: casos prácticos
inquilinarios y con el título de "SINTESIS 2 DEL JUICIO DE DESALOJO O
DESOCUPACION" del Profesor Gustavo Contreras B., una clara explicación de lo que se debe
entender por los indicados juicios. Y en ese sentido se anota: "Algunos autores, e incluso así se
ha asentado en distintas decisiones, han distinguido entre "Desalojo" y "Desocupación",
señalando casi de manera normativa que la acción de Desalojo está reservada a los contratos a
tiempo indeterminado cuando se incoa por alguna causal del Decreto sobre Desalojo. En tanto
que la desocupación puede darse en los siguientes casos: a) Para el despido del inquilino de un
inmueble no sujeto a regulación de alquileres. Por ejemplo de lotes de terrenos vacíos. b) Para el
despido de inquilinos sujetos a contratos a tiempo determinado. c) O para los casos del artículo
1.615 del Código Civil. Pero en la práctica su diferencia es sólo de importancia lingüística o
semántica. Por lo general ambos términos se aceptan para obtener el despido del inquilino sujeto
a un contrato a tiempo indeterminado. El Dr. Fernando Martínez Rivielo en su obra El Juicio de
Desocupación dice: "Entre nosotros se ha usado indistintamente las expresiones Juicio de Des-
alojo y Juicio de Desocupación dice: "Entre nosotros se- ha usado indistintamente las
expresiones Juicio de Desalojo y Juicio de Desocupación". Y entendemos por tal juicio "el
procedimiento especial a seguirse por el Tribunal competente, en razón del territorio y de lograr
el despido o lanzamiento del inquilino sujeto a un contrato a tiempo indeterminado, por alguna
de las causales establecidas en el Decreto sobre Desalojo de Vivienda..." (fin de la cita).
Por lo antes expuesto deducimos que en los Juicios de Desalojo o Desocupación ha de seguirse el
procedimiento especial que establece de manera clara el artículo 1° del Decreto sobre Desalojo
de Vivienda, el cual tiene aplicación especial y únicamente para las acciones derivadas de los
contratos a tiempo indeterminado. Pues las acciones deducidas de los contratos arrendatarios a
tiempo determinado tienen la vía expedita de la Resolución o Cumplimiento contractuales
previstos en el artículo 1.167 del Código Civil, según fuere el caso por incumplimiento del
arrendatario en sus obligaciones contractuales.
Pero el caso práctico se plantea cuando se le presenta a un Juez competente para conocer estos
casos de Desalojo o de Resoluciones contractual en razón de la cuantía, y el accionante escoge
caprichosamente la vía no correcta de acuerdo a lo planteado y que ha sido sana y pacíficamente
aceptado tanto por la doctrina de instancia como por la de nuestro más alto Tribunal de la
República. Expliquémonos: ante un contrato a tiempo indeterminado por cualquier causal que lo
fuere: verbal, escrito sin fijación de término, escrito con fijación de término en el cual se hubiere
operado la tácita reconducción, o escrito a plazo fijo en que, aun no habiéndose operado la
indicada tácita reconducción, el inquilino hubiese ejercido el derecho preferente de ocupación
inquilinaria y lo hubiere obtenido por decisión definitivamente firme; el arrendador ante la
insolvencia de los cánones arrendaticios intenta la RESOLUCION CONTRACTUAL. Es nuestro
criterio que el Juez, como máximo ductor y árbitro del Juicio puede optar, en aras de la economía
procesal y de vigilante del proceso, por no admitir la acción propuesta con fundamento en el
artículo 341 del Código de Procedimiento Civil. Pero, para optar por esta drástica medida, ha de
estar plenamente evidenciado del mismo texto de la demanda, o del contrato que se anexare, esa
indeterminación del plazo fijo del contrato que se alega como violado, por ejemplo para el
supuesto de que se fundamentase la Resolución Contractual en una convención verbal. O en una
convención escrita en el cual no aparezca la duración del contrato. Mas en aquellos casos en que
se presentase duda o confusión en cuando a la determinación en el tiempo del dicho contrato,
pensamos que el Juez ha de admitir la acción propuesta a todo evento, por la vía ordinaria o
breve, según el caso. Ante esta situación tócale al inquilino accionado oponer en su oportunidad
procesal respectiva y como defensa perentoria o de fondo la nulidad del proceso en virtud de no
haberse seguido la vía legal correspondiente, cual era la del desalojo prevista en el tantas veces
nombrado artículo 1° del Decreto respectivo.
Lo segundo esencial en cuanto a lo planteado es lo que habría de decidir el Juez en la definitiva,
pues éste tiene, al demostrarse palmariamente que la relación jurídica en la cual se fundamentó la
pretensión es a tiempo indeterminado, acordar la nulidad del proceso y consecuencialmente
ordenar la reposición de la causa al estado de que se iniciare nuevamente por el procedimiento
especial de Desalojo; o declarar sin lugar la acción.
En este sentido, el Juez para decidir ajustada a derecho tendría que observar muy detenidamente
como esgrimió el demandado su defensa de fondo, para de esta manera decidir en consecuencia a
lo alegado y probado en autos, y a las demás normas previstas en el artículo 12 del Código de
Procedimiento Civil.
Con relación a todo lo planteado nos ha tocado casos concretos en nuestro Tribunal y que
veremos vaciado en los extractos de sentencia que a continuación transcribimos:

