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Analisis Jurisprudencial Del Aborto PDF
Analisis Jurisprudencial Del Aborto PDF
Resumen
Abstract
Key Words. Abortion. Legal Argument. Constitutional Law. Human Rights. Legal
Hermeneutics. Unborn. Penalization. Person.
Objetivos
Objetivo General.
Analizar la jurisprudencia de la Corte Constitucional en materia del aborto, para dilucidar
la situación jurídica del no nacido en el ordenamiento jurídico colombiano.
Objetivos Específicos.
1. Estudiar la jurisprudencia proferida por la Corte Constitucional al determinar la
admisibilidad, total o parcial, del aborto en Colombia.
2. Precisar la interpretación desarrollada en la jurisprudencia de la Corte
Constitucional en materia del aborto, respecto a la determinación del nonato
como persona o como ser con potencialidad de vida.
3. Determinar si la condición de protección del no nacido responde a su calidad de
titular del derecho a la vida o se presenta en consideración de la efectiva
realización del valor a la vida, de acuerdo con la jurisprudencia de la Corte
Constitucional en materia del aborto.
4. Definir el grado de protección del no nacido frente a los derechos fundamentales
de la mujer, en el escenario de restricción de los derechos de ésta a causa de un
embarazo riesgoso tanto para la madre como para el nonato o que es fruto de
una concepción no consentida, de conformidad con la jurisprudencia de la Corte
Constitucional en materia del aborto.
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Metodología
La presente investigación es de carácter teórico-jurídico, por cuanto es una
aproximación a la fundamentación de la Teoría del Derecho, expresada en la
jurisprudencia constitucional sobre el aborto, respecto de la situación jurídica del no
nacido en el ordenamiento jurídico colombiano. Así mismo, es inductiva, por cuanto
parte del análisis individualizado y particular de cada uno de los pronunciamientos
judiciales en materia del aborto proferidos por la Corte Constitucional. Es una
investigación exploratoria, ya que al reseñarse el estado del arte, se encuentra un
número restringido de estudios antecedentes cuyo tema central de indagación sea la
determinación de la situación jurídica del no nacido en el escenario constitucional del
aborto.
La investigación en comento se propuso como objetivo principal analizar la
jurisprudencia de la Corte Constitucional en materia del aborto, para dilucidar la
situación jurídica del no nacido en el ordenamiento jurídico colombiano, el cual se
interrelaciona con el problema de investigación: ¿Cuál es la situación jurídica del no
nacido en el ordenamiento jurídico colombiano, partiendo del análisis de la
jurisprudencia constitucional en materia del aborto?
Para dar respuesta a los objetivos planteados, la investigación tuvo por actividad
principal el análisis de la jurisprudencia que versa sobre el conflicto existente entre los
derechos fundamentales de la mujer gestante y la protección constitucional que merece
el no nacido, con base en el constructo conceptual de las Teorías de la Argumentación
y la Interpretación Judicial, especialmente, a partir de los postulados de Ronald Dworkin
y Robert Alexy, como referentes teóricos y metodológicos expositivos del proceso
lingüístico de justificación de las decisiones judiciales.
Los postulados de Dworkin y Alexy giran en torno de una cuestión interpretativa y
argumentativa común: ¿Existe para todo caso jurídico una única respuesta correcta?
Sin embargo, el camino discursivo seguido responder tal interrogante diverge en cada
uno de dichos iusfilósofos, lo que se expone a continuación sucintamente.
Dworkin (1993) expone que los sistemas jurídicos no se componen solamente de
reglas, sino que, además, están integrados por principios. Estos últimos, es decir, los
principios, conforman la directriz política, término con el cual Dworkin hace alusión “al
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tipo de estándar que propone un objetivo que ha de ser alcanzado” (1993, p.72). Así
pues, un principio es “un estándar que ha de ser observado, no porque favorezca o
asegure una situación económica, política o social que se considera deseable, sino
porque es una exigencia de la justicia, la equidad o alguna otra dimensión de la
moralidad” (Dworkin, 1993, p. 72).
En relación con las reglas, los principios son cualitativamente más generales y,
por ende, revisten dos importantes diferencias respecto de aquéllas: la distinción lógica
y la dimensión del peso o importancia. En cuanto a la primera, si bien es cierto tanto
reglas como principios se orientan a decisiones individuales acerca de una obligación
jurídica en determinado supuesto fáctico, difieren en cuanto al enfoque adoptado,
puesto que las reglas se aplican como disyuntivas (Dworkin, 1993, p. 75), mientras que
los principios, por su misma esencia, orientan la actuación a la consecución de un
determinado fin, por lo que no es dable adoptar una decisión del todo o nada: “Un
principio (…) no pretende siquiera establecer las condiciones que hacen necesaria su
aplicación. Más bien enuncia una razón que discurre en una sola dirección, pero no
exige una decisión en particular” (Dworkin, 1993, p. 76).
