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INSTRUCCIONES PARA IMPRIMIR

1.- En una hoja tamaño carta imprimir la página 1 (el número de página se indica en la esquina
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3.- Recortar en la linea punteada
4.- Doblar cada una de las partes de la siguiente manera:

Angel
SA
R O NTO
SA
de la
Guard
Donde esta el dibujo debe quedar al frente
R iO
a,
dulce
compa
ñía, no
me
Angel de la desam
Guarda, dulce pares
com pañía, no ni de
me des ampares noche
ni de noche ni ni de
de día , no me día, no
dejes me
dejes

Nota: son 2 trípticos por hoja tamaño carta

REPRODUCELOS ! Que lleguen más lejos


¿Sientes desprecio por las perso- G ¿TIENES ALGUNA PROMESA QUE
nas que antes te quisieron bien, y HACERME? Puedo leer en el fondo QUINCE MINUTOS
ahora, se alejan de ti, sin que les de tu corazón. A los hombres se
hayas dado el menor motivo? Rue-
ga por ellas, y yo las volveré a tu
les engaña fácilmente –a Dios, no.
Háblame, pues, con toda sinceri-
CON
lado si no han de ser obstáculo a dad. ¿Tienes un propósito firme de
tu santificación. no ponerte más en aquella ocasión JESUS
G ¿TIENES ALGUNA ALEGRÍA QUE de pecado?, ¿de privarte de aque-
COMUNICARME? ¿Porqué no me ha- llo que te dañó?, ¿de no leer más
aquel libro que dio rienda suelta a
SACRAMENTADO
ces partícipe de ella por lo buen
amigo tuyo que soy? Cuéntame lo tu imaginación?, ¿de no tratar más No es preciso, hijo mío, saber
que desde ayer, desde la última visi- a aquella persona que turbó la paz mucho para agradarme; basta
ta que me hiciste, te ha consolado y de tu alma, haciéndote pecar? ¿Vol- que me ames mucho. Háblame
ha hecho sonreír tu corazón. Quizás verás a ser amable con aquella per- sencillamente, como hablarías al
has tenido alguna sorpresa agrada- sona a quien miraste hasta hoy como
más íntimo de tus amigos, como
ble; quizás se han disipado algu- enemiga?
Hijo mío, vuelve a tus ocupacio- hablarías a tu madre, o a tu her-
nos recelos; quizás has recibido
buenas noticias, una carta, una nes habituales, a tu trabajo, a tu fa- mano.
muestra de cariño; quizás has ven- milia, a tu estudio..., pero no olvi- G ¿NECESITAS HACERME ALGU-
cido una dificultad o salido de un des la grata conversación que he- NA SÚPLICA EN FAVOR DE ALGUIEN?
apuro... Obra mía es todo esto, y mos tenido aquí los dos, en la so- Dime su nombre, sea el de tus pa-
yo te lo he proporcionado. ¿Por ledad de la capilla. Ama a mi Ma- dres, el de tus hermanos y ami-
qué no has de manifestarme por dre, que lo es tuya también, la Vir-
gos; dime en seguida qué quisie-
ello tu gratitud, y decirme sencilla- gen Santísima... y vuelve otra vez
a mí con el corazón más amoroso ras hiciese yo realmente por ellos.
mente como un hijo a su padre:
gracias padre mío, gracias? El todavía, más entregado a mi ser- Pide mucho, muchas cosas; no
agradecimiento trae consigo nue- vicio: en el mío encontrarás cada vaciles en pedir, me gustan los co-
vos beneficios, porque al bienhe- día nuevo amor, nuevos beneficios, razones generosos, que llegan a
chor le agrada verse co- nuevos consuelos. TS-022
olvidarse de sí mismos para aten-
rrespondido. der las necesidades ajenas.

