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CIUDAD DE LA PLATA”

Corría el siglo XVI. Allá por el año 1540, al pie de los cerros Sica
Sica y Churuquella, en los alrededores de un bello paraje que hoy
se conoce como la Plaza de la Recoleta. Fue el español, don Pedro
de Anzures que decidió, a nombre del rey de España, fundar
Chuquisaca.

Años después, el paraje fundado fue elevado a la categoría de


ciudad y se la nombró "Ciudad de La Plata", un nombre otorgado
por el enorme descubrimiento de los yacimientos de plata del Cerro
de Potosí el año 1545.

"La Plata" fue la segunda ciudad en importancia del virreinato


hacia los Siglos XVI y XVIII, tiempo en el que poder sociopolítico,
económico y militar estaba representado por la Real Audiencia de
Charcas, entidad que regía control sobre todo el territorio del Alto
Perú y los límites con Paraguay, Argentina y Perú.

En aquellos años, la Real y Pontificia Audiencia de Charcas tenía la


potestad de controlar el movimiento económico y administrativo de
las minas de plata en Potosí. La Plata se convirtió en un centro
neurálgico en la época colonial, cuando se comenzó a gestar la
independencia de la República.

EL GRITO LIBERTARIO
Pese a que en el continente se registraron centenares de
manifestaciones de protesta por el sojuzgamiento de los indígenas
y criollos, desde la llegada misma de los españoles, la historia le
reconoce a la ciudad de La Plata, el primer grito libertario de
América el 25 de mayo de 1809.

A partir de esta primera revuelta, la región comenzó a vivir una


euforia independentista y el primer grito libertario fue encontrando
ecos emancipadores en las revoluciones de La Paz y Cochabamba.

Tal como ocurrió con el primer grito libertario, la por entonces Villa
de La Plata se constituyó en la sede de la Declaración de la
Independencia el 6 de agosto de 1825 en la ya conocida Casa de la
Libertad, inmueble que en la actualidad funciona como museo
donde se encuentra una serie de objetos de valor histórico notable,
como los retratos y armas originales de Simón Bolívar y el Mariscal
de Ayacucho Antonio José de Sucre, gestores de la independencia.

Precisamente en honor al Mariscal de Ayacucho es que la ciudad


pasó a llamarse Sucre durante los años correspondientes a la
fundación de la República, nombre que hasta ahora permanece.
A partir de la fundación de la República, Sucre pasó a ser la capital
de la República. Cuatro nombres le dieron brillo a la evolución de
este departamento histórico. En el periodo prehispánico se llamó
Charcas, en el periodo virreinal se denominó La Plata, en la etapa
emancipadora recibió el título de Chuquisaca, mientras que en la
era republicana pasó a denominarse Sucr

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