A.- Fallo de fecha 04.04.1984


B.- Fallo de fecha 27.01.1989
C.- Fallo de fecha 02.05.1989

FALLO de fecha 04.04.1984:

"...PRIMERA: En reiteradas decisiones que este Tribunal ha considerado, con fundamento en


Doctrina y Jurisprudencia Patria constante, que toda la materia inquilinaria prevista en órganos
legales especiales como son el Decreto Legislativo sobre Desalojo de Vivienda, la Ley de
Regulación de Alquileres, el Reglamento de ambos cuerpos legales y demás Decretos y
disposiciones del Ejecutivo han de ser interpretadas y aplicadas bajo ópticas y parámetros muy
diferentes a los contenidos del Derecho Común tanto sustantivos como adjetivos en los cuales se
aplica de manera irrestricta el "principio dispositivo o acusatorio" tanto que en aquellos previa el
"inquisitivo".

SEGUNDA: Si bien este Tribunal en la Sentencia que trae a colación el Apelante, sostiene el
criterio de que en el juicio de desocupación de inmuebles estamos ante dos fases consecutivas: la
primera, que consiste en un procedimiento sumario de intimación al pago, sin ser precedido por
un ante juicio administrativo, cuando se trata del caso de insolvencia arrendaticia; una segunda
fase que constituye el verdadero juicio por los trámites del juicio breve, la cual se inicia al
concluir el lapso concedido al inquilino para el depósito de los alquileres insolutos y el actor pide
que se efectúe el emplazamiento del demandado. Estábamos ante una situación totalmente
distinta, por cuanto allí la demandada pretendía darle cabida a incidencias sin haber cumplido
con la obligación de consignar el monto de lo ordenado a manera de caución. En el presente caso
nos encontramos con que el demandado consignó lo adeudado a manera de caución para así
evitar el secuestro del inmueble.

TERCERA: Interpreta este Tribunal que si el artículo y letra indicados del Decreto sobre
Desalojo de Viviendas, faculta al inquilino insolvente para suspender el curso y efectos del
juicio, entre los que se encuentra el secuestro del bien ocupado, con la consignación del montó
de lo adeudado por alquileres más las costas, antes de la contestación de la demanda, con mayor
razón puede hacerlo antes del propio inicio del juicio. De esta manera se evita que una vez
practicado el secuestro y realizados otros trámites procesales que causen evidente dilación y
perjuicios a las partes puedan ser suspendidos mediante el mismo pago, que podría causar
desventajas y hasta pérdidas para el mismo actor, y así se decide.

FALLO de fecha 26.01.1989:

...PRIMERA: Se inicia la presente causa por Cobro de Bolívares fundamentada en pensiones


insolutas de arrendamiento y el subsiguiente desalojo del bien inmueble que dice la parte actora
haber dado en alquiler al demandado. Conforme lo dispone el procedimiento pautado para estos
casos en la letra "a" del artículo 1° del Decreto sobre Desalojo de Viviendas, este Tribunal
admitió la pretensión y notificó a la parte reclamada para que consignase las pensiones en el
plazo indicado en la Ley. Al no hacerlo, este Tribunal con fundamento legal, decretó el secuestro
del inmueble, el cual fue practicado en su oportunidad por el Tribunal comisionado,
efectuándose en ese momento la citación tácita del accionado por haber estado presente y
notificándole el acto de la práctica de la medida cautelar.
Llegado el día de la contestación de la demanda el accionado opuso como defensa perentoria o
de fondo la falta de cualidad e interés del actor o del demandado para intentar o sostener el
juicio, fundamentándose en que entre él y el actor no existe contrato arrendaticio alguno, sino
que, como lo dijera en el momento de practicarse el secuestro, sólo habitaba el inmueble como
cuidador en nombre del actor. Así mismo alegó como defensa de fondo, el que no se ha debido
admitir la acción puesto que no fue acompañada la respectiva planilla de regulación de alquileres
que exige la letra "A" del Artículo 1 del Decreto en referencia. De esta manera quedó trabada la
litis constituyendo como punto neurálgico de la misma el rechazo por parte del actor de su
condición de inquilino.

