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FERRATER MORA Y LA ONTOLOGÍA

CONTEMPORÁNEA~
Carlos NIETO BLANCO

La obra de José Ferrater Mora representa uno ese mundo único se admiten diferentes tipos o
de los escasos y grandes hitos del pensamiento niveles de realidad que van emergiendo unos a
español del siglo xx y, como resultado que es partir de los otros, se trata de una ontología
de una mente atenta y curiosa, se expande por emergentista, quedando constituido el nivel fí-
cuatro grandes dominios de la producción lite- sico como nivel básico, por lo que también es
raria, a saber: el periodismo, el relato, la inves- materialista. Finalmente, en la medida en que
tigación histórico-filosófica y la creación filosó- los niveles guardan una relación entre sí, a par-
fica en sentido estricto. tir de lo cual pueden definirse las entidades con-
Asimismo y desde que en 1934 publicase sus cretas, y ese mundo uno queda conjeturado como
primeros artículos hasta el presente, puede cons- una continuidad de niveles, estamos ante una
tatarse también una evolución en el conjunto de ontología continuista, que expresa la relación
la misma, inevitable en cincuenta años de acti- dialéctica entre lo uno -un solo mundo- y lo
vidad intelectual y comprobable por la presencia múltiple -varios niveles.
de motivos filosóficos diversos, a los que ha ido A partir de aquí me propongo establecer al-
dando entrada un pensamiento que aún no ha re- gunas tesis que enmarquen la ontología de Fe-
nunciado a seguir avanzando. rrater Mora en el ámbito de la ontología con-
Pero lo más significativo y creativo de la obra temporánea.
filosófica de Ferrater Mora es, sin lugar a dudas, Más que señalar si existe coincidencia en los
su ontología, cuya textura puede irse viendo a resultados de algunas ontologías contemporá-
través del examen de estas cuatro obras, todas neas, indago si se da afinidad en los programas
ellas significativas de su trayectoria intelectual: y eso tanto si se le considera deudor o impulsor,
El ser y la muerte, 1962; El ser y el sentido, o ambas cosas a la vez, de una determinada
1967; Cambio de marcha en filosofia, 1970; corriente. Abusando de una imagen geográfica
y De la materia a la razón, 1979 '. podemos decir que, dado un mapa «físico» del
La ontología es concebida por nuestro autor territorio ontológico, en el que las diferentes
como un discurso sobre la realidad con preten- tendencias estuviesen representadas por cursos
siones de establecer conjeturas sobre la misma, de agua -«corrientes»- se trata de ver por
aun si ellas deben pasar por criterios lógico-se- cuál de ellas discurre la ontología de Ferrater.
mánticos. Tal y como lo entiende Ferrater Mora, Y lo que habría que añadir acto seguido es que
el trabajo en ontología consiste básicamente en discurre por más de una. Por tres, en concreto.
categorizar la realidad. Considero que en la ontología de Ferrater
Algunas características de los resultados a los Mora existen ingredientes de la fenomenología,
que llega dicha ontología son las siguientes. En de la filosofía analítica y del naturalismo. Consi-
la medida en que el mundo bosquejado es uno, dero también que tales ingredientes se dan en
sin admitir duplicaciones al modo platónico, su diferente proporción y medida y con mayores
ontología es monista, quedando el ser circuns- acentos en una u otra obra, pero que, en cual-
crito al ámbito de lo natural, por lo que tam- quier caso, se dan en toda su obra si ésta la con-
bién es naturalista. Pero en la medida en que en sideramos como una unidad. Añado -redundan-
temente- que la ontología de Ferrater Mora se
Este artículo contiene la reelaboración parcial de alimenta de estas tres tradiciones.
algunas ideas sobre la ontología d e Ferrater Mora y No hay, por tanto, una sola dirección o una
que en su detalle expositivo, argumenta1 y documental implantación única de la ontología de Ferrater.
pertenecen a una obra de próxima publicación titulada
La filosofía en la encrucijada: perfiles del pensamiento Se trata de una ontología pluridireccional, pro-
d e José Ferrater Mora. Por ello, en aras de la brevedad pia de un filósofo que se ha definido a sí mismo
y por motivos de espacio, renuncio a todo detalle que como «integracionista».
no sea imprescindible para la comprensión de la idea
central de este artículo, renuncia que espero sabrá dis-
culpárseme. 1. EFECTIVIDAD DEL SER.
