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01 Hockett. El Puesto Del Hombre PDF
01 Hockett. El Puesto Del Hombre PDF
64.1. Nuestra última tarea en este libro consiste en investigar, lo mejor que podamos
con los datos disponibles, qué relación tiene el lenguaje con lo posición que ocupa el
características humanas a los animales y espíritus del folklore, incluyendo en todos los
especie que posee esa facultad, y que a ninguna otra especie viviente se le puede atribuir
razonablemente haber tenido esa facultad antes y haberla perdido más tarde. La
exactamente tan antigua, pues, corno la del hombre mismo. Nos gustaría saber cual es el
hechos con tanta precisión como lo permitan los datos disponibles y el derecho de ir
posición que ocupa el hombre en el árbol genealógico animal. Todos los seres humanos
vivientes pertenecen a una cola especie: homo sapiens. La filiación genética de homo
sapiens es la siguiente:
Género: homo. Durante el período holoceno (los últimos treinta mil años
pleistoceno (desde hace aproximadamente 700.000 años hasta hace alrededor de 30.000)
existía por lo menos otra especie, homo neanderthalensis, cuyos restos se han
encontrado en Europa, el Medio Oriente y el Asia Central; lo mismo que home sapiens
Familia: homínidos. Homo es el único género de esta familia que sobrevivió hasta el
holoceno. Los fósiles del pleistoceno atestiguan la existencia en ese período de otros
Sur. Ninguno de ellos tenia un cerebro especialmente grande, como el de homo, pero el
usó más temprano de toscas herramientas y del fuego para calentarse (no para cocinar,
ni tampoco el hacer fuego) datan del pleistoceno inferior y no eran privativos de homo.
comprende la de los póngidos, cuyos representantes son hoy nuestros parientes más
próximos. Los gibones contemporáneos pertenecen a una subfamlia de los pongidos (la
de los hilobátidos); los orangutanes, chimpancés y gorila, a otra (la de los símidos o
principios del mioceno; los más próximos de los antecesores comunes a homo sapiens y
años ( § 64.4).
todos los monos del Viejo y del Nuevo Mundo. Los fósiles más antiguos que se conocen
Reino: animal.
que posee el don de la palabra, de ningún modo es el hombre el único animal capaz de
otros animales se confunde, en parte, con el problema de describir en que forma difiere
problema del puesto del hombre en la naturaleza. Por otra parte, es mucho también lo
toda su significación la afirmación hecha más arriba de que sólo el hombre posee el don
Fijémonos, primeramente, en las abejas, que pertenecen a un tipo del reino animal
distinto de aquel a que pertenece el hombre. Cuando una obrera encuentra néctar regresa
trasmiten información sobre la localización del néctar a las otras obreras: unos
distancia. La abeja ejecuta la danza o comprende la danza que otra ejecuta (es decir,
vuela hacia el néctar en correcta dirección) sobre la base, a lo que parece, puramente del
instinto: las convenciones semánticas del sistema se han establecido en ella a través de
reducidos límites el sistema tiene flexibilidad, pues permite trasmitir mensajes que son
enteramente nuevos para todos los habitantes de una colmena. Pero las abejas no pueden
la danza.
(gasteroslcus aculeatus, del mismo tipo y subtipo que el hombre, pero de una clase
distinta y mucho más antigua). La descripción que sigue refleja tanto observaciones del
del océano, del río o del acuario; luego nada hacia la superficie hasta que encuentra a
una hembra cuyo abdomen esté distendido con la hueva y entonces ejecuta una danza en
vientre del macho es de un rojo vivo y sus ojos de un azul brillante. Una tosca
amorosa; para ello, es esencial que este representada (a distensión del abdomen, pero
manera similar, una tosca imitación en madera del macho inducirá a la hembra a
seguirlo: se puede prescindir de casi todos los detalles, incluso los ojos azules, pero el
color rojo del lado inferior es indispensable y también debe irritarse de algún modo la
danza en, zigzag. A1 llegar al nido el macho se coloca en posición vertical, mirando
hacia abajo y señalando el nido, hacia el que nada la hembra. La misma respuesta de la
hembra se obtiene si se apunta adecuadamente con un modelo de madera, sin que sea
necesaria la presencia del nido. Por último, el macho frota con la boca el abdomen de la
hembra y ésta expulsa los huevos: un frotamiento hecho con cualquier objeto, en la
forma rítmica apropiada, conduce al mismo resultado. Por último, después de alejarse la
hembra, el macho expele la lecha. A lo largo de todo este proceso se observa una
sucesión bien definida de señales que van de uno a otro de los participantes y cada una
de las cuáles sirve, en todo o en parte, como estímulo para la siguiente. Es innegable
del término, Pero, si acaso, el sistema es aún menos flexible que la danza de las abejas.
Por lo demás, sus convenciones se adquieren también seguramente por vía genética y no
ave y por lo tanto vertebrado, lo mismo que el pez espinoso y el hombre, pero de clase
distinta: más reciente que la de los peces, pero probablemente más antigua que la de los
mamíferos). Poco después de haber salido del huevo, los pichones empiezan a pedir
alimento, amagando picotazos al pico de la madre —o del padre, si era este el que los
empollaba hasta ese momento—, al principio de manera torpe y poco exacta. La gaviota
trocito de éste con la punta del pico y ofrecindoselo a los pichones. Estos siguen con su
picoteo hasta que uno de ellos se ingenia para apoderarse del bocado y tragarlo;
entonces la madre ofrece otro bocado. El proceso termina cuando los pichones dejan de
de interestímulos esta determinado, sin duda, genéticamente. Pero en cada uno de los
picotazos sucesivos podemos discernir quizás un elemento de aprendizaje: los primeros
aciertan menos; los que siguen —o los de comidas posteriores están mejor dirigidos.
