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‘Textos Comte TEXTOS Y COMENTARIOS DE TEXTO DE COMTE Texto 1. Tema: Método cientifico Nuestro arte de observar se co i to art mpone, en general, de tres limientos | Se oleracea inal aoa mse rit | 1S. Desde que br subordinacisn constants d observa asad Unlninenette cose ‘indamentaldstods she cspeculcion sion hullevado en recuenias abut niche deeteanprincpio eae, tear dipenera la eens vite une pede fc ented sumeesse acd 7, pus, dase bln cuenta de que el vededcre pie. ati, ene fond, Tee dl ewpitine comordl soe ene estas dos aberaones,igainense linea parse chs camina Sempre! lanes del rasa contin andiicleoes inportate Bara pot To nr pam compiobar, conbomc sauces ciplieciont inidales, baviz gat punt debesstnscanmenctorteecerk els Humaniad, En esis lose os eitsenas odie ee » dene pars ge Tos 5 pT ay cos > ianeiesos gis poatermrserno peter anranaesi er oeaas indispensable Ahors Bai toniderands a acniae come dea Jape, ve puade decir ia ninguna exapenié, que hvcaider cease ie ama dei es obser aciones,tenediempreadiipene, nlo pote delaciplotclon dicen, nstisiando Stes co eos ‘adotalgue‘coiye, en tos lat ipecore el saloe wie ed Split posta, com Wor hart er catenin dete aztudior sstondmicos™ Una prévisi6a al, consecuencia necesaia de. lis " reliciones constantes deseublernis entre Tos Tendmenos, no permitiri mines ‘contundir la cleacia real con és vand eradicién que acumula indeilmente [ kechor siaspar+ demetr- mor de os, Ere gis atlbute de tots | GEHRY fay espculione tan njporame peas wala ee so pata propia dgnidad pues plored oro ‘cumplidos no Uastaria para permltirnos modificar su cumplimiento.si.no sii ‘Sobre todd, em ver ara prever, en estudiar logue Textos Comte Preguntas a trabajar texto 1 10. Fases del método cientifico Relacién del comienzo del texto con la ley de las tres etapas éComte nos habla de una ciencia y, en concreto de una sociologia, no empirica? Explicar por qué la verdadera ciencia est lejos del empirismo y del misticismo Segtin el texto, describir el objeto de la Sociologia en Comte Explicar por qué la ciencia nos permite prever. Nocién de ley Implicaciones para la Sociologia de la nocién comtiana de ley. éSe puede hablar ‘en Comte de un determinismo histérico? éSe parece a Saint-Simon? Explicar el papel de la politica y su relacién con el proceso historico Es compatible con los presupuestos metodolégicos comtianos Ia posibilidad de visiones y perspectivas sociolégicas divergentes? éDesde su posicionamiento hablarfamos de Sociologia o de Sociologias? Teniendo este texto como telén de fondo, explica con la ayuda de los apuntes que son la Estética y la Dindmica social, y su relacién con el Orden y el progreso. Textos Comte ‘Tema 2. Tema a tratar: Método de las Ciencias Sociales Ura marcha gradual nos conduce a la apreciacion directa de esta tltima Parte del método comparative qué debo distinguir, en sociologia, con el | nombre de método histérico, proplamente dicho, en que reside esenclal- ‘nent, Por la tieratexs a tal ciencia, la nica base fundamental en que real, mente puede descansar el sistema de la Logica positiva. ait comparativa hist6rica de los diversos estados consecatives de la huma nidad no es el tinico artifice cientifico de la nueva filosofia poli ‘rrollo racional-formara también directamiente el fondo mismo de en todo seitido. Precisamente en esto debe distinguirse la ciencla sociologica de Ja biolégica propiamente dicha, como explicaré con detalles en la lecei6n si- guients, En efecto, cl principio positivo de esta indispensable separacién filo- ‘Sofica resulta de cierta influencia de las diversas generaciones humanas sobre Jas generaciones siguientes, la cual, gradual y continuamente acumulada, aca~ ba por constituir la consideracion preponderante del estudio directo del des- arrollo social. Hasta que tal preponderancia no es Feconocide, este estudio Positivo de la humanidad debe parecer racionalmente un mero prolongamien- to espontineo de la historia natural del hombre, Pero este cardcter cientifico, muy conveniente si se limita a las primeras generaciones, se borra cada Ver mas a medida que la cvolucién social se manifiesta, y debe transformarse fi- nalmente, cuando et movimiento humano esté bien establecido, en un carécter nuevo, directamente propio de la ciencia socioldgica, en que,deben prevalecer / Jas consideraciones histéricas. Aunque este andlisis histérico no parece desti- nado, por su naturaleza, mas que ala sosiologia dinamica, es, sin embargo, indudable que aleanza al sistema éntero de Ja ciencia, sin distincié: de partes, on virtud de su perfecta solidaridad. Ademés de que Ja dindmica social consti tuye el principal objeto de la ciencia, se sabe —como antes expliqué— que la ‘stética social es, en el fondo, racionelmente inseparable de ella, a posar dela utilidad real de tal distincion especulativa, ya que las leyes de la existencia se ‘manifiestan sobre todo durante el movimiento, No sdlo desde cl punto de vista cientffico propiamente dicho debe el uso Preponderante del método histérico dar a la sociologfa su principal cardcter fi- Joséfico, sino también, y quiza de un modo més pronunclado, bajo