2 Aún habría que añadir una quinta obra que, con
LA TRADICION FENOMENOLOGICA
el título de Fundamentos de filosofia, Ferrater acaba
d e entregar a la imprenta y que viene a configurar el
último estadio de su pensamiento, sustituyendo a El Al hablar de la fenomenología quiero hacerlo
ser y el sentido. refiriéndome a esa segunda fase que se consti-
tuye a partir del rechazo de las implicaciones de que la realidad radical no es ni mundo, ni con-
la «conciencia pura» de Husserl, esto es, el Hus- ciencia, considerados aislada y absolutamente,
ser1 de Ideas; rechazo protagonizado por un sino vida, que es la existencia del yo con el
grupo de pensadores europeos en cuya nómina mundo: «La realidad -dirá Ortega- no es la
podemos incluir a Ortega y Gasset, Heidegger, existencia de la parez sola y por sí -como que-
Merleau-Ponty y Sartre, entre otros. En parti- ría el realismo-, pero tampoco es la de la parez
cular, quiero referirme a Ortega por las pe- en mí como pensamiento mío, mi existencia sola
culiares relaciones que la obra de Ferrater y por mí. La realidad es la existencia mía con
mantiene con la suya, sosteniendo dos ideas sufi- la cosa» 4, para añadir más adelante: «La reali-
cientemente establecidas en la obra de aquél. dad es, pues, esta interdependencia y coexis-
Una es que Ortega crea una fenomenología tencia~'.
mundana, tarea en la que se anticipará a los filó- Aunque desaparecen los absolutos de «el
sofos de la existencia en bastantes años y, la mundo» y «la conciencia», hay una reivindica-
otra, que ella se encuentra fijada ya en 1914, en ción de aquél, en tanto que algo relativo a la
su primera obra, esto es, en las Meditaczones conciencia, reivindicación sin la cual el yo carece
del Quijote. de consistencia, de realización, de proyección, de
Según estas indicaciones, Ortega habría sido entidad. El mundo es algo con peso, con entidad,
husserliano in partibus infidelium: fiel a las 112- en el cual se encuentra instalado el yo, del mis-
vestigaciones lógicas -1900- e infiel a las mo modo que la razón se instala en la vida,
Ideas -1913. La ruptura con las consecuen- esto es, en la historia, y la fenomenología de
cias idealistas de esta última obra, en la medida Ortega deviene, por eso, raciovitalista y racio-
en que el mundo queda subsumido por la con- historicista. Si hubiera algo absoluto -o «radi-
ciencia pura que se convierte así en su razón de cal», como prefiere decir Ortega- sería la vida,
ser -derivando en una suerte de absoluto para conjunción de ambas instancias: «Esta, que es
el que el mundo sería algo «puesto» por esa la realidad -subraya Ortega- se compone de
conciencia trascendental- quedaría sellada, co- mí y de las cosas. Las cosas no son yo, ni yo
mo hemos dicho, un año más tarde, con la publi- soy las cosas: nos somos mutuamente trascen-
cación de las Meditaciones. La constitución de dentes, pero ambos inmanentes a esa coexisten-
esa fenomenología mundana resultaría, enton- cia absoluta que es la vida» 6 .
ces, de un combate con el idealismo, en el que La reivindicación de la conciencia -que es el
Ortega no cejó en toda su vida, pues había te- tamiz husserliano presente en Ortega- evita
nido ocasión de conocerlo directamente, tanto que su realismo pueda ser tachado de ingenuo y
en su versión neokantiana como fenomenológica. apunta a la idea de que el acceso a la realidad
El programa de Ferrater, en la medida en que se produce a través de una mediación: la media-
va a acentuar también este punto de partida, ción del yo. Esta mediación puede entenderse y
guarda una filiación orteguiana y muestra tam- extenderse - e n contextos no orteguianos- a
bién un parecido, más que con ningún otro feno- la mediación del lenguaje, a la que no somos
menólogo existencial, con Merleau-Ponty, cuyo insensibles ni ajenos después del auge de la filo-
Prólogo a su Fenomenologia de la percepción, sofía analítica y de la hermenéutica, y reivindica
que data de 1945, se muestra similar con algu- la ontología en la medida en que hace causa
nas tesis orteguianas 3. común con la realidad, aunque, eso sí, una onto-
En el año académico 1932-1933, Ortega dicta logía despojada de todo misterio, de todo intui-
un curso que fue póstumamente publicado con cionismo, de todo absolutismo del ser como rea-
el título de Unas lecciones de metafisica. En lidad trascendente.
