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PRÓLOGO
- ¡Qué ropa más formal que usa esta gente! – pensaba Benjamín -
¡Yo no me visto así ni para las reuniones más formales! –
-No se equivoca-
Desde aquella tarde, Benjamín, observaba cada vez que pasaba por
aquella cuadra, al balcón, y a la hermosa dama que disfrutaba sus tardes
leyendo diferentes libros, algunos de amor, otros de acción, pero siempre
muy tranquila, junto a su jarra de jugo.
-¿Para cuantos?-
-Para ocho-
-Sí, señor, tenemos una mesa para ocho en el fondo, síganme y les
mostraré el camino.
-¡Ey! ¡Benjamín!-
Más lento que nunca, Benjamín, bajó los platos de sus brazos y
lentamente fue vertiendo cada bebida en su vaso correspondiente, mientras
intentaba oír algo de lo que decían las personas.
-Creo que vive sola, y es muy rica, no solo por la plata sino también
por las piedras y joyas que guarda en su casa- Dijo un hombre de pelo
negro y barba.
-Eso tal vez, tiene un poco que ver con su casa, es muy linda- Dijo
otra mujer.
-¿Rica, cómo rica?, esa casa, no es para una rica, si yo fuera rico, me
compraría una casa enorme-pensaba Benjamín. Lo despertó de sus sueños
la voz de Marcelo que le decía:
-Benjamín ¡Benjamín!-
Tan asustado estaba con esa idea, que se le ocurrían cosas locas y
raras para obtener plata más rápido y mucho más fácil.
Ese día, llegó temprano a trabajar, sin siquiera mirar hacia el balcón.
Iba muy apurado y con ganas de que Marcelo aceptara, que era lo que
Benjamín creía que pasaría, ya que en esa época, al restaurante estaba
yendo mucha gente. Al llegar al restaurante, entró sin saludar a nadie, dejó
sus cosas y fue a hablar directamente con Marcelo.
Eran las cinco y media de la tarde y todavía había luz. “La Hermosa
Del Balcón”, como Benjamín la llamaba, no estaba leyendo su libro, él no
tenía trabajo, lo único bueno, es que tenía un poco de dinero.
-¿Y de dónde voy a sacar las cosas necesarias? ¿Con qué plata?- Él
mismo se respondió esa pregunta unos segundos después, aunque no estaba
muy convencido.
Elementos Necesarios:
-Ganzúa
-Pistola
-Linterna Sorda
-Mascara
-Una Bolsa
Dirección: Calle 46 Entre 8 y 9 Número 1162.
Día: 5/12/12
La vecina, que salía con una escoba para barrer el frente de su casa, vio
toda la secuencia, desde cuando comenzó a correr y tropezó hasta cuando
volvió a correr y desapareció entre las calles.
Por culpa del viento, el papel del restaurante, se dio vuelta, dejando al
descubierto los planes de Benjamín.
-Todo bien…-
-¿Qué tiene que ver esto conmigo?- Confundida y leyendo el papel a las
apuradas.
-¿Estás loca? ¡Es muy obvio!- quiso decir Ana, pero se contuvo-Para mí
sí es un robo, pero si no te parece…. Pensalo, te dejo el papel…
-Gracias igual.
-No, de nada.
-Adiós.
-Adiós.
Luego de desaparecer entre las calles, Benjamín, fue a una casa donde
vendían pistolas. Compró una, la más barata. La guardó en su bolso. Buscó en
su bolsillo la lista de objetos necesarios, para tachar la pistola, pero no lo
encontró. Al principio se asustó, pero después pensó:
Compró las cosas que le faltaban, y volvió a su casa. Preparó las cosas y
esperó a que el tiempo pasara. De pronto, se dio cuenta, de que nunca había
robado y no sabía cómo hacerlo. Entonces empezó a practicar:
Tomó las cosas y se dirigió hacia la casa de la chica. Cuando llegó eran
las once y cuarenta y cinco. El barrio estaba muy silencioso y oscuro, porque
todas las luces de las calle, estaban apagadas.
Sigilosamente, entró a la casa, lo primero que vio, fue una cama con
alguien durmiendo, al parecer la muchacha.
-Bueno-
Ya en la cárcel un policía que parecía más importante que los otros dos
se le acercó:
-Sí, pero porque los otros oficiales, fueron a hablar con vos.-
-Azul Pérez, tenía un diario, en el que decía que la vecina le había dicho
que había encontrado un papel que se le había caído a un muchacho, y ella lo
relacionó con vos- Siguió explicando:- Para la vecina es un robo, para mí, es
una visita nada más..
-¿Qué?-
-Nada-
Un amor prohibido
Por Melisa Sutín
Era una tarde después de haber ido al colegio cuando encontré en mi casa una carta. No
era una carta cualquiera, sino que era vieja, muy vieja. Temí en abrirla, justo llegó mi
madre, y me preguntó:
-Juan, ¿qué es eso?-
-Es una carta mami- le respondí.
Cuando la abrí, mamá se fue a la cocina. La leí y decía lo siguiente:
Hola señorita Cristina Stut:
te mando esta carta para decirte que te amo.
Hace dos meses que estoy esperando tu respuesta, ya que la
carta anterior no la has respondido aún.
Te amo, Roberto Díaz.
Luego de haber leído la carta empecé a pensar de quién podía haber sido, le pregunté a
mama si conocía a una tal Cristina Stut, pero ella al principio me dijo que no. Luego de
meditar un poco me dijo que esa mujer había vivido en nuestra casa muchos años antes de
que nos mudáramos de allí. Que durante mucho tiempo la había estado buscando la policía
y que después apareció muerta en un hecho muy confuso, porque no se sabía claramente si
se había suicidado o la habían asesinado.
Mamá me preguntó de dónde había sacado ese nombre, y yo le mostré la carta;
entonces ella me dijo que la entregue a la policía pero no lo hice.
Publiqué en mi página web esta carta y para mi sorpresa 1000 personas la leyeron.
Todas habían resultado sorprendidas.
Una tal Carola Ferli comentó que había conocido a Cristina Stut de un viejo trabajo.
Le pedí su teléfono para averiguar más sobre ella y nos juntamos en un bar. Carola era una
mujer vieja y tenía un aspecto muy llamativo. Al principio no quería hablar demasiado,
hasta que la convencí de hacerlo. Me contó que no la quería mucho porque era muy linda
y luego sacó unas fotos de su bolsillo. En ellas aparecía Cristina.
Luego me contó:
-Un día nuestro jefe dijo que ella había desaparecido por temas personales. Después
supimos que él nos había mentido porque la policía la buscaba. Luego de unos años no se
hablo más de ella y la empresa en donde trabajábamos se fundió.
Me despedí de Carola agradeciéndole mucho por el encuentro y la información.
Luego de una semana, apareció en mi puerta otra carta. Esta vez hablaba en plural y
decía:
Hola de nuevo esta vez somos nosotros. Te queremos
avisar que en estas dos semanas he tratado de hablarte. Una
vieja amiga y yo te estamos esperando.
Roberto Díaz
Busqué en facebook a Roberto Díaz y apareció uno que podía llegar a ser el hombre
que estaba buscando.
Fui a la dirección que aparecía en la guía telefónica y me encontré con un hombre
corpulento, medio viejo y triste. Le pregunté si era Roberto Díaz y me dijo que sí. Después
de contarle a qué iba, me dejó pasar a su casa, observé que el comedor estaba lleno de fotos
de una mujer, le pregunté quién era y me dijo que era una vieja amiga llamada Cristina.
Después me empezó a contar que él era un hombre común y corriente y que se
había enamorado de ella. La había conocido cuando trabajaba en un cabaret y después de
haber tenido una aventura, ella había quedado embarazada. Cuando él se enteró le propuso
que deje ese trabajo para formar juntos una familia porque él la amaba pero como ella no
quería se enfureció tanto que… y ahí se quedó no me contó más.
Roberto me pidió que me fuera de su casa y así lo hice. Por lo que me contó había
dos posibilidades ella se había suicidado o Roberto la había asesinado.
Al día siguiente fui nuevamente a la casa de Roberto Díaz
-¿Qué hace de nuevo aquí muchachito?- me preguntó enojado.
Le dije que quería que me cuente toda la verdad y él me dijo que no tenía nada que ocultar,
al contrario necesitaba alguien que pudiera ayudarlo a averiguar qué pasó con su hijo y con
ella.
-Es lo que estoy tratando de averiguar- le respondí.
Juntos fuimos al cuartel de policía a preguntar qué sabían sobre Cristina y le mostramos
una de las fotos. Nos dijeron que había un hombre que sabía todo y que podríamos hablar
con él porque estaba preso allí.
Cuando nos acercamos a la celda Roberto lo reconoció, era el dueño del cabaret donde
Cristina trabajaba. Este hombre al ver a Roberto se enfureció y comenzó a gritarle. Le dijo
que por su culpa había tenido que matarla, porque ella había querido dejar de trabajar y
formar una familia con él.
Por fin después de tantos años Roberto pudo saber qué le había sucedido a su amada y a su
bebé. La justicia se encargaría del culpable encerrándolo mucho tiempo por homicidio.
Cuando llegué a mi casa le conté todo a mi madre, que al principió se enojó bastante pero luego se
tranquilizó. Yo me sentía muy feliz porque había ayudado a alguien.
TNT
Por Valentino Fassina
La familia muy triste llamó a un detective americano triunfador, Serkol Loc quien
siempre trabaja con su fiel amigo Garson.
Y buscando entre los escombros encontraron papeles con símbolos como de científico.
Garson con su experiencia develó algo pero no mucho, entendió algo de una “Fuente de
la juventud”.
Serkol pasó tres días y tres noches investigando el caso. Hasta que una tarde
encontraron al abuelo escondido en el galpón trabajando con TNT, todo indicaba que
tenía que ver con la explosión pero… ¿Por qué habría de hacer cosa semejante?
Luego llamaron al abuelo para interrogarlo. Él dijo que ese día estaba durmiendo y
que él no había arreglado nada. Luego de decir eso se fue con una mirada de odio hacia
Garson.
Por último declaró el hijo, quien juró haber visto al abuelo arreglar el auto mientras
Don Casimiro saludaba a la mujer, Nicole. También contó que esa noche vio a unos
hombres entrar con el abuelo y unas bolsas una hora antes del suceso.
- Lo de la TNT no era para mi uso, trabajo para unos hombres que son los que vinieron
encapuchados
- Y… ¿luego?
Él respondió:
Más tarde fueron a la comisaría y buscaron en internet sobre Ron Wilson porque así se
llamaba el anciano. Allí encontraron que era un veterano de guerra y que se encontraba
prófugo, advertía que estaba loco y era peligroso.
-Nicole, la esposa, vino con una foto de su marido ensangrentado y el abuelo no pudo
contenerse y lloró desconsoladamente por mucho tiempo. Luego declaró todo. Había
asesinado a su hijo porque él había creado la formula de la fuente de la juventud, y como
lo había dejado de lado a su padre se enojó y se descontroló con la dinamita como en
otras ocasiones.
-Garson, otro caso resuelto – dijo Serkol. Ahora vamos por otro más.
ROBO EN EL MUSEO
de Paula Marcón
Eran las 5 de la tarde cuando me encontraba fumando en la paz del silencio mientras
leía el diario. Toda esa armonía se derrumbó cuando sonó el teléfono.
-¡Hola!, ¿señor Carlos Juan Martínez?- dijo una voz de hombre chillona y desesperada.
Por el nivel de tensión en su voz deduje que sería para resolver una incógnita.
-Yo soy el director del museo “Arte para sentir” y quisiera contratar sus servicios
porque…
-El asunto es que robaron un cuadro, muy valioso, y quisiera que lo pueda recuperar.
-Bueno, dígame cuando quisiera que nos juntemos para poder comenzar con la
investigación.
-Muy bien, ¿Me puede presentar a los empleados que estuvieron ayer en el museo?