el expect atamente légica: en efecto, sc debe reconocer —como estableceré en la lee- ion siguiente-- que, con la creacién de esta nueva rama esencial dal método comparativo, fundamental, ia sociologia perfeccionara también a su vez, si guiendoun modo exclusivamente reservado a ella, ol conjunto del método. po- sitivo, en beneficio de toda le filosofia natural, con tal importancia cientifica que apenas puede ser hoy entrevista por los demas claros espiritus. Desde aho- ra, podemos sefialar que este método histérico ofrece Ia verificacién més na- tural y la aplicaciOn mas extensa de ese atributo caractetistico que hemos de- ‘mostrado anteriormente en Ja marcha habitual de la ciencia saciolégica, que consiste sobre todo en proceder del conjunto a los detalles. Textos Comte te, hay que notar aqui, en el aspecto préctico, que la preponde- rancin dl mbtodo histgrioo ents estudio sociales iene también la flo piedad de desasroliar esponténeamente el sentimiento social, pontendo en ple- ba evidencia directa y continua este nécesario encadenamicnto de los diversos Aconledimientos humanos que nos inspira hoy, su hacia Jos mds eas, un interés inmediato, recorddndonos la influencia real que ha ejercido en el adverlimiento gradual de nuestra propia civilizacién. Conforme a la bella ob- Servacion de Condorcet, ningin hombre culto pensaré ahora, por ejemplo, en ins batalla de MaratOn o Selamina, sin apreciar enseguld as importantes consecuencis de lis para los destinosactuales dela umanidad. Seria ins {nsstir més sobre tal propiedad que recbiré durante todo el volume w aplication continua expliita y, aun més, implicta, No es necesaria demostrax {6n formal alguna pera comprobar la apttud expontinea dela historia para | destacar la intima subordinacion general de las diversas edades sociales. S importa, a este respecto, no confundir tal sentimiento de Ja solidaridad social con el interés simpético que deben excitar todas los aspectos de la vida huma- | nha y aun metas flociones andlogas. Hl sentiméento de que aqui se trata es a la ‘vez més profundo —por resultar personal en cierto modo— y més reflexive como resultante sobre todo de una conviccién cientifica—, por lo que no se- r4 convenientemente desarrollado por la historia vulgar en el estado puramen. te-descriptivos pero silo sera, y exclusivamente, por la historia racional y pos tiva tomada como ciencia real y que dispone el conjunto de los aconteci- iientos humanos en series coordinadas donde se muestra con evidencia su en- cadenatniento gradual, ‘Terminando esta previa apreciaciOn general del método histérico pro- piamente dicho, como conatitutivo del mejor modo de exploracién sociologi- ca, hay que subrayar que la nucva Gilosofia politica, consagrando, tras un libre examen racional, las antiguas indicaciones de la tazn pablica, restituye la historia Ia total plenitud de sus derechos cientificos para secvir de base in- Aispensable a las especulaciones sociales, a pesac de los sofismas, demasiado acreditados ain, de una Yana metafisica que tiende a desentenderse, en rolitica, de toda’ consideracién amplia del pasado. Textos Comte Preguntas a trabar texto 2. 1, Explicar las razones que llevan a Comte a proponer el método histérico como a dimensién del método comparativo propio de la Sociologia 2. Explicar por qué el método histérico desarrollaré el sentimiento social 3. Relacién entre la Sociologia y Ia Politica positiva Textos Comte Texto 3. Tema a tratar: La ley de los tres estados 8.—La ley de los tres estados (Curso de ftosofta positive, lescion $7) i ‘Guiado siempre por Tos principios 6gicos sentados en el tomo cuario aéer~ i ce de la extensin general del método positivo al estudio racional de los fené- : rmienos sociales, ie ido aplicando al eonjunto del pasado mi ley fundamental dela evolucin humana, ala-vex mental y social, demostrada al fin de ese mis. ‘mo volumien y-consistente en el paso necesario y universal de la humanidad por tres estadas sucesivos:elteoldgico o preparaioro, el metafisicoo tansito- io y el positive final. El acertado uso de esta sola ley me ha permitido Explicar Gentificamente ins grandes fases historicas, principales grados sucesi- vos de este invariable desarrollo, apiesiand asi el verdadero caricie! eon provio de cada una de.cllas, su emanacién natural dela om a ada siguiente; de donde luego, por primera vee, la con- eepeidn uoual de un enlace homogéneo y continuo én la serie de los tiempos anteriores, desde el primer destello de la inteigencia y dela sociedad hasta el SSctual estado refinado de la hunanidad. Por inmenso que pueda patecer tal intervalo, hemos visto que se ha ido lenando con los dos primeras grads de Ia evolucién fundamental, constituyendo asi el conjunto de ia educacién prelt ‘inar, intelectual, mozal'y politica, propias de nuestra. especie, cuyo.sstado efinith i “ientemente esbozado sino con Ia preparacion parcial, aislada y emplrica de sus diversos alementos principales. Pero, al menos, hemos reconocido de modo irrecusable, que este lento y pend so preambulo de la humanidad, caracterizado por la'preponderancia de Ia {maginaciGn sabre la racényde la actividad guetrera sobre a.pacifica ha