Pero no es seguro que esa precisión cada vez mayor sea resultado del aprendizaje; puede
algo de aprendizaje, es evidente que no hay nada que se pueda calificar de enseñanza.
Los actos de los padres —al construir el nido y luego al regurgitar y ofrecer alimento—
“enseñanza” únicamente si esos estos de los padres fueran a su vez aprendidos, lo que
evidentemente no es así.
Nos ocuparemos, por último, de los gibones (varias especies del género hilobátidos,
humanos entre los que hoy sobreviven). Los gibones se estimulan mutuamente de varias
maneras —gestos y posturas, por ejemplo—, pero lo más semejante al lenguaje que hay
gibones del norte de Tailandia han demostrado que poseen un repertorio de por lo
menos nueve señales distintas, que difieren por el sentido y también por sus
comportamiento que sólo puede calificarse como “elusión”. Los demás gritos son
impedir que los miembros de la banda se dispersen demasiado durante sus expediciones
conjuntas entre los árboles en busca de comida. Desde el punto de vista de la
Cualquiera sea realmente el número exacto de gritos es, de todos modos, finito y
sentido de que sea cual fuere la situación que se le presente a un gibón éste sólo puede
responder con uno a otro de los gritos o con ninguno. No puede, en principio, emitir una
señal que tenga algunas de las características de un grito y algunas de otro. Es cierto
nada dentro del lenguaje propiamente dicho. Los sistemas de gritos de distintas especies
posible afirmarlo con certeza. También puede ser que refleje algún elemento de
transmisión tradicional: es decir, aprendizaje del sistema por parte de los jóvenes y
El hecho de que estos cuatro ejemplos los clasifiquemos, junto con el lenguaje, como
comunicación que aquí proponemos: son hechos de comunicación todos aquellos por
medio de los cuáles un organismo estimula a otro. Por lo tanto, clasificaríamos también
como comunicativo el hecho de que el rugido del león ahuyente a las gacelas, de que el
reclamo amoroso de los pájaros sirva para atraer depredadores o de que el marido
decida lavarse las manos e ir al comedor cuando ve a su mujer poner la mesa. Sin
embargo nuestra definición, aunque muy amplia, no lo abarca todo: supongamos que
una persona ve ponerse el Sol y se prepara para acostarse o que un mozo de café se
libera de un parroquiano indeseable tomándolo del cuello y arrojándolo fuera; en el
tampoco es comunicativo porque la acción es directa (aunque sin duda tiene efectos
laterales comunicativos: la actitud del parroquiano respecto del mozo puede ser muy
diferente en el próximo encuentro). Pero si una persona se prepara para acostarse porque
alguien le dice que cl sol se esta poniendo o si el mozo hace salir al parroquiano
amenazándolo con un gesto, en ambos casos tenemos estímulo entre organismos y, por
ende, comunicación.
64.3. Las propiedades generales del lenguaje. A nada conduce afirmar —por
justificada que esté esa afirmación— que es la diferencia entre el lenguaje humano y
también por saber cuáles pueden ser las causas de esa gran diferencia. Ahora bien, a
pesar de la variación que muestran las distintas lenguas en muchos aspectos, todas
no humanos que se conocen, en los que sólo se dan separadamente unas a otras. A
propiedades que sirven realmente para definir una lengua humana como tal. Por lo
algún otro rasgo igualmente importante. Las quince propiedades a que nos referimos
cuadro 64.1 indica si aparece o no cada una de esas propiedades en los sistemas de
hemos agregado una sexta columna con la que queremos aludir a la tradición musical de
respiratorio y del sector superior del digestivo. Ninguna actividad concomitante del
hablante, aunque produzca algún sonido, forma parte del habla. Las señales se reciben
por intermedio de los oídos, si bien hay ocasiones en que la observación de los
otro modo podrían resultar ininteligibles por efecto del ruido ambiente.
Por otra parte, téngase presente que no todos los sonidos y rasgos fónicos que
producen los movimientos articulatorios son parte del lenguaje. En este punto conviene
efectos sonoros, "gestos vocales" y otros fenómenos semejantes, que no forman parte
del lenguaje y que es útil clasificar juntos como fenómenos paralingüísticos ( § 6.5 y
Notas). En las páginas que siguen tendremos ocasión de referimos a ellos varias veces,
Casi todos los mamíferos (la jirafa es una excepción) producen sonidos vocales. De
CUADRO 64.1
en las aves son tan similares que invitan a aplicar también al canto de los pájaros el
término "vocal-auditivo".
haga uso distintivo del timbre vocálico. Hay dudas, incluso, de que un animal tan
oído en la vida humana se refleja en la gran representación cortical de esas dos regiones.
mueve en todas direcciones a partir del punto en que se origina a través de cualquier
fuente. A diferencia de la luz, las ondas sonoras atraviesan o circundan cierto tipo de
obstáculos: oímos, a través de una pared, la voz de una persona a quién no vemos.
