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 Su extensión es de 750 mil kilómetros cuadrados.

 Su población se compone de 74 millones de habitantes.


 1923 fue el año de la fundación de la Turquía moderna tras los resquicios del
Imperio Otomano.
 35 los millones de turistas recibidos en 2013.
 3 los mares que rodean el país: Negro, Mediterráneo y Egeo.
 0,47 dólares equivale al valor de 1 lira turca.
 En el país se hablan hasta 36 lenguas diferentes.

Si bien la historia invade cada rincón de Turquía, lo cierto es que su aparición en la Biblia es
bastante notoria, conformando un particular mapa a los pasajes del libro más leído del mundo.
Por ejemplo, las 7 iglesias del Apocalipsis se sitúan en Anatolia, el Monte Ararat se cree lugar
de salvación para el Arca de Noé mientras los ríos Tigris (en la foto) y Eufrates son descritos en
el Jardín del Edén (cuya posición también se vincula a Bahrein). Además, para mayor polémica,
un ejemplar de la Biblia recientemente encontrado en Turquía asegura que Jesús nunca fue
crucificado.

El conocido como Rey Midas, recurrente en numerosos cuentos y leyendas, vivió realmente en
la zona de Anatolia, lugar poblado por la tribu de los frigios desde el siglo VIII hasta el 700 a.C.
Cuenta la leyenda que el rey Midas pidió un favor a Silenus, tutor del dios Dionisio, siéndole
concedido el poder de convertir todo cuanto tocase en oro, desde su caballo hasta los sirvientes.
Actualmente, el principal highlight relacionado con esta leyenda es la antigua capital de
Gordion y la tumba del malogrado rey.

El mito del famoso hombre orondo que, tirado por renos voladores, se cuela a través de las
chimeneas de todo el mundo cada 25 de diciembre no nace en Laponia, sino en Turquía. En el
pueblo de Patara, al suroeste de Turquía, nació hace 1800 años un conocido obispo que tras
recibir una importante herencia familiar decidió repartirla entre sus vecinos pobres... en secreto
y a través de las chimeneas, colmando también a los niños de dulces y fruta. Un evento que se
conmemoraba cada 6 de diciembre hasta ser fundida con la famosa festividad del 25 de
diciembre. No dejes escapar la oportunidad de comprobar la propia herencia de San Nicolás en
Patara

No podíamos irnos sin incluir la, posiblemente, mayor maravilla natural de Turquía: las
aguas termales de Pamukkale. Acumuladas en particulares terrazas formada por la saturación
mineral hasta miles de años, estas aguas "sagradas"se sitúan a casi 700 kilómetros de Estanbul.
Una oportunidad única para bañarse en este "Castillo de Algodón" de grandes propiedades
medicinales por su alto contenido en calcio y magnesio, además de un recorrido por la antigua
ciudad de Hierápolis.

Fascinantes tesoros de Oriente y Occidente


Aunque la lista de maravillas turcas da para mucho más, de momento son nueve los lugares
declarados Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Unesco en Turquía. Además del casco
histórico de Estambul, nombrado en 1985, otros ocho lugares han ido engrosando desde entonces
esta privilegiada lista por sus cualidades histórico-culturales y en un par de ocasiones también por
sus grandes atractivos naturales.
Palacio de Topkapi, en Estambul.
Tan fascinantes resultan las maravillas del viejo Estambul como para que, aunque todo el casco histórico
(conocido como Sultanahmet) haya sido designado Patrimonio Mundial de la Humanidad, tres de ellas
reclamen reconocimiento individualmente: el Palacio de Topkapi �levantado a mediados del siglo XV por
sultanes que lo habitaron hasta el XIX�, y dos magníficas mezquitas como Suleymaniye, encargada en el
siglo XVI por Solimán El Magnífico, que la situó en el cuarto puesto de las más importantes mezquitas
imperiales; y Santa Sofía, construida por Justiniano en 537 como la iglesia más grande de la cristiandad,
reconvertida al Islam en 1435, y transformada en museo en 1935. Abrumadores por su magnificencia
resultan, también dentro del corazón histórico de Estambul, la Mezquita Azul y la Peque�a Santa Sofía,
dos soberbias cisternas bizantinas �la "de la Basílica" y Binbirdek� y, por supuesto, los míticos Gran
Bazar y Bazar de las Especias, cuyas imágenes perduran en la mente tanto de quienes han vivido la
experiencia como de quienes sue�an con viajar allí.

El castillo de algodón

Y como se deduce de su nombre, la población se vio ligada al remunerativo comercio de las especias
(con primacía en este caso del azafrán), tal y como queda patente en su histórico mercado y en la
opulencia que reflejan las casas de los comerciantes más adinerados

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