Está en la página 1de 19
I. LOS PRIMBROS PASOS DE LA PSICOLOGIA DE LA FORMA He sido invitado a hablar de Ia psiealo- gia de la Forma. Hste nombre se supone referido frecuentemente no a una parte de Ja pslcologia general, sino mds bien a una escuela particular 0, quizé, a una sec- ta dentro de esta clencia. Pronto verin por qué, y también por qué esta interpre- tacion del nombre es enteramente con- usa, 'No todos 1os asistentes a esta conferen- la son especialistas de Psicologia. Quiero por eso empezar no con una diseusién de Jos prineipios mis téenteos, sino con los problemas y observaciones pstcologicas ‘mis senetllas. Cuando, hace unos cien afios, 1a Psico- Jogia empezd a desarrollarse como una clencia nueva, fue la percepeién, natu- ralmente, la materia mas asequible. Los que amamos ahora psiedlogos de Ia For- ‘ma emperaron a trabajar en ese campo. ¥ por eso voy a contarles ahora lo que paso cuando investigaron Ia percepcién. Cast inmediatamente, sus estudios tomaron un ‘sesgo con el que la mayoria de los psied- Jogos de aquel tiempo no estaban de aeuer- 87 58 do, {Por qué? La manera eomo procedian los psicblogos de Ia Forma les parecia a los otros incompatible con los principios biasicos de la clencia. Se crefa que una ciencia Joven debia considerar primero los nechos mas geneillos dentro de su campo, y s6lo después el clentifico puede dedi- ‘carse a materias mis complejas y tratar de descubrir como pueden entenderse ‘como combinaciones de Jos elementas sim- ples ya conocidos. Cuando se aplied esta norma al materia! perceptivo que estudia~ bban los primeros psicélogas do la Forma, se formulé Ia regla, de una manera espe- cifiea, de la siguiente forma. Al investigar Ja percepeién uno tiene que examinat, primero, los hechos locales més simples ‘que forman el campo perceptivo, como, por ejemplo, el campo visual, ¢ ignorar o eli- minar de estos elementos todos los ingre- lentes y perturbaciones secundarias que tienden ‘a enturbiar la verdadera natura- Jeza simple de estos elementos. Los primeros psledlogos de la Forma ignoraron esta regla. Procedieron de for- ma distinta porque no les interesaban los “elementos simples", las lamadas sensa- clones locales. Primero, decian, tenemos que examinar con total Imparclalidad si- tuaclones perceptivas e intentar encon- trar en ellas aquellos hechos que se apa- recen como mas importantes; expllcar su naturaleza, st es posible; compararla con Ja naturaleza de otros hechos de interés ¥ vor si, do esta forma, podemos deducir Teglas generales que sean validas para ‘muchos fendmenos. Est claro que en este programa no se mencionaban nunca los elementos simples locales o sensaciones. Por ésta y otras razones, los psleélogos de Ja Forma fueron acusados de misticismo. Ahora veremos qué consiguieron estos “misticos”, Misterlo niimero uno. El primer psled~ logo que trabajé de esta manera y asi se convirtié en el primer psicdlogo de Ia Forma fue Max Wertheimer. Encontro ‘muy interesante el fenémeno lamado ¢s- trobose6pico o movimiento aparente. Otros ‘ue ya To conocian, habianr sido Incapaces de estudiario de una manera psieologica~ mente productiva. EI fenémeno en st et muy seneillo. Cuando se muestra por unos instantes en un lugar un objeto visual, por ejemplo, una linea, y casi inmediata- mente después aparece tin segundo obje~ too linea en un segundo lugar, no muy istante, un observador no ve das objetos que aparecen en sucesién ripida en dos lugares distintos, sino que ve un objeto ‘que se desplaza veloamente desde el pri- mer lugar al segundo. EL movimlento estrobosedpico puede ser ‘mostrado de forma bien sencilla (Ki. 2). 