En cualquier sistema de comunicación que use una vía sonora la trasmisión será, por
lo tanto, básicamente, de tipo irradiado: todo órgano o aparato receptor que se encuentre
todo el cuerpo. En consecuencia, las señales sonoras no necesitan por lo general incluir
ninguna especificación del lugar en que se halla cl animal que las trasmite: esta
información la imparte la estructura física de la vía misma y es, por cierto, difícil de
retener. Un gibón que encuentra comida emite el grito apropiado a esa circunstancia,
que es distintivamente diferente de los otros gritos del sistema. Pero no son las
propiedades acústicas del grito las que informan a los demás gibones dónde esta el
alimento: únicamente la localización del animal que lo ha emitido puede dar esa
misma razón—, todas las lenguas tienen palabras como aquí y yo, cuyas denotaciones
comunicación que use una vía sonora, es también consecuencia de la naturaleza física
del sonido: las señales son evanescentes, y a menos de ser captadas en el momento justo
Es verdad que, con el tiempo, cualquier mensaje está sujeto a fáding: una inscripción
cuneiforme de hace seis mil años puede ser legible todavía hoy, pero en algún momento
cada generación animal, es útil distinguir entre sistemas no registradores, cuyas señales
El aspecto positivo del fáding rápido es que impide que los mensajes ya, trasmitidos
otros nuevos (como ocurre algunas veces cuando se dispone de un pizarrón Pero no de
un borrador); así, las señales urgentes tienen vía libre. En el mundo animal, las señales
sonoras tienen, frente a las señales olfativas, la ventaja de su difusión rápida, de modo
que una señal urgente puede trasmitirse a gran distancia lo bastante rápido como para
ser útil. Pero las señales olfativas tienen la ventaja del fáding lento, lo que permite que
durante un cierto lapso los animales que encuentren el rastro puedan reaccionar ante él
primero fue la escritura; nada semejante a ella se ha descubierto hasta ahora en otros
Las propiedades II y III no son lógicamente independientes de I, puesto que son una
IV. Intercambiabilidad. Poseen esta propiedad todos aquellos sistemas en los cuales
los organismos participantes que están capacitados para trasmitir mensajes en el sistema
lo están también para recibirlos, y viceversa. En el caso del lenguaje, todo hablante
para decir cualquier cosa que es capaz de entender cuando otro la dice; las excepciones
son sólo patológicas. En la danza de las abejas hay intercambiabilidad, de la que están
excluidos zánganos y reinas; también la hay en el sistema de gritos de los gibones, pero
falta, en cambio, en los otros sistemas animales descritos: en las señales del pez
espinoso, por ejemplo, es obvio que el macho y la hembra no pueden intercambiar sus
emitida. En el comportamiento sexual del pez espinoso, por ejemplo, ninguno de los dos
participantes puede ver su propio vientre ni el macho tampoco sus ojos. En cambio,
salvo excepciones patológicas, cualquier hablante de una lengua humana oye todo lo
En § 13.4 vimos la importancia que tiene para el habla inteligible esta propiedad del
1 ) En el caso de todo animal que emite señales sonoras en sucesión, sean ellas
relativamente repetitivas (como lo son en muchos insectos) o varíen de una a otra (como
recepción, por retroalimentación, de cada señal emitida forme parte del estímulo que
señales con vistas a alguna norma cuya imagen está almacenada en el sistema nervioso
central del animal. Es de suponer que estos mecanismos sean sobre todo importantes
para los sistemas de comunicación en los que no participan enteramente los recién
nacidos y cuya adquisición, en el curso ordinario de los sucesos, parece implicar, sino
2) Una serie de señales que normal u originariamente se trasmite de uno a otro entre
varios miembros de un grupo de animales —cada una sirviendo a la vez como parte de
la respuesta a la precedente y como parte del estímulo para la siguiente— puede llegar a
estar a cargo, toda entera, de un solo animal. Es posible que esto no ocurra sino entre
que esté caracterizado por intercambiabilidad y retroalimentación total: son estas dos
propiedades las que permiten al ser humano “interiorizar” los papeles de otros y
mantener conversaciones consigo mismo, trasladando así a las situaciones en que está
momentáneamente solo todo el poder del lenguaje para resolver problemas y conflictos.
comer; o bien oye a su mujer decir la comida está lista y se dirige al comedor: de
acuerdo con la definición de comunicación que hemos dado más arriba ( § 64.2), tanto
Incluyendo aquellos que trasmiten lo que algún otro organismo recibe como señal—
Ahora bien, cuando la mujer pone la mesa la consecuencia física directa de su acción es
que los cubiertos, los platos y las copas quedan ordenadamente puestos sobre la mesa,
listos para la comida; esto está vinculado íntimamente, en las costumbres de nuestra
vez, de estímulo para que los otros miembros de la familia se dirijan al comedor: ésta es
una consecuencia que podemos llamar "indirecta”. Por el contrario, cuando la mujer
dice la comida está lista la consecuencia directa es una pequeña agitación de ondas
biológicas; las consecuencias indirectas, en cambio, son las mismas que en el caso
comunicación animal que se clasifican como tales, ya que en general no se piensa que
comunicación especializados.
las "señales” que trasmite al macho. La acumulación de los huevos es la que produce,
por directa acción energética, esa distensión, y la consecuencia final de toda esa "danza"
este elemento, por lo menos, del sistema de señalación no está, pues, especializado. Por
otra parte, el color rojo del vientre del macho parece servir solamente a la
pues puede provenir de un conocimiento insuficiente del mecanismo interno del pez.
denotaciones —es decir, tienen lazos asociativos con cosas y situaciones, o con tipos de
del sistema reposa sobre tales lazos, decimos que el sistema es semántico o, también,
que una de sus propiedades es la semanticidad. Todas las lenguas humanas son sistemas
semánticos ( § 16.2).