sido totalmente cumplido por los pueblos més avanzados, ya que hemos podido se- fuir en toda su extension el proceso de Ia era teoldgica y aalltar, viendo peime~ 10.20 inicial desarrollo espontineo, después si 6 ‘social, ¥,finalmente, su irrevocable decadencia, determinada por el acrecenta~ siento continuo te a i inalo.crsolente dos Fee aU tates fara principales Je mest pesaSo ian or000- ceeeerer tian tes formae generics qoe afc sucesivaments el espiritu teoldgico, necesariamente fetichista en su iniciacién, politeista.en su Geet seRirony mouotasta durante su inevitable desadensa. La eabo- racién ric debia, pues, consistir aqui en apreciar ‘especialmente ef modo propio de participacion de cada una de esas edades consecutivas en el destir ‘general, indispensable aunque provisional, que, segin nuestra teoria dinds ca, corresponde al estado teoldgico en la evolucién fundamental de Ja humanii- dad, época en que esta filosofia primitiva, a pesar de sus grandes dificultades: y gracias a su admirable espontaneidad, es la tmica capa de determinar ‘el priv eee ans even facatedcsintlemaley morales y pollens cue ae reaper ir parmanencie de nuestra copie, de chagsudearrollo asta he comfence& amr posted estado defini. *Sorimpaic qu ftom, qetmereandng roam sepal tad mal de los eninuls supers, #8 deca credible espon- et ee a Eales okclusive de Ubrar alah geaagaiass Sapper, Car eae eo inuaiale detodalosfieealbgic, ou ote nici se pests t avese apredacion histories soino la 6p0ca do mayor preponderancia ind vidual dei espiritu religioso, no trabado entonces por el espiritu positive y ‘extrafio aiin a las modificaciones disolventes de la metafisica; después, duran- te el resto de la vida religiosa, el imperio intelectual del principio teol sico ha Hccsender a sea do felacssaperisnla, un desreitento continuo ase- rado, Hemos reconocido 1a miltiple aptitud cspontanes de-este-régimen, fe- ‘Teatos Comte tichista_para ditigir la humana iniciacién industrial y cfentifiea, a pesar ds que, prolongiindose ‘profindamente. Fn él hemos apresiado tambien los gérmenes soviales primordiales, va en.el ejercicio pimitiva de Ja actividad militar, Va en la disposiciin naturala heredar las pro- fesiones, que exten ca. del sobiorno daméstico. Pero, ‘vomo esta religiOn primitiva retardé mucho, por naturaleza, la institucion de un culto regular ditigido por un sacerdocio peculiar, las propiedades sociales de la filosofia teolégiea, unidas sobre todo @ la existencia permanente de una verdadera clase sacerdotal, quedaron muy disimuladas. Por ello, hemos debi- do etribuir gran importancia ¢ la divisién de la edad fetichista en dos fases principales, sucesivamente caracterizadas, una bles. Llegado a su mayor perfection, el ré- simen fetichista, al doterminar el desarrollo de un verdadero sacerdocio. pro- yoca_gran eficacia politica, permitiendo al naciente orden de Jas sociedades hh z nacimiento sistema de opiniones suficientemonte-comul incipio de subordin cién ihernte Ja consagraida clisiosa el paso, eaealment simlténco, socal. Pero tal fase est4 necesarizmente muy cereana al acvenimiento dl politeismo proplamente dicho, hacia el cual Ia astrologia constituida era, por naturaleza, una inevitable transiciOn. Por esta gran revoluci6n teol6gica, el principio religioso sufre ya una modificacién muy profunda, mal apreciada hasta aqu‘: la primordial actividad-divina, resultante de la asimilacién capon- tmea-de todos.los-fenémonos-e-los los sec gle pat contra en acho ccinsin de sees arent fis, ques ulterior de la azn Juumana,cnyo-nafural-desarrollo resulta axl favarecido, A. pesar de le gran difienliad mental de esta transformacién, Ja mas profunda que expeti- ‘mentaron jamés las especulaciones teolégicas, ia preponderancia creciente de los hdbitos astroltricos Ia afirma de modo easi imperceptible y oportunamen- tet cuando el sufictente vigor del espirtu de observacion ha determinado la ne- cexidad de imprimir a las concepciones reigiosas un primer erado de general zacidn,'de concentraci6n y de simplificaciOn, cayo cumplimiento comienza a ‘manifestar la intervencién del espfrita metafiico, que sustituye a las divinida- des materiales por sus entidades povoliares, ‘Comparindote con las otras fases teol6gicas, el politefsmo nos offece, en circunstancias suficientemente favorables, tales propiedades mentales 0 s0- tales, que debemos, contrariamente a los habltos modernos, mirar a esta se- ‘gonda edad como la principal época de Ia vida religiosa: ya por el pleno ascen- dente que tal sistema logra en un tiempo en que nad ssneral de os fenémenos naturales a leyes invariables, ya por su aptitad exclu- siva para realizar convenientemente el més importante destino del régimen preliminar, doblemente indispensable para la sociablidad humana. Bt impul- 40 decisive que imprimié ala imaginaciOn hizo que su impario fuera favorable darante mucho tiempo al resurgimiento intelectual, que, después de la prime- “ra excitacién resultaba totalmente Tcompadlble con la prolongacion del esta do fetichista. Rjeroe también buena influencia sabre.el desarrollo industrial & (3) one ¢ sospecha la sumision, Texts Comte ‘entorpecido por el fetichismio al consagrar