Está en la página 1de 6

INTRODUCCIÒN

La aspergilosis se produce como consecuencia de la inhalación de las esporas contenidas


en el aire, por lo que los senos paranasales y los pulmones son los sitios en que se
asienta primariamente la enfermedad con mayor frecuencia. Entre las diversas
manifestaciones de esta micosis, encontramos la forma colonizante conocida como
aspergiloma pulmonar, la cual se presenta en pacientes con secuelas cavitarias y
bronquiectasias. Para el diagnóstico de la enfermedad, es importante contar con datos
clínicos que permitan identificar antecedentes de alguna enfermedad que ocasione
cavidades residuales o bronquiectasias (tuberculosis, sarcoidosis); además, la presencia
de síntomas como hemoptisis y tos con expectoración convierte al paciente en altamente
sospechoso; esta información se ha de complementar con estudios de imágenes
radiográficas que revelen una masa intracavitaria con aire creciente (signo de Monod) La
confirmación diagnóstica la proporcionará el laboratorio a través de estudios micológicos
con cultivos seriados de secreciones respiratorias (esputo, aspirado bronquial, etc.),
debiéndose aislar Aspergillus en varias muestras de la misma procedencia.
ASPERGILOSIS

La aspergilosis engloba un amplio abanico de enfermedades causadas por especies


pertenecientes al género Aspergillus . La exposición a Aspergillus en el medio ambiente
puede provocar reacciones alérgicas en los pacientes hipersensibilizados o bien una
destructiva enfermedad pulmonar invasiva o diseminada en personas muy
inmunodeprimidas, por lo tanto ocasiona una diversidad de procesos que pueden ser
invasivos o semiinvasivos. Existen alrededor de 19 especies de Aspergillus capaces de
producir infección en el ser humano, si bien la mayor parte de las infecciones se deben a
A. fumigatus, A. avus, A. niger y A. Terreus; todas formar parte de un complejo de
especies, formando colonias en que cada especie es indistinguibles por criterios
morfológicos, solo se podrían diferenciar por métodos moleculares y algunas especies
pueden presentar resistencia a antifúngicos.

ESTRUCTURA:

Las especies del género Aspergillus son hongos que pertenecen al grupo de los
mohos, formados por una serie de ramas tubulares llamadas hifas, el conjunto de las
cuales forman el micelio. Se reproducen mayormente de forma asexualmente por la
formación de esporas, las cuales pueden ser pigmentadas y le dan el color al hongo. Al
centro de la colonia se ubican las hifas fértiles que dan origen a las esporas, razón por la
cual los hongos son más coloreados en esa zona. Se caracterizan por presentar
crecimiento rápido, tener reservorios naturales en el suelo, plantas, animales y vegetales
muertos, crecen a temperaturas de 25 – 30°C y sus esporas o conidios son transportados
por el aire, son normalmente inhalados y presentan gran resistencia en el medio
ambiente.

La identificación de una especie de Aspergillus se realiza al observar el aspecto que


presenta una colonia. Las colonias de Aspergillus pueden ser negras, marrones, verdes,
amarillas, blancas o de otro color.

 Fumigatus: Forman colonias verde grisácea que puede tener fondo amarillo.
 A. Flavus: Forman colonias verde oliva a verde Lima.
 A. Terreus: Forman colonias beige a canela.
 Niger: Forman colonias blancas que se vuelven negras.
Las hifas son homogéneas y muestran una anchura uniforme (3 a 6 mm), contornos
paralelos, tabiques regulares y un patrón progresivo de ramificación arboriforme. Se
puede observar la presencia de hifas en el interior de los vasos sanguíneos
(angioinvasión), lo que provoca trombosis. Las cabezas conidiales rara vez se encuentran
en los tejidos, aunque pueden desarrollarse en el interior de alguna cavidad.