gibón reacciona ante el grito de peligro en la misma forma en que reaccionaría ante el
peligro mismo, sin que ello suponga que "identifique” el primero con el segundo. Hay,
pues, algún tipo de lazo asociativo entre el peligro y el grito de peligro, en virtud del
cual cualquiera de ellos provoca el mismo conjunto de reacciones y éstas son distintas
de las que provoca, por ejemplo, la presencia de alimento o la percepción del grito que
lo anuncia. Éstos son todos los datos que necesitamos para clasificar los gritos de los
La danza de las abejas es semántica también, puesto que denota una localización
semanticidad: un grito es, para los gibones, un símbolo de algo; una cierta velocidad o
dirección en la danza de una abeja es también un símbolo de algo; la danza del pez
espinoso macho es un estímulo eficaz para la hembra, pero no es símbolo de nada fuera
de sí mismo.
De ninguna relación semántica puede decirse que sea completamente icónica, ya que
para serlo el símbolo debería ser indistinguible del original. Un mapa de ruta, por
ejemplo, es icónico hasta un cierto punto: las rayas y puntos que representan ríos,
aproximadamente, que los originales sobre la superficie terrestre, con una reducción en
escala exactamente calculada: pero ni el color ni los diversos tipos de líneas que
representan caminos son icónicos, ni tampoco el ancho de la línea que representa un río
hay ninguna similitud entre el sonido de la palabra perro (o francés chien o inglés dog)
del volumen incrementado. Los grados de cólera son significados y los grados de
volumen son las señales que trasmiten esos significados, de modo que la representación
los gritos de los gibones, aun cuando el sistema de gritos parece estar inmerso en un
campo de variables continuas (lo mismo que el lenguaje en una matriz paralingüística) y
en ese campo puede haber rasgos icónicos: la intensidad general con que un gibón emite
peligro. La asociación entre éste y su característico grito es, pues, arbitraria, pero la
arbitrario todos los demás detalles del sistema son icónicos: la velocidad de la danza es
vertical es igual al ángulo entre la visual del sol y la dirección hacia el néctar.
alfabético de escritura sobre uno pictórico ( § 62.4) o a la que tiene una computadora
digital sobre una analógica (icónica) para programar una infinita variedad de
operaciones. Una computadora analógica, una escritura pictórica, la danza de las abejas
pueden estar maravillosamente adaptadas para una función muy específica y al mismo
tiempo ser inútiles para cualquier otra cosa. Los seres humanos pueden hablar acerca de
IX. Carácter discreto. Cuando alguien pregunta dónde está alguna cosa, muchas
veces se responde señalando. Físicamente, mano y dedos pueden estar colocados en una
lo está. Vale decir que de la totalidad de posiciones posibles de la mano y los dedos una
serie continua de ellas se clasifican juntas como "señalar" y la serie continua restante
esta forma ciertas regiones perfectamente discernibles unas de otras decimos que hay
grado de exactitud que por lo general es suficiente para comprender la señal: el continuo
En todos sus aspectos icónicos la danza de las abejas es un sistema continuo. Los
gritos de los gibones difieren uno de otro en forma discreta. Los fonemas de una lengua
no son sonidos sino regiones de sonido extraídas por cuantización del continuo
lingüística debe diferir de cualquier otra de la misma longitud al menos por un rasgo
fonológico completo: las emisiones no pueden ser indefinidamente similares una a otra.
el rumbo del vuelo puede corregirse cuando las obreras llegan a la vista del néctar. Si,
arbitrarios, entonces cada una estaría rodeada por otras indefinidamente similares a ella
en contornos físicos, pero con significados totalmente distintos: el más leve error de
orden continuo y, en ese caso, los significados pueden ser icónicos o arbitrarios (en el
lenguaje, por lo tanto, la propiedad VIII es independiente de VII y IX. La cuantización
cuando aparece una sólo resulta ambigua entre dos o pocas alternativas; sin
que se refiere la comunicación puede estar alejado en tiempo y espacio del momento y
del hombre es la danza de las abejas. Pero mientras esta última está siempre y
hubiera sido fácil poder tener a mano en la torre de la iglesia muchos cientos de
lámparas. Pero se podría haber convenido en que cada mensaje se representaría por una
hilera de cinco luces, cada una de las cuales sería verde, roja o amarilla. En ese caso se
habrían necesitado sólo quince linternas —una de cada color para cada posición— pero
el sistema habría servido para un total de 35 = 243 mensajes diferentes. Lo mismo que
mensajes totales, de modo que "luz roja en primera posición”, por ejemplo, no hubiera
tenido ningún significado individual propio: habría servido únicamente para distinguir
unos mensajes de otros, así como la /b-/ inicial de los morfemas españoles, bata, boro,
vena, bol los distingue de pata, toro, cena, col, pero carece de significado propio. El
respecto de elementos mínimos con significado o pleremas (aquí los mensajes totales
con las convenciones semánticas establecidas para cada uno) y también un conjunto de
diferenciadores de mensajes, o cenemas (aquí los tres colores y las cinco posiciones); un
número de agrupamientos breves y los significados asignarse a estos últimos. Todas las
lengua —los pleremas lingüísticos—, cada uno de los cuales está representado
de la porción que tradicionalmente llamamos lenguaje y debe por lo tanto ser parte de
él.
emisión producida en una situación dada. difiere por mucho más que por un rasgo
fonológico mínimo de cualquier otra emisión que podría aparecer en las mismas
que llega a los oídos del oyente. Ya hemos visto ( § 52.2) que la consecuencia inevitable
inseparable de la dualidad.