ellas acomete la crítica no sólo del idealismo, Si a Ortega se le preguntara en qué consiste
sino también del realismo ingenuo. Si ha de ha- esa realidad radical que es la vida, respondería
cerse metafísica -sentenciará Ortega-, ha de
hacerse evitando estos dos escollos. Esto supone y GASSET,
ORTEGA J . , Unas lecciones de meta-
de Occidente en Alianza Editorial, Ma-
fisica, Revista
3 MERLEAU-PONTY, M., Fenomenologia de la per- drid, 1981, p. 48.
cepción, Península, Barcelona, 1975, pp. 7-21. Traduc- Ibid., p. 158.
ción de J . Cabanes. Ibid., p. 160.
-al hilo del ciclo de conferencias publicado respuesta a una pregunta. Considérese la res-
póstumamente bajo el título de ¿Qué es filoso- puesta que Ferrater da en su obra El ser y el
fia? ' y de Historia como sistema '- que la vida sentido a este tema: no existe una realidad-ser
es actividad, quehacer, comercio entre el mundo que se refiera o nombre nuestro lenguaje quien,
y el yo. si así actuara, estaría confundiendo «nombrar»
Esta idea supone la consideración de la rea- con «significar». Para Ferrater el ser es el sim-
lidad como algo efectivo, como algo que se tra- ple hecho de que las realidades sean.
duce en parámetros empíricos, positivos, como La concepción orteguiana del ser estaría con-
algo que se desarrolla, que se ejecuta. La reali- tra aquellas ontologías que admitiesen las si-
dad tiene el carácter de la efectividad, pues, guientes implicaciones: visión cosista del ser, es-
todo, en la medida en que existe, ejecuta una tabilidad y permanencia del ser, carácter oculto
esencia y la vida lo hace doblemente, ya que del ser -a modo de ctrans-realidad»- y pre-
tiene que irse creando su propio contenido. sunción de que, tras la conquista del ser, se al-
Vayamos ahora con Ferrater Mora. Él mismo canza la verdad. Básicamente supone rechazar
ha reconocido su deuda con Ortega. Si -Ferra- tanto la trascendencia como la cosificación
ter entre ellos 9- se ha insistido en el hecho de del ser.
que Ortega puso la lengua castellana en condi- Desentendiéndose de esta tradición, que se
ciones de usarla filosóficamente, puede decirse confunde con las ontologías clásicas - c o n las
que, por caminos distintos y desde supuestos «palco-antologías»- Ferrater señala lo siguien-
diferentes, hay dos pensadores españoles que te con relación a Ortega: «En rigor, el ser no
han construido obras filosóficas con la entidad "es" nada. No porque sea la Nada, o una nada,
de auténticas creaciones en castellano, creacio- sino sólo porque no es ninguna entidad, de cual-
nes alimentadas por la fuerza estimulante de Or- quier especie que sea o pueda concebirse. Lo
tega. Tales pensadores no son otros que Xavier que llamamos "ser" no es algo que las cosas
Zubiri y José Ferrater Mora. tengan de por sí; es más bien algo que "hay que
De los escritos en los que Ferrater se ha refe- hacer ". El ser es, en suma, quehacer» ".
rido a Ortega destaca el estudio titulado Ortega Aparece en este pasaje más de una tesis que
y Gasset: etapas de una filosofia y, dentro de conviene destacar. En primer lugar, se repite
éste, el capítulo quinto, en cuya primera parte, la idea de que no hay ser como realidad, distin-
titulada «La idea de ser», quiero detenerme. Me ta de los seres. En segundo lugar, se está desta-
interesa destacar la lectura que hace de este cando el carácter activo del ser como manifes-
tema Ferrater Mora. tación o actualización, como materialización de
Comienza señalando que para Ortega «no hay la esencia, de las posibilidades, como creación,
realidad en cuanto realidad» o «ser en cuanto como realidad efectiva. En tercer lugar, Orte-
ser». Lo que hay y, más específicamente, el ser, ga está privilegiando el enfoque vitalista y esto
emerge como una respuesta al ,preguntar huma- en dos sentidos: primero, porque la vida se de-
no» 'O. Hay aquí una relativización del problema fine precisamente como quehacer y, segundo,
del ser, considerado como hipótesis, invención, porque tal carácter se generaliza para toda la
realidad. Este privilegio es el que deriva del
ORTEGA y GASSET, J., ¿Qaé es filosofia?, Re- cariz básico que en Ortega tiene -sobre el
vista de Occidente, Madrid, 1966; lecciones IX, X resto de las realidades- la vida humana, cate-
y XI, pp. 187-264. gorizada como «mi vida».