El primero se llamaba Julián, el portero. Era alto, flaco, tenía barba y bigotes. El
segundo se llamaba Juan, era petiso y gordo, tenía pelo marrón al igual que sus ojos. Lo que
me hizo dudar de él fue su corte en la mano derecha; él era guía. El tercero se llamaba Lucas,
era portugués, flaco y tenia bigotes; trabajaba como guardia del museo. En uno de sus zapatos
tenia una mancha de pintura blanca en la punta. El cuarto se llamaba Leandro y era otro
guardia. No me sacó los ojos de encima ni por un segundo.
Les pedí a todos que se retiraran para poder comenzar con la inspección. En la sala del
cuadro encontré una piedra de encendedor al lado de una puerta de hierro negra y muy
reluciente. También encontré la cortina de la habitación a medio cerrar. Abrí la cortina y vi un
vidrio rajado. Terminé la inspección.
Luego llegó el momento de citarlos: Julián, el portero del lugar tuvo que ir a Mendoza
para ver a su hija, así que según él, no estaba en ese sitio. Juan tampoco estaba porque no era
su día de trabajo, además afirmó haber cenado con su esposa. Posiblemente pudo haber
herido su mano con un cuchillo, mientras cocinaba. Además era un tajo chiquito, lo cual lo
hacía más creíble.
Lucas parecía no tener justificativo. A la noche había estado de guardia, pero cuando
fue al baño, quiso salir pero no pudo porque alguien lo había encerrado. Esa mañana lo había
sacado el director cuando llegó al lugar. Cuando le pregunté por la mancha en su zapato me
explicó que había pintado la pared de su casa hacía mucho tiempo y que se ponía pomada
porque no tenía otro par y quería que su zapato tuviera un aspecto reluciente. No le creí,
porque la mancha parecía reciente. También alcancé a ver un pequeño tajo en su mano, pero
era más chico que el de Juan.
Ahora llegó el turno de Leandro: Su turno era a la mañana. Este no tenía pistas que lo
acusen. Lo único que me inquietaba era su extraña mirada. Nunca pude terminar de entender,
porqué me miraba así. Se me ocurrió preguntarle. ¿Por qué me mira así? Y me respondió que
como le faltaba una mano y que estaba pendiente de mi reacción discriminante. Me decía la
verdad.
Unos días después, un taxista, nos dijo haber dejado a un hombre castaño, bajo y de
ojos celestes a dos cuadras del museo. A los tres días nos llegó la noticia de que este había
muerto. Comencé a investigar, y un tal Daniel me dijo que el asesino fue Carlos. ¿Estaría
involucrado en lo del cuadro?
Me reuní de nuevo con Leandro y le pregunte cuál era su relación con sus compañeros
de trabajo, él dijo que no tenía mucha relación con ninguno, ya que era nuevo en el trabajo.
Julián nunca había ido a ver a su hija. Estuvo toda la noche en el museo. Lo venían
planeando hace meses. Lucas entró al museo, gracias al portero, quien lo hizo pasar. Al poco
tiempo llego Carlos, que tiró una piedra de la habitación del cuadro que tenia la cortina
abierta, por lo cual se veía la luz. Juan no tenía buena relación con Carlos, por lo cual no
estaba, muy al tanto sobre el robo. Entonces cuando vio la luz en la habitación, arrojó una
piedra en el vidrio y lo rajó. Lucas corrió la cortina y se cortó la mano. Vio quién era y cerró la
cortina para que no se vea la luz desde la calle. Lo hizo entrar. Carlos lo opuso contra la pared
y lo amenazó con una navaja. Que si hacía alguna estupidez que sirva como evidencia lo
mataría. Cuando bajo el cuchillo del cuello del amenazado le hizo un tajo en su mano. Lucas
manchó la punta de su zapato con la puerta de la sala del cuadro que estaba recién pintada. Yo
deduje que la piedra de encendedor era de Julián, porque era el único que fumaba. Lo
confirmé cuando estuvo a punto de sacar un encendedor, con la distracción de que le faltaba
su piedrita. Al terminar el operativo Juan se fue a su casa feliz. Lucas fue encerrado en el baño
para cubrirse. Julián viajo hacia un pueblo cercano, y vino a la mañana siguiente diciendo
haber estado en Mendoza, con su hija y Carlos se llevó el cuadro y no volvió a aparecer.
Sí, Julián, Lucas y Carlos lo habían hecho porque el cuadro era muy valioso. En cambio Juan
estaba cansado de su vida, y si no hacía algo pronto se mataría. Entonces se unió al plan para
demostrarse a sí mismo que podía hacerlo.
A los tres se los llevó la policía. Carlos y el cuadro no volvieron a aparecer. El director del
museo me pagó lo acordado y después de unos años cerró el museo.
FIN
Fin
PELEAS
Por Abril Rehak
Ahí estaba yo, tras la puerta, escuchando cómo mis padres peleaban, lo hacen todo el tiempo,
es constante luego se arreglan y salen a cenar. Por lo general al otro día viene mamá y me explica
lo sucedido.
Al día siguiente vino mi mamá, pero esta vez se encontraba más nerviosa que las otras veces.
En esta ocasión se sentó en mi cama y me contó algo...
- ¿Qué?, ¿sólo eso? ¿Discutí con tu padre para que digas y admitas que no te importa?-
preguntó mamá desilusionada.
-Sí, no me importa, no me interesa, ¿te puedes ir de mi cuarto?- dije sabiendo que ella se
molestaría.
Mamá cerró la puerta dando un portazo. Nada diferente a las otras noches, me acosté y dormí
igual que siempre.
AL OTRO DÍA
Me despertó una voz conocida, era papá, quien traía una caja grande.
Comencé a revisar las cosas de mi bisabuela, solo encontré jarrones y vestidos. Sólo esto pensé,
hasta que encontré un cuaderno rojo, con estampillas de muchos colores que tenía simplemente
dos hojas y la impresión de que le arrancaron las demás, luego supe que era el diario íntimo de mi
bisabuela
¿Para qué querría esto?- susurré. No sabía aún por qué lo hacía, pero algo me impulsaba a leerlo.
La primera página decía así:
Sigo sin saber nada de esto, me iré a Europa y veré si mi hermana sabe algo sobre la muerte de
nuestro padre, debo dejar todo, no hay otra opción. Extrañaré a todos aquí, pero es lo que hay
que hacer.
16 sep. 1944.
Lo que seguía se veía muy borroso, solo distinguí un “16 sep. 1946” pase a la 2da hoja, la cual tenía
escrita sólo una página:
Elizabeth Gryng.
17 sep. 1946.
Supuse que Elizabeth Gryng sería la hermana de mi bisabuela, para asegurarme le pregunté a papá
quien me lo confirmó, pero me dijo que no me metiera en eso, que era un asunto muy viejo y que
meterme no serviría de nada. No le hice caso, en ese momento me hubiese gustado hablar con mi
abuela, lástima que ya no estaba con nosotros.
-¡La escuela!-grité. Lo había olvidado por completo, hoy teníamos Historia y Matemática. Tomé mi
mochila y salí corriendo de mi cuarto.
- Mmmm… puedes consultar los diarios de la época, por lo general están en la biblioteca- me
respondió.
Ni bien lo supe salí corriendo, directo a la biblioteca pública. Fui allí a hablar con la bibliotecaria.
Allí me dirigí y saqué tres diarios 17,18 y 19 de sep. 1946 de todos los países y regiones. Encontré
lo que buscaba en el diario del 18 de septiembre de España que decía lo siguiente:
Una chica de 21 años de edad halló muerta a su hermana de 32 en la bañera, los médicos
aseguran que se suicidó cortándose las venas de sus muñecas.
Fotocopié la página y me fui. Estaba desorientada, el diario no decía demasiado, lo único que se
me ocurrió fue llamar a mi mejor amiga quien ya sabía todo lo sucedido hasta el momento. Tomé
el teléfono y marqué, luego de charlar por un rato de cosas sin importancia le pregunté:
- Miriam, ¿cómo hago para saber algo más si el diario no dice nada?
- ¡¡¡Ahí está tu respuesta!!! Sólo necesitás hacer una llamada- dijo mi amiga del otro lado del
teléfono.
No entendí lo que dijo al principio, hasta que caí en su idea, corrí hacia la computadora, busqué en
el Google el número de la policía de España, llamé y pregunté y me dieron una dirección, una de
aquí de Argentina.
AL SIGUIENTE DÍA
Me levanté y me dirigí hacia esa dirección, allí vivía una ex policía de España, ella simplemente me
dijo que no perdiera el tiempo, mientras volvía a casa me acordé de mi tía abuela, ella seguro sabía
algo. Tomé el micro Este, y fui directo hacia allí.
- ¡Tía!-grité corriendo a saludarla
- ¡Jose! ¡Qué alegría verte! ¿Qué te trae por aquí?- dijo Marga.
- Quería saber que recordabas sobre el crimen de tu madre- dije con un poco de miedo
- Que se suicidó, aunque yo creo que fue Norberto, mi tío.- me dijo Marga con cara de
pícara- . Si quieres vamos a visitarlo.
- Sí, seguro que sabe algo, lo malo es que está en un asilo para ancianos, él está muy
viejo y dudo que su esposa nos deje verlo.- dijo desilusionada mi tía.
- Sí, pero se volvió a casar, con una chica que en ese tiempo tenía 15 años, actualmente
tendrá 45 - dijo mi tía.
- Porque dice que está muy viejo y que no quiere recibir visitas – me respondió mi tía
muy convencida.
Nos subimos al auto y fuimos hacia el geriátrico, al llegar descubrí que era todo blanco,
flores blancas, rejas blancas, lo único de color era la ropa de los diferentes abuelos.
Bajamos del auto, fuimos al portón de rejas blancas y tocamos el timbre, nos atendió un
hombre robusto, era alto y parecía un deportista.
No te preocupes hay otra formas de entrar, por ejemplo la puerta de atrás- dije mi tía
triunfante.
Nos subimos al auto y simulamos que nos íbamos pero no era así porque nos estábamos
yendo hacia la parte de atrás de la institución, vimos muchos portones con guardias y al
final había una pequeña puerta entre los arbustos. Nos acercamos y vimos que estaba
abierta, entramos, cruzamos el parque y llegamos a una puerta de servicios, la abrimos y
entramos a la institución
Allí dentro era todo blanco, todo limpio, o al menos así parecía. Fuimos por un pasillo
creyendo que era el principal, y así era. Al final de este se encontraba la habitación del
dueño, nos dirigimos allí, y hablamos con el dueño de lo sucedido.
-No, no pueden hablar con él -explicó el hombre-. Él está muy viejo para preocuparse por
todo esto, pero pueden hablar con su actual esposa, quizás ella sepa algo.
El hombre nos entregó una tarjetita con una dirección, y agradecimos y nos fuimos directo
a esa dirección.
-Hola, ¿qué tal? Veníamos a hablarle de su marido, el señor Martínez- dije claramente
Entramos a la casa, mi tía y la mujer se sentaron en dos sillones mientras yo pasaba al baño,
era un baño grande, me lavé las manos, al secarme pude distinguir que en la toalla había
dos iniciales: AM. Salí del baño y me dirigí con las dos mujeres que ya estaban hablando.
-Ariana, ¿Vos cómo sabés que fue uno de los hijos y no fue ella misma?
-Y… porque se puede decir que conocí a esa mujer. Ella nunca supo quién era yo, pero
dentro de todo fue como una madre para mí- respondió dudosa Ariana.
-Bueno, muchísimas gracias, nos mantenemos en contacto- dijo mi tía mientras se
levantaba de su sillón.- Vamos nena, tu familia debe estar preocupada.
A todo esto ya eran la 17:30 de la tarde, antes de volver a casa pasé por el supermercado y
compre la cena.
A LA MAÑANA SIGUIENTE
Me despertó papá, gritándome que la tía Marga estaba al teléfono preguntando por mí. Me
levanté de un salto y llevé el teléfono inalámbrico a mi pieza.
- Hola, nena tengo noticias- dijo la tía desde el otro lado del teléfono.