59 Se colocan dos bombillas detrés de una \ ‘tras que la otra bombilla proyecta su som- pantalla transparente con una varilla rec- { bra en otro sitio distinto, Fisteamente, ta colocada verticalmente a la misma dis- cuando se apaga tna de Ins Iuces Ia som- tancia, pero mis cerea de 1a pantalla que ‘bra correspondiente también desaparece. tas. Una doble Have hace posible el en Fisicamente, por tanto, cuando se eneien- condor y apagar alternativamente laa Iu- de una bombilla y Tuego se apaga y se es con rapidez, Cuando se enciende una enciende la otra, s6lo puede pasar que la e las bombillas una sombra de la varilla primera sombra’ aparezea y desaparezca Fasat — arece en tuna parte de Ia pantalla, mien- en un hugar y después que 1a segunda som- bbra aparece y desaparece en otro lugar. Ciertamente, no se produce ningun movi- miento fisieo de un lugar al otro. De he- cho, se verd que una sombra se mueve de un lado a otro de la pantalla, Wertheimer investigé bajo qué condi- clones aparece este fendmeno, Otros no Jo habian hecho porque creyeron que el ‘movimiento estrobosedpico o aparente no era mas que una ilusidn, no solo porque no estaba de acuerdo con los hechos fisicos observades, sino también porque estaba fen desacuerdo con la tesis de que os he- cchos pereeptivos consisten en “sensaciones locales independientes". ;Qué significaba Ja palabra “ilusion”? Significaba que el ‘movimiento estroboscopico no era acepta~ ) do, de ninguna manera, como un hecho perceptivo; se consideraba que era un error producido en el juicio del observa- dor. Dos hechos percoptivos idénticos vis- tos en sucesién tan rapida, decian, son “ Sdentificados equivocadamente por el ob- 62 servador y esto leva a la iluston de que lun objeto Gnico se mueva de un lado a otro, Como nadie se molest en descubrit si ra ésta, realmente, la interpretacion ver- dadera del movimiento observado, la ex- plieactén continué como una mera esca- patoria, una “ustificacion” al aire de esta observacion perturbadora, Bstas “Justifi- aciones” eran muy frecuentes en aguel tiempo siempre que aparecian observa clones de los psledlogos de la Forma u otras hechos que perturbaban la ereencia de que las “sensaciones locales indepen dientes” eran el verdadero contenido det campo perceptivo. Ineluso ahora, el arte de una “escapatoria justificativa” no hha desaparecido del todo de Ia Psicologia, ¥ hace, probablemente, a esta ciencia Jo- ven mas conservadora y menos. produc- tiva de lo que seria si las observaciones sorprendentes despertasen mis interés y condujesen a investigaciones mas minu- closas de esos hechos y no a justificarse de Io que no se comprende. Wertheimer no cometié este error. Tran- quilamente examind, en muchos experi- ‘mentos, el movimiento aparente. Permita- ‘seme que por lo menos, mencione uno de sus hallazgas que me parece completa~ ‘mente incompatible con la aflrmacion de que el movimiento aparente no es mas gue el producto Husorio de un juicio ne- ligente, ‘Cuando un movimiento real ocurre re~ ppetidas veces en una parte dada del eampo visual, una persona que haya observado durante algin tiempo los repetidos des plazamientos y después mire a cualquier escena visual que esta fisicamente quieta, ve inmediatamente en esta escena un mo- vimiento que se desplaza en direccién ‘opuesta al observado, A esto se le llama imagen posterior o post-imagen negativa del movimiento antes visto. Wertheimer (¥ con independencia de él el fisislogo Ex- ner) vio aqui un problema. En condiciones optimas, el movimiento llamado aparente yy el movimiento real parecen exactamente iguales. Cuando los dos movimientos ocu- rien fuuntos no se puede decir cual es el ‘movimiento “aparente” y cual es el “real”. Por consigulente, las observaciones con- tinuas de un movimiento aparente tam- bien pueden ser seguidas de una post imagen negativa. Bl experimento fue hecho por Exner y por Wertheimer con éxito completo, También el movimiento apa~ rente era seguido por otro movimiento en ireceién contraria. Segin esta prueba, el Jamado movimiento aparente es, como hecho preceptivo, tan real eomo el llama 0 movimiento “real”. ‘La mayorfa de los que estamos aqui sa~ bbemos que las imagenes que vemos en el cine nunca se mueven al ser proyectadas Jas distintas fotogratias en la pantalla Una fotografia es sustitulda répidamente por otra; durante el eambio no se proyec- ta luz en la pantalla, Por Jo tanto, una pelicula consiste en una secuencia de dis- tintas fotogratias en reposo. Los movi ‘milentos que el publica ve son todas movi- mientos aparentes 0 estroboscépieas, No seria facil convencer a la gente de que no ocurre de hecho, en la pantalla, nin- ‘gin movimiento real y