la materia. Los féciles recursos que presenta para, adaptindose a esta infancia de la razon humana, explicar los diversos fenémenos, hasta Te hacen susceptible de secundar los ehtonces co: smienzos de la evoluciOn clentifica, a pesar de su imperfeceiOn especial en tal sentido; pero su principal propiedad mental habia de’consistir on dirigir a educacién estética idad, irrealizable de otto modo, En el aspecto social, ademés de su indispensable participacion en el eslableclmiento primit- ‘vo de un orden regular y estable, apropiado para consolidar la civilizacioa aa ciente, el politelsmo fue tnico en presidir Ia inmensa operacién politica por la ‘cual la sociabilidad antigua preparé la moderna, utlizando el ejercicio espon- {neo de la actividad militar. Por variedas que hayan sido las formas de este régi- ‘men politeista, lo hemos visto caracterizarse siempre por dos instituciones funda- mentales, naturalmaente conexas: por un lado, la eselavitud de los trabaiadons, prolongadamente necesaria del sistema de conguistas y an para la formasi6 i 5; OE Off, ek tual de inssics-poderes.—llamados después temporal y espirtual--.en los mismos Sofas sin la cua la accion disctriz no habria podido obtener entonces la plenitud . de mutoridad conveniente-« su destino esonsial, El aspect 0: rabic_a tal xtgimen,-debe_ser apreciado aqui. -el punto de vista politico, ajustindose_a._t i 8 Progreses.que.consiguid.cn.moral_personal,-doméstica_o social, fugron dicta- dos-por-exigencias politicas. Para conocer bien la naturaleza de tan principal fase teoldgica y determinar su participacién en la evolucién de la humanidad, hemos debido distinguir en ella dos estados generales, uno esencialmente te- iti it ilitar. En el primer sistema, caracierizad® orl régimen de castas, ls imitacién, copiada de a organizacion domestica, const el principio soberano de toda educacién. La sociabilidad huinana ‘manifiesta slemapre una tendencia inicial hacia ese organizacion, repularizada por Ia preponderancia de Ia casta sacerdotal, tinica depositaria de la cultura, Era ol fandamento de la antigua economia, ¥, a pesar de sus modificaciones, este principio jerdrquico ha prolongado su influencia, decreciente, hasta los tempos modernos, aunque entre los pueblos més avanzaiios au ‘mnico vestigio. actual es la realoza, Este orden primitivo, eminentements conservador, se adaptaba plenamente a las principales necesidades de la civilizacion naciente, cuyos primetos pasos podia’—s6lo é— consolidar. Liamado a esbozar It Iniciacién especulativa, debida a la primera separacién permanente entre la teorfa y 1a préctica, resultaba eapecialmente apto para sccundar por largo tiempo el desarrollo industrial, i ca sionet inmiediatas. Pero, después de presidir las diversas iniclaciones progresi- ‘as de Ta Bumanidad, este régimen se fue convirtiendo en estacionatio, hasta determina inmovil is io ser suficlentemente neutralizadas, sobre todo.en laraza amarilla. Aunque este sistema politelsia no cerrase toda salida al movimiento social, hemos recono- ‘ido que, salvada la iniciacién que él propici6, el progreso humano necesité ‘cumplirse de modo mucho mds répido: por el ascendiente, prolongadamente progresivo, del polit ili 2d sucess - as generales-caracteristcas:. eas una, excnclalmente intelectual la otra, eminen= temente politica, y ambas, solidarias en su influsncia sobre ef conjaato del pa. ‘Textos Comte sado humano. La primera, que caracteriza a Ja civilizacién gricea, se ha dest ‘vuelto cuando las circunstancias locales y sociales, ejerciendo un estimulo di- recto suficientemente grande en pro del éxito de la actividad militar contra ¢l régimen teocratico, han opuesto, no obstante, insuperables obstaculos al es- tablecimicnto regular del sistema de conquista, constituyendo asi una feliz coniradiccién permanente que ha desviado hacia el cultivo intelectual una energia cerebral libre y desprovista de suficiente tendencia politica. De tal contrasts social debia depender entonces la principal evolucién mental, no st To la estética, sino también la cientifica y la filosdfica, compatibles con la vida Prelinar dota humanidgeo la podiapopate ios rodowosfundackea™ {Es desu vid dentin, Le itr calira nseclativa, constitu al mar- gen de la economia antigua, se manifiesta entonces mediante la A primera apari- cién caracteristica del genio. tivo, aungue limit rion natand dene sues Peentan mie ms roses na did pratves, Este primer eerico clentifico de lo sentimientorsbstractos de la evidencia y de la armonia, por limitado que sea su dominio, basta para determinar una importante reaccién filosdfica, que, aunque s6lo favorecia in- mediatamente a la metafisica, anunciaba ya el Jejano pero inevitable adveni- miento dela filosofia positiva, asegurando Ja préxima eliminacién de la frolesia preponiderante. Realizanda la Sit demoiilén mental del paliteteno, Jn mutates se apodera dade enloners dl sno dal tun ssion, ba ‘nimpatensia orpanica quel es propia neuzalza aus vanas eafuerzos para exta- dlecert Ja-universal dominacién filoséfica de sus. entidades cacacteristicagy asi, couceptonss males otal, S¢ rompe asi irevocablemente la antigua wnidad de nuestro sistema