Respecto a la dimensión del peso o importancia, las reglas y los principios
divergen, en concepto de Dworkin, en cuanto a que las primeras se aplican en forma de
disyuntivas a través de un proceso de subsunción, mediante el cual se verifica si
determinados supuestos fácticos se hallan inmersos en una estructura condicional
hipotética, de manera que su aplicación resulta excluyente, pues para un supuesto
determinado se aplicará una regla determinada sin que se de paso a la aplicación de
otra.
Por su parte, los principios sí pueden coexistir y en caso de presentarse un
conflicto entre los mismos, éste debe resolverse a favor del principio que revista mayor
importancia o peso en el caso concreto. Por tanto, “cuando los principios se interfieren
(…) quien debe resolver el conflicto tiene que tener en cuenta el peso relativo de cada
uno” (Dworkin, 1993, p. 77). Este método se denomina ponderación, el cual tiene
especial relevancia en la solución de los casos difíciles, por cuanto permite al juez
ahondar en la moralidad política de la sociedad que es, en últimas, el principal problema
a abordar y, en tal forma, adoptar la única respuesta correcta.
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Así pues, en concepto de Dworkin, la integración del sistema jurídico por reglas y
principios conlleva a concluir que el derecho se caracteriza por su integridad:
La integridad en la adjudicación (…) requiere que nuestros jueces, en tanto esto
sea posible, traten nuestro actual sistema de normas públicas como si respetara y
expresara un grupo coherente de principios y, con ese fin, que interpreten estas normas
para hallar normas implícitas entre y debajo de las explícitas. (1992, p. 159)
A su vez, la integridad del Derecho implica que: (i) “las decisiones judiciales son
una cuestión de principios, y no de compromiso, de estrategia o de acuerdo
político”(Dworkin, 1993, p. 192); (ii) las decisiones judiciales deben argumentarse
adecuadamente, por cuanto “un juez que opina que un determinado derecho es
fundamental debe mostrar que esa opinión es consecuente con los principios
arraigados en los precedentes de la Corte Suprema y con las principales estructuras de
nuestro orden constitucional” (Dworkin, 1993, p. 192); y (iii) los argumentos
jurisprudenciales al interior del ordenamiento jurídico deben guardar coherencia, por
cuanto “un juez que adopta un principio en un caso debe concederle un peso completo
en otros casos que decida o apoye, incluso en ámbitos del derecho aparentemente
inconexos” (Dworkin, 1993, p. 193)
En tal forma, al Dworkin introducir los principios como criterios de decisión, bajo
la perspectiva del derecho como un todo sistémico, esto es, como integridad, postula
nuevos parámetros en la interpretación como vía de selección de respuestas correctas
en el derecho, con base, principalmente, en la concepción de eslabones
argumentativos, los cuales son representados metafóricamente con la figura de la
“novela en cadena”, tópico al que Dworkin se refiere en los siguientes términos:
Podemos hallar una comparación aún más fructífera entre literatura y derecho al
construir un género artificial de literatura que podría llamar la novela en cadena. En este
proyecto, un grupo de novelistas escribe una novela en serie; cada novelista de la
cadena interpreta los capítulos que ha recibido para poder escribir uno nuevo, que
luego se agrega a lo que recibe el siguiente novelita y así sucesivamente. Cada uno
tiene la tarea de escribir su capítulo para construir la novela de la mejor manera posible.
(1992, p. 167)
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Por otra parte, el trabajo teórico de Alexy respecto de la posibilidad de una única
respuesta correcta para todo caso jurídico, se centra en el estudio de la argumentación
jurídica como caso especial de la argumentación práctica en general (1989) y como
componente esencial de todo ordenamiento jurídico. En tal forma, para Alexy, el
sistema jurídico no se compone solamente por reglas y principios (2002), sino que
existe un tercer componente, la argumentación jurídica.