SEGUNDO: El bilateral contrato arrendaticio, que como tal puede ser escrito o verbal, tiene tres
características esenciales que lo configuran, a saber: a) que una persona se encuentre gozando de
una cosa mueble o inmueble en forma pública, pacífica y en nombre dé otra persona que puede
ser el propietario y arrendador; b) que ese disfrute, además de hacerse en nombre de otra persona
se haga con la obligación de mantener la cosa en buen estado de uso y con el pago, en el caso de
inmuebles, de los servicios públicos a que haya lugar. Los únicos inquilinos que están exentos de
pagos adicionales como aseo, suministro de agua, alumbrado eléctrico o cualquier otro servicio
similar, son los inquilinos de piezas de casas de vecindad o de habitaciones en casas particulares,
conforme lo dispone el Artículo 9 de la Ley de Regulación de Alquileres. Y, c) el pago de los
cánones arrendaticios conforme a la Ley.
En el caso que nos ocupa el demandado LEONEL DA SILVA BORGES, según quedó
plenamente demostrado en los autos y por su propia confesión en reiteradas oportunidades a lo
largo del proceso, efectivamente se encontraba ocupando en forma pacífica el inmueble objeto de
la cuestión judicial enclavado en la parcela No. 41, manzana B, Urbanización Flor Amarillo,
jurisdicción de este Distrito, Estado Carabobo, cuya posesión la ejercía en nombre de su
propietario ANTONIO SIMOES SARAIVA. Propiedad esta que quedó evidenciada en reiteradas
oportunidades a lo largo del proceso, no solamente por afirmación del actor, sino por
confirmación también sucesiva por parte del demandado. E incluso corre en los autos la prueba
auténtica de ese derecho con la copia certificada del respectivo documento público registrado en
la Oficina competente.
En segundo lugar, se evidenció en las actas del proceso que el demandado poseía el inmueble en
nombre de su propietario y pagando servicios de mantenimiento, teléfono y electricidad. Estas
probanzas incluso fueron aportadas por el mismo accionado por consignación que hiciera de un
paquete de estos recibos de servicios, mediante diligencia del 12 de mayo de 1987. Y en cuanto
al pago de los cánones arrendaticios este Tribunal considera que aun cuando no hay una prueba
instrumental al respecto, si puede deducirse por presunciones que se desprende de los autos su
existencia.
En efecto, en el delicado caso, como acontece en el presente, que el ocupante de un inmueble sin
justo título niegue su condición de arrendatario, se le plantea al arrendador un escollo sumamente
difícil de superar, si se le exigiera como única prueba la presentación de los recibos
correspondientes a las pensiones inquilinarias, pues éstos están en poder del supuesto
arrendatario, sería sumamente difícil de demostrar estos pagos por medio de la prueba testifical
ya que el testigo ocasional no le sería dable estar presente cada vez que el inquilino efectuare el
pago, o cuando el arrendador o propietario le presentase el recibo de cobro. En este sentido y
para consolidar aun más la posición de este Tribunal, traemos a colación lo que al respecto nos
significa el Dr. GILBERTO GUERRERO QUINTERO en su obra LA RESOLUCION DEL
CONTRATO, cuando nos señala: "...en realidad la prueba existencial del contrato de
arrendamiento es difícil y complicada, puesto que se presta a cierta duda que un testigo pueda
haber presenciado el otorgamiento de un documento privado, el pago del precio arrendaticio y
demás modalidades de la relación obligatoria. Nada tendrá de raro que se impute al testigo, en
tales circunstancias actitud sospechosa puesto que el acto de la celebración del contrato es en
cierto modo íntimo...". Esta reflexión la hace el autor cuando se refiere a un caso en el cual se
extravió la prueba instrumental. Lo cual es mucho más válido en el caso que nos ocupa, pues se
trata de una relación, que según afirma la parte actora, nació originalmente verbal.
Por lo tanto este Tribunal desecha como prueba de la inexistencia de la relación arrendaticia, que
sostiene la parte demandada, las deposiciones de los testigos por ella promovidas, de los
Ciudadanos: ANAMERCEDES APONTE, BETHY DEARVELO, MARIA DE LOURDES DE
JESUS DE MARTINES y OSCAR ENRIQUE DURAND. Estas testimoniales fueron
cuidadosamente leídas por la Juzgadora y de ellas se desprende que aun cuando no incurrieron en
contradicciones flagrantes, sus deposiciones no pueden desmentir la existencia de un contrato
verbal que, como antes se refirió, es hasta cierto punto sumamente personal y que por lo tanto
mal pueden los contratantes estar llamando a pluralidad de personas para que lo presencien. Por
estas mismas razones se desechan las deposiciones de los testigos promovidos y de los cuales de
algunos se obtuvo su evacuación por la parte demandante ya que tampoco entraron en flagrantes
contradicciones pero que les resta seriedad en cuanto a afirmar la existencia del contrato verbal
alegado.
De las deposiciones juradas que fueron rendidas por las partes del proceso, tampoco se
desprende nada nuevo de lo que alegaron respectivamente tanto en el libelo de la demanda como
en el escrito de contestación a la misma. Hay una presunción del contrato arrendaticio grave. Si
como afirma la parte demandada solamente ocupaba el inmueble en su carácter de cuidador en
nombre de su propietario, ¿por qué no entregó el inmueble al requerírselo el mismo?. Hubiese
sido mucho más fácil, económico y expedito para el propietario, pedirle la entrega del inmueble
al demandado, simple y llanamente como guardián o cuidador, que escoger la engorrosa vía de
un litigio que por diversas circunstancias se prolonga en el tiempo. La lógica jurídica que ha de
aplicarse en toda sentencia así nos lo indica. Cabe en estos casos, fundar el Juez su decisión en
los conocimiento! de hecho que se encuentren comprendidos en la experiencia común o máximas
de la misma, como muy acertadamente lo prevé en uno de sus párrafos el amplio artículo 12 del
Código de Procedimiento Civil.