men- tal, hasta entonces uniformemente teoldgico, y que no ha podido volver a en- ‘contrar una homogencidad equivalente, cuyo principio inconmovible sélo. podri proporsionarle el'ascendiente final del espirita positivo. Surge ast esta {Strata cide Hose, o mejor, se largo antagonism provisional que a dominado hasta nuestros dias al desarrollo genoral del espiritu humano, em- picando simulténcamente dos filosofias incompatibles: una, natural, Ilegacia ya alestado metas: a Bs rd sanenindovewonasimente colic de fenémenos-¥-combinindose.con las ista-fundaciés-del-répimon-monoteisa, Ja olta, mds <5 Jadizec ulte ante del ‘te de esta doble elaboracién es seguida muy pronto por el primer desarrollo caracteristico del segtmdo modo, csencialmente politico, propio del pol ‘eismo miitar, mediante el cual debia realizarse tan plenamente, en fa civi- lzacién romana, el principal destino social del régimen preliminar de la huma- nidad. Na-podia haber otro medio primitivo de procurar a Ja sociedad: Inindispensable extensién, «la vez que se comprimia dentro de ella un estéril ardor guerrero incompatible con el progreso de la vida laboriosa, sino a la in- ‘orootsef0n gradual Ge los posttosezados os pueblos czas ¢ un ota neti conquistado- sa. Esta necesaria asimilacién, base esenci de los progresos ulteriores de Ia Inumanidad culta, constituyé ‘el destino permanente, primero esponténeo Y después sistemAtico, de una politica admirable que, cumpliendo siempre su al- BAS) ca Textos Comte La’dltima época és el tiempo de mayor esplendor del réglimen monoteista, le- gado por fina su plena madurcz mediante Ia suficlente independencia politica det poder espiritual y la completa constitucién de la jerarqusa feudal. Este fenésgico organismo cumple entonces directamente.su més noble papel tempo- ral, ya haciendo prevalecer convenientemente la moral sobre la politica, hasta Acsarrollar decisivamente el sentimiento universal de ja dignidad humana, ye preservando a lo mas selecto de fa hurmanidad de 1a opresiva domsizacion dol islamismo. Bajo su preponderancia tutelar, Ja industria urbana, consolidada | muy pronto por Ja indispensable manumisién colectiva, impulsando répida~ ‘mente la total abolicién de Ja servidumbre raral, tiende d segenerar la existen- cia temporal del hombre, lievandole desde entonces en todo el mundo civiliza- do. la vida definitiva que més se ajusta a su naturalera. Bl conjunto de Ia si- tuacién favorece a la evolucion estétiea, que manifiesta en todas las bellas ar- tes tna marcha original ¥ popular a Ja vez, entorpecida bien pronto por Ia {néstabidad de tal estado social, Paralelamente, el espiitu-clentifico-y filas6- ico, cuya actividad habia sido muy retardada, por haber sido ocupadas las mejores inteligencias en la elaboracién social del catolicismo, recibia un im- ppulso creciente tras la realizaci6n plena del sistema catélico; era un rival cada ver ms peligroso para el espirtu puramente religioso, que, por Ja memorable transaccién escoléstica, queda obligado a abandonar también a la metafisica eLdominio moral: organiza asi pasajeramente en muestro sistema mental una tunidad ontolégice, caya naturaleza eminentemente precatia es anunciads en- seguida por la concepciOn, radicalmente contradictoria, de un gobierno provi- dencial subordinado a leyes inmutables, concesidn involuntaria pero decisive Gel espititu teolégico al positivismo. Apesar de estas eminentes propiedades del régimen monoteista, su ascendiente general debia cesar tras el cumplimien- to de la misién necesariamente temporal que le pertenecia en el conjunto de la evolucién humana, y cuya preponderancia habia sido la tinica capaz de conte- ner hasta entonces los gérmenes de descomposicion inherentes a tal sistema. | Bajo el aspecto politico, la independencia del poder espiritual, principal caracteristica suya, debia hacerle por fin incompatible, ora con el espiritu de concentraciOn absoluta, inseparable de la actividad militar, que continuaba dominando aunque ooupada en el estado defensivo, ora con la naturaieza, no menos despotica, de toda autoridad religiosas do donde surgia un inminente conflicto entre dos tendencies igualmente perturbadoras de tal organismo, o:- Cilante entre la teceracia y el imperio. En el orden mental, una teologia qu desde st primera elaboracion historica no habia podido incorporarse el mov! mmiento intelectual, ya dirigido por una metafisica impllcitamente hostil, no podlia evitar ser desacreditada por ella cuando ésta, afianzando al estableci- Iiento de la moral universal, hubiese realizado su alta misién social, winica que habria podido hacer oividar por largo tiempo su inferioridad filos6fica, ‘cada vez. més antipética al espiritu humano, preocupado entonces de prose- {gir su libre desarrollo especulativo, que resulté muy pronto incondliable con toda teologia, Hemos reconocido que el conjunto de este memorable xégimen transitorio dobia, tras eu era de ascendiente, renultar gradualmente incompa- rable con los diversos progresos que él mismo habia esbozado, Comienza asi cl estado metafisico que, durante los cinco siglos que nos separan de la edad media propiamente dicha, debia realizar gradualmente, por