EPIDEMIOLOGÍA:

Las especies del género Aspergillus son frecuentes en todo el mundo. Sus conidios o
esporas están en el aire, el suelo y la materia orgánica en descomposición. En el entorno
hospitalario, se encuentran en el aire, los rociadores de ducha, los depósitos de agua y
las plantas en maceta. Por ello, los conidios son inhalados constantemente. El tipo de
reacción del hospedador, los hallazgos anatomopatológicos asociados y el desenlace final
de la infección dependen más de factores del hospedador que de la virulencia o la
capacidad patógena de cada especie de Aspergillus. El aparato digestivo constituye la vía
de entrada más frecuente y relevante. En el Perú, las especies que causan mayores
patologías son:
MANIFESTACIONES CLINICAS:

Los síndromes clínicos que se asocian con la aspergilosis son variados dependiendo de la
respuesta frente al organismo que van desde una colonización asintomática, una infección
superficial, hasta una enfermedad invasiva aguda o subaguda. Existe una correlación
entre el mayor grado de inmunosupresión y el mayor riesgo de presentar una enfermedad
invasiva.

Manifestaciones alérgicas:

Las manifestaciones alérgicas de la aspergilosis conforman un espectro de


presentaciones basadas en el grado de hipersensibilidad a los antígenos de Aspergillus.
Los conidios y las hifas colonizan el árbol bronquial sin invadir el parénquima pulmonar.
En la forma broncopulmonar puede aparecer asma, infiltrados pulmonares, eosinofilia
periférica, elevación de las concentraciones séricas de inmunoglobulina E e indicios de
hipersensibilidad a los antígenos de Aspergillus; muchos pacientes generan esputo y
muestran dificultad para respirar. En la sinusitis alérgica, los indicios analíticos de
hipersensibilidad se acompañan de síntomas de las vías respiratorias superiores de
obstrucción nasal y rinorrea, cefaleas y dolor facial.

Colonización superficial:

Las especies de Aspergillus son capaces de colonizar tanto los senos paranasales como
las vías respiratorias inferiores, lo que provoca aspergilosis bronquial obstructiva y
aspergiloma (masa fúngica integrada por hifas y material mucinoso que se desarrolla en
las cavidades previas). Se puede formar un aspergiloma tanto en los senos paranasales
como en una cavidad pulmonar preformada por una tuberculosis anterior u otra
enfermedad pulmonar cavitaria crónica, como la fibrosis quística, la bronquitis crónica o la
bronquiectasia porque los conidios inhalados penetran en la cavidad existente, en ella
germinan y producen abundantes hifas. Los síntomas como tos, disnea, fatiga y
hemoptisis corresponden a los de la enfermedad de base, no se producen daños tisulares
y no es necesario instaurar ningún tratamiento excepto en el paciente con hemorragia
pulmonar. Los aspergilomas se pueden observar en el examen radiológico, aunque suelen
carecer de síntomas La incisión quirúrgica de la cavidad y el aspergiloma está indicada en
caso de una hemorragia pulmonar, que puede ser intensa y potencialmente mortal. De
igual modo, el desbridamiento radical de los senos paranasales puede ser necesario para
aliviar los síntomas o una hemorragia debida a la presencia de un aspergiloma en los
mismos. También las infecciones localizadas no invasoras pueden afectar la córnea, las
uñas y el conducto auditivo.

Síndromes invasivos:

Después que los condilios son inhalados y germinan aparece la enfermedad invasora e la
forma de un cuadro neumónico agudo con diseminación. La aspergilosis pulmonar
invasiva y la aspergilosis diseminada son dos infecciones devastadoras que afectan a
pacientes neutropénicos e inmunodeprimidos (tratamiento con corticoides, trasplantes,
neutropenia, quimioterapia, sida) las hifas invaden el interior y las paredes de los vasos
sanguíneos y originan trombosis, infarto y necrosis. Desde los pulmones la enfermedad
pude propagarse al aparato gastrointestinal, los riñones, el corazón, el bazo, el hígado, el
cerebro u otros órganos debido a la naturaleza angioinvasiva del hongo y producir
abscesos y lesiones necróticas.