dualidad. Un ejemplo es el código Morse, en el que los cenemas son puntos .y rayas y
silencios de diversa duración y los pleremas son combinaciones de esos cenemas a las
que se han asignado significados (v. gr. dos puntos significan la letra "I"). Otro ejemplo
es la escritura orgánica que emplearon los hablantes de irlandés antiguo. Esta escritura
por ciertos ordenamientos de esos trazos; las denotaciones de los pleremas Eran los
dualidad verdaderamente significativa. Ésta sólo se encuentra en los sistemas que usan
gibones, por ejemplo, las diferencias entre los gritos son siempre globales. No obstante,
exclusivamente humana.
todo hablante puede decir algo que nunca ha dicho ni oído antes y ser perfectamente
comprendido por sus oyentes, sin que hablante ni oyentes se percaten de la novedad en
mecanismos que lo hacen posible, que se pueden clasificar juntos bajo el nombre de
analogía ( § 50.1). Hemos visto, por último, al tratar la ontogenia lingüística (§ 41.3),
cómo llega un momento en el que todo niño produce su primera emisión nueva
construida analógicamente, y hemos señalado que recién después que ello ha ocurrido
pueden sus hábitos lingüísticos amoldarse lentamente a los del habla adulta que lo
rodea.
La danza de las abejas también es productiva, en cuanto una obrera puede informar
los mecanismos analógicos que hacen productivo al lenguaje son muy diferentes de los
discreto la productividad implica que algunos mensajes del sistema —tanto los antiguos
una sola variedad de analogía por la que puede crearse un nuevo mensaje: el cruce ( §
51.2); un poco más adelante ( § 64.4) se verá la importancia de este hecho.
Las líneas de base verticales representan el canto de las piedras en que se hacían las
inscripciones. Los trazos horizontales y oblicuos constituyen las letras del sistema. Cada letra
representaba un forma del irlandés antiguo, con algunas de las habituales irregularidades y
omisiones; las letras latinas impresas junto a las ogámicas indican esos valores con
aproximación. Cada letra ogámica, pues, era un plerema. Pero las letras se componen de uno a
cinco trazos, en uno a otro de tres ángulos respecto de la línea de base y extendiéndose a ambos
lados de ella o sólo a un lado: estos hechos revelan la estructura cenemática del sistema.
“Dirección”, "ángulo" y "número" no significan nada en sí mismos, pero sirven para distinguir
las letras (los pleremas) unas de otras.
uno improductivo, aunque este ultimo tenga un número enorme de mensajes. Porque si
enteramente discretos a cada mensaje total, de modo que cada mensaje es un sólo
productividad.
De los restantes sistemas que hemos descrito, ninguno manifiesta productividad. Los
gritos de los gibones, por ejemplo, configuran un repertorio total de entre nueve y doce
alguna manera en ese organismo. Hay dos mecanismos biológicos que lo hacen posible.
El ser humano, cuando nace, no habla ninguna lengua. La lengua que llega a hablar
más tarde es la que usan las personas que lo rodean, ya sea que se trate de la lengua de
sus antepasados biológicos o no y, si no lo es, sin que ello afecte en lo más mínimo el
grado de habilidad con que llegue a hablarla ni el tiempo que requiera para aprendería.
Si, como ocurre ocasionalmente, una criatura se cría en absoluto aislamiento o entre
que los hábitos lingüísticos de una persona sorda, por ejemplo, llegan a ser
prácticamente idénticos a los de las personas con quienes vive. Finalmente, conviene
recordar que se ha intentado varias veces enseñar a hablar a individuos de alguna otra
de cualquiera y de todas; 2) los genes humanos —y únicamente los humanos- son una
completo.
pero no todo comportamiento aprendido es tradicional. Para que lo sea debe haber
por vía
genética, sino que haya sido aprendido a su vez de maestros anteriores. Así, por
ejemplo, si hay realmente algún elemento de aprendizaje en el picotear cada vez más
preciso del pichón de gaviota, no hay, empero, trasmisión tradicional, dado que el
enteramente instintivo.
generación a la siguiente, de los cantos de los pájaros, de los gritos de los gibones o de
las pautas vocales de varias otras especies constituye todavía un interrogante. Lo más
probable parece ser que, al menos en los mamíferos terrestres y en las aves, la genética
y la. tradición obren en constante complementación dialéctica, sin que en ningún caso
tanto de los demás de ese sistema como de todo el resto de la "cultura", se lleva a cabo
Debe notarse que definir trasmisión cultural y los rasgos esenciales de un sistema de
comunicación que la haga posible en la forma en que lo hemos hecho equivale a afirmar
que sólo homo sapiens, en lo que sabemos hasta ahora, tiene cultura. Pero no debemos
XIV. Prevaricación. Los mensajes lingüísticos pueden ser falsos y pueden no tener
misma. Este carácter reflexivo del lenguaje no se encuentra, a lo que parece, en ningún
lingüísticamente sobre todo lo que podamos experimentar. Las abejas, por el contrario,
sólo pueden danzar sobre lugares, pero no pueden danzar sobre la danza.