La inclusión de la argumentación jurídica como elemento integrante del sistema
jurídico obedece a que, en concepto de Alexy, no es posible abordar una única
respuesta correcta a partir solamente de reglas y principios. Es necesaria la
introducción de un tercer elemento que correlacione las reglas y los principios, puesto
que “los principios, como las reglas, no regulan por sí mismos su aplicación” (Alexy,
2002, p. 20). En tal sentido, concebir el ordenamiento jurídico compuesto
exclusivamente por reglas y principios es una visión fragmentaria del mismo que lo
convierte en inaplicable. Por tanto, expresa Alexy,
Los niveles de la regla y de los principios deben ciertamente complementarse
con un tercero, a saber, con una teoría de la argumentación jurídica, que dice cómo,
sobre la base de ambos niveles, es posible una decisión racionalmente fundamentada.
Una respuesta concluyente a la cuestión de la única respuesta correcta sólo es posible
refiriéndose a estos tres niveles. (2002, p. 21)
Alexy expone la argumentación jurídica como una teoría procedimental, en la
cual, como sucede con el discurso práctico general, se fundamentan racionalmente los
juicios prácticos o morales con miras a formular reglas o condiciones del discurso
jurídico. Adicionalmente, dicha teoría del razonamiento jurídico es un presupuesto sine
qua non para la materialización de las garantías y prerrogativas consagradas en el
ordenamiento jurídico, puesto que a partir de la argumentación jurídica se concretan los
derechos individuales y los bienes colectivos:
Mi tesis es que hay una relación interna entre la teoría de los derechos y la teoría
del razonamiento jurídico. No puede haber una teoría de los derechos sin tener una
teoría del razonamiento jurídico, y una teoría del razonamiento jurídico adecuada,
presupone una teoría de los derechos (Alexy, 2002, p. 25).
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derecho individual o para el bien colectivo o en un caso tal se constata que para ambos
pueden hacerse valer razones igualmente buenas” (Alexy, 1994, p. 207).
Continuando con la alusión a la metodología de la investigación que se reseña,
es de anotar que el proceso metodológico se centró en la construcción de la línea
argumentativa de la jurisprudencia de la Corte Constitucional respecto del escenario
constitucional del aborto, a partir del estudio individualizado y pormenorizado de cada
sentencia objeto de revisión, siguiendo la metodología propuesta por el profesor López
(2007), quien presenta la construcción de la línea jurisprudencial que se traduce en tres
fases:
(i) El punto arquimédico de apoyo: En este paso se busca la sentencia por medio
de la cual el investigador jurídico pueda dar solución a las relaciones estructurales de
varias sentencias, la cual debe cumplir con los requisitos de que sea lo más reciente
posible y tenga el mismo patrón fáctico con relación al problema jurídico a analizar, es
decir, esta sentencia debe encontrarse en el mismo escenario jurídico del caso a
examinar.
(ii) Ingeniería reversa: Luego de haber delimitado la sentencia que servirá de
base para la respuesta al problema jurídico formulado en la línea jurisprudencial se
sigue al estudio de la estructura de citas de dicha sentencia, se organiza un “nicho
citacional”
(iii) Telaraña y puntos nodales de jurisprudencia: Aquí se estudia el nicho
citacional formado por el análisis del punto arquimédico y de las sentencias
acompañantes a éste, con lo que se alcanza a visualizar los puntos nodales que, por
regla general, coinciden con las sentencias hito de la línea, de manera que se va
destilando aún más la telaraña citacional con el fin de lograr una graficación sintética de
la línea jurisprudencial. Paso seguido, se determinan los extremos polares que han
dado respuesta al interrogante inicial y con ello se logra situar las sentencia hito o
puntos nodales en un espacio medio dependiendo de su acercamiento o alejamiento a
los extremos que se define por la interpretación hecha en las sentencia hito de la ratio
decidendi contenida en el punto arquimédico o sentencia específica del problema. Ya
con la localización de las sentencias dentro del margen de las respuestas
contradictorias entre sí, se especifica si la línea jurisprudencial posee balance o sombra
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Avance de la investigación
Con base en los lineamientos trazados en la metodología propuesta al inicio de
la investigación, se construye la secuencia argumentativa sobre la situación jurídica y se
colige el grado de protección que aquél merece, a partir de la lectura inferencial
realizada a la jurisprudencia constitucional en materia del aborto, la cual se imbrica
dentro del siguiente contexto.
De conformidad con el artículo 1° superior, el fundamento del Estado
Colombiano, dentro del marco de un Estado Social y Democrático de Derecho, es
netamente humanista al constituir la dignidad humana uno de los pilares fundamentales
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de la actuación estatal, por cuanto la actividad del Estado gira en torno a la prestación
de servicios públicos que permitan la satisfacción de las necesidades de la persona y la
optimización de sus condiciones de vida.