TERCERA: En cuanto al alegato de que se ha violado una norma expresa de orden público, cual
es de que ha debido acompañarse al libelo de la demanda la Planilla de Regulación de alquileres
del inmueble objeto del contrato arrendaticio, como lo ordena la letra A del artículo 1° del
Decreto sobre Desalojo y que por lo tanto no ha debido admitirse la pretensión, este Tribunal
hace la siguiente observación: la Jurisprudencia constante de los Tribunales ha atemperado un
tanto la rigidez que pretende imponerse en la letra de la Ley en cuanto a la admisión de acciones
se refiere. En el caso que nos ocupa, la presente acción hubiese sido indefectiblemente declarada
sin lugar si durante el proceso no se hubiese consignado la planilla de la regulación
correspondiente, pues se estaría dando cabida a un cobro total y absolutamente ilegal de
alquileres, como en reiteradas oportunidades así le ha tocado decidir a este Tribunal. Pero en el
caso sub-judice, la parte actora, durante la secuela del juicio, consignó una Resolución
administrativa emanada del Concejo Municipal de Valencia, en donde se declara exenta de
regulación la vivienda ocupada por el demandado. De tal manera que no se ha dado en este
litigio una situación de indefensión o de desmejoramiento de los derechos amparantes del
inquilino, previstos en todo el ordenamiento legal que configura el derecho inquilinario. Y así se
declara.

FALLO de fecha 02.05.1989:

... "PRIMERA: En el caso que nos ocupa, el Abg. MANUEL BLONVAL LOPEZ, procediendo
en su carácter de apoderado del demandado ELIO CASTAÑEDA solicitó la reposición de la
causa al estado de que sea tramitado por el procedimiento especial a que se refiere el Decreto
Legislativo sobre Desalojo de Vivienda fundamentado en que el contrato de arrendamiento que
inicialmente fue al término fijo de 6 meses, una vez vencida la sola y única prórroga concedida,
el inquilino continuó en posesión del inmueble arrendado, lo que hizo que se convirtiera a tiempo
indeterminado.

SEGUNDA: El juez está en la obligación de evitar faltas dentro del proceso que puedan
ocasionar la nulidad de cualquier acto procesal y en el supuesto de que haya cometido algún tipo
de falta, corregirla para así garantizar la estabilidad del juicio como prevé el artículo 206 del
Código de Procedimiento Civil.
TERCERA: Examinado el escrito de demanda, así como también el contrato de arrendamiento
que se acompañó a la misma, la Juzgadora observa que efectivamente la cláusula tercera estipula
como término fijo de duración del contrato seis meses contados a partir de la fecha del contrato
(1-7-85) renovable por igual lapso. En consecuencia la única prórroga de seis meses venció en
julio de 1986 y al continuar el inquilino ocupando el inmueble este contrato se convirtió a tiempo
indeterminado siendo correcto aplicar en este caso el procedimiento previsto en la "A" del Art.
1° del Decreto Legislativo sobre Desalojo de Vivienda, lo que hace que proceda la reposición
solicitada y como consecuencia de ello la nulidad de todo lo actuado de conformidad con el
artículo 206 del Código de Procedimiento Civil..."