¿Sientes desprecio por las perso- G ¿TIENES ALGUNA PROMESA QUE


nas que antes te quisieron bien, y HACERME? Puedo leer en el fondo QUINCE MINUTOS
ahora, se alejan de ti, sin que les de tu corazón. A los hombres se
hayas dado el menor motivo? Rue-
ga por ellas, y yo las volveré a tu
les engaña fácilmente –a Dios, no.
Háblame, pues, con toda sinceri-
CON
lado si no han de ser obstáculo a dad. ¿Tienes un propósito firme de
tu santificación. no ponerte más en aquella ocasión JESUS
G ¿TIENES ALGUNA ALEGRÍA QUE de pecado?, ¿de privarte de aque-
COMUNICARME? ¿Porqué no me ha- llo que te dañó?, ¿de no leer más
aquel libro que dio rienda suelta a
SACRAMENTADO
ces partícipe de ella por lo buen
amigo tuyo que soy? Cuéntame lo tu imaginación?, ¿de no tratar más No es preciso, hijo mío, saber
que desde ayer, desde la última visi- a aquella persona que turbó la paz mucho para agradarme; basta
ta que me hiciste, te ha consolado y de tu alma, haciéndote pecar? ¿Vol- que me ames mucho. Háblame
ha hecho sonreír tu corazón. Quizás verás a ser amable con aquella per- sencillamente, como hablarías al
has tenido alguna sorpresa agrada- sona a quien miraste hasta hoy como
más íntimo de tus amigos, como
ble; quizás se han disipado algu- enemiga?
Hijo mío, vuelve a tus ocupacio- hablarías a tu madre, o a tu her-
nos recelos; quizás has recibido
buenas noticias, una carta, una nes habituales, a tu trabajo, a tu fa- mano.
muestra de cariño; quizás has ven- milia, a tu estudio..., pero no olvi- G ¿NECESITAS HACERME ALGU-
cido una dificultad o salido de un des la grata conversación que he- NA SÚPLICA EN FAVOR DE ALGUIEN?
apuro... Obra mía es todo esto, y mos tenido aquí los dos, en la so- Dime su nombre, sea el de tus pa-
yo te lo he proporcionado. ¿Por ledad de la capilla. Ama a mi Ma- dres, el de tus hermanos y ami-
qué no has de manifestarme por dre, que lo es tuya también, la Vir-
gos; dime en seguida qué quisie-
ello tu gratitud, y decirme sencilla- gen Santísima... y vuelve otra vez
a mí con el corazón más amoroso ras hiciese yo realmente por ellos.
mente como un hijo a su padre:
gracias padre mío, gracias? El todavía, más entregado a mi ser- Pide mucho, muchas cosas; no
agradecimiento trae consigo nue- vicio: en el mío encontrarás cada vaciles en pedir, me gustan los co-
vos beneficios, porque al bienhe- día nuevo amor, nuevos beneficios, razones generosos, que llegan a
chor le agrada verse co- nuevos consuelos. TS-022
olvidarse de sí mismos para aten-
rrespondido. der las necesidades ajenas.

Página 1
Háblame con llaneza, de los tantos justos, y tantos santos de Díme: ¿qué cosa llama hoy
pobres a quienes quisieras con- primer orden que tuvieron tus particularmente tu atención?
solar; de los enfermos a quie- mismos defectos! Pero rezaron ¿qué anhelas más vivamente y
nes ves padecer; de los extra- con humildad, y poco a poco con qué medios cuentas para
viados que anhelas devolver al se vieron libres de sus miserias. conseguirlo? Dime qué es lo que
buen camino; de los amigos Tampoco vaciles en pedirme te ha salido mal, y yo te diré las
ausentes que quisieras ver otra bienes para cuerpo y para en- causas del fracaso. Hijo mío, soy
vez a tu lado. Dime por todos tendimiento: salud, memoria, dueño de los corazones, y dul-
al menos una palabra; pero pa- éxito feliz en tus trabajos, nego- cemente los llevo, sin perjuicio de
labra de amigo, palabra entra- cios o estudios... Todo eso pue- su libertad, donde me place.
ñable y fervorosa. Recuér-dame do darte, y lo doy y deseo me G ¿ESTÁS TRISTE O DE MAL HU-
que he prometido escuchar toda lo pidas en cuanto no se opon- MOR? Cuéntame tus tristezas con
súplica que salga del corazón. ga, sino que favorezca y ayude todos sus pormenores. ¿Quién te
G ¿NECESITAS ALGUNA GRA- a tu santificación. Hoy por hoy, ofendió?, ¿quién lastimó tu amor
CIA? Haz, si quieres, una lista ¿qué necesitas? ¿Qué puedo propio?, ¿quién te ha menospre-
de lo que necesitas, y ven, léela hacer por tu bien? ¡Si cono- ciado? Acércate a mi corazón,
en mi presencia. Dime con sin- cieses los deseos que tengo de que tiene el bálsamo eficaz para
ceridad que sientes orgullo, pe- favorecerte! todas las heridas del tuyo. Cuén-
reza y amor a la sensualidad, tame todo, y acabarás por decir-
G ¿T E PREOCUPA ALGUNA me que, a semejanza de mí, todo
que eres tal vez egoísta, incons- COSA? Cuéntamelo todo deta-
tante, negligente..., y pídeme lo perdonas, todo lo olvidas, y
lladamente. ¿Qué te preocupa?, en pago recibirás mi consolado-
luego que venga en ayuda de ¿qué piensas?, ¿qué deseas?
los esfuerzos, pocos o muchos, ra bendición. ¿Tienes miedo de
¿No querrías poder hacer algún algo? ¿Sientes en tu alma triste-
que haces para sacudir de enci- bien a tus prójimos, a tus ami-
ma de ti tales miserias. za? Échate en brazos de mi pro-
gos a quienes amas tal vez mu- videncia. Contigo estoy, aquí, a
No te avergüences, ¡pobre cho y que viven quizá olvida-
alma! ¡Hay en el cielo tantos y tu lado me tienes; todo lo oigo,
dos de mí? ¿No te sientes con ni un momento te desamparo.
deseos de mi gloria?