que los movimien- tos que les parece ver son el resultado de rilles de errores de juicio cometidos en ‘unos minutos. Pero si el movimiento aparente es per- ceptivamente real, entonces esto prueba claramente que, cuando estimulos locales ‘curren en distintos sitios, bajo clertas condiciones temporales, los. correspon Gientes procesos visuales no son en abso- uto hechos locales independientes. Mis bien estos procesos se interaccionan, y asi 1 axioma tradicional de que tienen que ser hechos locales independientes debe esecharse. Este era el punto de vista su- cintamente formulado por Wertheimer. Desgraciadamente, en aquel tiempo era Gificil explicar de qué clase de interaccion se trataba, ¥ por eso, en cierto sentido, el ‘movimiento aparente continué siendo un misterio. He empleado el movimiento aparente como tn buen primer ejemplo de lo que nteres6 a los psicdlogos de Ia Forma y de ‘sus procedimtentos. Después de este ejem- plo, el examen de otros experimentos de la Forma puede ser mucho mas breve. ‘Los psledlogos de la Forma empezaron fa investigar entonces muchos otros pro- blemas. Uno de tales experimentos, reali- zado en el laboratorlo de Kurt Kottka, se referia a un nuevo enigma en el campo el movimiento visual, el Uamado movi- ‘miento gamma, Cuando un objeto aparece de repente en el campo visual, este objeto ‘se agranda rapidamente, y cuando el ob- Jeto de pronto desaparece, disminuye de tamafio. De igual manera, cuando no un objeto, sino un grupo de objetas se pre~ senta repentinamente, los miembros del srupo se alejan unos de otros de tal for- ma que todo el grupo se agranda. Aqui nnos preguntamos de nuevo edmo puede explicarse la expansién del grupo si las figuras individuales son hechos locales in- dependientes? {Por qué se alejan entre si Jas figuras individuales? De nuevo nos enfrentamos con una interaccin, pero ahora se trata de una accion reciproca ue tiene el cardcter de una repulsion mu- tua de las figuras individuales, Una vez 65 imiis, este hecho es incompatible con el punto de vista de que los elementos loca- Jes del campo preceptivo son independien- tes respecto a lo que aparece a su alrede- dor. Pero por qué en el presente caso, en fl caso de un movimiento gamma, tiene Ja interaccion el carécter de una repulsa? Desde luego, en aquel entonces era tm- posible contestar a esta pregunta. S6lo ‘ahora, muchos afios més tarde, estamos empezando a comprender tales’ observa- clones. Ta pregunta siguiente que se hicieron tos psieblogos de la Forma fue st interac- ciones de esta clase ocurren solamente en ‘casos de movimiento, Existen tamblén observaciones que demuestran la depen- dencia de hechos locales de las condicio- nnes ambientales cuando los objetos per- ceptivas observados permanecen quietos? a contestacion a esta pregunta era muy sencilla. No se necesttaron nuevos éescu- brimtentas; tales hechos se conocian des- de hacia mucho tiempo. Tomemos la. vi- sion del color: cuando_se_compara_un objeto gris rodeado_de_una_superficie Slatin eon Ur segundo Gbleto que Tic ‘mente, tiene el mismo color gris, pero que ‘esti rodeado por una superficie negra, el ‘Dbisio gris sobre Blanéo parece mas ascu= ‘ro que el gris sobre negro. Se pueden de- ‘mostrar efectos similares del color del en- torno sobre un color local cuando los colores eireandantes son los lamados co- lores vivas, es decir, rojo, amarillo, verde © azul, En un fondo rojo, por ejemplo, un objeto gris tiende a parecer verdoso. Por “Wis que eran bien conocldor los ejemplos de brillo simultineo y contraste de color, menudo fueron "evasivamente justinea dos" (como el movimiento aparente) como tmeras eonsecuencias de un julelo equvo- cado —porque tambien eran incompati- bes con ta tesis de que Jos datas visuales locales eran datos independientes—. Fue ‘entonees cuando los psiclogos empezaron 2 darse cuenta de que tales “Justifeacio- nes evasivas” de claros fenomenos per- feplivos nd podian aceptarse por mas tiempo como legitimos, Naturalmente, sl contraste de color tenia que ser conside- “Fate como una promis mls @ qoe Te pro- “Pledades de los datos loealer 36 Ven efec- fdas _por las condiciones presenies Teruccion