En este sentido, los derechos y deberes tradicionalmente consagrados en el
ordenamiento jurídico colombiano, son reinterpretados dentro del ámbito de la persona
humana, por lo que el margen de acción de la persona se extiende a límites antes no
concebidos con la consiguiente aceptación de mayores libertades, lo cual se logra, en
un principio, por vía jurisprudencial mediante la interpretación de las normas jurídicas
teniendo como objetivo la realización de los principios y valores constitucionales,
actuación desarrollada por los funcionarios judiciales, en especial por la Corte
Constitucional, con fundamento en la doctrina del “Derecho Viviente”, la cual es
fundamentada por la Corte Constitucional en la siguiente forma:
El carácter dinámico de la Constitución, que resulta de su permanente tensión
con la realidad, puede conducir a que en determinados casos resulte imperativo que el
juez constitucional deba modificar su interpretación de los principios jurídicos para
ajustarlos a las necesidades concretas de la vida colectiva - aún cuando no haya habido
cambios formales en el texto fundamental -, lo que incide necesariamente en el juicio de
constitucionalidad de las normas jurídicas. El concepto de “Constitución viviente” puede
significar que en un momento dado, a la luz de los cambios económicos, sociales,
políticos, e incluso ideológicos y culturales de una comunidad, no resulte sostenible, a la
luz de la Constitución, - que es expresión, precisamente, en sus contenidos normativos
y valorativos, de esas realidades -, un pronunciamiento que la Corte haya hecho en el
pasado, con fundamento en significaciones constitucionales materialmente diferentes a
aquellas que ahora deben regir el juicio de Constitucionalidad de una determinada
norma” (Sentencia C-774/2001)
del derecho a la vida, como sujeto de derecho, o es objeto de protección en razón del
valor constitucional a la vida.
Ahora bien, la investigación realizada permite visualizar la dinámica de las
decisiones judiciales adoptadas por la Corte Constitucional en relación con la
justificación de la adopción e imposición de medidas penales sancionatorias, en forma
absoluta, con el fin de proteger la vida del nonato.
A continuación se presenta gráficamente el desarrollo dinámico del discurso
judicial acerca de la exigibilidad del deber de protección del nonato, por parte del
Estado colombiano, a través de la adopción e imposición absoluta, sin consideración a
excepción alguna, de medidas penales sancionatorias.
En la parte superior de la figura 1 se formula problema jurídico en el cual se
desarrolla el discurso judicial, el cual es, a saber: ¿Es constitucionalmente exigible el
deber de protección del nonato, por parte del Estado, mediante la adopción e
imposición absoluta (sin excepciones) de medidas penales sancionatorias?
A partir de dicho problema jurídico, se abren dos respuestas, ubicadas en forma
opuesta. La respuesta ubicada en el margen izquierdo es: Se debe penalizar en forma
absoluta el aborto, puesto que la vida del nonato prevalece en relación con los derechos
de la mujer. Por su parte, la respuesta contraria es: El Estado puede satisfacer el deber
de protección del nonato, por medio de medidas, diferentes a las penales, que no sean
gravosas para los derechos de la mujer.
Teniendo en cuenta las consideraciones de la Corte Constitucional en cada una
de las sentencias, las mismas se grafican según su aproximación conceptual con las
respuestas indicadas. Cada punto representa una de las sentencias analizadas,
siguiendo estas convenciones:
1. Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C-133 de 1994 (M.P. Antonio
Barrera Carbonell: Marzo 17 de 1994)
2. Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C-013 de 1997 (M.P. José
Gregorio Hernández Galindo: Enero 23 de 1997)
3. Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C-213 de 1997 (M.P. Eduardo
Cifuentes Muñoz: Abril 24 de 1997)
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Discusiones y conclusiones
deber” (Corte Constitucional del Colombia. Sentencia C-647 de 2001 M.P. Alfredo
Beltrán Sierra: Junio 20 de 2001).
