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'For Honor': épica cada 10 segundos

El investigador Marc Gener es un apasionado de la esgrima antigua y el


estudio de las armas de la Historia. Armas que desde su punto de vista
son "herramientas", útiles para resolver un problema. Si quieres levantar
una casa, necesitas espátulas, picos, martillos. Si quieres montar un
mueble necesitas herramientas. Si quieres resolver un combate,
necesitas armas.
'For Honor' va, en parte, de eso. La idea es que en un mundo de
fantasía, tres civilizaciones han sido arrojadas contra su voluntad
para entablar un combate eterno. Los pobres japoneses, normandos y,
uh, caballeros medievales europeos de un reino cualquiera -porque en
nuestras cabezas francos, germánicos e hispánicos con armadura
completa eran lo mismo-, se preguntan por qué ese destino. Qué dios
loco les ha mandado a ese terrible mundo. Quién se beneficia de esa
pelea eterna.
Y la respuesta es: "los jugadores, claro". 'For Honor' es un juego
frenético de enfrentar katanas, hachas nórdicas y espadas largas. De
combates con reglas tan simples y fáciles de entender como las de un
juego de Nintendo, puestas al servicio de una comunidad. Y que, a su
vez, convierten ese mismo combate en un tenso enfrentamiento cada
pocos segundos. Ganar (o perder), enjuagar, repetir. No le hace falta
mucho más.
Porque puede que "fácil de jugar, difícil de dominar" sea la regla de oro
del diseño de juegos (ya sean digitales o de mesa), pero llevarla a cabo
es otra cosa. Y, en lo que importa, en el combate, 'For Honor' lo
consigue. Las partidas duran minutos como máximo, las bases se
aprenden rápido (un golpe rápido, un golpe fuerte, tres bloqueos, una
esquiva, un empujón) y, a partir de ahí, con esos elementos, se fabrican
los enfrentamientos.

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