tone lugar en el campo de le percep ‘Ahora voy a volver a otro grupo de he- hos que prueba Ta misma cosa. Son las Tamadas itusiones geométricas, una ver- daderamullitud de distorsiones de las formas visuales debidas a otras formas aiue aparecen en sus entarnos, Nas son co- hocidas 1a mayoria. De seguro que esta- or 68 ‘mos familiarizados con elertos fenémenos de este tipo. Por eso me limitaré a dos elemplos especialmente sorprendentes to- mados de un antiguo nimero del British Journat of Psychology. Los dibujos estan Tormados objetivamente por eirculos tra~ zados con toda exactitud. Pero estos elrcu- los estén rodeados de otros disefios, y co- ‘mo resultado, las imigenes perceptivas de los eireulas geométzicos ya no son circu os. Por efemplo, la figura 2 cast pa- rece un cuadrado, La figura 3, que con- site materlaimente en cierto nimero de clreulos concéntricos, tiene el aspecto de una espiral, Pero estas curvas que pa~ recen en espiral estan realmente cerradas, como puede demostrarse siguiéndolas con un lapiz o un compas. Basta con estas sorprendentes ilusiones © distorsiones geométricas. Ustedes no se ‘van a sorprender al ofr que estas observa- clones también fueron consideradas con- secuencla de Julclos erroneos, ya que el observador se equivoraba al interpretar 1o ‘que veia, confundide por las formas del fondo. ¢Por qué? Porque los verdaderos ‘datos do Ia percepelén tentan que sor da- tos locales independientes y su disposi- ‘elon en el espacio tenfa que estar deter- minada por la disposicién geométrica de los correspondientes datos fisicos. Si al- guna observacién no estaba de acuerdo i Dri fear of 0 ‘con esta convicelon, entonces et desacue! do tenia que “Justificarse evasivamente” fen Ia forma que aeabo de exponer. Por la razon que fuese, Ios primeros pst~ eologos de la Forma hicieron poco caso de estas ilusiones como tales y de Ia in terpretacién, un tanto fantistica, de es- tos hechos como puros errores de juicio. Pero deberian haberlas tomado en cuenta, porque estas ilusiones geométricas son tuna excelente demostracion de que cuan- do ciertas formas aparecen juntas en el “eanipo Vilas poreepelon_pilede defar- ‘imarse por fuertes interacciones. Esto sig~ nifiea, desde Tuego, que cuando el psicd- logo intenta entender lo que pasa en la percepetn, sus observaciones deben refe- rise, desde el prineipio, a conjuntos con- siderablemente grandes, dentro de los cuales operan las. interacciones defor- mantes. jPero no! Ebbinghaus, el primer psicdlogo que demostré como clertos as- ectos del aprendizaje humano se pueden. estudiar con experimentos sencillos, hizo 1a siguiente sorprendente observacion: “No estoy seguro de si los datos pstcol ‘lcos son la simple suma o agregacion de Atomos psicologicos; pero, siendo cienti- ‘ieos, debemos proceder como si esto tues verdad.” iQué deprimente aserto! Parece decirnos que clertas necesidades del pro- cedimlento clentifico son més importan— tes que la naturaleza de los hechos 0 de Jes datos que investigamos, con la conse- ccuencia de que podemos ignorar aquellos datos que estin en desacuerdo con esas ecesidades elentitieas”. ‘Varios afas antes, otro psicélogo, Chris tian von Bhrenfels, de Austria, tuvo que enfrentarse con la misma dificultad. To- ‘davia no ostaba interesado en el problema de si se deben considerar clertos hechos psicoldgicos como consecuencia de inter~ acciones o llamar la atencion sobre las propledades, cas! omnipresentes, de los ‘objetos en ese campo —propiedades que arecian enteramente desconectadas de las propiedades atribuidas a los estimulos y sensaciones lovales elementales—. Nues~ {yo campo sensorial, argumentaba, puede contener numerosas sensaciones simples ‘que estin relacionadas con estimulos 10- ales especiticos y son, por Io tanto, ele- mentos mutuamente ‘independientes de ese campo. Pero, afiadia, otras caracteris~ ticas del mismo campo no encajan dentro de este esquema elemental, Tomen una melodia o una cuerda de un instrumento. La melodia, al oftla, no eambia practica- mente como tal melodia cuando los tonos suben 0 bajan en la misma proporeién, de ‘manera que solo cambia Ia relacién, Esto ‘ocurre