operaciones si- R09, 10 multaneas y solidarias, positivas y negativas, la altima transicion que: necesita ‘ba el advenimiento del régimen final de la humenided, ya demoliendo progresi- eA unenn teoagio y mle, x elaborando la preparacton de oe nuevos elementos sociales. La impotencia organica peculiar de la metafisica seein ee aee care dabie movimiento se eumplse bajo Ta heseronia sere tte able munque deoretents, dl enigue oreainno, cada vex modificable tras el cambio sufrido en la edad media. Para apreciar convenientemente este importante progreso, 2 la vez revolu- cionario y regenerador, peculiar de la Europa occidental, como la iniciacién catélica } feudal de donde derivaba, debemos distinguir dos épocas sucesivas, soetn gus desorapoiclom gnerly le rexomposion pari prventea un caracter esponténeo 0 sistemnatico. En Ja primera —de comienzos del siglo XIV a fines del XV—, la irreparable disohicién del régimen antiguo es hecha por el mero antagonismo de sus principales elementos: el poder ‘temporal anu- Ja socialmente al espiritual, ya destruyendo Ia autoridagl euitopea de Tos papas, Jasgbrando a nidad doe fectauincatolck mediante a uabonalzacion de jicto permanente entre los dos elementos. local y central, del poder temporal se desarrolla tendiendo répidamente hacia la ‘preponderancia exclusiva de uno de ellos. Mientras las fuerzas politicas concurren asi a demo- Fea rote los moves clanentos coils, merclandore ck estas luchas como meros auxiliares, s¢ esfuerzan cn utilizarlas para acelerar su propio auge, éuya reaccién secunda él movimiento de descomposicién. La vie ‘da industrial se extiende y consolida hasta sustraer Ia masa de las poblaciones Caer crevondeanla de lan coatimbresmiitaves de Loe Ins fendales, manifestando Ja ineptitud crecienite de la moral puramente teolégica rane ns eeablgea ne uo habla pedo preset, Los bres ex cos, bajo el impulso adquirido en la edad media, llegan pronto aun desarrollo: Seneub, nia onien aiguo, per son en seman entorpestos por la incoherencia e inestabilidad de la situacién social, nacida do una direceién ar- tificial y precaria que se funda en la imitacién servil de la antigiiedad. La evo- Jucién cientifica, todavia bajo la direccién escoléstica, enriquece y agranda si- sess oat lela ovola nara, conformed estima felis deere es ottonca en ano progres, de a astronomy de lea ‘quimia, pero haciéndose compatible con la preponderancia filoséfica del ‘espiritu metafisico, al que la prosidericia del movimiento critico procuraba momenténeamente un importante papel social. Cuando la desorganizacion es- aor ecit wodo ln aptual na suttenemente avanzada, pasa al rae aoe 1° cvetenieno de loa pcp emanadoy Get nievh situacién social, cuya indispensabie reaccién general estaba destinada @ conti- ‘nuar las consecuencias revolucionarias de las fuchas anteriores hasta la total demolicién del antiguo régimen, para presentar la tendencia instintiva de la See ca tinas hace una ‘opened tia, eveniements impose sin tal preparacin negativa. Bl desarrollo continuo de los nuevos elementos sociales es también entonces animado por estimulos cada vez més sistemati- aie cpm ts nobnvales urs Go que i concentecion temporal fuese conventientemente realizada. Nuestra apreciaci6n histérica ha debido ai- vidir el conjunto de este doble progreso sistematico, hasta el comienzo de la ‘gran revolucién francesa, en dos fases distintas que sc suceden hacia la mitad pa) i 14 Textos Comte Textos Comte de] siglo-XVI: ambas se caracterizan, negativamente, por las denomina- Giones de.protestantey-deista, segtin que el espiritu critico encierre la accion. Gisolvente del principio del libre examen individual entre limites que parceen ‘Ccompatibles-con-la-existencie-indofinida del-antiguo-ozgaaitmo,.o.que exten ds, adems, su demolicin metafisica hasta impos)biliter tal existencia contra-, diciosia..Arnbas faces presentan diferencias equivalentes, aunque menos apa- rontes, ca la serie positiva: la primera, politiamente vista, comienza por la consagractén dogmatica universal, cn formas diversas pero anilogamente de- cisivas, de la total subalternizacion del poder espiritual al poder temporal, Conforme al auge, directo 0 indirecto, del esprit protestante; culmina en Ia Gictadura de uno de dichos elementos, al que el otro se subordina servilmente.. Beta salida, tan pasajera como inevitable, ha ofrecido dos modalidades muy diferentes, segiin que la preponderancia deba pertenecer al elemento mondr- ‘quico 0 al aristocritico, distincién ordinarlamente unida a Ja presminencia Tespectiva del catolicismo o del protestantismo, el primero mucho més propi- Go, por su naturaleza, que el segundo, tanto a ia demolieion del régimen anti {guo, como al advenimiento del nuevo, Ambas dictaduras habien desarrolla- do, tras su total instalacién, un cardcter politico esencialmente retrogrado, re- fenido durante las luchas anteriores y consistente en wna tendencia a recons- ‘ruir bajo su tutela la antigua consttucién social 0, al menos, a detener su di- solucién ulterior, secundando, por irresistible inconsecuencia, el desarrollo continuo de fa sociabilided modema. Fste esplritu retr6grado del poder diri- gente