64.4. Los orígenes del lenguaje. De las quince propiedades del lenguaje que hemos
centrales a básicas de todo sistema lingüístico: si no fuera por ellas, el lenguaje humano
punto de vista de la evolución, es de suponer, pues, que fueron las últimas en aparecer,
procurarnos satisfacer en este parágrafo. Para ello es necesario bosquejar las diversas
etapas evolutivas que precedieron los orígenes del lenguaje, dentro del conjunto total y
método de que nos valdremos es muy semejante al que hemos descrito y ejemplificado
Entre los datos del primer tipo, el que mejor permite establecer la época y
del que se han identificado hasta ahora varias especies. De su localización, cronología y
superior.
que se sabe de los hominoideos de hoy; teniendo en cuenta, Además, todo cuanto
tradición ( § 64.3). Para hacer más vivido el cuadro nos permitiremos también algunas
plenamente justificado.
movibles, con manos manipuladoras, y el encéfalo algo más grande que en el común de
los mamíferos terrestres. Eran más pequeños que nosotros, Pero más grandes que los
gibones; tenían músculos faciales móviles y grandes caninos; era peludos y carecían de
cola.
Eran expertos trepadores y pasaban buena parte de su vida en los árboles de los
bosques tropicales o subtropicales que constituían su hábitat; allí tenían sus nidos y allí
no sólo entre los árboles, sino también en tierra. Allí podían adoptar una postura
semierecta y sentarse dejando los brazos libres para la manipulación; podían caminar en
cuatro patas y correr con las dos posteriores, pero la marcha bípeda era infrecuente y
torpe.
posible que los modificasen ligeramente, con manos y dientes, y que los transportasen
un corto trecho para uso inmediato, arrojándolos después. Transportaban también otras
algunas veces, pequeños mamíferos o aves que por estar lastimados o enfermos no
animales carnívoros.
La gestación duraba unas treinta semanas y los mellizos eran tan raros como lo son
hoy entre los seres humanos. La prole requería y recibía los cuidados maternos durante
muchos meses. El crecimiento se completaba. en ambos sexos, a los nueve o diez años y
el lapso vital era, potencialmente, de unos treinta años. El ciclo menstrual reemplazaba
en las hembras la época del celo. Los machos adultos se interesaban sexualmente por las
uno o muy pocos machos adultos, varias hembras y la cría. Cada banda habitaba un
territorio de límites imprecisos cuyo centro era el grupo específico de árboles en que
construían sus nidos. Con respecto a las bandas adyacentes las relaciones eran neutrales
u hostiles, rara vez amistosas; pero debía haber bastante contacto como para proveer a
genéticamente, pero en cierta parte también por tradición, adquiriéndolas los jóvenes a
través de su participación, bajo la dirección de los adultos, en las actividades del grupo.
Esto supone una cierta capacidad para aprender por experiencia y para trasmitir a otros
respecto es un sistema de gritos similar al de los modernos gibones (§ 64.2), que era,
tenía en común con el lenguaje humano, en cambio, las propiedades I-IX (§ 64.3) y
quizá también, hasta cierto punto, la de trasmisión tradicional. Aunque lo más seguro es
mecanismo genético.
Los homínidos. Los datos geológicos indican que una o más veces durante el
aislados. Al retirarse los árboles algunas bandas de hominoideos retrocedieron con ellos,
sin abandonar nunca su clásica existencia arborícola: sus descondientes de hoy son los
capacitados para atravesar campo abierto en busca de otros árboles se extinguieron; los
hominoideos que pudieron hacerlo fueron los antepasados nuestros y de los monos
antropoides. Pero la presión cada vez mayor de población en esos oasis arbóreos cada
vez más reducidos forzaría a las bandas a competir entre sí por sus recursos; con el
tiempo, los más fuertes quedaron dueños de los árboles: algunos de ellos fueron los
antepasados de los monos antropoides. Los otros, los que fracasaron y debieron
abandonar los árboles, fueron los antecesores del hombre. Es en este punto, cuando
"homínidos”.
agua, pues esta es abundante donde hay árboles; tanto los animales de presa como los
grandes cuadrúpedos herbívoros eran fuertes y temibles. Para poder sobrevivir en ese
medio hostil —en el que debió desaparecer un enorme número de hominoideos —era
De esos cambios adaptativos los más importantes fueron, sin duda, los que tenían
aparecían ya, según vimos entre los protohominoideos, pero estos necesitaban sus
manos sobre todo para trepar y para la locomoción: el palo que se llevaba al nido se
transfería a la boca cuando el animal debía asirse a las ramas y la herramienta ad hoc se
abandonaba cuando había que avanzar. Las condiciones no son mejores en tierra si se
sigue necesitando de las manos para caminar; pero si la locomoción bípeda es de algún
modo posible, las manos quedan libres para transportar objetos: y el valor de esto último
para la supervivencia sirve a su vez para promover una estructura corporal adaptada a la
locomoción bípeda.
Las primeras cosas que se transportaron fueron seguramente toscas armas defensivas
y los restos de las víctimas de animales carniceros, al principio dentro del territorio de la
banda y más tarde llevados de un lugar a otro al trasladarse toda la banda; al transporte
agua —tan necesaria a los primates—, recogida en las grandes hojas de las plantas
tropicales.
