González, L. (2005). De la múltiple utilización de la historia. (pp.53-74).
En Pereyra et al. Historia ¿para qué?. México: S. XXI.
RESEÑA
Un texto emocionante que remite a la necesidad de la historia. Luis González y
González, su autor, fue un historiador mexicano, fundador de la microhistoria, entre sus obras más importantes figuran Todo es historia (1989), Invitación a la microhistoria (1972), Los artífices del cardenismo (1978), entre otros, condecorado y premiado internacionalmente, a continuación se aborda su obra De la múltiple utilización de la historia.
Una de las aportaciones del autor es sin lugar a dudas la de mostrar la
importancia de la historia, al considerarla según la particular forma de presentar los acontecimientos o hechos, partiendo de la consideración de una Historia anticuaria, narrativa, anecdótica que, por regla general escoge aquellos hechos que afectan al corazón (González, 2005, p.58) y que por lo tanto, al no establecer relación alguna entre ellos, constituye una mera mención de lo ocurrido en el pasado.
Asimismo, aunque no en ese orden, es presentada por el autor otro tipo de
historia, cuyos fines, vienen a significar una historia que se sustenta en los intereses de los dominadores, es decir la Historia de bronce, aquella que es la búsqueda más cara al humanismo, la que exhibe la cara brillante, bella, gloriosa, digna de ser imitada del ser humano (González, 2005, p.72), ésta historia también denominada reverencial, tiende a presentar protagonistas buenos y malos de la historia, según el parecer de quien las elabora, es pues una historia en donde no se vislumbra una adecuada valoración del hombre en su época y circunstancia, sino la de un prócer que tuvo una intervención crucial en la historia.
La historia, como quiere Cicerón, es maestra de la vida, y, por lo tanto,
debe tender en principio a una Historia científica que, aunque ayudaría a conocer nuestra situación actual, a más de ser científica, sigue siendo servicial, al reconocer el carácter utilitario de la ciencia para mecenas y poderosos (González, 2005, p.73). En ese sentido, se necesita una historia que desentrañe de la simple recitación de hechos, de la exaltación pretensiosa de las virtudes de ciertos próceres, la conciencia real de lo que han implicado ciertos procesos históricos. Una historia crítica, un saber disruptivo que libere al hombre del peso del pasado (González, 2005, p.72), que contribuya, como lo hizo la revolución hitoriográfica de los 60´s-70´s, que antepuso la economía a la historia, es decir, el afirmar que la historia no es sola, sino que se mueve con fines económicos.
De esta manera, la aportación de González, tiene firme sustento al
desentrañar la utilidad de la historia, cuando ésta se hace tendiente a una correcta orientación, que busque consolidar una historia sin motivos por debajo, una historia que permita apreciar motivos subyacentes pero determinantes a la hora de su interpretación.