- Recordé que Norberto y tu tía bisabuela tuvieron dos hijas, una Ariana, y la otra era
Aixa, fue todo lo que recordé afirmó mi tía.
- Lo descubrí, ya está.- dije muy brillante- ¡Vamos! Hay que ir a la casa de Ariana.
- ¡Que fuiste vos quien mató a mi bisabuela, a mi tía bisabuela y a mi tía abuela! ¡Lo sé
estoy segura!- grité indignada.
- Porque así parecía que había sido mi madre, quien mató a mi abuelo por la misma
razón que yo a ella, mi madre para tener toda la herencia mata a la hermana, luego la
hija la mata a ella y a su otra hija para la herencia, FELICITACIONES, lo descubriste, ¿y?
ahora ya no hay nada que hacer, no hay pruebas y yo no pienso confesar- dijo Ariana
admitiendo la verdad.
En ese momento nos fuimos, Ariana tenía razón, no había nada que hacer.
FIN
ORIGAMIS NEGROS
Tal vez, el hecho de estar en un lugar sin la tecnología actual era lo que en verdad me
afectaba. Además, que estuviera lloviendo, no arreglaba mucho el tema. El campo no es lo más
divertido que existe, más si no hay computadoras. Sólo tenía ese pedazo de mueble al que
parecía una televisión del siglo pasado. Cerré los ojos buscando paciencia. ¿Cómo haría para
pasar el fin de semana entero en ese lugar? Seguramente era muy prejuiciosa, pero no me
podría controlar. Lo único que me gustaba era el tocadiscos.
Di media vuelta para mirar a mis familiares. Emilia y Felipe miraban la televisión muy
aburridos, Carolina, Nacho y Keiko se conformaban con jugar al TEG. Podría unirme con
Emilia, pero últimamente la televisión me desagradaba. Amaba ver películas pero no
programas. Mis hermanos tampoco estaban acostumbrados a estar en el campo, sin
computadoras, mucho menos mis primos, Emilia y Nacho, que recién volvían de Estados
Unidos. La única que parecía pasarla bien era Keiko, que no necesitaba estar enfrente de una
pantalla para divertirse.
Sinceramente ese día, 23 de diciembre de 2014, si no hacía algo rápido, caería en coma
de aburrimiento. Llevé mi mano a mi nuca y suspiré. Estar en la casa de mis abuelos, un día de
lluvia, era algo cansador. ¿De esa forma festejaríamos la llegada de mis primos?
Me levanté de la silla y caminé hacia la cocina. Tomé agua y volví al living. ¿Qué
podíamos hacer? Me apoyé en el marco de la puerta y los miré. Felipe bostezó y apagó la
televisión y exclamó resignado:
-¡Qué aburrimiento!
Todos asentimos.
-¡No!-se opuso Feli.- Somos demasiados para jugar a ese juego, tardamos un año.
Caímos en silencio. Se notaba que todos queríamos hacer algo, pero ninguno tenía ganas de
nada.
Todos nos callamos, nuevamente. Tenía razón, por qué era tan complicado?
-¿Por?-dijo Nacho.
-No es difícil.-volvió a decir Nacho, que estaba dispuesto a dar todo por ir al sótano.
Las chicas, al verse excluidas de la discusión, suspiraron. Seguro se preguntaban, ¿otra pelea?
Sí, debía ser bastante molesto, pero esas discusiones siempre se generaban entre nosotros
tres, en especial entre Nacho y Feli.
Keiko levantó su mano que contenía las llaves. Empezamos a bajar, el rechinar de los
escalones me aturdían. Esperaba no ser la única. Keiko colocó la llave en la cerradura y abrió
la puerta temblorosamente. No se veía nada, estaba todo oscuro. Caro entró de un salto y
prendió la luz. Una luz amarilla y vieja iluminó lo que era el sótano. Entramos callados y nos
dispersamos a diferentes estantes. Era un lugar… con cosas viejas y rotas. Los estantes eran
grises y contenían cajas llenas de polvo. Las paredes eran tristes y tenían manchas de
humedad. Era, en verdad, un lugar de terror.
Agarré una caja y la abrí. Tenía sobres con direcciones. Seguramente eran cartas. Dejé
a un lado esa caja. Agarré otra caja y repetí el acto. Estas eran facturas sin pagar. Saqué una
caja que decía “fotos”. La abrí. Eran todos álbumes del 40, 50, o 60. Me senté en el piso de
madera y abrí el primer álbum. Las fotos eran de algún viaje, ya que la mayoría eran en una
playa. Hojeé aburrida. Después de un rato escuché el sonido de hojas corriéndose. Miré hacia
todos lados y dejé el álbum en el piso. Vi una carta a mi lado que decía: 13 de octubre de 1945.
La abrí, si tal vez era de metida, eran cosas que no me incumben pero, de alguna forma
u otra, era necesario.
“Abel: Ya que eres una persona muy especial para mí, te puedo confiar
con seguridad la situación que estoy viviendo. Últimamente me siento
perseguido. Es bastante raro, siempre tengo el presentimiento de que alguien
me observa. No te quiero asustar ni preocupar, puede ser acto de mi
imaginación. También, no le quiero decir a Ariela, he estado encontrando
en la puerta de mi casa origamis negros con forma de cuervo. Y como ella es
muy asustadiza, no hay necesidad de hacerla preocupar. No sé que me pasa.
Te dejaré esos cuervos negros en el sótano de tu casa, si me llega a pasar
algo, quiero que tengas evidencias para dárselas a la policía.
Martin.”
Me quedé leyendo y releyendo la carta una y otra vez. Sabía que no me debería
importar, pero cómo ignorar algo así. ¿Cómo mis abuelos podían tener algo así? ¿Podría tener
algo que ver con Abel, el dueño de la casa? ¿Y con Martin, mi tío que murió en un accidente?
Odiaba tener tantas preguntas y que nadie las pueda contestar. Buscaba una pregunta clave,
que la pueda responder rápido. Eso… ¿Abel, le respondió la carta? Agarré la caja de cartas y
busqué desesperadamente una carta de ese año. Los chicos, al verme revolver sin explicación
la caja se acercaron a mí.
Señalé el sobre de la carta de Martin sin mirarlos. Emilia leyó en voz alta mientras
todos la miraban expectantes. Me alivió saber que no era la única que le interesaba este caso.
Todos se pusieron a revolver el sótano entero, buscando esos origamis. Abríamos cajas,
rompíamos frascos, sólo por encontrar los cuervos. Después de un rato, me rendí, habíamos
dado vuelta el lugar entero y ni una pisca. Suspiré. Keiko ahogó un gritito, haciendo que todos
nos callemos. Todos nos quedamos paralizados al escuchar pasos bajando con nosotros. Nos
miramos, desesperados. ¿Qué hacíamos? Nos juntamos todos y nos escondimos en la
oscuridad. Se abrió la puerta, dejando pasar a nada más y nada menos que, al dueño de esta
casa, Abel. Él nos vio y se acercó a nosotros, mientras veíamos como le salían chispas de los
ojos.
Como era de esperarse, nadie desobedeció la orden de ese hombre. Todos salimos corriendo
hacia el living, respirando entrecortadamente. Sentí una mano que me hizo saltar y caerme al
detener el impulso que había tomado para correr. Di media vuelta para ver al causante. Sus
ojos estaban rojos de furia. Yo temblaba del miedo.
-¡Contesta!
-¿Y por que están aburridos van a meter las narices donde no les incumbe?
-No, no, para nada-mentí, ¿por qué le interesaba tanto? Ahora yo empezaba a sospechar.
-¿Seguro?
Corrí hacia el living con los chicos. ¿Por qué le interesaba tanto que no estuviéramos allí?
¿Escondería algo? ¿Será el Abel de la carta? ¿Por qué no quería que investiguemos sobre su
amigo muerto? Esa carta demostraba que la muerte de mi tío no fue por un accidente. Pero si
él tenía la carta, es que la había recibido. Entonces… ¿Por qué no lo hizo saber a alguien que mi
tío se sentía amenazado? Repentinamente un pensamiento apareció en mi cabeza. ¿Y si él no
quería que la gente se enterara de que no fue un accidente? ¿Y si él quería que muera? ¿Y SI
ÉL, ERA EL ASESINO? ¡No, no podía ser! En la carta estaba explícito que Martin le tenía mucho
cariño y por eso le decía lo que le estaba pasando. Pero… ¿y si Abel lo había engañado? Había
recogido las pruebas para que nadie sepa lo que estaba pasando. Abel, se estaba convirtiendo
en un sospechoso. Levanté la vista hacia mi hermano, Felipe.
-Perfecto, dámela.
-¿Para qué?
Carolina me dio la carta y yo me levanté, agarré un papel he hice un sobre. Escribí el nombre
de mi tía y lo guardé en mi habitación. Volví al living y les expliqué a los chicos mi idea.
Obviamente dudaron de que Abel pudiera ser el asesino, y era comprensible.
Me desperté soñolienta. Los chicos todavía dormían. Bajé hacia la cocina, ya que tenía sed y
me serví un vaso de agua. Salí al living y vi entrar a Abel, me escondí detrás de la puerta. Lo vi
acercase al árbol de Navidad y dejar un paquete. Me sorprendí él no era de la familia, sólo el
dueño de la casa. Cuando salió, yo subí para ir a dormir. Nada fácil dormirse si tu mente sigue
pensando en por qué dejó un regalo. Además, solo UNO. Somos muchos en mi familia. Eso lo
descubriría en la noche.
La tarde pasó, el reloj indicó las 12:00 pm. Hora de abrir regalos. Escuché a mi tía gritar los
nombres mientras todos hacían alboroto por su nuevo regalo. Me acerqué a mi tía Ariela y le
entregué el sobre. Escuché mi nombre y me alejé. Agarré el regalo y lo miré. Abrí el paquete y
me paralicé. Miré a Abel que me sonreía malévolamente. Eran los origamis negros..
Abel miró a mi tía mientras ella, pálida y transpirando, levantaba la vista hacia él. Sus manos,
con la carta, temblaban. Entonces, por primera vez, vi la cara de temor de Abel.
FIN
Once: Caso cerrado
Por Pablo Navickas
Hola, me llamo Martín Likkex, tengo 15 años y soy de La Plata, provincia de Buenos Aires. Soy
sobrino de una de las victimas de lo ocurrido en Once.
Siempre pensé que lo que le sucedió ese día no fue un accidente, fue un crimen. Lo confirmé
cuando descubrí quién había roto los frenos del tren. Me llevó cuatro exhaustivo días
develarlo y ahora les contaré cómo lo descubrí.
Lunes:
Me levanté temprano e hice los mandados. Después volví a mi casa y me puse a chatear en el
face de mí tía fallecida porque eso siempre me hizo sentir que ella esta siempre conmigo. Ese
día encontré un mensaje privado de mí tía a una compañera de futbol que decía que alguien
las quería "sacar del camino".
Esa tarde me quedé pensativo, pensé y pensé mucho más hasta que me di cuenta que el día de
la tragedia su equipo iba a jugar el partido de su vida.
Nunca lo jugaron las ocho principales jugadoras que tomaron el tren para llegar más rápido
así que intenté recordar si alguna tenía un problema con alguien pero no lo logré hasta el día
siguiente que recordé otra cosa importantísima.
Martes:
Me levanté muy temprano para pensar un poco en paz pero no recordé nada, mí mamá se levantó
y me hizo una leche y me insistió en ir a la casa de mí tía, a mí me encantaba ir a lo de mí tía
porque jugaba con mí primo pero decidí no ir porque le dije a mí mamá que tenía asuntos más
importantes que atender.
Decidí buscar a algún viejo oponente de finales pasadas o de partidos sumamente importantes,
recordé y memoricé y lo primero y esencial que recordé fue una final perdida contra “La Banda”
que se fueron todas enojadas con el referí por cobrar un penal inexistente que les sacó el invicto
de trres campeonatos ganados y con la nueva final que se les presentaba podían ganar la llamada
“Triple Corona” con el campeonato local La Libertadores y la Recopa Sudamericana eso fue lo que
recordé hasta el día siguiente.