o, mejor, resistente, era, en tal situacién, indispensable al orden, como él espiritn revolucionario del movimiento social lo era, simulténeamente, al progreso. Mientras se cumplia esta extrema transformacién del xégimen Inonotelsta, la ovolucién industrial, directamente acelerada por una. protec- dn sistemética, que la subordinaba atin a las inspiraciones militares, marcha ‘ba répidamente a la total posesi6n temporal de la sociedad europea: la evolu- cion estética, andlogamente estimulada, manifestaba, a pesar de las trabas de ina situacién confusa e inestable, eternos testimonios de Ja_conservaciGn y aan ee union dla focus poston atten dela bomen Tae ‘madas, por otra parte, a una influencia social cada vez mis intima y universal: Ievolucon dentin, Teena ex ol dominio “organico y sobix t0d0 Hates co, al eaplendor més caracteristico, comienza a manifestar directaments Ia ia- compatibilidad ya radical del espiitu positivo con Ia preponderancia de ia an- tigua filosofia, principalmente a consccuencia de los eminentes descubrimien- tos que renuievan totalmente el sistema de las nociones astronéaaicas, siempre destinado a determinar las grandes transiciones mentales, como hizo en el pa~ 0 del fetichismo al politeismo y de éste al monoteismo; finalmente, bajo este impulso, se oper6 bien pronto una crisis decisiva en Ia evolucién filos6fica, confornie a fa feliz emancipacion fundamental del espiritu positive frente al espirita metafisico, que culmind en el compromiso, evidentemente provi- sfonal, instituido por Descartes, entre la filosofia natural y la moral, dtima ‘motificacion del que hicieron Aristoteles y Platon y que ya habla sido altera~ do en provecho dela mtatsen por la escotstca de edad media; el metodo ositivo entra entonces irrevocablemente en posesién exclusiva del estudio AGfo der mundo extertor-Teductendo al antiguo métoco el estudio restringido de a inteligencia ya sociabilidad, en el que no podia mantener por mas tiempo 382 12 su estril supremacta. Bste conjunto de operaciones ertioas y orgénicas acarrea {a fase final del doble progreso preparatorio de las sociedades modernas, cuan- do al resquebrajamiento filoxefiea_ataca las bases de la antigua economia, ‘gta hor indispensable una renovacion toa. Sit MGR, we EDWSECUE. cia metaflsica, desarrollindose a medica que las visiones verdaderamente ge- \nerales eran irabadas por la excesiva valoraciOn del espiritu de detalle, conti ita sofiando en una regeneraciOn social fundada sobre la conservacién de los impotentes restos del régimen antiguo, vana soluci6n correspondiente a Ja ne- cetda de recat « poco como el reproche, cad vez mas inminente de unt tendencia tinicamente negativa, que s6lo podia conducir quia in- telectualy moral, al destruir, sin poder reemplazrlos, los fre fundanien tos espirituales del orden social. A la vez, ¢l progreso continuo de la evoincion industrial obtiene de Ja dictaduta temporal la mayor concesiéi préctica.com- patible con Ja existencia del antigua sistema,.que-desds entonces subordina propia actividad snitar-a Ine adelantos industales,sigidos por doauieren objeto etncial dee nls eon: aeuolucin etitica-a pes deste rilidad positiva, y la evolucidn cientifica, cuyo auge se mantiene, obtienen en- ‘tomeus un progreso-andlogor comienzan a librarse de toda proteccién facult tiva y se incorporan a Ja sociabilidad moderna, ejerciendo una influencia cre- ciente sobre Ia educacién universal. Mientras que estas tres evoluciones simul- {taneas resultaban incompatibles en todo sentido con el régimen primitive, los vicios intierentes a Ia especializacién exclusiva que habia ditigido desde la edad media su comin desenvolvimento empirico, manifestaban también una inevitable extension, tendieate a entorpecer progresos ulteriores, ya por cho; ques cada vez mayores que {a falta de coordinacion sistemdtica suscitaba en el sno dela industria, va por el imponente desorden que la ausencia de direccién general determinaba on el arte moderno, desde que el artificio del régimen cla sico habia sido —en la fase anterior— esencialmente agotado, ya por los abu- 508 inherentes a le irracional dispersién de la cultura cientifica en especial des- de que su extensign al mundo drgénico debia sefialar el inminente peligro de ‘un espiritu demasiado analitico. Por tan evidentes tftulos resultaba claro que el. progreso modemo, exigia uaa reorganizacién total, aunque Ja. vana ‘etafisica persistiese en preconizar dogmaticamente el empitismo y ia indivi- dualided, Eee eee ——Brresie estado final de Ja doble evolucién europea, una inmensa crisis 60- cial, tan indispensable como inevitable, fue necesariamente determinada en la ‘acién en que esta marcha coméin habia adquirido Ia més completa eficacia politica, y que, por el conjunto de sus antecedentes, estaba ilustremente desti- nada al peligroso hoor de tan saludable iniciativa, aprovechable por todo el resto de la gran repibliea occidental, cuyo desarrollo, esencialmente homogé- nto, manifestaba desde In edad media una permanente solidaridad. Ante la necesidad de una renovaci6n total, este movimiento decisivo debi6 atrancar todos ios restos del sistema antiguo, sin exceptuar al poder central, en