ORTEGA y GASSET, J., Historia como sistema, Re-
vista d e Occidente, Madrid, 1966, pp. 3-66. Extraigamos ya algunas conclusiones de lo
Escribe Ferrater al respecto: «Y eso que Ortega que venimos diciendo. Las vías de comunica-
es un caso excepcional por varios motivos, entre ellos ción que se establecen entre la ontología de Fe-
los dos siguientes: por haber renovado el lenguaje y los rrater y la fenomenologia me parece que son
modos de pensar a él anejos; y por haber sabido inyec-
tar la filosofía con ayuda de muy finas agujas, de cuyos más explícitas si las consideramos desde el án-
pinchazos muchos lectores no se han dado apenas gulo de la fenomenología mundana y esto lo
cuenta*. Obras selectas, Revista de Occidente, Madrid, hacemos conducidos por los planteamientos or-
1967, 1, p. 192.
lo FERRATER MORA,J., Ortega y Gasset. Etapas de
una filosofía, Seix Barral, Barcelona, 1973, p. 125.
teguianos. Como en Ortega, hay en Ferrater dose en la reclamada plataforma de diálogo que
una clara crítica a toda tesis idealista l 2 y una Ferrater exigía en La filosofia etz el mundo de
explícita declaración de no salirse del mundo, hoy. Aquí sí que habría una intersección entre
de la realidad de lo que hay. En segundo lugar, filosofía analítica, la versión hermenéutica de
el ser - c o m o expresión del hecho de que las la fenomenología, y el marxismo, por interme-
realidades sean- se manifiesta no sólo como dio de la teoría crítica frankfurtiana. Pero pre-
10 que está-ahí, como facticidad, como actuali- tendo hablar sólo de la filosofía analítica con
dad, sino también como ir siendo, como reali- la intención de situar la ontología de Ferrater
zación de posibilidades de la realidad que de- dentro de esta corriente.
viene, por eso, inagotable o, en la categoriza- Habría que decir, ya que del lenguaje habla-
ción empleada por Ferrater en su obra El ser mos, que no nos estamos refiriendo a aquella
y el sentido, in-trascendente. El carácter ina- filosofía analítica que pretendía algo así como
gotable de la realidad se alcanza por la suma «enmendar la plana» a la realidad mediante la
de «sentidos» que se añaden a lo que inicial- construcción de lenguajes formales, ni siquiera
mente hay -que va añadiendo el ser huma- a aquella otra que se esconde bajo las «bendi-
no- a través de la intelección y de la acción, ciones» del lenguaje ordinario. La inserción del
con lo que la realidad no sólo ensancha su discurso ontológico ferrateriano en la tradición
horizonte, sino que va siendo cada vez más rica. analítica tiene que ver, por el contrario, con
Semejante tesis arruina toda concepción estáti- aquellas posturas que en su seno han abogado
ca, intelectualista y trascendente del ser. por algo más que por hacer metafísica lingüís-
Es conocido que las descripciones fenomeno- tica -señalando que, a la postre, «no hay más
lógicas han brillado y alcanzado enorme popula- que palabras»-, es decir, con aquellas tenden-
ridad en la tematización de la «vida» o «existen- cias que, si bien han privilegiado la perspecti-
cia» humana. Pues bien, ateniéndonos a este va o el acceso lingüístico a la realidad, eso lo
planteamiento metodológico, tal procedimiento han hecho con la intención de establecer conje-
aparece con mayor frecuencia en una obra como turas sobre la misma, sobre el mundo y no só-
El ser y la muerte en la parte dedicada al estudio lo sobre el lenguaje. Del mismo modo que una
de la vida humana, lo que, si bien no anula la ontología reviste, cuando menos, la forma de
permanencia de las dos tesis mencionadas --crí- un discurso y en este sentido es lingüística, po-
tica del idealismo y efectividad del ser- en el demos decir que la lectura lingüística de Ferra-
conjunto de su obra, sí hace que la corriente fe- ter se hace en clave ontológica.