Miércoles:
Decidí que utilizaría el poco tiempo que tenía el miércoles al máximo. Investigué los tres equipos
de la “Triple Corona” pero descarté al equipo local porque los otros dos si ganaban jugaban por la
Copa del Mundo y la única instancia en la que se encontrarían sería en la final. No logré sacar más
conclusiones por ese día.
Jueves:
Concluí en que los dos equipos habían complotado para aflojar los frenos, pero los aflojaron
demasiado y causaron la tragedia en vez de aflojarlos menos hubieran creado un accidente y no
una tragedia.
FIN
MUERTE TRÁGICA
de Valentina Musa
Una tormentosa y lluviosa noche del 20 de mayo de 1888 nos encontramos mi amigo
Sherlock Holmes y yo en su oficina de casa en Baker Street. Sherlock estaba leyendo el diario
mientras fumaba su pipa, cuando alguien tocó la puerta y luego la abrió sin pedir permiso y
haciendo un gran estruendo.
Era un hombre flaco y alto, para nada apuesto. Sus ojos eran marrones, el pelo castaño
y tenía una sonrisa nerviosa. Parecía agitado, como si hubiera corrido desde muy lejos.
- Lo siento señor Watson, venía a ver al famoso detective Sherlock Holmes- dijo luego
dirigiéndose a él- Supongo que es usted.
-¿Thomson?
-Flavia era su nombre. Las noticias decían que se trataba una anciana. Creo que el día
de su muerte fue el día posterior a su cumpleaños. El diario publicó la noticia bajo el título:
“¿Muerte trágica o suicidio?”
“A Flavia no le gustaba manejar de noche, entonces le ofrecí quedarse pero ella me dijo
que no- aseguró.
“No veo la razón de su suicidio, no ha estado sola todo este tiempo, nunca nos comentó
de ningún problema que haya tenido alguna vez, llevaba una buena vida. En verdad, sigo sin
entender la razón.” Nos dijo uno de sus tres hermanos, Jared Thomson.
Los hermanos fortalecen la opinión de que ella llevaba una buena vida.
- ¡Era mi hermana!- dijo Jake triste- ¡Ella murió hace tres días!
-Necesito que vaya a la casa de Flavia y resuelva este caso. Yo aún no creo que se haya
suicidado, ella era feliz.
-Para usted.
Holmes continuó:
-Como verá usted, si se ha suicidado, tiene que haber un motivo, tal vez ella estaba tan
deprimida que no quería contárselo a nadie, usted no puede decir que su vida era feliz porque
usted no es ella. Ahora, cuénteme bien lo que pasó. Cuando vi la noticia no le presté mucha
atención ya que las personas mueren diariamente.
Eso último hizo que Jake frunciera el ceño.
-La noche anterior fue su cumpleaños, lo festejó en la casa de mi hermano, Jack. Ella
volvió a su casa y no nos llamó, le habíamos dicho que nos llame cuando llegue. Al día
siguiente recibí un llamado de su empleada domestica diciéndome que le parecía que Flavia
estaba muerta. Fui a su casa pero los policías no me dejaron verla.
-Ahá.
-Sí, claro.
-Sinceramente, no. Ella al pasar el tiempo le parecía cansador salir. Prefería quedarse
en su casa.
-¿Con alguien?
-Sí, últimamente estaba con un hombre llamado..- Jake dudó- Gerard Rolent
-Pues no, era violento, mi hermana sufrió muchísimo después de casarse con él. Se
peleaban siempre. Tiene un nombre muy importante donde vivía, su familia es muy rica.
-¿Dónde vive?
-Si Gerard era amigo de ella, ¿por qué no estaba en su cumpleaños?- pregunté.
-No lo había pensado...- dijo Jake muy sincero- Supongo que se habrán peleado.
Llegamos a la casa. Estaba en el medio del campo, era una casa de ladrillos bastante
grande. Jake comentó que la casa la había comprado Drake pero ella se la había quedado.
Entramos y lo más notable era que estaba demasiado ordenada. Miré hacia la izquierda, el
living, común, con una mesita de madera con vidrio arriba, un sillón de tres personas y uno de
una al costado y un televisor. A la derecha estaba la cocina que se separaba con el comedor por
una barra. En frente nuestro había una escalera forrada con una alfombra azul.
-Pueden limpiarse el barro por favor!- Dijo Jake- Estuvo lloviendo a cántaros en el
campo..
-Entendemos.
-¿Qué cosa?
Se fueron. Fui a la cocina y vi el cadáver pudriéndose, el olor llegó hasta mí. Me agache
para examinarlo. La mujer parecía sorprendida, mire su cuello, nada, no había sido
estrangulada. Vi su mano y me asusté cuando vi sus cinco dedos contraídos. Un vaso había a su
lado.
-¿Viste algo?
-Sí.
-Gracias- le respondí.
Jake gruñó:
-El ama de llaves cerró todas las puertas- dijo Jake de repente.
Fuimos hacia la escalera. Subí y noté que había una gota de algún liquido por cada dos
escalones. Holmes se detuvo y me dijo:
-¿Observas esto Watson? Gotas de cianuro, cada dos escalones. El asesino cuando
estaba, seguramente decidiendo dónde esconder el cadáver, escuchó la puerta, salió corriendo
hacia arriba, cada dos escalones. ¿Y esto?- preguntó señalando la tierra- El asesino no se
limpió los zapatos antes de entrar, el barro ya se secó- Se levantó- ¿Sabes qué? Creo que ya sé
quién es.
Seguimos subiendo y Holmes señalo una botella vacía que decía: CIANURO. Sonrió.
Escuchamos un ruido y Jake corrió a nosotros. El sonido venía de la derecha, de una
habitación. Ahora entendía todo. Alguien mató a Flavia, escuchó que alguien venía y se fue
corriendo cada dos escalones y se escondió en una habitación. Jake dijo que la empleada
doméstica había cerrado todas las puertas. El asesino seguía aquí. Holmes abrió la puerta y
nos encontramos cara a cara con…
-GERARD!
-Usted dejó la nota de “tengo que hacer cosas...” para esconderse en esta casa. Cuando
Flavia volvió esperaste a la mañana, la mataste con cianuro y escuchaste la puerta abrirse,
corriste, te escondiste en esta habitación y te quedaste encerrado durante tres días.
FIN
Muerte Planeada
Valentina Musa
-¡Ah! ¿Te has enterado que aquí vive la mujer soltera mas rica
del mundo, llena de platería y de joyas?
-No, nunca supe tal cosa, ya mismo iré a escribir una reseña
sobre ello.
-Bueno, ¡suerte!
FIN
Muerte hipotecada
De Valentino Zuppa
18/7/2012-Londres, Inglaterra
Hoy me levanté como todas las mañanas, me bañé, desayuné, leí el diario y
finalmente me vestí.
A las 09:30…tomé el bus que pasa por enfrente de mi casa y me lleva como todos los
días a la oficina. Entré, y todos me recibieron sospechosamente muy bien. Igual, es
común que dude de mi instinto detectivesco
Llegue al frente de mi jefe y le entregue la carpeta el también tomó una hoja, esta
vez la primera u segunda y me la entrego en la mano…me la guarde también en el
bolsillo y me marche de ahí.
Pasé todo el día trabajando sin pensar ni una céntima de segundo en aquellos dos
papeles misteriosos.
Llegué a mi casa y los saqué…el que me dio el jefe era un informe bastante
pequeño…en cambio el otro era el cuádruple de grande… tenia tantas ganas de leer
el que había recogido yo que el otro lo deje de lado y olvidé por poco su existencia.
MUERTE EN UN HOTEL
Hace seis años en un pueblo de los campos del Paraguay, en un hotel ocurrió algo muy extraño,
que puso alerta a todas las personas del lugar.
Al otro día de lo sucedido el dueño del hotel les dijo a las mucamas que fueran a limpiar el
cuarto de Jéssica y Mario.
Cuando Betty, la mucama apoyó su mano en el picaporte de la puerta, miró hacia abajo y vio
que debajo de la puerta había gotas de sangre seca.
Cuando entró se encontró con el cuerpo de Jéssica cubierto de sangre y con una herida en su
estómago. Betty se asustó tanto que salió corriendo inmediatamente.
-¡Vi algo horrible en la habitación N° 12. Había mucha sangre….muerte…!- exclamó la mucama.
-Soy Betty, la mucama del hotel donde está hospedada su hija. Tengo muy malas noticias… Esta
mañana encontramos a Jéssica muerta en su habitación.
-¿¡Cómo dice!? ¿Y su novio? Él había viajado con ella- dijo la madre llorando
desesperadamente.
Mientras tanto en el hotel Bernardo estaba muy nervioso, no sabía que hacer. Betty le dijo que
llamara a un detective pero él no conocía a ninguno.
-Llamaremos a la policía.
FIN
Martes 13 un día muy extraño en mi vida
de María Ruiz del Castillo
Era un martes 13 del año 1919 cuando me estaba en el Banco Ciudad haciendo
un trámite para pedir un préstamo para terminar de pagar la camioneta Ford que
me había comprado hacía un par de días y ya la estaba usando. Al banco entró
una mujer muy bella, me pareció que tenía alrededor de 25 años, no era muy
alta. Me saludó:
Cuando se fue me pareció que no se había ido muy alegre tal como había
entrado. Se había ido sin dinero.
Salieron y en la puerta los esperaba un auto lujoso para esa época. Yo salí detrás
de ellos y me subí a mi camioneta, sin que me importara nada, ni siquiera el
trámite, esta situación era muy sospechosa, los seguí hasta la entrada de fuerte
Apache. No quise seguir más por cuestiones de seguridad. No me quería meter
más en problemas, aunque por ahí cuando estoy en los bares a los que voy muy
seguido me pongo un poco loco y me meto en problemas más serios, como el
alcohol y las drogas, pero este no era el lugar ni el momento para meterme en
problemas.
Como dejé de seguirlos regresé a mi oficina, era un día distinto a todos los demás,
no había estado en ningún bar en todo el día, era raro. Empezó a sonar el
teléfono, era una mujer le pregunté como se llamaba:
—Sí, lo noté. Cuando usted se fue dos hombres ingresaron al banco y se llevaron
mucho dinero en sus manos, y uno de ellos en su mano tenía un aparato bastante
tecnológico.
A medida que ella hablaba, sus comentarios me parecían cada vez más
inteligentes, y que se abría una causa para que yo resuelva. Había que
determinar quiénes eran esas personas que habían robado, qué precauciones
había que tomar para que no vuelva a repetirse esta misma situación, por qué
utilizaban este método para robar, a qué tipo de personas le robaban y muchas
cosas más.
— Tienes razón, voy a investigar sobre esto- dije acordándome que le tenía que
contar que los había seguido- Casi me olvidaba de decirle que los seguí hasta la
entrada de Fuerte Apache, así que, seguramente sean de ahí, pero voy a hablar
con mis contactos. Adiós, llámame mañana y te cuento lo que pude averiguar—
Yo ya estaba pensando a quién podría llamar, se me estaban ocurriendo varias
personas.
Luego de hablar con él tomé nota de todo lo que me había dicho, dijo
cosas importantes, como otras que no…
‘-Los hombres los cuales le describí, eran muy parecidos a unos clientes suyos así
que supuse que podrían ser las mismas personas, me contó que son dos hombres
que están siempre juntos y que seguramente tengan algún parentesco, me dio
nombres, Baldomero Gutiérrez (26) y Cristian López Sánchez (29) .
-Ayer sus clientes estaban bien vestidos me dijo, y le pregunté como era la ropa
que llevaban y me dijo que los dos vestían camisa y pantalones de gabardina.
Tenían la misma ropa que los dos hombres que yo había visto.
-Cosas que faltan comprobar y saber: si son los mismos, si Julieta Vázquez fue la
única víctima o hay más, por que usan este método y no otro, las precauciones
que habría que tomar a partir de este caso, si informarle o no a la policía.’
