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‘LA CARGA DE LA BRIGADA retrocedieron ante el tajo de los

LIGERA’ sables.
Hechos añicos, se dispersaron.
“¡Adelante, Brigada Ligera!” Entonces regresaron, pero no,
“¡Cargad sobre los cañones!”, dijo. no los seiscientos.
En el valle de la Muerte
cabalgaron los seiscientos. Cañones a su derecha,
cañones a su izquierda,
“¡Adelante, Brigada Ligera!” cañones detrás de sí
¿Algún hombre desfallecido? descargaron y tronaron.
No, aunque los soldados supieran Azotados por balas y metralla,
que era un desatino. mientras caballo y héroe caían,
No estaban allí para replicar. los que tan bien habían luchado
No estaban allí para razonar. entre las fauces de la Muerte
No estaban sino para vencer o volvieron de la boca del Infierno.
morir. Todo lo que de ellos quedó,
En el valle de la Muerte lo que quedó de los seiscientos.
cabalgaron los seiscientos.
¿Cuándo se marchita su gloria?
Cañones a su derecha, ¡Oh qué carga tan valiente la suya!
cañones a su izquierda, Al mundo entero maravillaron.
cañones ante sí ¡Honrad la carga que hicieron!
descargaron y tronaron. ¡Honrad a la Brigada Ligera,
Azotados por balas y metralla, a los nobles seiscientos!”
cabalgaron con audacia
hacia las fauces de la Muerte, Lord Alfred Tennyson
hacia la boca del Infierno
cabalgaron los seiscientos.
Brillaron sus sables desnudos,
destellearon al girar en el aire
para golpear a los artilleros,
cargando contra un ejército,
que asombró al mundo entero:
zambulléndose en el humo de las
baterías cruzaron las líneas.
Cosacos y rusos

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