Los pacientes presentan fiebre e infiltrados pulmonares que, con frecuencia, se


acompañan de dolor torácico pleurítico y hemoptisis. A menudo, el diagnóstico definitivo
se retrasa debido a la frecuente obtención de resultados negativos en los cultivos de
esputo y los hemocultivos. Si no se emprende rápidamente el tratamiento, el pronóstico
de la persona con aspergilosis invasora es grave. A pesar de la administración de un
tratamiento antifúngico especifico, la mortalidad de esta infección es notablemente alta y
suele superar un 70%.
DIAGNOSTICO:

Se realiza a través del aislamiento de una especie de Aspergillus a partir de una muestra
clínica. La recuperación de una cepa a partir de tejido extirpado por vía quirúrgica o de
localizaciones estériles (punción - aspiración con aguja fina o broncoscopia) y la obtención
de resultados anatomopatológicos positivos (hifas) se deben interpretar como
significativas en todos los casos; se debe analizar detalladamente cualquier aislamiento a
partir de una localización con contaminación frecuente (p. ej., respiratorio). La mayoría de
las especies causantes de aspergilosis crecen con facilidad en los medios micológicos
convencionales. La identificación se basa en las características microscópicas
(conidióforos, vesículas, conidios) y de cultivo en agar patata dextrosa.

La aspergilosis invasiva debida a A. fumigatus y la mayoría de las especies restantes rara


vez se demuestra por la obtención de resultados positivos en los hemocultivos. El
diagnóstico rápido de la aspergilosis invasiva se ha perfeccionado considerablemente
gracias al desarrollo de inmunoanálisis de detección sérica del antígeno galactoma- nano
de Aspergillus. Esta prueba es un enzimoinmunoanálisis que puede realizarse por medio
de equipos comerciales de reactivos o bien en laboratorios de referencia. Este ensayo
tiene una razonable especificidad, pero presenta niveles de sensibilidad variables. Se
aplica a muestras seriadas de pacientes de alto riesgo (neutropénicos y trasplantes de
médula ósea principalmente) como un indicador precoz para el empleo de terapia
antifúngica y como diagnóstico definitivo.

TRATAMIENTO Y PREVENCIÓN:

La prevención de la aspergilosis en los pacientes de alto riesgo reviste una importancia


fundamental. Los pacientes neutropénicos y otros pacientes de alto riesgo suelen alojarse
en instalaciones dotadas de un sistema de filtrado del aire, monitorización de
contaminantes aéreos y también se reduce el número de visitas con el fin de minimizar la
exposición a los conidios de Aspergillus. El tratamiento antifúngico específico frente a la
aspergilosis suele implicar la administración de voriconazol o de una de las formulaciones
lipídicas de anfotericina (sobretodo para la forma invasora). Se debe recordar que se
considera que A. terreus es resistente a anfotericina B, por lo que es preciso utilizar un
fármaco alternativo como el voriconazol o nuevos triazòlicos como el posaconazol, la
enfermedad necrosante crónica y menos grave de pulmones puede tratarse
convoriconazol o itraconazol y las formas alérgicas de las aspergilosis se tratan con
corticoesteroides o cromoglicato disòdico. Como profilaxis se utilizan dosis pequeñas de
anfotericina B o itraconazol. La reciente introducción del voriconazol constituye una opción
terapéutica que dispone de una eficacia mayor y una toxicidad inferior que la anfotericina
B. Las tentativas adicionales de disminución de la inmunodepresión y/o reconstitución de
las defensas inmunitarias del paciente son también unos destacados componentes del
tratamiento de la aspergilosis. Igualmente, se recomienda la resección quirúrgica de las
áreas afectadas siempre que sea posible.

También podría gustarte