Voy a entrar en Fuerte Apache, no debe ser tan peligroso como dicen, me
puedo camuflar entre los narcos y los clientes, a ver si los encuentro y los puedo
esposar o no, pensé por un momento eso y comencé mi viaje.
Llegué, a las 19.24 del día miércoles y llamé a la Srita. Vázquez para que venga a
la comisaría 19º.
Cuando ella llegó, lo hice llamar al Oficial Gerardo Galli, él me preguntó por que
había llevado a esos dos hombres, y le conté todo a los dos, a ella le conté lo que
no sabía, y en lo que ella sabía, me ayudaba con acotaciones. Él llamo a los
policías que estaban en el lugar, ellos no entendían para qué los llamaban, el Sr.
Galli no había entendido todo tampoco, no entendía por qué esos hombres
habían hecho eso, pero sin embargo les contó a los policías lo que había pasado.
Algunos no habían terminado de entender por más que la Srita. Julieta y yo
habíamos ayudado con acotaciones. Menos habían entendido los policías, de
por qué les contaban eso, y que había pasado en realidad, no sabían si creernos
o no. Al principio no sabían bien que hacer, por que no querían tener problemas
con los familiares de los futuros prisioneros, pero tampoco sabían si era posible que
ocurriera semejante asunto.
Fin
Marina Suarez
Constanza estuvo un rato suficiente como para ver todos, en eso abre uno, y
nota que estaba escrito. Casi sin pensarlo le iba a avisar a la vendedora, pero se
detuvo y lo leyó. Estuvo un rato entretenida, pero al notar que ya había pasado
bastante tiempo, lo compró para seguir leyéndolo más tarde, en su casa.
Ni bien llegó, sacó de su bolso el diario íntimo, estuvo hojeándolo, y en él
aparecían direcciones, teléfonos y nombres.
Ella tenía un afecto hacia el padre, todo lo que encontraba quería mostrárselo,
por lo tanto, decidió llamarlo.
- Papá, discúlpame te que interrumpa, pero ¡no sabes lo que conseguí!
- Constanza, ya te dije mil veces que no me llames cuando estoy trabajando, sabes
que estoy ocupado.
- Es un segundo nada más.
- Está bien, que sea rápido.
- Se me ocurrió regalarle a Lizzy un diario íntimo. Fui a la librería que está cerca de
casa, y había muchísimos, y como sabes que siempre miro todos, cuando agarré
uno, estaba escrito, y dice direcciones, nombres y teléfonos. Cuando vuelvas
quizás podemos verlo juntos…
- Me encantaría hija, pero probablemente vaya al casino después del trabajo. Veré
si puedo ir a casa más temprano…
Su padre era Louis Peckot, era un aficionado de las apuestas, trabajaba en una
empresa de comida para animales. Pasaba la parte más grande de su día en el
trabajo, y lo que quedaba lo mal gastaba en el casino.
Llegada la noche, Constanza anotó en una hoja de papel los nombres,
teléfonos y direcciones que habían escrito en el diario. Luego de anotar todos
aquellos que creyó que le servirían, apagó la luz y se dirigió a su cama, ya era hora
de dormir.
A la mañana siguiente, Constanza, buscó en el papel un nombre al azar.
Pandora Esquivel, fue el primer nombre que encontró, al lado de él aparecía una
dirección y un teléfono. Lo primero que pensó fue en llamar, luego vería si iba a la
dirección escrita.
Intentó tres veces, ninguna atendió… quizás debía ir al lugar que decía.
Al cabo de un rato, Penny le respondió por mensaje, aceptó acompañarla. Ella era
una compañera suya del colegio, por lo tanto al día siguiente, al finalizar el horario
de clases, se iban juntas en busca de algo que todavía Constanza no sabía…
-¿Quién es?- respondió una mujer, que estaba adentro del lugar.
- Lo lamento, no sabía, mire, es que tengo un diario íntimo donde están escritos
varios nombres, con las direcciones y teléfonos. Y encontré a Pandora en él, llamé
y no atendió nadie, así que decidí venir, disculpe por no avisar antes, es que no
tuve manera de comunicarme.
- No hay problema- dijo la mujer- Me resulta raro que tenga su teléfono y
dirección, ella no le daba datos a nadie que no conocía.
- Es que no es mío, bah, sí es mío, es raro, jaja, compré el diario en una librería y
vino escrito, eso es lo que pasó.
- Ah, qué raro, bueno, tengo que seguir trabajando, si no va a comprar nada o a
ver, le voy a pedir que se retire por favor.
-Penny, ¿te molestaría ir a otra dirección?, sólo una más.- preguntó Constanza.
En la hoja encontró otra dirección, con otro teléfono, era de Julio Rodríguez.
Se dirigieron hacia ese lugar, sin pensarlo dos veces.
-No señorita, él murió hace unos años. ¿Para qué lo buscaba?-dijo el señor.
-Bueno Pen, creo que debemos volver, ya se está haciendo tarde- dijo Constanza.
-De acuerdo.
Por última vez, buscó en internet. Primero puso Pandora Esquivel, quería ver la
fecha donde había muerto, y después buscó Julio Rodríguez, por la misma razón.
Las fechas coincidían, los dos habían muerto el mismo día, del mismo mes, y en el
mismo año, el 6 de noviembre de 1987. Constanza quedó sorprendida, era algo
muy raro, los dos nombres estaban en el mismo diario, y murieron el mismo día…
Días más tarde, Constanza decide llamar a la policía, tal vez, ellos tendrían
alguna idea de estas dos muertes. Se dirigió a la comisaría, les contó sobre lo
sucedido, y les resultó interesante, inmediatamente mandaron a varios policías a
investigar sobre eso.
Tardaron varios días en obtener datos, hasta que al octavo día Constanza
recibió una llamada.
-La verdad que sí… Fuimos a un lugar de decoraciones para niños, entre otros
lugares, y encontramos una carta, escondida en la habitación del dueño, que por
cierto, también murió en la misma fecha de los dos anteriores, decía así:
FIN
LOS MISTERIOSOS ROBOS DE LOS TRES BANCOS
-¿Qué dices si mañana temprano vamos a investigar al banco que según lo que leí por
la mañana en el diario, han robado?-me dijo mi compañero.
-Ahhhh-me asusté.
-Ok.
Al día siguiente una nueva noticia informaba de otro robo bancario. Rápidamente
fuimos al banco y notamos que el robo había sido de la misma manera que en el banco
que habíamos investigado, lo cual nos alertoó, entonces decidimos entrevistar a 4
testigos que se encontraron en el momento del robo.
Realizada esta entrevista nos quedamos con muchos datos importantes. Entre ellos el
color de pelo y peinado del ladrón.
Abrió el banco y comenzó a entrar la gente. Con Ricardo miramos sin parar. Hasta que
vimos esa cabeza de pelo largo y rojo que buscábamos.
FIN
FIN
La Muerte De Una Amiga
-Usted debe ser John Watson, he oído mucho de ti- comentó mientras
me estrechaba la mano –Es amigo y compañero de trabajo del detective más
famoso- dijo riéndose.
-Sí, con mucho gusto los llevaré- dijo Carpeluz. –Estacioné el auto en la
puerta. Vamos.
-No se preocupe por ello- dijo Holmes, mostrándole al policía, una placa
que tenía guardada en el bolsillo, desde hacía dos crímenes atrás, la cual lo
autorizaba a tocar e introducirse en crímenes
- Además, la policía, no había reconocido este elemento, como parte del crimen.
Lo que demuestra lo importante que es mi investigación- aseguró Holmes.
-Watson, la verdad es que sólo quería venir aquí para saber si se trataba
de aquella amiga mía. Aquí no hay mucho más que ver. Vamos a la oficina 35, me
dijeron que allí se pide permiso para ver a los sospechosos.
-La verdad no sabemos todos los nombres, pero sí conozco bien el caso.
Se trata de Rosa Morris, una mujer que fue encontrada sin vida el lunes 13, por
el ama de llaves Mónica Williams. El día anterior, había festejado su
cumpleaños con sus tres hermanos.
Primero, hablamos con Mónica, quien parecía triste y enojada. Era petisa,
con cara ovalada, pelo rubio, ojos marrones y una voz increíblemente grave.
Pasaron unos minutos mientras que ella pensaba, hasta que tímidamente
contestó:
-Llegamos los tres, a la casa de Rosa a las ocho, charlamos hasta las
nueve, cenamos hasta las diez y media y nos fuimos a las once o a las doce, la
verdad es que se nos pasó muy rápido el tiempo- dijo Sebastián.
-¿Hay algo que les haya llamado la atención?- preguntó Sherlock, lo que
hizo que todos se quedaran pensativos.
-Suponiendo que fue por los gritos que la amenazó, los gritos debían
decir algo importante- dijo Holmes.
-Sin duda, pero lamentablemente no los pude oír- dijo la mujer.
-Sí, lo recuerdo. Era alta, flaca, pelo rubio con mechones más claros, de
unos sesenta y ocho años, como Rosa. Tenía una voz aguda, y un lunar arriba y a
la derecha de la boca. Vestía una pollera verde inglés, una remera blanca, una
campera color negro, y unos zapatos blancos- dijo la señora Williams.
-¿Quién es ella?-
-¡¿Qué?!-
auditivo.
Holmes, quien parecía muy calmado. Tocó la puerta y preguntó por Gabriela
Mientras tomábamos un té, bajó por una escalera, una viejita, que al ver
pareció más sorprendido que ella. Inmediatamente, me di cuenta que era tal y
como Mónica había descrito a la mujer que había ido a visitar a Rosa.
de trabajo.
La mujer lo interrumpió:
-Sí, ya lo sé, en una lástima- dijo casi llorando.
-La nota que escribió Rosa dice: “Si algo malo me pasa, quiero que se
alegró mucho al ver a los inocentes libres, ya que liberaron a todos y le dieron
FIN
La madera levantada
Por Francisco Reggiani
Era una noche horrible de 2012, para ser exactos el 09/10/2012 cuando ocurrió lo
que les voy a contar.
Llovía a mares y además había una tormenta eléctrica cuando Emilio, Fasso y yo
estábamos en mi casa porque los había invitado a dormir.
Corrimos un mueble para jugar un juego, no demasiado divertido pero que igual nos
gustaba. Encontramos una madera levantada, la sacamos y encontramos una nota.
-¿Nacional, Liceo, Anexa y Bellas Artes?- exclamamos los tres al mismo tiempo, y nos
pusimos a buscar cuándo había ocurrido la última muerte en el Nacional, Bellas Artes,
la Anexa y en el Liceo y lo que encontramos fue:
Liceo: chico de sexto año se encuentra muerto y sin órganos, esto pasó el 31/10/2010.
Bellas Artes: chico de sexto se encuentra muerto y también sin órganos, el 31/10/2008
-Bueno, veamos cuáles son las cosas en común-decía Emi hasta que lo interrumpí
diciendo que iba a buscar papel y lapicera, acto seguido hicimos este punteo con las
cosas que tenían en común estos asesinatos:
-Sin órganos, me suena muy familiar, sí me acuerdo de que una vez mi papá me contó
que hace mucho había una persona que ofrecía un helado gratis y los chicos ingenuos
que aceptaban, este hombre los secuestraba y los mataba; luego les sacaba los órganos
para venderlos y…- dijo Emi y luego se quedó pensativo
-¿Y?-dije impacientemente
-¡Y que este año dentro de 30 días habrá un asesinato en alguna escuela de estas
cuatro!-dijo Fasso bastante excitado por su descubrimiento.
“Si resuelves este acertijo no habrá más muertes: no se puede correr, no hay mucha
gente, solo hay 6 grados”.
Volví a mi habitación y desperté a Emi y a Fasso y les mostré la nota. Todos estuvimos de
acuerdo en que lo más probable era que el crimen ocurriera en la escuela Anexay ya
que en esa escuela era más frecuente que los chicos corrieran ya que son más chicos.