Háblame con llaneza, de los tantos justos, y tantos santos de Díme: ¿qué cosa llama hoy
pobres a quienes quisieras con- primer orden que tuvieron tus particularmente tu atención?
solar; de los enfermos a quie- mismos defectos! Pero rezaron ¿qué anhelas más vivamente y
nes ves padecer; de los extra- con humildad, y poco a poco con qué medios cuentas para
viados que anhelas devolver al se vieron libres de sus miserias. conseguirlo? Dime qué es lo que
buen camino; de los amigos Tampoco vaciles en pedirme te ha salido mal, y yo te diré las
ausentes que quisieras ver otra bienes para cuerpo y para en- causas del fracaso. Hijo mío, soy
vez a tu lado. Dime por todos tendimiento: salud, memoria, dueño de los corazones, y dul-
al menos una palabra; pero pa- éxito feliz en tus trabajos, nego- cemente los llevo, sin perjuicio de
labra de amigo, palabra entra- cios o estudios... Todo eso pue- su libertad, donde me place.
ñable y fervorosa. Recuér-dame do darte, y lo doy y deseo me G ¿ESTÁS TRISTE O DE MAL HU-
que he prometido escuchar toda lo pidas en cuanto no se opon- MOR? Cuéntame tus tristezas con
súplica que salga del corazón. ga, sino que favorezca y ayude todos sus pormenores. ¿Quién te
G ¿NECESITAS ALGUNA GRA- a tu santificación. Hoy por hoy, ofendió?, ¿quién lastimó tu amor
CIA? Haz, si quieres, una lista ¿qué necesitas? ¿Qué puedo propio?, ¿quién te ha menospre-
de lo que necesitas, y ven, léela hacer por tu bien? ¡Si cono- ciado? Acércate a mi corazón,
en mi presencia. Dime con sin- cieses los deseos que tengo de que tiene el bálsamo eficaz para
ceridad que sientes orgullo, pe- favorecerte! todas las heridas del tuyo. Cuén-
reza y amor a la sensualidad, tame todo, y acabarás por decir-
G ¿T E PREOCUPA ALGUNA me que, a semejanza de mí, todo
que eres tal vez egoísta, incons- COSA? Cuéntamelo todo deta-
tante, negligente..., y pídeme lo perdonas, todo lo olvidas, y
lladamente. ¿Qué te preocupa?, en pago recibirás mi consolado-
luego que venga en ayuda de ¿qué piensas?, ¿qué deseas?
los esfuerzos, pocos o muchos, ra bendición. ¿Tienes miedo de
¿No querrías poder hacer algún algo? ¿Sientes en tu alma triste-
que haces para sacudir de enci- bien a tus prójimos, a tus ami-
ma de ti tales miserias. za? Échate en brazos de mi pro-
gos a quienes amas tal vez mu- videncia. Contigo estoy, aquí, a
No te avergüences, ¡pobre cho y que viven quizá olvida-
alma! ¡Hay en el cielo tantos y tu lado me tienes; todo lo oigo,
dos de mí? ¿No te sientes con ni un momento te desamparo.
deseos de mi gloria?

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