Los efectos laterales de esa actividad fueron de incalculable importancia: no sólo que
su inmediato valor práctico ayudó a promover la locomoción bípeda, sino que esta a su
vez promovió, por vía de selección, el incremento de esa actividad y la postura erecta
que hace mecánicamente más cómoda la marcha en dos pies. Otra consecuencia fue que
dio lugar a un tipo de comportamiento que tenía todas las apariencias externas de lo que
llamamos "memoria" y "presciencia": con el correr del tiempo, esas apariencias dieron
origen a las características psicológicas a que se refieren los términos. Una tercera
convirtieron gradualmente en ofensivas y la carne pasó a formar una parte cada vez
mayor de la dieta de los errantes homínidos del mioceno y el plioceno. Por último, el
uso de las manos para transportar significó que la boca y los dientes —que los otros
mamíferos terrestres, las aves y aun los reptiles emplean típicamente para ese objeto—
quedaron disponibles para otras actividades. Esto es tan importante que se puede
hemos llegado. Ahora bien, la caza de animales peligrosos es difícil con armas tan
primitivas y debe hacerse en colaboración. Ello exige coordinación de los actos de los
participantes; pero las manos sostienen armas y no pueden emplearse para ninguna señal
muy complicada, en tanto que la atención visual debe dividirse entre los movimientos
de la presa y los de los demás participantes: todo ello favorece una mayor flexibilidad
de la comunicación vocal-auditiva, que permite coordinar las acciones sin tener que
interrumpir la tarea.
de una variedad de objetos cada vez mayor, todo presiona en favor de lo que podemos
organización social más compleja, a la que sólo se puede llegar con una comunicación
más flexible.
situaciones recurrentes. Pero no puede dar el primer paso hacia el lenguaje, tal como lo
Representemos la configuración acústica de alguno de los gritos del sistema —el que
otro —el que significa “peligro” —, con EFGH. Estas representaciones sólo indican que
cada grito posee dos o más propiedades acústicas en las que podían concentrarse los
en lugar de uno u otro de los gritos apropiados— uno que reunía las características de
ambos: por ejemplo, ABGH. Si esto se repetía varias veces, más tarde o más temprano
los otros miembros de la banda acabarían por responder en la forma apropiada, lo que
hacía posible enfrentarse con una situación desusadamente compleja en forma más
eficiente que antes: así reforzado; el hábito del cruce de dos gritos anteriores para
En realidad, es forzoso creer que eso fue lo que ocurrió, porque el mecanismo del
improductivo puede evolucionar hacia uno productivo (§ 64.3). Ahora bien, volviendo
al ejemplo anterior: la mera aparición del nuevo grito, ABGH, no significa que el
sistema ha pasado a ser productivo; un sistema de veinte gritos, o de cien o de mil, sigue
siendo tan improductivo como uno de diez. Pero a partir del momento en que el nuevo
grito entra a formar parte del sistema, tanto él como los dos más antiguos pasan a ser
“comida” y CD, “no hay peligro”; en EFGH. EF significa “no hay comida” y GH,
“peligro”; en tanto que ABGH significa “comida y peligro”: AB, CD, EF y GH acaban
EFCD, significando, obviamente, no hay comida y no hay peligro'. Así pues, son tres
por los menos los gritos que ahora constan de dos partes cada uno, ninguna de las cuáles
está confinada a un sólo grito. Ahora se tiene la base para el hábito de construir señales
compuestas valiéndose de partes con significado, y es este hábito el que está en el centre
piedra o un palo con la mano— es un brevísimo episodio; pero sabemos que cualquier
tipo de evento potencialmente crucial puede ocurrir innumerables veces sin efecto
visible por cada una de las veces en que tiene consecuencias minúsculas pero duraderas.
evolución ulterior fue tan grande como lo fue el del transporte manual.
trasmitirse enteramente por vía genética, sino que hacen necesario un aprendizaje
similar al del niño que aprende a hablar (capitulo XLI). El desarrollo de un sistema
que pueda tener una especie y tiende a acrecentar, por selección natural, la base genética
de esa capacidad.
sistema antes de poder usarlo con eficiencia, entonces mucho de ese aprendizaje acabará
por tener lugar lejos de los contextos en que tendrían pertinencia inmediata las
productivo y en gran parte trasmitido por tradición significa que es posible hablar de
situaciones que no existen en ese momento; es decir, significa que a las propiedades que
cuando no hay necesidad inmediata de el. Cada uno de esos hábitos, por consiguiente,
refuerza el otro y es difícil decir cual vino primero. No obstante, nos inclinamos a
que el cerebro, el cráneo y los dientes llegaran a ser lo que son ahora.
detalles se trasmitían sobre todo por tradición, más bien que genéticamente, y que
Nada semejante a él se conoce en el mundo de hoy, pero como son muchos los sistemas
podría descubrirse. Lo que sabemos con certeza es que cualquier grupo de homínidos
extinguió sin dejar descendientes. Por lo demás, es muy probable que si pudiéramos
escuchar hoy el prelenguaje de nuestros antepasados nos sonaría más como gritos de
animales que como una lengua, y que sólo un análisis muy atento pondría de manifiesto
mayor ímpetu; sus orígenes fueron ciertamente posteriores a los comienzos del
prelenguaje.