Despertamos a mis padres y les contamos todo lo que nos había sucedido. Ellos nos
llevaron a la policía para que le informáramos todo lo que sabíamos.
Luego cada cual nos fuimos a nuestros hogares. Emilio, Fasso y yo, los tres mosqueteros
como nos acostumbraba a llamar la profe Mónica, porque debíamos descansar.
Al día siguiente nos enteramos por el diario que la policía había atrapado al ladrón de
órganos y este había muerto cuando le dispararon porque había intentado huir.
Cuatro años más tarde volvía a ocurrir exactamente lo mismo, ahora yo me pregunto:
¿Fin?
LA INTUICION DEL AYUDANTE
Por Valentin Nardi
- No.
-¿Cuánto piensa pagarme?, ¿la paga será por mes o por semana?
-No, mirá este trabajo lo hacés por el bien de los demás, no lo hacés
para ganar dinero, si está bien el trabajo quizás recibas algo, pero lo
tienes que hacer bien, como mi ídolo Sherlock Holmes.
-En su casa.
-¿Estaba muerto?
- Sí, tenía un golpe en la cabeza. Había gotas de sangre derramadas
en el diario.
- ¿Llamaron a la policía?
- No
- Media hora.
- Sí lo vi.
-Mire estas pastillas son para dormir quizás tomó muchas y sólo está
dormido...
FIN
La gran traición
Por: Abril Stefanía Rehak
FIN
LA DEDICATORIA
Por Micaela Amán
Luego de salir de la escuela me dirigí a casa. Después de comer, me senté en la computadora.
Cuando abrí mi casilla de correo me encontré con una invitación al club de lectura que decía lo
siguiente:
Si querés unirte por favor traé un libro leído del autor que quieras.
Como nunca le puedo decir que no a la lectura, me puse los zapatos y salí corriendo a
la biblioteca.
Cuando llegue, me dirigí a la sección de novelas comencé a leer todas las contratapas
de los libros. Después de buscar y buscar encontré un libro muy particular de color rojizo,
tapa y contratapa lisa y con un marco dorado, llamado "Tu manera de querer". Lo que tenía de
particular este libro, era que tenía en la tapa una dedicatoria que decía:
Me pareció muy rara esa dedicatoria, porque la mayoría pone, con amor para ... o este
libro se lo dedico a mi mejor amiga ... , pero esta dedicatoria sonaba más a una amenaza.
De todas formas, como tenía que volver a mi casa para la cena, decidí comprármelo.
Sin embargo, no pude determinar de qué secretos se trataba, ya que la autora no hacía
una referencia específica sobre esto. Fue así que la intriga creció en mí, aún mas.
En fin, primero pensé que la dedicatoria tenía algo que ver sobre ese señor.
Luego pensé: -¿Porque a la escritora se le había ocurrido publicar ese libro ? ¿Sería una
forma de pedir ayuda, o se trataría simplemente de otro cuento de fantasía?
Él me dijo que sólo era un libro de cuento más, y que me estaba dejando llevar por mi
gran imaginación.
Al día siguiente empecé a buscar datos sobre el libro, año de la publicación, editorial
que lo publicó, etc..
Buscando y buscando, encontré escrito muy chiquito en la pagina 56, al final del
ultimo párrafo, un fragmento que decía: "Publicado en editorial Luna del Sol".
Como sabía donde se encontraba esa editorial, después de desayunar salí corriendo
hacia allí.
Cuando llegué, le pregunté a un empleado dónde se encontraba el director de la
editorial y me señaló a un señor barbudo, de aproximadamente unos 58 años, que estaba
tomando un café sentado junta una ventana.
- Sí ¿se podría saber quien es usted?- pregunto el señor con mucha intriga.
- Soy Luna, una reportera de la Revista Luz. Vine a preguntarle sobre este libro- respondí,
mostrando la tapa del texto sin demostrar demasiado interés.
- Oh,¡¡¡ claro!!! Ella era la mujer de un amigo mío, y murió en el incendio de su casa hace
ya muchos años.
- ¿Por qué quiere saber sobre ella?, ¿Acaso deseabas entrevistarla?- me interrogó el señor
muy intrigado.
- Sí, la revista Luz la quería entrevistar para una sección de escritores- mentí
- Nos hubiese interesado que cuente un poco sobre este libro a fin de poder hacer una
segunda edición.- respondí con una leve sonrisa.
- Esto no será posible, lo lamento mucho, pero si quiere saber algo de ella, puede
consultar al señor Edgard Styles su querido sobrino que vive en la calle 15 número 181. Él
seguramente le sabrá decir lo que quiera sobre la señora Styles. Ahora debo irme a una reunión,
espero que te sirva mi información, hasta luego - me saludó cordialmente el director.
Ni bien salí de la editorial, me dirigí hacia la casa del sobrino. Cuando llegué toqué dos
veces la puerta e instantáneamente esta se abrió sola. Parece ser que el sobrino era fanático de
la computación y tenía una casa "inteligente".
De repente apareció un joven de unos 36 años que con mucha gentileza me preguntó:
- ¿Qué desea ?
- Soy una reportera y vengo a hacerle unas preguntas- respondí manteniendo la mentira
de la reportera.
- ¿Quién?- pregunté.
- ¿Qué ha hecho él?- pregunté con sospechas de que había pasado algo malo.
- Mi tía y su marido no se llevaban muy bien. Días antes de morir ella, me contó lo que le
había sucedido antes de divorciarse, que es prácticamente lo mismo que narra en este cuento.
Cuando terminó de contarme, le pregunté quien era el que la hostigaba y ella no me quiso
contestar. Ahora que veo esta dedicatoria, me doy cuenta que se trataba de su marido, Robert
Dot, mismas letras que se indican en la primer hoja, son las iniciales de su nombre y apellido. Te
cuento por si no estás enterada, que un día su marido, la amenazó con quemar sus libros por
haber escrito algo malo sobre él en uno de ellos y por lo que veo cumplió- me dijo muy pensativo
el joven.
- Describió, en este libro, a uno de sus personajes como un hombre de malos modales. Su
marido relacionó que se trataba de él cuando escuchó tras la puerta una conversación entre
nosotros - contestó el muchacho.
- Sí, pero con cuidado ya que es un hombre impulsivo. Iremos juntos, tú te presentarás
como reportera, como lo hiciste conmigo, y yo haré de asistente tuyo- dijo el joven con firmeza.
Al llegar a la casa de Dot, nos hizo pasar el ama de llaves, una joven mujer, quien nos
dijo que esperemos al señor.
Después de unos minutos apareció Robert Dot, quien nos preguntó quiénes éramos y
qué necesitábamos. Con nerviosismo, le explicamos que íbamos a hacer un homenaje a su
difunta esposa y debíamos hacerle unas preguntas para publicar un artículo de ella en la
Revista Luz. El hombre accedió con una sonrisa muy falsa.
Después de esto hubo un momento de silencio hasta que Edgar no toleró más y le
preguntó:
- ¿Por qué amenazaba a mi tía? ¡Se salió con la suya y no solo eso, también sé que quemó
sus libros!
- Veo que no me recuerda, soy Edgar Styles, y como mi tía ya no está, vengo a
desenmascararlo. ¡Asesino!
-¿Vale apagar la vida de mi tía por un simple personaje de un cuento?-dijo Edgar muy
enojado.
-Llamaría a la policía para denunciar el maltrato y amenazas que sufría mi tía, con esta
dedicatoria tendría mas pruebas para comprometerlo, pero quien se interesaría en abrir un caso
ya cerrado, por algo que pasó hace más de 30 años. Haré que el libro se reedite y llevara por
nombre " Las memorias de Miss Styles"- dijo Edgar.
No pudimos hacer nada con respecto a Dot, pero obtuve una buena recomendación del
libro para el club de lectura.
Fin
LA CARTA PERDIDA
La historia que les voy a contar ocurrió un lunes 24 de octubre de 1974, en la ciudad de París.
La protagonista de la misma es una joven llamada Amelie de unos 27 años de edad que vivía
sólo con su hermana Laura que tenía diez años menos que ella.
Amelie era la dueña de una tienda de ropa llamada “La Nove Mode” pero su gran pasión era
ser detective. Este sueño lo tenía desde que tenía siete años cuando comenzó a leer las
apasionantes aventuras de Sherlock Holmes y su amigo Watson. Desde entonces soñaba que
algún día sería una gran detective como ellos.
El 24 de octubre de ese año, a las 14:30 horas se fue a su nueva casa de descanso, que había
comprado con casi la mitad de sus ahorros de su tienda. La vivienda tenía una cocina, un baño,
un patio, una habitación y un sótano. Allí comenzaría a cumplirse el sueño de Amelie…
Cuando la joven estaba terminando de guardar unas cajas en el sótano, comenzó a barrer. Sin
querer golpeó con la escoba la pared de la izquierda y escuchó un sonido como si estuviera
hueca. Luego golpeó dos o tres veces más, con más fuerza hasta que pudo sacar uno de los
zócalos. Asustada fue a buscar una linterna e iluminó ese lugar escondido que había detrás de
la pared. Allí encontró una pequeña caja. Cuando la abrió, vio que tenía un diario íntimo, una
foto y una pequeña llavecita. Con ella abrió la cerradura del diario íntimo y se encontró con
una carta que decía lo siguiente:
Amelie no podía salir de su asombro pero sin dudar ni un segundo fue al Valle de las rosas
donde indicaba la carta.
Cuando llegó se encontró con un problema, por dónde comenzar a buscar el tesoro. Estuvo
pensando por largo tiempo hasta que una rosa, la llamó la atención, cuando se acercó notó que
ese rosal estaba más elevado como si hubieran removido la tierra donde estaba plantado. Cavó
con mucho cuidado para no dañar la planta y encontró un sobre rojo que estaba envuelto en
una tela. Cuando lo abrió encontró otra nota que decía:
Amelie fue a esa casa pero se encontró que en ella vivía unos mafiosos, los más temidos de la
ciudad. Estuvo mucho tiempo esperando que se fueran. Cuando la casa quedó sola, abrió la
cerradura con un alambre como había visto en las películas y cuando entró fue a la cocina. Ahí
comenzó a golpear el piso para encontrar el cofre que mencionaba la carta de Rita y Moe.
En eso estaba cuando de repente escuchó que alguien entraba, Amelie corrió a esconderse
pero sin querer se le había caído la carta. Entonces decidió ocultarse detrás de la puerta,
estaba muy alterada y con mucho miedo de que la descubran. Uno de los mafiosos había
regresado a buscar algo en la cocina pero cuando oyó un ruido sacó su arma y comenzó a
buscar por toda la casa, Amelie no le quedaba otra que defenderse con un cuchillo que
encontró arriba de la mesada. Cuando el hombre se agachó ella se lo clavó por la espalda y él
cayó muerto sin poder defenderse ni saber quién lo atacaba.
Amelie se apresuró y continuó buscando el tesoro, sabía que pronto vendrían más personas al
lugar y no tendría mucho tiempo. Buscó y buscó hasta que por fin lo encontró. Levantó unas
maderas y al fin encontró el tesoro, era un baúl que tenía varias monedas.
Enseguida llamó a la policía que llegó justo antes de que regresara el resto de los maleantes.
Con ese dinero Amelie pudo agrandar su tienda y viajar por el mundo como ella quería.
Pero ¿sáben cómo sé todo esto? Seguro no lo imaginan… Es que yo soy Laura, la hermana
menor de Amelie.
FIN
Elena Havanna
Ella estaba sentada como siempre, tomando su té. Se veía tan tranquila, tan
buena... Además siempre, pero siempre escribía en su diario. Se llamaba Elena
Havanna,
¡Ay Elena!, eras tan hermosa. Perdóname pero tuve que hacerlo, te amaba pero…
no me quedaba otra alternativa que matarte, igual no me arrepiento de nada de lo
sucedido. Lo que pasó fue así.