nomenológica tenga una mayor implantación en Atendiendo a los resultados podemos hablar
los primeros escritos de Ferrater Mora. de dos tipos de análisis. Si una expresión lin-
güística la explicamos por recurso a otra, cons-
truyendo una paráfrasis, estaríamos aún dentro
2. DECIBILIDAD DEL SER. del lenguaje, pero si pretendemos mirar a tra-
LA TRADICION ANALfTICA vés de él para ver qué tipo de realidad «trans-
porta» y, con él, pretendemos decir algo acer-
Hablar sobre el ser -o, en términos ferra- ca de esa realidad, estamos practicando un tipo
terianos, sobre «lo que hay»- es construir un de análisis sustantivo.
discurso que, cuando adopta proporciones de Pero si atendemos al método analítico tam-
generalidad, constituye un discurso ontológico. bién podemos practicarlo, al menos, de dos mo-
Porque el acceso a la realidad está mediado por dos distintos. O bien hablamos sólo -y al decir
la malla del lenguaje, debemos contar con éste «sólo» lo tomo como límite- del lenguaje,
como el lugar de encuentro de la realidad para sea con pretensiones de construcción de len-
la razón humana. En esta actitud, hoy más que
guajes ideales o de comprensión del lenguaje or-
nunca, convergen las tendencias más significa- dinario, o bien, sin descuidarlo, hablamos tam-
tivas de la filosofía contemporánea, convirtién-
bién de conceptos y categorías. En el primer
l2 Véase la crítica al idealismo emprendida por
caso, estamos dentro de un análisis «lingüísti-
Ferrater en las primeras páginas de El ser y el sentido, co» -formal u ordinario, según se trate- y en
Revista de Occidente, Madrid, 1967, pp. 31-36. el segundo, dentro de un análisis «categorial».
La línea de investigación bosquejada por Fe- El programa da por sentado que para todos
rrater Mora es más sustantiva que parafrástica los seres humanos existe una forma similar, co-
y más categovial que formal u ordinaria. mún, mínima de dotación intelectual, que so-
Vayamos a algún caso concreto. Por el he- porta esquemas básicos, categorías, conceptos,
cho de reivindicar la ontología, su proyecto cuya finalidad es describirlos. Ese fondo común
guarda relación con el de Quine. Por la prác- categorial está prendido en el lenguaje, crean-
tica de un análisis categorial con pretensiones do las condiciones mediante las cuales se te-
de esclarecimiento sobre el mundo, su proyecto matiza la reaIidad. Se trata de exhumar10 y exa-
guarda relación con el de Strawson, en cuyo minar sus consecuencias. Así se expresa Stram-
programa de investigación me detendré breve- son cuando se refiere al lenguaje como vehículo
mente. de ese despliegue categorial: «el uso lingüístico
A partir del grupo de filósofos de Oxford normal constituye su único, su esencial punto
partidarios del análisis del lenguaje ordinario, de contacto con la realidad de aquello que quie-
P. F. Strawson se ha propuesto desarrollar un re comprender: la realidad conceptual, por tan-
tipo de metafísica que llama «descriptiva» e to, es el único punto de contacto desde donde
impulsar la práctica de un tipo de análisis ca- el verdadero modo de operar de los conceptos
tegorial. La obra de Strawson a la que me voy puede observarse» 16.
a referir se titula Individuals y tiene el signifi- Nos encontramos, pues, con tres elementos
cativo subtítulo de An Essay in Descriptive Me- o componentes que integran ese proyecto de
taphysics 13. metafísica descriptiva: el lenguaje, los concep-
Según el decir de Strawson, existen básica- tos o categorías y la realidad. Se desprenden de
mente dos tipos de metafísica. Aquella que, co- lo dicho algunas tesis: 1) existe un fondo ca-
mo en el caso de Descartes, Leibniz y Berke- tegorial común; 2 ) ese fondo categorial se de-
ley, es «revisionaria» -que construye o re- tecta en el uso del lenguaje; 3) dicho fondo
construye- y esta que, como en el caso de categorial nos compromete ontológicamente
Aristóteles y Kant, es calificada como «des- apuntando a tipos de realidad. Dichas tesis re-
criptiva». Strawson pretende situarse en la 1í- velan un cierto isomorfismo entre lenguaje, pen-
nea de estos dos últimos pensadores en su in- samiento y realidad o, si se quiere, muestran
tento de categorizar la realidad. el fondo categorial o esquema conceptual «im-
Tal pretensión de Strawson consiste en des- pregnados» lingüística y ontológicamente.