torno al cual se habian ido reuniendo, y que, por naturaleza, tendia a su inmainente res- tauracién, profundamente antipdtica a la civilizacién moderna. Sin embargo, ‘a pesar de este preémbulo negativo, el destino principal de esta gran revolu- cién debia ser en el fondo esencialmente organico, ya, que lejos de tener por objeto Ia demoliciOn de Ja antigua economia, era, por el contrario, su resulta- S32 i 13 Textos Comte Textos Comte do necesario, Pero habiendo podido Ia marcha empirica y el cardcter especial dc] progreso positive destacar convenientemente su verdadera tendencia politica, la ausencia provisional de todas las concepciones verdaderamente ge- nerales apropiadas para condueir tal operaciOn determiné conferir la presi- dencie filoséfica de ia reorganiracién social a osa misma metafisica que habia dirigido antes el movimiento critico, aunque el vinico papel que pudiese ‘eumplir se encontrase Ya prescrito. Hsia iusign fundamental, tan natural cO- ‘mo deplorable, debi6 reducir hasta agul al pensamiento revolucionario a una indieaci6n vaga, pero irrecusable, de las condiciones esenciales de la regenera- ign final, cuyo principio contimfa indeterminado. A la vez, el triunfo politico de la metafisica negativa demostr6 universalmenis, por experiencia inefable aunque pasajera, su profunda ineptitud para organizar y su tendencia hostil a Jos elementos caracteristicos de la. sociabilidad moderna. Esta doble insufi- clencia de la filosofia dlrigente condujo bien pronto, a-falta de una doctrina verdaderamente orgdnica, a concebir la coordinacién social como exclusiva: ‘mente fundada sobre una restauracidn gradual del sistema teologico y militar, ‘enya vana resurreecién {ue sobre todo secundada por el desarrollo excepcional dde una inmensa actividad bélica, apartada poco a poco de su noble destino re~ volucionario; pero el desenvolvimiento mismo de exta reaccién retrogreda, ‘que consigui6 su mas funesta intensidad sin haber podido establecer nada du. radero, demostr6 su total incompatibilidad con el estado mental o social de las poblaciones modernas. Los acontecimientos del itimo medio siglo han con- currido a demostrar, por constraste cle dos experiencias igualmente decisivas, que Jas condiciones del orden y del progreso no pueden obtener una realica- ‘cion-sulficiente sino por ima Verdadeea reorganizaciOn. Hasta este indispen- sable acontecimieato, el conjunto de la situacién politica flota, como antes de la crisis, entre Ia tendencla més o menos retrégrada de un poder que no puede concebit el orden mas que al eatilo antiguo, y el instito més o mienos anét- uico de una sociedad’ que no imagina ain inés que un progreso puramente nogativo, Sélo estas dos grandes enseftanzas précticas han amortiguado las pasiones dé una y otra parte, sefslando la inanidad comin de estas opuestas, esperanzas. Después que esta posicién precaria y peigrosa, pero provisional- mente inevitable, pudo desarrollar suficieatemente sus cafacteres eseaciales, Ja accion dirigente o mejor, resistente, se ajusté a ella, instituyendo 0 san cionando una especie de reparto regular entre estos dos impulsos contradicto- ros. La antigua dictadura temposal, disuelta por la descomposiciin del poder cential, i revonocido su total imndtencia para dissis la reorvanizact6n espi- snl set propursto cxcusvament lmanteimento permanente dl o- dea-material, cuys dificultad creciente debe absorber cada vez mas sus eafuer- 2os,-pues-el gobierno intelectual y-moral ha sidaenteramente abandon « la concurrencia ilimitada de las libres tentatives fllos6ficas, Por peligrose que sea tal consagracidn politica de Ta aniarquia espiritual,con la que se procura coneiliar ef orden temporal, hay que ver en ells no s616 la consecuencia inevi- table de la ausencia de todos los principios que servirfan de base a una verda- dera disciptina mental, sino también la condicién de su advenimtento ulterior, ‘que no puede ast ser estorbado en adelante més que por la incapacidad de lor {ildsofos ocupados en su bisqueda. Mientras se desarrollaba esta situaci6n, Jos nuevos clementos sociales continuaban igual que antes sus diversas evolu- 14 i parciales, aceleradas s6lo por las consecuencias naturales de 1a crisis polit su respectivo impetu tendia cada vez mas a destacar Ta necesidad co- mtn de una verdadera coordinacion general, sin la cual no tendria éxito sa fu {aro prosreso, Bl desurrollo industrial habfa legado a hacer ircecuperable Ia ecesided de regulasizas la indispensable armontx entire empresarios y trabajar denice ques pola ofrecer earantiaa suicentet elantaginiumo tenn otros, Eni Ja evoluci6n cientifica,, la extension definitiva del método positive al : Jos fenémenos intelectuales y morales estudio-de los.cue ela vida individual, tondie-a-manifestar directamente los xicios cecientes de ‘una especializacién.dispersiva que-se hacia .cada.xez mis-estrecha y-empitica, ‘nieauras la marcha de} espiritu humano reclamaba el reemplazo del régimen ‘analiica preliminar por un.régimen final evencialmente.sintetico, pico medio de-contener ta influencia deletérea dew fea que amenaza ‘compromiter stavemente

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