Una mañana, Elena, salió de su casa para ir a su trabajo, pero parece que en la
avenida Belgrano había una gran manifestación e iba a retrasarse lo que le provocaría
el despido. Observando la mala situación que le ocasionaría llegar tarde a su empleo,
decidió tomar un camino más corto pero muy peligroso para una mujer tan solitaria
como ella. Por un momento, sintió que alguien la seguía, pero como ella no le temía a
absolutamente nada siguió su camino tranquilamente sin darse cuenta de que a unos
pocos metros le esperaba su peor destino…
-Por favor señora, que yo esté mal económicamente no debe significar nada
para usted, ya que todas las noches la veo escribiendo su diario íntimo con esa mirada
con la que demuestra cada palabra. Y aunque no le parezca, yo sé sus más íntimos
secretos.
-Muchos, pero los más importantes para mi son: el del dinero literalmente
escondido bajo su alfombra la cual tiene tres tablones que simulan el piso, el de la
muerte de su madre y su herencia. Así que piénselo bien antes de entrar a su casa
pues podría encontrarse con lo peor que le puede pasar en la vida. Buenas tardes para
usted, disfrútela mucho.
Elena se fue sin decirme adiós ya que al contarle lo que sabía empalideció y no
se oyó murmullo alguno. No dijo absolutamente nada porque estaba seguramente muy
asustada.
Me di cuenta que no me reconoció. Yo era su hermano, al que ella hizo secuestrar para
liberarse y obtener su herencia al matar a mi madre, Seguro que me tomó por un
maniático o por un hechicero pero no, para nada, yo sé todos sus secretos, porque ella
hizo todo para complacer a envidia literalmente su mas fiel aliada y a egoísmo al que
seguramente adoptó como hijo, esos dos sentimientos, los que matan al mundo
alimentaban su maldad en este caso. Yo soy la víctima y ella es la culpable de todo.
Al llegar a su casa, Elena fue directamente hacia la alfombra, la levantó y sacó los
tablones pero el dinero seguía allí y no había absolutamente nada fuera de su lugar. No
había reparado en las huellas de barro que marcaban un camino hacia la cocina donde
me encontraba cenando.
-¿Muerto? Nunca me verás en ese estado porque el que te verá así seré yo, y
por favor dame mi herencia
-Claro, pero antes tengo un obsequio para ti- dijo tomando un cuchillo-.
¡Acércate!
EPÍLOGO
-Increíble-dijo el policía-. Cómo una mujer tan bella tenía un corazón tan frío.
El detective tomó el diario y leyendo encontró una hoja suelta donde decía:
La maté con una manzana envenenada haciendo que la comiera por la fuerza
mientras ella rozaba mi piel con un cuchillo bien afilado. Cuando cayó al suelo salió una
lágrima de su hermoso rostro diciendo “perdóname”.Con la culpa por el suelo y
conciente de lo que me esperaba tomé el dinero y me fui llorando
FIN
Estábamos Sherlock y yo en Baker Street, un lluvioso día de sábado por la noche, cuando de
repente se escucharon golpes en la puerta:
- Soy Martin Jind, sobrino de la mujer asesinada este jueves-dijo suavemente una voz.
- Puede pasar, por favor siéntese por aquí. – dije después de abrirle la puerta.
Sherlock le señaló un sillón para que el joven se sentara. Cuando se sentó nos explicó
firmemente lo sucedido y nos pareció una fea historia pero a la vez un caso más que Sherlock
y yo resolveríamos, así que aceptamos ser investigadores para el caso llamado protocolo
Fantasma
-Señor, lo pensamos y mañana lo llamaremos para ir a la escena del crimen, pero. . . ¿usted no
conoce a los sospechosos? - le pregunté
- Mi tía fue encontrada sin vida el jueves. El día anterior ella había festejado su cumpleaños
con sus hermanos, mis primos, quienes no la querían mucho y, casi me olvidaba, la mucama.
Esa fue una noche muy difícil para nosotros, imaginar tanto odio contra una hermana que
terminó asesinada, era impensable. Además, era demasiado buena.
Fin
EL DIARIO ÍNTIMO
3.00 AM: LONDRES, PARK AVENUE. BANCO STRONG.
- ESTEBAN BIDÉLL.
CAPÍTULO 2
- BUENAS. SUPONGO.
- CLARO, ES MI PADRE.
- ¿Y… SABE ALGO DE ESTE DIARIO ÍNTIMO? – PREGUNTÉ MIENTRAS LE
SAÑALABA A SU PADRE EN LA FOTOGRAFÍA.
Eran las 12:33 del mediodía cuando salí del colegio. Me encontraba a
casi tres cuadras del colegio cuando escuché gritos en una casa de dos
pisos, con paredes llenas de enredaderas. Decidí entrar pero no sabía
que a partir de ese momento mi rutina diaria cambiaría por completo.
Cuando entré encontré un cuerpo manchado de sangre en el piso y
pude ver a un señor escapando por la ventana. Sólo pude ver que el
hombre tenía una cicatriz, al parecer, recién hecha, en el costado del
ojo derecho. Probablemente se la había hecho la persona que
evidentemente acababa de matar. No sabía si la persona muerta era
varón o mujer.
En el diario decía:
FIN
El crimen engañoso
Benjamin Zoft, era un joven vendedor de golosinas, que pasaba todas las
mañanas frente a una casa muy hermosa con un balcón que daba a la
calle. Un día cuando hacía su trayecto se detuvo a observar una casa que
tanto le gustaba y le llamaba la atención. Entonces desde ese día siempre
pasaba por ahí y se detenía a mirar la casa.
Un día descubrió que en esa casa vivía una bella mujer que siempre se
asomaba al balcón para escribir su diario.
Una mañana, Benjamin saliendo de su kiosco se encontró con un
hombre que resulto ser el tío de Azul, la chica del balcón. El tío no quería
mucho a su sobrina así que le dijo a Benjamin:
-Sí señor.
Esa misma noche Benjamin fue a la casa de Azul y entró por el balcón.
Ella estaba durmiendo así que la mató antes de que despertara para que
nadie supiera que él era quien la había asesinado.
A mediados del año pasado habían asesinado al gobernador pero nadie supo quién lo había hecho
hasta ahora.
Mi nombre es Bruce Williams y soy el muchacho más inteligente de la escuela. También sé utilizar todo tipo
de armas, y conozco todos los tipos de lucha. Aunque también reconozco que soy un poquito engreído.
Vivo en Capital Federal en la calle Belgrano y hace tres días recibí una llamada que me decía:
Al terminar me asusté un poco, pero luego me tranquilicé y pensé que debía ir urgente a la casa de mi
abuelo, pero primero salí corriendo al ático y me equipé con todas las armas que tenía allí.
Agarré mi auto y salí a toda velocidad hacia la casa de mi abuelo. Al llegar encontré todo roto y mi
abuelo muerto y en la panza tenía escrito con sangre Joni Rayk, de inmediato fuí a la comisaría pero no
hicieron nada para ayudarme.
Entonces juré que me vengaría del asesino. Comencé por examinar la casa, donde encontré un sobre que tenía
un cheque de 150.000 $ con el nombre del culpable Ahí me di cuenta que había asesinado a mi abuelo por
dinero y sin que se diera cuenta se le había caído. Ahora quedaba esperar al asesino que seguramente volvería
a buscarlo.
Sin que me diera cuenta me dispararon en un brazo pero alcancé a sacar mi revolver con la otra mano y
disparé matando al hombre.
Así fue como pude vengar la muerte de mi abuelo y encontrar al asesino del gobernador.
fin
EL CASO DE DELFINA
Por Cata Martin
Una noche de 1920 Delfina y Rodrigo iban caminando por la calle cuando se detuvieron
enfrente de la casa de ella y Rodrigo le dijo:
Se despidieron y Rodrigo se alejó. Delfina miró la calle para poder cruzar, cuando
apareció de golpe una camioneta negra de la cual se bajaron dos hombres que intentaron
agarrar a Delfina, ella se defendió tratando de escapar. Finalmente la subieron a la camioneta y
la durmieron.
Rodrigo, ya pasadas varias cuadras, se dio cuenta que no tenía su celular porque se lo
había dado a Delfina para que se lo guardara, porque él no tenia dónde. Así que volvió hacia
aquella esquina. Cuando llegó se dio cuenta que ella ya se había ido. Él agobiado miró hacia
abajo y vio en el piso la pulsera de Delfina que él le había regalado.
Luego fue al parque para encontrarse con Delfina como habían arreglado.
Pasadas las 15:30 decidió ir a su casa. Cuando llegó, Rodrigo vio a un hombre alto flaco
con pelo corto y según la cara, triste y le dijo:
-Hola, soy el padre de Delfina, no encuentro por ningún lado a mi hija, ¿Usted sabe
dónde está?- dijo desesperado.
-¿Quién es?
-Soy un amigo de Delfina, la chica de enfrente. Necesitaría hablar con usted sobre un
tema muy importante, ¿Puedo pasar?
-¿Usted es…?
-¡Uy, perdón! Olvidé presentarme, mi nombre es Cecilia, ¿Qué era lo que me tenías que
decir?
-¡Estoy desesperado porque Delfina desapareció, hoy nos íbamos a juntar y no vino,
acabo de estar en su casa y no estaba!, ¿¡Usted sabe dónde puede estar!?
-No, pero anoche algo muy extraño pasó, había una chica, pero no llegué a ver cómo
era. De golpe llegó una camioneta color negra a toda velocidad, bajaron dos hombres, uno
calvo y otro con cabello rubio hasta los hombros.
Al llegar vio a los dos hombres de los que Cecilia le había hablado y la camioneta, así
que sin esperar un segundo y con un poco de miedo salio a la vista y les dijo nervioso:
-No.
-¿Qué es esto?- dijo Rodrigo cambiando de tema señalando unas bolsas negras.
-A ver, ¡Ábrelas!
-No.
-¿Por qué?
-Nada.
-¡Es que estoy buscando a Delfina, una chica, y varias pistas me trajeron aquí y tengo
miedo que algo le haya pasado, por favor si la encuentran díganme donde está, estoy
desesperado!- dijo Rodrigo al borde del llanto.
-De acuerdo.
-Bueno, me voy.
-¿¡Dónde!?
-Por celos… yo me enteré que vos estabas de novio con ella y me…
Rodrigo los ató a una silla de madera a cada uno. Cuando llegó la policía se los llevaron
a la cárcel.
Rodrigo todos los días se quedaba un rato despierto en su cama pensando, por qué la
había dejado sola.
FIN
EL ASESINATO DE EUGENIA RUMI
Hace más o menos siete años que me encuentro en la cárcel, acusada de haber asesinado a mi
hermana.
Todavía sigo esperando que alguien me escuche y me ayude a demostrar que no maté a
Eugenia Rumi, mi hermana. Ese día fui sólo una testigo del crimen pero, sin embargo, me
acusaron igual. En estos siete años aprendí que nunca hay que confiar en alguien, sobre todo si
pide tu ayuda para obrar mal.
Ahora les contaré lo sucedido para que se enteren por mí lo que sucedió realmente ese día:
Una mañana en el año 1994, me encontraba junto a mi novio Esteban, que aparentaba ser una
buena persona en ese momento. Juntos fuimos al parque a festejar el primer mes de nuestro
amor. La estábamos pasando increíble hasta que comenzaron a caer varias gotas de lluvia
entonces nos tuvimos que ir rápidamente a mi casa para estar secos y más cómodos porque ya
se había largado un chaparrón.
Cuando estábamos entrando a casa, llegó el auto de mi hermana. Ella bajó y yo la invité a
pasar, cuando busqué a mi novio había desaparecido misteriosamente.
A los pocos minutos me envió un mensaje pidiéndome disculpas por haberse ido muy rápido y
sin saludar. Al parecer lo habían llamado del trabajo por una urgencia.
Finalmente entramos con Eugenia a casa y nos sentamos a charlar en uno de los sillones. De
pronto mi hermana recibió una llamada. Mientras ella atendía yo decidí llamar a mi novio para
saber qué había pasado. Pero no pude comunicarme porque su número me daba ocupado.