cribir los lugares comunes que constituyen «el Del conjunto de lo existente, nuestro apara-
núcleo indispensable del equipo intelectual de to lingüístico-categorial destaca lo que Straw-
los seres humanos más sofisticados» 14, pues, «la son llama pavticulaves, que pueden ser de dis-
finalidad de una metafísica descriptiva será pre- tinto tipo. En sentido estricto, sólo los parti-
cisamente exponer esa estructura; querrá mos- culares públicamente observables, debido a su
trar cómo se relacionan entre sí las categorías riqueza, estabilidad y duración, tienen una
fundamentales del pensamiento y cómo éstas identificabilidad directa o independiente, mien-
se relacionan con nociones formales tales como tras que los particulares no observables públi-
existencia, identidad o unidad, que encuentran camente dependen de aquéllos para su identi-
su empleo en todas las categorías» 15. ficación. Ejemplo de los primeros lo tenemos
en los cuerpos materiales y en las personas,
l3 STRAWSON, P. F., Individuals. APIEssay in Des- mientras que de los segundos pueden dar ra-
criptive Metaphysics, Metheuen and C. Ltd., Londres, zón las experiencias privadas y los constructos
1959. (Existe reedición en 1971). Las citas las haré de teóricos.
STRAWSON,P. F., «Análisis y metafísica descriptiva» Cabe distinguir aún más el campo de los par-
(en MUGUERZA, J. ed., La concepción analitica de la ticulares haciendo que algunos sean conside-
filosofía, 11, pp. 597-644, traducción de J. L. Zofío),
que resulta de la conjunción de un texto redactado ex- rados de carácter básico. Así: a ) puede haber
presamente por Strawson para una antología francesa acontecimientos y procesos, estados y condicio-
y de una selección de la Introducción y de la primera nes y b), cuerpos materiales. Los de la clase
parte de Individuals.. .
l4 STRAWSON, P. F., op. cit., p. 611.
l5 Ibid., p. 607. 16 Ibid., p. 609.
a), en general, muestran una dependencia de conceptos y categorías- que lógico, como tam-
los de la clase b) para su identificación o reiden- bién sucede en el caso de Strawson.
tificación, con lo que, al afirmar que los cuerpos Este tipo de afinidades metodológicas, con
materiales son particulares básicos, se está pro- ser importantes, no deberían esconder otra que
pugnando la tesis de que la realidad material es me parece decisiva y que incluso da un nuevo
el componente básico de toda la realidad. giro a lo que, en la sección anterior, ílamába-
¿Qué muestra este breve análisis? Que si- mos {{efectividad del ser». Ella es la que otor-
guiendo la trama de nuestro discurso nos he- ga al nivel físico de la realidad su carácter bá-
mos encontrado con categorías que refieren a en- sico con relación a los demás niveles, haciéndo-
tidades de distinto tipo, pero que, dentro de los últimamente dependientes de aquél, como
éstas, cabe establecer una discriminación entre puede comprobarse extensamente al analizar la
aquellas que dependen únicamente de sí mismas obra de Ferrater, De la materia a la razón.
para su identificación -por estar dotadas de Sin embargo, creo ver en El seu y el sentido
unas propiedades materiales que les hacen ser la obra que, sin abandonar otras perspectivas,
espacio-temporales- y otras que son dependien- inejor se ajusta a un programa de ontología en
tes. Traducido ontológicamente quiere esto de- clave analítica en su sustantividad categorial.