CASOS EN LA ESFERA DE LO CONTENCIOSOADMINISTRATIVO

1.- Suspensión de los efectos de Acto Administrativo.

El carácter ejecutivo y ejecutorio de los Actos Administrativos consiste simplemente en que el


mismo tiene ejecutoriedad o aplicación inmediata, aun siendo objeto de impugnación. Lo que
equivale a significar que no tiene cabida la suspensión de los mismos.
Este principio se encuentra pautado, en materia inquilinaria, en el artículo 15 de la Ley de la
materia la cual tiene como pauta que hasta tanto la apelación que pudiere ejercer contra el acto
administrativo fuere decidida, quedará vigente la decisión efectuada por el organismo regulador
(recuérdese que en esta materia y a partir de la entrada en vigencia de la Ley Orgánica de la
Corte Suprema de Justicia, no tiene cabida la apelación, sino el recurso jurisdiccional
contencioso).
Sin embargo, ese rigorismo al principio anotado, que también es ratificado por el primer párrafo
del artículo 87 de la LOPA, ha sido atenuado por la Ley Orgánica de la Corte Suprema al prever
en su artículo 136 y a manera de medida preventiva, la suspensión de los efectos de un Acto
Administrativo de consecuencias particulares cuya nulidad haya sido solicitada. Y así la letra del
articulado señala: "A instancia de parte, la Corte podrá suspender los efectos de un Acto
Administrativo de efectos particulares, cuya nulidad haya sido solicitada, cuando así lo permita
la Ley o la suspensión sea indispensable para evitar perjuicios irreparables o de difícil reparación
por la definitiva, teniendo en cuenta las circunstancias del caso".
Del texto del artículo se extraen fácilmente los extremos que han de tomarse en cuenta para el
dictado de tan delicada cautelar. Y ello son:

a.- Cuando así lo permitiese algún texto legal expreso.


b.- Cuando fuere indispensable para evitar perjuicios irreparables, o;
c.- Cuando fuere indispensable para evitar perjuicios de difícil reparación por la definitiva.

Como podemos observar en los dos últimos extremos el texto legal deja un amplio campo de
decisión al Juez, cuando le indica que podrá acordar la suspensión de los efectos del Acto
Administrativo, teniendo en cuenta las circunstancias del caso. De manera que son análisis que
dejan amplio campo de aplicación a la subjetividad del Juez.
Otro punto que debemos tomar muy en cuenta es que, de acuerdo a la sana interpretación de la
Doctrina y Jurisprudencia de la Corte Primera en lo Contencioso Administrativo, la suspensión
en estudio tiene como características las siguientes: a) procede en cualquier grado e instancia de
la causa, pues se trata de una garantía del administrado frente a la prerrogativa administrativa.
Así puede solicitarse en el curso del Procedimiento de Primera y Segunda Instancia. b) No
produce efectos de Cosa Juzgada. Lo que significa que cabe la posibilidad de plantear de nuevo
la cuestión, tanto por el recurrente, cuando le ha sido negada, como por la Administración o
algún opositor a la solicitud de nulidad. c) Es una decisión de carácter provisional y temporal y
por supuesto, no es definitiva. Por ello, en principio, nunca prejuzga sobre el fondo del asunto. d)
De conformidad con lo previsto en el último párrafo del aludido artículo 136 de la Ley Orgánica
de la Corte, esta preventiva puede ser revocada de oficio, o por contrario imperio. Y lógicamente
también a instancia de interesados. Y esto cuando faltare impulso procesal adecuado. La
previsión en referencia nos parece sumamente acertada para evitar la burla a los efectos del Acto
Administrativo valiéndose de la suspensión en referencia y caprichosamente paralizando el
proceso.
Concretamente en la materia inquilinaria nos parece que la única suspensión obvia o procedente
sería la de aquél acto administrativo regulador de canon arrendaticio. Y específicamente cuando
esa Resolución Administrativa contenga un desmesurado aumento del canon respecto del que
venía pagando el inquilino o administrado.
En este sentido, el Tribunal a nuestro cargo ha recogido la doctrina anterior de la manera
siguiente:

"...En cuanto a la solicitud de que se suspendan los efectos de la Regulación dictada por la
Dirección de Inquilinato del Concejo Municipal del Distrito Valencia en el presente
procedimiento el Tribunal para decidir observa:

Una de las consecuencias fundamentales de la ejecutariedad de los actos administrativos,


derivados del principio de la legitimidad o legalidad de ellos, es la suspensión de los mismos en
razón de la interposición de recursos administrativos o jurisdiccionales que contra ellos se
interpongan como acertadamente lo han sostenido tratadistas patrios de la materia. Sin embargo,
ante la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos como la Ley Orgánica de la Corte
Suprema de Justicia en sus respectivos artículos 87 y 136 establece la posibilidad excepcional de
la suspensión de los defectos del acto impugnado o cuya nulidad se pida. Para la esfera
administrativa netamente, tal pedimento no patentiza en el hecho de que la ejecución del acto
pudiera causar perjuicio al interesado, o la impugnación se-fundamentare en la legalidad absoluta
del mismo. Y en la esfera jurisdiccional (Contencioso-Administrativo) la segunda de las
nombradas leyes otorgan la facultad a la Corte o Tribunal, según el caso, de decretar tal
suspensión por las siguientes causas:

1) Cuando así lo permita la Ley


2) Cuando la suspensión sea indispensable para evitar perjuicios irreparables y,
3) Cuando los perjuicios sean de difícil reparación por la definitiva. Todo ello siempre y cuando
el Juez con soberana potestad tenga en cuenta la circunstancia del caso.
En el caso de autos, alega la representación de la parte impugnante que se le pretende cobrar un
canon de arrendamiento superior, más del doble del que paga actualmente y que en caso de mora
han sido amenazados de demanda por Resolución del Contrato, o falta de pago del canon
establecido por la resolución contenida.
Considera el Tribunal sin que en ningún momento entre a analizar y mucho menos inferir
decisión alguna sobre la .nulidad del acto administrativo planteada, vale expresar si la
Resolución del Concejo Municipal incurre o no en las ilegalidades planteadas que la obligación
del pago del porcentaje del alza de los cánones de alquiler, hasta tanto se decida el fondo de la
cuestión, puede causar el perjuicio de difícil reparación para el interesado, ya que la
imposibilidad de cancelar tales cánones causa automáticamente la insolvencia en los cánones
arrendaticios, con las consecuencias legales sustantivas y adjetivas de la Ley Civil respectiva.
Por lo tanto, este Tribunal suspende los efectos de la Resolución del Concejo Municipal del
Distrito Valencia de fecha 07 de abril de 1989, signada con el N°. D.I.40-89 mediante el cual fija
nuevos cánones arrendaticios para el inmueble ubicado en el callejón La Ceiba, N° 100-77,
apartamentos números B-3; D-5; G-6; G-5; A-2; D-6; C-6; H-6; B-5; C-8; G-2; B-6; C-5; y A-1,
respectivamente-del Conjunto Residencial Carabobo, Jurisdicción del Municipio San José del
Distrito Valencia.

2.A. Criterio Acerca de la Facultad del Organo Administrador en su decisión del Recurso
de Reconsideración.

Es nuestro criterio que cuando el organismo administrativo inquilinario, Dirección de Inquilinato


o Concejo Municipal, según el caso, conoce del Recurso de Reconsideraci6n previsto en el
Artículo 94 de la LOPA, no puede abrir una especie de incidencia en la cual se permita la
evacuación de alguna prueba para decidir en consecuencia. La reconsideración consiste en
estudiar de nuevo las actas del proceso que pudieran arrojar un resultado distinto al tomado en el
acto administrativo, por haberse obviado o dejar de tomar en cuenta algún alegato probanza o
extremo legal. Si fuere necesario el realizar la evacuación de alguna prueba, que muy bien puede
ordenarla el Organo Administrativo de Oficio por su amplio campo inquisitorial, lo que habría
lugar es a reponer el proceso a los efectos de la práctica respectiva o subsanar algún vicio. Y esto
por elemental principio de mantener la igualdad procesal y no efectuar algún acto procesal a
espalda de los interesados. Y esta interpretación la hacemos porque el mismo artículo 90 de la
LOPA nos indica que el órgano competente para decidir el Recurso de Reconsideración podrá
confirmar, modificar o revocar el acto impugnando. Es decir, que sólo decidirá con base a los
elementos que tiene el expediente. Sin embargo, continúa el articulado señalando que ese mismo
órgano deberá ordenar la reposición en caso de vicios del procedimiento.
Este análisis lo efectuamos porque hemos conocido con alguna frecuencia acciones en las cuales
se peticiona la nulidad del acto administrativo por cuanto el órgano que lo dictó conociendo en
reconsideración, ha ordenado la evacuación o la rectificación de probanzas en ese nivel del
proceso.
En este sentido nos pronunciamos en la consideración SEGUNDA de la sentencia que a
continuación del siguiente pinto transcribimos:

"...PRIMERA: Los impugnantes del acto administrativo emanado del Concejo Municipal del
Municipio Autónomo de Valencia, signado con el número D.I.-211-88 de fecha 30-11-88,
denuncian una serie de supuestas violaciones a diferentes Artículos de la Ley Orgánica de
Procedimiento Administrativo, de la Ley de Regulación de Alquileres, del Código Civil, del
Código de Procedimiento Civil y Constitución Nacional. Violación de este último texto
fundamentado en lo atinente al derecho de defensa previsto en el Artículo 68. Pero
específicamente basan la acción de Nulidad del Acto Administrativo en el hecho de que la
Cámara Municipal de Valencia al conocer el recurso de reconsideración del Acto Administrativo
de fecha 07-06-88, por el cual se fijaron los cánones de arrendamiento de los locales y oficinas
del Centro Comercial Majay, ordenó un nuevo avalúo del dicho inmueble, el cual modificó
completamente los valores rentales aumentando el precio de los factores de corrección a que se
contrae tanto el artículo 6 de la Ley de Regulación de Alquileres en concordancia con los
artículos 26 y 27 de su Reglamento.

SEGUNDA: Considera esta Juzgadora que de ser procedente la ilegalidad del Acto
Administrativo atacado con fundamento en lo anteriormente anotado, se hace innecesario el
análisis de las supuestas violaciones del resto de los artículos que señalan como violados. En este
sentido cabe hacer las siguientes observaciones:

Un órgano administrativo cuando entra a analizar un estudio o análisis de un Acto que hubiere
dictado, en un mismo proceso, basándose en el recurso de reconsideración interpuesto, puede
muy bien confirmar, modificar o revocar el acto que se impugna y en vista a ello puede también
corregir errores materiales o de cálculo en que hubiere incurrido. Todo ello de acuerdo en lo
pautado en los artículos 90 y 84 de la LOPA. Pero no le es dable ordenar la evacuación de
pruebas, cuyo resultado pudiera variar totalmente el acto administrativo que se encuentra
reconsiderado. Ello, evidentemente arrojaría cómo resultado un nuevo juicio de valor con
resultados totalmente distintos al acto que se ataca. Y es precisamente por esto, que la misma
Ley indicada prevé "en su Artículo 90 ejusdem, que cuando el Organo Administrativo,
conociendo en reconsideración, observare vicios en el procedimiento, como en el caso que nos
ocupa, fallas en el proceso valuatorio, lo que se le permite es ordenar la reposición del proceso
para subsanar esos vicios. Igualmente se observa que el Concejo Municipal en el Acto
Administrativo atacado hace un análisis sobre errores de cálculo contenidos en el primer Acto
Administrativo, en el sentido de que el valor total del inmueble regulado no se le aplicó el
14,40% anual de conformidad con el decreto 612, sino que le fue aplicado el 10% anual. Ante
este supuesto sólo era permitido al Organo Administrativo hacer esa aplicación porcentual, pero
sobre el valor estimado del inmueble contenido en el primer avalúo, mas nunca ordenar la
evacuación de esta prueba que tuvo el lapso preclusivo en el procedimiento contenido en el
Artículo 51 del Reglamento de la Ley de Regulación de Alquileres. Y como lo manifiestan los
denunciantes, practicado un nuevo avalúo fuera del procedimiento, se les restaba el pleno
derecho de efectuar las observaciones pertinentes en el avalúo. Y así se decide.

2.b. Fundamentos Legales del Recurso Contencioso Administrativo:

El Contencioso-Administrativo es una acción judicial que intenta el Administrado contra la


propia Administración por vicios de ilegalidad o ilegitimidad. Por tanto, intentase mediante un
formal libelo, pero que ha de llenar los requisitos que prevé minuciosamente el Artículo 113 de
la Ley Orgánica de la Corte.
Entre los dichos requisitos, y pensamos que el principal, se encuentra que el recurrente deberá
expresar con toda precisión, entre otras, las disposiciones constitucionales o legales cuya
violación se denuncian. Pero estas disposiciones han de ser consideradas de una manera
restrictiva, es decir, circunscribiéndolas a las que informan la materia administrativa o
disposiciones constitucionales que amparen los derechos de los ciudadanos.