Por consiguiente, expresan los magistrados Clara Inés Vargas Hernández, Jaime
Araújo Rentería, Alfredo Beltrán y Manuel José Cepeda Espinosa, quienes suscriben la
aclaración de voto a la Sentencia C-647 de 2001, que la ponderación de bienes
constitucionales en el aborto debe fundamentarse en el criterio de viabilidad del no
nacido. De esta manera, la exigibilidad de la protección del nonato está directamente
relacionada con su desarrollo físico, sensorial y psíquico:
La protección de la vida adquiere mayor peso hasta volverse predominante con
el paso del tiempo en la medida en que ha evolucionado la gestación y se ha
desarrollado el embrión hasta convertirse en un ser humano con tal capacidad física,
sensorial y psíquica propia que podría sobrevivir fuera del vientre de la madre, o sea, es
viable. (Corte Constitucional del Colombia. Sentencia C-647 de 2001 M.P. Alfredo
Beltrán Sierra: Junio 20 de 2001)
Finalmente, la Sentencia C-355 de 2006 expresamente reconoce que el
escenario constitucional del aborto comprende, por una parte, “diversos derechos,
principios y valores constitucionales en cabeza de la mujer, (…), tales como la dignidad
humana, el libre desarrollo de la personalidad y el derecho a la salud, e incluso su
integridad y su propia vida, cada uno con sus contenidos específicos; [y] por el otro, la
vida en gestación como un bien de relevancia constitucional que debe ser protegido por
el legislador” (Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C-355 de 2006 M.P. Jaime
Araújo Rentería y Clara Inés Vargas Hernández: Mayo 10 de 2006).
En la Sentencia C-355 de 2006, adicionalmente, la Corte Constitucional resalta que
debe reconocerse la colisión de valores, principios y derechos en materia del aborto, ya
que la Constitución Política permite la “coexistencia de distintos valores, principios y
derechos constitucionales, ninguno de los cuales con carácter absoluto ni preeminencia
incondicional frente a los restantes” (Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C-
355 de 2006 M.P. Jaime Araújo Rentería y Clara Inés Vargas Hernández: Mayo 10 de
2006), de manera que para resolver las colisiones entre normas con estructuras de
principios, se debe sustentar la argumentación judicial en el principio de
proporcionalidad.
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jurídica que ello implica, para tener derecho a la protección de la vida” (Corte
Constitucional de Colombia. Sentencia C-133 de 1994 M.P. Antonio Barrera Carbonell:
Marzo 17 de 1994). Así, el nonato “tiene el derecho a la vida desde el momento de la
concepción, independientemente de que en virtud del nacimiento llegue a su
configuración como persona” (Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C-133 de
1994 M.P. Antonio Barrera Carbonell: Marzo 17 de 1994).
En segundo lugar, la Sentencia C-013 de 1997 (M.P. José Gregorio Hernández
Galindo: Enero 23 de 1997), reconoce que, en el ordenamiento constitucional, la vida
tiene el carácter de valor y de derecho “primordial e insustituible, del cual es titular todo
ser humano, desde el principio y hasta el fin de su existencia física” (Corte
Constitucional de Colombia. Sentencia C-013 de 1997 (M.P. José Gregorio Hernández
Galindo: Enero 23 de 1997). Así pues, no puede aceptarse ningún criterio que suponga
que la protección constitucional de la vida humana tiene vigencia y opera “únicamente a
partir del nacimiento de la persona” (Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C-013
de 1997 M.P. José Gregorio Hernández Galindo: Enero 23 de 1997) o que sea exigible
en menor grado “durante las etapas previas al alumbramiento” (Corte Constitucional de
Colombia. Sentencia C-013 de 1997 (M.P. José Gregorio Hernández Galindo: Enero 23
de 1997). Por tanto,
La vida que el Derecho reconoce y que la Constitución Protege tiene su principio
en el momento mismo de la fecundación y se extiende a lo largo de las distintas etapas
de formación del nuevo ser humano dentro del vientre materno, continúa a partir del
nacimiento y cobija a ésta a lo largo de todo su ciclo vital. (Corte Constitucional de
Colombia. Sentencia C-013 de 1997 M.P. José Gregorio Hernández Galindo: Enero 23
de 1997)
Por otra parte, en la aclaración de voto a la Sentencia C-647 de 2001, los
magistrados Clara Inés Vargas Hernández, Jaime Araújo Rentería, Alfredo Beltrán y
Manuel José Cepeda Espinosa, aseveran que, según la Constitución Política, el no
nacido “no es un órgano de la mujer sino un ser en potencia” (Corte Constitucional de
Colombia. Sentencia C-647 de 2001 M.P. Alfredo Beltrán Sierra: Junio 20 de 2001), es
decir, no es persona en sentido jurídico, por cuanto no ha nacido, pero es
22
Referencias Bibliográficas
23
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Corte Constitucional de Colombia. Sentencia C-1300 de 2005 M.P. Marco Gerardo
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24
Figuras
Figura 1.
¿Es constitucionalmente exigible el deber de protección del nonato, por parte del
Estado, mediante la adopción e imposición absoluta (sin excepciones) de
medidas penales sancionatorias?
5.
6.
7.
8.