cir que nos las habernos con un mundo en el Allí se despliegan tres marcos categoriales que
que lo primario y básico es lo material y que, son, más que simples clasificaciones, atribucio-
si existen experiencias privadas, constructos nes de lo real; ésto es el marco situacioizal por
teóricos, acontecimientos o cualidades, todos el que las realidades se sitúan en un continuo de
ellos remiten a los dos grupos de particulares tres «grupos ontológicos» -esto es, las reali-
básicos, esto es, a los cuerpos materiales y a dades físicas, las personas y las objetivaciones-,
las personas, definidas - e n oposición a los el marco diposicional por el que las realidades
cuerpos materiales- por ser sujetos de predi- confluyen entre el «ser» y el «sentido»; y, fi-
cados mentales. De este modo pasan a engro- nalmente, el marco estructural o de los «habe-
sar el nivel común de categorías conjeturadas res» de la realidad, como el «haber» propiamen-
por Strawson. te dicho, la «presencia», la «confluencia» y la.
Creo que en esta línea es bastante identifica- «in-trascendencia».
ble la dirección que, dentro de la corriente ana- Ello nos da una idea de hasta dónde es iden-
lítica, ha tomado la ontología de Ferrater Mo- tificable este programa con el tipo de tradición
ra. Como ya hemos apuntado, también nues- analítica a que nos hemos venido refiriendo.
tro autor provee a la ontología de un aparato
categorial. Ha señalado como propio de ésta ca-
tegorizar la realidad, utilizando criterios semán- 3. NATURALIZACION DEL SER.
ticos y lógico-empíricos y estableciendo una con- LA TRADICION NATURALISTA
tinuidad con la ciencia. Categorizar la realidad
no supone modificarla, sino mostrar el reperto- Bajo el rótulo del naturalismo se encuentran
rio de las grandes líneas conceptuales - c a t e - investigaciones en las que, a partir del impacto
gorías- en que se nos da y mediante las que que han tenido en la filosofía las ciencias de la
podemos hablar de ella significativamente. Y naturaleza -singularmente la biología y la
aun cuando ha ido bastante más lejos que teoría de la evolución de la materia-, se dan
Strawson en su deseo de ofrecer una ontología cita procesualistas, evolucionistas, materialistas,
de proporciones y resultados más amplios, su emergentistas, en los que predominan tendencias
método - e n el que se encuentra la elucidación, y nombres diferentes, pero que participan de
la crítica y la revisión conceptual- ha sido una atmósfera común, teniendo su principal
también descriptivo, aunque no lo haya justifi- asiento en Inglaterra y en Norteamérica en los
cado hablando de un «fondo común catego- primeros cincuenta años de nuestra centuria,
rial» de la inteligencia humana, como es el caso aunque su espíritu aún no se haya extinguido.
de Strawson. Por otra parte, su criterio de com- Un rasgo que, a veces, se asocia con el natu-
promiso ontológico es más conceptual - e n el ralismo -no necesariamente, por cierto- es el
sentido de ver la realidad «exigida» por los de considerar la realidad como resultado de una
evolución por medio de la cual va quedando or- los que es lícito hacer referencia como inferior
ganizada en niveles distintos, emergiendo unos y superior, en el sentido de que los sistemas ma-
a partir de otros. En Inglaterra y en los años teriales orgánicos tienen una organización más
veinte, Samuel Alexander ha auspiciado esta elevada y más compleja, con rasgos nuevos en
idea, posteriormente aceptada por un amplio nú- su comportamiento» 19.
mero de pensadores. En Morris R. Cohen aparece una idea que me
Sin embargo, donde mayor desarrollo han te- interesa destacar para los propósitos del tema.