Más tarde llamé nuevamente a Esteban y me atendió. Me dijo casi gritando:
-¿Qué te sucede mi amor? – dije muy sorprendida y sin entender qué le pasaba.
- Discúlpame María- me dijo- pensé que eras otra persona. ¿Para qué me llamabas?
Sin contestarme nada, Esteban, me cortó el teléfono. Me quedé muy pensativa, empecé a
sospechar que tal vez me estaba engañando con alguien. Se lo comenté a mi hermana para que
me diera su opinión. Ella opinaba lo mismo que yo, me dijo que sus actitudes eran muy
sospechosas y que buscara entre sus cosas así me sacaría la duda.
Cuando mi hermana se fue, revisé en los cajones de la ropa donde tenía su cómoda. Entre la
ropa encontré un anillo con las iniciales E, E y una carta de su trabajo que decía:
Sr Esteban… le informamos que a partir de mañana 13 de agosto de 2001, no trabajará
más en esta empresa. Por su falta de compromiso e irresponsabilidad ha sido
despedido. A partir del día 15 podrá concurrir a nuestras oficinas a retirar sus
pertenencias.
En ese momento no lo podía creer. No sabía cómo reaccionar. Tenía anteriormente algunas
sospechas pero ahora con ese anillo y con las iniciales E- E ya me estaba confirmando que mis
celos tenían motivos.
Cuando llegó la noche, no quise quedarme sola para verlo desmentirme todo una vez más,
sino que llamé a un viejo amigo y le pedi si por favor me dejaba quedarme a dormir en su casa
aquella noche solamente.
Pero antes de ir a lo de mi amigo, quise pasar por la casa de mi hermana unos minutos para
contarle lo que me había sucedido. Cuando llegué allí encontré estacionado el auto de Esteban.
Entré sin hacer ruido, porque habían dejado la puerta abierta. Y allí vi a los dos, sentados en
los sillones besándose. Quedé tan impactada que me desmayé ahí mismo. Cuando recuperé el
conocimiento, me encontraba tirada todavía en el suelo, con una herida que me sangraba
bastante en el brazo. Me levanté furiosa del piso y tomé un cuchillo que encontré sobre la
mesa y fui a donde estaba Esteban, quería vengarme por engañarme, pero él tenía más fuerza
que yo y me lo quitó. En ese momento intentó apuñalarme pero mi hermana quiso
defenderme y se colocó delante de mí, recibiendo una puñalada mortal en el estómago. Cayó
muerta y yo, que me encontraba muy asustada huí a mi casa, desesperada sin saber qué hacer.
Cuando fui a la comisaría para contar lo que había sucedido, los policías me detuvieron.
Habían recibido la denuncia “del novio” de la víctima, que decía que yo había asesinado por
celos a Eugenia Rumi, mi hermana.
Desde entonces me encuentro detenida en este lugar, como Samantha Rumi la asesina de su
propia hermana, un crimen que nunca he cometido…
FIN
El anillo
Por Emilio Bilos
Era una tarde de verano a la hora de la siesta cuando de pronto, desde la esquina, se
escuchan gritos de Doña María:
Don José, su marido había fallecido el año anterior y ella guardaba todas sus
pertenencias con mucho cariño.
Raúl, al oírla, salió corriendo de su casa contento de poder ayudarla.
- Gracias, Raulito, pero… ¿No sería mejor llamar a la policía? – dijo ella-.
- Bueno - dijo Raúl. No quería preocuparla pero estaba convencido que era capaz de
investigar. ¿Por favor dígame cuándo y dónde fue la última vez que vio el anillo? – le
preguntó.
Doña María contestó a estas y otras preguntas haciendo un gran esfuerzo por recordarlo
todo.
Al rato llegó la policía y revisaron la casa sin ganas, hicieron algunas preguntas y se
fueron diciendo que volverían a comunicarse.
Doña María se dio cuenta que no les importaba su problema y le dijo a Raúl que él era su
única esperanza.
Al otro día, nuevamente Raúl continuó con sus investigaciones. Revisó toda la casa
buscando pistas pero parecía que el ladrón no había dejado ninguna. Cuando estaba por
irse a almorzar se dio cuenta que Doña María había contratado a albañiles y pintores para
reparar una habitación.
Le preguntó a Doña María quiénes habían hecho un trabajo tan lindo intentando sacarle
información sin que se diera cuenta. Cuando ella le contó quiénes eran pensó que era
imposible que alguno de ellos fuera el ladrón, porque eran vecinos muy honestos.
Entonces recordó que Doña María guardaba un baúl en el sótano donde tenía todas sus
cosas de valor. Rápidamente bajó las escaleras y fue a ver al sótano:
Doña María le agradeció a Raúl por ayudarla a recuperarlo y él se sintió muy satisfecho
de resolver un enigma.
FIN
EL ALTILLO
Por Chiara Ripoll
Era una hermosa mañana cuando Francisco se levantó dispuesto a arreglar el
altillo que tantas veces le había pedido su madre.
Al entrar vio en él tantas cajas desparramadas y cosas viejas en desuso que
pensó que necesitaría todo el fin de semana largo para intentar acomodar ese
gran lío.
Empezó por correr los muebles hacia un costado, dejando una enorme mesa
delante para apoyar las cajas. Al irlas apilando, una de ellas se desfondó y
cayeron al piso una gran cantidad de diarios que eran de hacía muchísimos
años. Le llamó la atención que en la primera pagina todos hablaban de un
tremendo asesinato y a él le encantaban ese tipo de historias así que los juntó y
se los puso a leer. Cuando ya había leído gran parte apareció el nombre de la
joven “Rosaura Tomshon”. Se sorprendió al recordar que su abuela solía
hablar con su mamá del caso de aquella mujer que nunca se había descubierto
al culpable.
Entre todos estos diarios encontró declaraciones de los testigos.
Guardó todo en su lugar llevando esos diarios para leerlos en su habitación. A
la mañana siguiente continuó con el arreglo de altillo, asombrándose de todo
lo que encontraba y que para él era totalmente desconocido.
En una vieja cómoda, había libros con títulos conocidos y otros no. Pero
grande fue su sorpresa al ver cuatro cuadernos escritos a mano y forrados con
un descolorido papel que en sus tiempos, habría sido muy bonito. En él había
flores y mariposas. Abrió la primera página y leyó que decía: “Diario intimo
de Rosaura Tomshon”. Lo mismo se repetía en los cuatro cuadernos.
De estos diarios el que llevaba el número 1 empezaba diciendo que tenía 14
años y relataba sus sueños, sus anhelos, proyectos, etc.
En el número 2 contaba su fiesta de quince, sus pensamientos y cómo
empezaba a ver la vida desde otro ángulo.
En el número 3 hablaba de cómo se relacionaba con el sexo opuesto y de
escapadas de las que sus padres no se enteraban.
En el último ya todo era más profundo. Ella tenía casi veinte años y tenía
relaciones con un hombre a escondidas de todos, ni sus más íntimos amigos
conocían su secreto, solamente en su “diario” podía confiar. En él contaba
cómo había conocido a Rodolfo Blakier y cómo fueron encontrándose a
escondidas desde hacía ya un año y medio.
Al principio ella no lo sabía, pero cuando él le reveló que era casado, era
demasiado tarde, porque se había enamorado completamente de él.
Pasaron muchos días cuando volvió a escribir y cuando lo hizo fue para contar
que había tenido una tremenda discusión con su amante, porque este quiso
terminar la relación ya que su esposa, que era una mujer adinerada, empezaba
a desconfiar y él no quería perder su buena posición. Ella entonces enloqueció
y le dijo que si la dejaba, ella misma iría a contarle a su esposa, quién era. El
le había respondido que antes de que hiciera eso la mataría. Esto fue lo último
que escribió en su diario y que coincidía con el día anterior a su muerte.
FIN
DESESPERACIÓN TERRORÍFICA
Por TomásMattiuzzo
Un día después de la madre del 2013 ocurrió algo sorprendente. Mi papá me contó que
cuando estaba trabajando en el horario de la mañana en el Banco Provincia, hubo un
importante robo. El ladrón o ladrona usaba una máscara de yeso mitad blanca, mitad gris.
Pero lo más terrorífico fue que el culpable del robo había dejado una carta dirigida a mi
familia que decía:
“El robo sólo fue un detalle pero lo que le ocurrirá a la familia Castilla, será una
masacre” ¡Cuídense!
Al día siguiente llegué a la secundaria y e conté lo que había pasado a mi mejor amigo quien
dijo que me ayudaría a investigar.
Fuimos primero al banco donde trabajaba mi papá. Le pedí a los guardias que me mostraran
los videos de ese día para ver mejor al ladrón. Así nos dimos cuenta que el ladrón era un
varón.
Cuando regresé a casa, encontré a mi tía llorando y vi a mi papá que estaba tirado en el piso
cubierto de sangre. Al notar que estaba muerto, me fui corriendo a mi habitación y lloré
amargamente.
Luego del sepelio de mi padre, me propuse investigar aún más y encontrar qué relación había
entre el robo del banco y el crimen de mi padre.
Lo primero que hice fue revisar con mucho cuidado toda la casa, pero no encontré nada. Ni
siquiera ni una pista. Luego fui al escritorio de mi papá, revisé todos los archivos de su
computadora y encontré uno que decía “IMPORTANTE”. Allí encontré que mi padre había
hecho un depósito muy grande en una cuenta bancaria para mi educación. Revisando también
su escritorio encontré en uno de los cajones el resultado de estudios médicos que indicaban
que mi papá tenía una enfermedad muy grave y le quedaba muy poco tiempo de vida. También
encontré una carta donde me explicaba que él había cometido el delito sabiendo que le
quedaba poco tiempo y se quitó la vida. Todo había sido un terrible drama.
Devolví el dinero al Banco y aunque sé que mi papá obró mal, sé que lo hizo por
desesperación y por amor a mí.
FIN
-Sí, dicen que vive sola, es muy rica y guarda grandes sumas de dinero-
respondió el otro.
El joven al escuchar eso pensó:
- No pude robarle nada pero por suerte la policía no sabrá que fui yo-
pensó Martín.
Pero el joven no sabía que la chica había escrito en su diario íntimo que
tenía, que el joven vendedor de la tienda de la esquina, buen mozo y de
ojos verdes, era su amante y que esa noche la visitaría.
Al otro día, la policía lo detuvo, el dijo que no había hecho nada pero
la policía le mostró que la chica había escrito eso.
FIN
Por Thiago Zlatar
En la ciudad Mar Klan de Argentina había ocurrido una guerra termo nuclear. Todo había sido
destruido, pero los arqueólogos luchaban por encontrar algún rastro de la antigua sociedad, y
encontraron lo que buscaban, un conjunto de escombros enterrados a 20km de la explosión de
la bomba de hidrogeno #202, estaba casi todo carbonizado pero se distinguía una extraña
figura, era una especie de libro. Este fue llevado inmediatamente al jefe de la investigación
Cristian Jiménez, de allí se llevó al centro de investigación Tierrazul, donde se reconstruyó lo
que dedujo Cristian, una especie de diario íntimo. Al terminar de poner la última pieza a
Cristian se le iluminaron los ojos, el diario pertenecía a Alex Buno que decía:
¡Pero que decía allí! Había un enorme agujero en la parte de mayor importancia para el caso
Este caso fue uno de los más famosos del 2041, se había culpado a Aloy de Valencia a 100
años de cárcel. Él ya había muerto, pero este descubrimiento podía cambiar la historia,
sabiendo esto Cristian decidió buscar la parte faltante, que por suerte llegó a encontrar estos
trozos:
La respuesta era más que clara y sólo le costó una hora reconstruir la frase;
“YO sé la verdad JUAN ISUSKO es el ASESINO, ALOY es inocente, Isusko había consumido
DROGA ASI que enloqueció y mató a mi hijo con el veneno al que CONOCEN como cianuro.”
Cristian había descubierto quién era el verdadero asesino, lástima que el inocente no pudo
enterarse.
FIN