extremo inferior de la cabeza al lado frontal, llevó el eje de la cavidad bucal a una
entre el velo y la glótis y dejó amplia libertad a la raíz de la lengua para moverse hacia
atrás en el espacio así provisto y al velo del paladar para moverse hacia arriba cerrando
el pasaje nasal. Todas estas alteraciones lucieron al aparato fonador humano
puede decirse que, en cierto modo, prepararon la escena para el desarrollo de los
aparecía, la maquinaria que se usaría para ella iba a ser con toda probabilidad el tipo de
más flexible y más rico, a causa de sus muchas ventajas para la supervivencia. El
constante cruce entre emisiones generó un repertorio cada vez más grande de elementos
ocupando cada vez con mayor densidad; algunos premorfemas llegaron a hacerse tan
convirtió en una exigencia demasiado grande para las bocas, los oídos y los cerebros
homínidos. Algo debía suceder o el sistema se derrumbaría por su propio peso. Muchos
sistemas así. sobrecargados debieron sin duda sufrir un colapso, extinguiéndose después
sus usuarios. Pero en un caso por lo menos se produjo una "mutación” brillante y
configuración acústica total, sino en función de los rasgos sonoros que aparecían en
Aunque brillante y decisiva, esta innovación no necesitó ser ni tan rápida ni tan ardua
como la descripción hecha parecería sugerir. Sin dualidad, pero ya con productividad, el
forma apropiada. En tanto que en un sistema puro de gritos el principio sólo puede ser
el paso que hay que dar para dejar de considerar que los detalles acústicos constituyen
través de los pasos y etapas que hemos expuesto, no debe mirarse como la sustitución de
un tipo de sistema de comunicación por otro, sino más bien como el desenvolvimiento
de un sistema nuevo dentro de la matriz del antiguo. Algunos de los rasgos del sistema
hombre, pero como acompañamiento del lenguaje y no como parte de este. Los
Además ciertos gruñidos y gritos (¡ajá! ¡hum!, ¡eh!), que no son palabras ni morfemas
muchas maneras por las condiciones de vida de los hablantes humanos, pero cuya
prosapia —lo mismo que la de los movimientos comunicativos del cuerpo— es más
En las páginas que anteceden hemos bosquejado los sucesivos pasos del progreso
verdaderamente humanos. Pues afirmamos que tan pronto como los homínidos hubieron
alcanzado la postura erecta, la marcha bípeda, el uso de las manos para manipular, para
hombres. Sólo quedan en pie dos interrogantes: ¿cuánto tardó en producirse el cambio?
Con seguridad los cambios no comenzaron antes del tiempo de los protohominoideos
todavía hasta muy avanzado el plioceno. Por otra parte, tenemos la convicción de que
subsiguiente del cerebro, atestiguado por los restos fósiles: desde hace ca. 750.000 años
constantemente. Aun cuando parte de ese incremento refleja un aumento general del
tamaño del cuerpo, queda todavía un crecimiento relativo que hay que explicar. Debe
desecharse totalmente la idea de que ese crecimiento fuera fortuito: un cerebro grande
tiene demasiadas desventajas biológicas, las que sólo se pueden superar si hay
compensaciones. Es necesario suponer, pues, que si una especie ha desarrollado
de hace un millón de años la importancia de un cerebro más grande es obvia si, y sólo
fósiles y del material arqueológico no solamente apoya esta conclusión, sino que incluso
sugiere que puede ser demasiado conservadora y que los orígenes del lenguaje y de la
Pero se podría pensar que aun siendo tan tempranas como hemos dicho la mayoría de
haber sido más tardía. Son dos las razones por las que creemos que la dualidad es tan
cabeza es empujada hacia adelante para formar la frente. Pero no se ve claro por que
ello debiera ocasionar el retroceso de la parte inferior de la cara para producir el perfil
prevalece. Aun tomando en cuenta los posibles factores que pudieron favorecer ese
cambio (la recesión del hocico y la disminución de su mole son quizás útiles para el
antiguo, entonces tal vez esa predigestión externa del alimento pudo al menos hacer
posible la reducción del tamaño de dientes y mandíbulas), todavía hay lugar para otra
posible influencia: la que ejerce el hábito de hablar en una verdadera lengua; vale decir,
en una lengua que usa los tipos de movimientos articulatorios hoy universales, los
hoy llamamos los "órganos de la palabra”. Y si esto es así, "órganos de la palabra” es,
oriental no puede ser mucho más reciente que el pleistoceno medio. Esto significa que
dispuso de varios cientos de miles de años. No obstante, el ser humano presenta una
diversidad racial sorprendentemente pequeña; mucho menor, por ejemplo, que la de los
perros, producida en un lapso mucho más breve (incluso tomando en cuenta la distinta
variedad se revela en ciertos aspectos del lenguaje. Casi todo tipo de articulación que se
sabe funciona en una lengua aparece también en otras varias lenguas, sin ninguna
mucho menor que la que podría fácilmente inventar cualquier lingüista. Tanta
modernos movimientos articulatorios en dos o más partes del mundo: los desarrollos
fundamentales deben haberse producido una sola vez y difundido luego. Las
innovaciones pueden ser antiguas o recientes, excepto por un hecho adicional: en todas
las lenguas se hace un uso notablemente eficiente de la materia prima fonológica, lo que
habla en favor de una gran antigüedad; es imposible imaginar que tanta eficiencia haya
mismo que en todas las otras fases de la vida humana en que la tradición y no la
diversidad de razas humanas es tan pequeña y que las lenguas y culturas de todas las
denominador” heredado.
NOTAS
Este capítulo, escrito hace casi diez años, ha tenido que ser revisado con detalle y
actual incorpora en una buena parte Hockett (72) y resume Hockett y Ascher(74).
Comunicación animal: Tinbergen (159), Frisch (43), Carpenter (29). Coon (32), La
Barre (101) y Hooton (82, 83) se proponen trazar toda la historia del hombre; sólo La
Barre hace algo más que mencionar superficialmente el papel del lenguaje. Kroeber (96)
concuerda sólo con algunas de las recogidas por Kroeber y Kluckholn (97). Bloomfield
(17, 19) se ocupa de la importancia del lenguaje para la tecnología y la ciencia; Hockett