también con los acordes musicales. Pero quiza el ejemplo mas claro son las n 2 formas que aparecen en el campo visual Estas formas pueden redueirse o aumen- ‘arse de tamafo; pueden mostrarse en cualquier parte del campo visual, y tam- bien puede cambidrseles de color: todas estas varlaciones apenas afectan el ca~ acter perceptivo de las formas como ta- Jes —siempre que la relacién espacial en- ‘re las partes permanezea inalterada— Ahora bien, la palabra alemana para for- ‘ma es Gestalt. Asi, von Ehrenfels, dando el nombre del ejemplo més claro a todas estas cargeteristicas, introdujo el término cualidades de la Forma, Bn este sentido, Jas cualidades de la Forma ocurren en to- ‘das partes en la pereepeién. Incluso todo ‘un campo visual puede parecer “claro” y otro casi “eadtico”; y todavia mas impor- tante: se ven los movimlentas de una per~ sona como “firmes” y los de otra como ““inseguros”; las earas de clertos indivi- uos nos parecen relajadas; en cambio, ‘otras se nos presentan como tensas, 0 sa~ gaces, 0 insulsas, 0 lelas, ete. Algunas de estas cualidades de la Forma desempenian ‘un papel importantisimo en las caracte- ristioas estéticas de nuestro entomo per- ceptivo y, naturalmente, en las obras de arte, ‘A von Ehrenfels tambien le preocupaba el hecho de que sus cualidades de la For- ‘ma no encajasen en el esquema tradicio- nal del pensamiento cientifico, segin el cual uno tiene primero que analizar las eseenas perceptivas para detcubrir sus elementos y asi su verdadera naturaleza. Es probable que incluso Ehrenfels se hu- blese negado a aceptar como dates per- ceptivos algunas de Ins eualidades de la Forma que acabo de menclonar. Pero no tenia dudas sobre la naturaleza percepti- va de las formas caracteristicas de obje- tos o de las fascinantes propledades de las melbdias 0 de las cuerdas, Claramente, no se puede negar Independencia do tales caracteristicas perceptivas sobre las rela clones entre datos individuales estimulan- tes ¥ no sobre estos datos tomados aisla~ damente, y asi el atomismo, que se presu- mia necesario en Psicologia, aparecia de ‘nuevo como un concepto equlvocado. Aunque es éste un argumento de peso, resulta, desgraciadamente, s6lo un argu- ‘mento ‘negative. Demuestra que una in- terpretacién particular de los campos pereeptivos no puede explicar muchas propledades de la pereepeién que son evi dentes; pero los psieslogos de Ia Forma de ‘quel entonces no podian sugerir una In- terpretacién mejor. Debemos recordar que cuando hablemos de otzos datos. pereep- tivos en los que se interesaron los psicdlo- gos de Ia Forma, el resultado de st inves- Hgacion fue siempre el mismo. Sus des- 3 m ‘cubrimfentos eran siempre incompatibles con la concepeién atomistica aceptada por las otros psicélogos; sin embargo, ellos no offecieron ningin principio positivo que Jas explicase, ni cuando estudiaron el mo- vimiento, ni en el caso del movimiento “gamma”, ni en el del contraste de colo- res, ni tampoco en el de las ilusiones geo- métricas. Ahora bien: ges suficiente en el campo cientifico encontrar clertos hechos, muy interesantes, y decir sdlo que una su- posicion ampliamente aceptada no puede explicarlos? Esta claro que los pstedlo- gos de la Forma estaban fascinados por sus hhallazgos. Los consideraban mucho mas atractives que las sensaciones locales tradiclonalmente consideradas como el material pereeptivo. Pero jacaso los psi- cologos de la Forma se vieron también atraidos por el hecho de que nadie pudie- ra explicarse estos hallazgos y de que ast sus observaciones eontinuasen siendo tn misterio? Una vez, en una conversacton, Karl Lashley, ya desaparetido, pero uno do Jos mis importantes psicdloges de su tiempo, me dijo pausadamente: “Mr, Koh- ler, la labor realizada por los psledlogos de Ja Forma es clertamente muy interesante. Pero a veces no puedo menos de pensar ‘que ustedes se sacan una religion de la manga.” Yo no sé si un clerto Jtbilo entre elen- tificos que sienten que ban Hegado a un punto crucial en sus investigaciones es lun sentimiento religioso. Pero es cierto {que os psicologos de la Forma no se opu- sieron a las tentativas levadas a cabo ara