nido y tienen las tendencias de corte naturalista En su principal obra, Razón y naturaleza, escrita
ha sido y es Norteamérica, pareciendo que sir- en 1935, conecta materialismo con naturalismo
ven de telón de fondo a otras posiciones como al establecer la dependencia última de toda rea-
el materialismo o el realismo crítico, este último lidad de condiciones materiales: «Desde este
en el terreno epistemológico. Junto al pragma- punto de vista -dice-, lo que podríamos lla-
tismo y al realismo, el naturalismo se ha con- mar el postulado del materialismo científico, a
vertido en la divisa de la filosofía norteamerica- saber, que todos los fenómenos naturales depen-
na, beligerantemente opuesta a todo rastro de den de condiciones materiales, no es sólo una
idealismo. Estas tendencias, que todavía perdu- generalización bien fundada, sino también el re-
ran -combinadas, como es obvio, con otras y, quisito de un mundo ordenado, de un cosmos
de modo especial, con la filosofía analítica- que no es fantasmagoría caótica»
tuvieron su período de esplendor entre 1860 Teniendo en cuenta lo que hemos venido di-
y 1940, en lo que ha dado en llamarse «La ciendo, un autor como Paul Kurtz -conocido
edad de oro de la filosofía norteamericana» 17. estudioso del pensamiento norteamericano con-
En su obra La experiencia y la naturaleza temporáneo- señala las siguientes tesis que
-1 929-, John Dewey puso de manifiesto uno pueden servir de marco general al naturalismo:
de los rasgos fundamentales del naturalismo,
como es el de considerar el conocimiento como a) el naturalismo puede considerarse como
natural, no extraño o ajeno a la naturaleza. Así una generalización a partir de los resultados de
lo escribe: «Una metafísica naturalista está obli- la ciencia;
gada a considerar la reflexión como siendo ella b ) considera el método lógico-empírico co-
misma un acontecimiento natural que se produ- mo el único método válido de conocimiento,
ce dentro de la naturaleza en virtud de ciertos incluido el conocimiento de las realidades hu-
rasgos de esta última. Está obligada a inferir manas;
partiendo de los rasgos empíricos del pensar, C) rechaza la existencia de entidades aje-
exactamente en la misma forma en que hacen in- nas a la naturaleza, «sobre» o «infra» natura-
ferencia~las ciencias partiendo de la existencia leza. En consecuencia, se declara opuesto a to-
de los soles, la radioactividad, las tormentas o da metafísica trascendente;
cualquier otro acontecimiento natural» la. d ) al admitir que la realidad está organizada
Roy Wood Sellars, además de establecer una en distintos niveles, se declara no reduccio-
conexión entre naturalismo y realismo crítico nista;
que le hace ser uno de los iniciadores de la «teo- e ) niega la existencia de principios «ocul-
ría de la identidad» en el problema de las rela- tos», ajenos a la realidad, para explicar ésta. Al
ciones cuerpo/mente, se ha apoyado en Ale- negar la distinción absoluta entre «realidad» y
xander para defender, como él, una teoría de los «apariencia», no se privilegia ningún contexto
niveles de la realidad. Así lo señala en un es- en especial, por lo que se está en una posición
crito de 1949: «Lo inorgánico y lo orgánico «contextualista» o relativista;
-escribe- constituyen niveles diferenciados a f ) adopta, tanto desde el punto de vista de
la concepción general de la realidad, como des-
l7 Una buena muestra de ellas y de otras se recoge de el punto de vista de las relaciones Cuer-
en el conjunto de estudios y textos que componen la po/Mente, una decidida posición antidualista.
antología de KURTZ, P. (compilador), Filosofía norte-
americana en el siglo X X , F.C.E., México, 1972, pp. 24-
49. Traducción de F. J. Perea. 19 Ibid., p. 510.
l8 KURTZ, P., op. cit., p. 188. a Ibid., p. 386.
Me parece que la ontología de Ferrater Mo- expediente que tiene la realidad para temati-
ra tiene un flanco que le hace encajar perfecta- zarla y encauzarla-, y la ética no es ajena a la
mente dentro de esta tradición y que asume las naturaleza de la que surge y a la que revierte.
tesis a que nos acabamos de referir. Su progra- Se podría añadir, además, que en el curso
ma de investigación -y aquí, más que en las de la evolución del pensamiento de Ferrater
corrientes anteriores, también algunos resulta- Mora, su ontología se transforma cada vez más
dos- testimonia a favor de que lo incluyamos, en soporte y consecuencia del desarrollo cientí-
con los matices y salvedades pertinentes, dentro fico contemporáneo, lo que la convierte -en
de la tradición naturalista. la medida en que la ciencia es la expresión más
Considero que su última obra de relieve on- acabada de la cultura contemporánea- en una
tológico, De la materia a la razón, refleja de verdadera ontología, lo que es una condición
forma más acabada un trabajo en esta direc- necesaria para que sea una ontologia verda-
ción. No solamente el mundo es naturalizado deya, ya que ella sabe estar, en frase feliz de
y hecho depender, en última instancia, de la Ortega y Gasset aplicada a otros contextos, «a
realidad física, sino que también la razón en- la altura de las circunstancias».
caja dentro de esta naturalización - c o m o un

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