Aclaremos: cuando se dicta un Acto Administrativo este deberá concretar todas las
disposiciones legales contenidas en la LOPA para de esta manera evitar su nulidad absoluta o
relativa. Y así mismo, por supuesto, cuando decide actos cuasi jurisdiccionales, deberá observar
los principios fundamentales contenidos en el Código de Procedimiento Civil o, según el caso,
principios que informan el Derecho Sustantivo. Pero esto no puede significar que para impugnar
un Acto Administrativo, como frecuentemente sucede, los apoderados actores recurran a los
abundantísimos artículos contenidos en leyes generales o especiales para pretender fundamentar
el contencioso administrativo en supuestas violaciones a esos textos. De ser así, se estaría
convirtiendo el Acto Administrativo en una decisión judicial guiada por todos los principios
jurídicos contenidos en el Derecho Común.
De manera que los Abogados deben ser cautelosos y precisos en el señalamiento de esas
disposiciones legales o constitucionales que a su criterio se marginaron en el Acto
Administrativo atacado.
En este orden el Tribunal a nuestro cargo así ha mantenido su criterio, como lo plasmamos en la
consideración Tercera, de la decisión que a continuación anexamos:

...TERCERA: Cabe a esta juzgadora hacer la observación, con el objeto de coadyuvar con el
perfilamiento claro de los alcances de este tipo de recursos contencioso-administrativos, que no
son procedentes las denuncias de violaciones de artículos genéricos contenidos en el Código
Civil y en Código de Procedimiento Civil, es como si se tratase de un Recurso de Casación, pues
ello desvirtuaría la especialidad de la materia, y así lo ha sostenido reiterada específicamente
Corte Primera en lo Contencioso-Administrativo con sede en la Capital de la República. A1 lo
sumo podrían considerarse algunos falsos supuestos en que se pudo haber fundamentado un acto
administrativo, pero nunca, por ejemplo tomar los artículos del Código de Procedimiento Civil
como rectores del proceso para aplicarlos en la esfera administrativa, la cual tiene principios y
normas sustantivas y adjetivas muy especiales. Y por otro lado también es de subrayar que un
acto administrativo tiene sus elementos y extremos de validez previstos en las Leyes especiales
que lo rigen, en el caso inquilinario serian los determinados en la Ley de Regulación de
Alquileres y su Reglamentos, y en la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos.
Por las razones antes expuestas, este Tribunal administrando Justicia en nombre de la República
de Venezuela y por Autoridad de la Ley, declara: CON LUGAR el Recurso de Nulidad
interpuesto por los ciudadanos: HERMES ARMADAROJAS, MANUEL DORINDO DA
SILVA ROCHA, JOSÉ FERNANDEZ MASCOUTO Y FÉLIX ZAMBRANO, YOLANDA
D'LIMA y RAFAEL D'LIMA en contra de la Resolución N2 D.I.211-88 de fecha 30-11-88, y en
consecuencia, se declara la Nulidad absoluta de las referida Resolución.

BIBLIOGRAFÍA

⇒ CALCANO DE TEMELTAS, Josefina y BREWER-CARIAS, Allan. "Ley Orgánica de


la Corte Suprema de Justicia". Editorial Venezuela, Caracas, 1989.
⇒ CARDENAS OMAÑA, Félix O. "El Amparo Inquilinario en Venezuela", Caracas, 1977.
⇒ CONTRERAS BRICEÑO, Gustavo "El Juicio de Desalojo y el Secuestro en el nuevo
Código de Procedimiento Civil. Vadell Hermanos Editores. Valencia, 1988.
El Contencioso-Administrativo Inquilinario. Paredes Hermanos. 1990.
⇒ GUERRERO QUINTERO, Gilberto "La Resolución del Contrato 3ra. Edición.
⇒ MARTINEZ RIVIELLO, Fernando. "El Juicio de Desocupación en la Legislación
Venezolana "1ra. Edición". Editorial Temis. 1977.
⇒ RODRIGUEZANZONA, Reinaldo. "El Procedimiento Breve," Paredes Editores,
Caracas, 1988.
⇒ TEXTOS LEGALES
Código Civil 1984
Ley de Regulación de Alquileres, 1960
Reglamento de la Ley de Regulación de Alquileres, 1972
Decreto Legislativo sobre Desalojo de Vivienda, 1947
Ley Orgánica de la Corte Suprema de Justicia, 1976
Ley Orgánica de Procedimiento Administrativo, 1981

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