descubrir con exactitud qué proce- ‘sos habian originado tan notables fend- menos. Cuando més tarde se descubrio gradualmente la verdadera naturaleza de ‘estas procesos, Wertheimer, Kotfka y el ue es esti hablando, simplemente, sa- borearon el triunfo, Sin embargo, esta evolucién no habia empezado todavia cuando la psicologia de la Forma dio su primer paso, y este pri- ‘mer paso pareclé a los otras psicologos ‘incluso mas inquletante, Hasta entonces, los pstedlogos de Ja Forma se habian inte~ resado por algunas experiencias percepti- ‘vas singulares. Pero ahora, Wertheimer volvio hacia los hechos perceptives que se hallan practicamente en todas las cxm= pos visuales y que, por tanto, todo el mun- do los daba por sentedos. EI demostré que estos hechos tan comunes eran, en si, tan deseonoetdos y tan notables como el movi- miento aparente, las cualidades de la For- ma, ele, Para sus oponentes esto sig- nifieaba, desde Tuego, que tendrian que considerar en 1a percepeion, practicamen- te, todo como un misterlo. Wertheimer formulé la pregunta siguiente: 1 se asu- 7s 76 ‘me que el campo visual se compone de elementos locales lamados sensaciones, edonde estdn estos elementos locales? @Nos ha dicho alguien, alguna vez, que ara él el campo visual es un mosaico compuesto por piezas tan pequefias? Si nunca hemos oido tales atirmaciones, oual es el fundamento empirico de In te- sis atomistiea en nuestro campo de inves- tigacién? Lo que Ia gente menciona euan- do se reflere a los contenidos de su cam- bo visual son prineipalmente objetos vi suales: vasos, platos, mesas, sillas, casas, Arboles, otras personas, perros, gatos, et~ cétera. "Todos estos objetos son parte del ‘campo visual; pero lejos de ser elementos ‘mintiseules, la mayor parte de ellos son individualidades bastante grandes 0 “to- dos”. En un primer intento de estudiar Ia ereepcion, ino seria un procedimiento ‘més empirleo empezar por estos hechos Visuales evidentes, mis bien que por el ‘mosaieo hipotético de las sensaciones 10- ales? A sus oponentes no les gust oir, otra vez, la palabra “todos”. “No queremos oir hablar mas de misterios —decian—. Mas bien queremos saber eémo explicar Ia existencia de sus ‘todos-objetos’. No va- mos a negar que la gente habla de tales objetos. Pero existe una explicactén senci- a de esta tendencia eomun, Desde la pri mera infanela el ser humano advierte et hecho de que elertas regiones del mosalco perceptivo se mueven juntas, se Ins puede maneJar como unidades, y en ese sentido prictico se comportan como si fuesen en- tidades unitarias. Estas experiencias pric- ticas se imprimen en la memoria del nifo; por eonsiguiente, cuando aparecen de nuevo las mismas regiones del mosaleo se rememoran las experiencias tempranas de su comportamiento unitario ¥, como resultado, esas regiones aparecen’ ahora como si fuesen unidades perceptivas mo- lares.” Wertheimer era consciente de que, a veces, experiencias previas influyen en 1a forma de presentarsenos una eseena vi- ‘sual. Pero, por buenas razones, se nego @ aceptar el uso que sus oponentes hacian de este hecho, como explicacion de nues- tra ordinaria pereepeién de objetos mola res o “cosas”. Estas eran sus razones. ‘A menudo vemos entidades visuales con las que no estamos familiarizados, a las ‘que no reconocemos, y a las que, por tan- to, no hemos podido aprender a conside- rar como tales entidades unitarias. Bsto sucede, por ejemplo, cuando nos encon- ‘ramos en una habitacion o ante un pal- sale escasamente iluminades. “ZQué es aquella cosa oscura?”, podemos preguntar. Y, sin embargo, al mismo tiempo, aquella parte desconocida del campo visual es vis ta, probablemente, como una unidad mo- ” 7 Jar, Tampoco es ésta la tinfea forma de demostrar que Ia experiencia pasads no puede ser el factor prineipal que nos hace ver objetos como unitarios o cosas. La fi- gura 4, sobre todo cuando la exposicién es sutlelentemente breve, nos da la impre- sién de un disefio desconocido. Y, sin em- bbargo, contiene una parte que nos es a to- dos famfllar; esta parte aparecerd en la figura 5. {Qué prueba esto? Prueba que las ca sas que realmente establecen unidades visuales pueden operar de una manera que hagan desaparecer objetos muy eono- cidos, porque no estan visualmente sepa- rados de entidades mayores, totalmente esconocidas, que nosotros sf vemos. Estat claro, por tanto, que los principios segin Jos cuales se ostablecen los objetos visua- les differen de los provesos que una ex- plicacion empirica, 1a explicacion del aprendizaje, le hace a uno esperar 0 su- poner. La figura 6 aclara el mismo punto; de ‘momento parece un disefio totalmente desconocido al que podria, tal vez, descri- birse como una serie de formas alineadas horizontalmente que se parecen a coraz0- nes. Pero este dibujo esta formado por una palabra muy sencilla y muy bien conocida, de In que uno no se da cuenta de momen- to, de la palabra *men"’. A la parte supe- Hor del dibujo, compuesta por la palabra “men”, se le afiade su idéntica imagen como 4 estuviese reflejada en tn espefo. Ahora bien; 10s procesos responsables de Ja formacién de objetos visuales tienden a formar figuras cerradas y no simples f1~ guras lineales. Por es0 se ve una hilera de tiguras cerradas que no se reconocen y que absorbe las lineas de la palabra que, de esta forma, desaparece. Se pueden idear faclimente milee de ejemplos en los que ‘ocurre Jo mismo. Objetas muy conocidos no se Teconocen porque los procesos ver daderamente actives en la formacién de ‘entidades visuales, con frecuencia, operan a menudo en contra de Ia apariencia y de Jos objetas que nos son familiares. Los hechos que acabamos de diseutir no ‘s6lo prueban que la experiencia pasada no puede ser el factor principal responsable de a apariencia de los objetos en el cam- po visual; nuestras observaciones indiean también que, al referirse a tales objetos, uno no deberia simplemente calificarlos como “todos”. Clertamente, son “todas” ‘mis que simples regiones dentro de un ‘mosaico general de sensaciones locales. Pero siempre debertamos anadir un ad- Jetivo, por ejemplo, “todos” “segregados" © “todos” “separados”. Porque acabamos de ver que los objetos aparecen en el ‘campo visual sélo sl sus limites son con- servados visualmente, Por tanto, los pro- esos que hacen emerger os objetos en el campo visual son precisamente los que es- tablecen ciertas separaciones, separacio- nes de unidades visuales, puesto que son pprocesos que hacen de los objetos entida- des unitarias. sta faceta de lo que la- ‘mamos ahora “organizacion perceptiva” no fue siempre suficientemente recaleada fen los comienzns de la psicologia de la Forma. Y¥ continuo el examen de la obra de ‘Wertheimer. El ora consciente de que ha~ bia unidades extensas no solamente en el ‘inmévil campo visual, sino tambien en la ‘sucesion de hechos perceptivos. Las pala- bras, las frases y las melodias que oimos ‘son tun ejemplo de conjuntos extensos. A contintacton Wertheimer se dio cuenta de ‘que as cualidades de la Forma de las que habia hablado von Ehrenfels eran, en st ‘mayorla, caracteristicas de conjuntos per- ceptivos’especiticos. Esto es, @ todas 1u- ces, clerto de las formas visuales; pero también de las cualidades de la Forma ‘que Jos miisieas Haman “mayor” y “me- nor” son proplas de frases musicales mas bblen que de los tonos individuales. Por tanto, el problema que von Ehrenfels ha- bia suscitado era sélo parte de este pro- blema més general. gPor qué hay, tanto en el espacio como en el tiempo, tales en tidades molares? Este fue el problema que Worthelmer intent resolver. Tneidentalmente, completamente aparte e las cualidades de la Forma de Ehren- els, encontramos otros hechos interesan- tes en entidades molares segregadas y s0- Jamente en esas entidades. Llamaré a estos hhechos “cualldades parciales dependien- tes", porque deben su aspecto al papel que Juegan en tales “todos”. En una melodia, por ejemplo, un tono dado se ama la tonica. Se oye como una especie de punto de reposo en Ia melodia, Claro esta que festa propiedad de un tono depende de st posicién, dentro de la melodia. Porque si se a a transporta la melodia a otro nivel de la scala, adquiere otro tono, y la tonica an~ terior ‘pierde su cardeter como punto de rreposo, En una simple percepeion visual apare- ‘een otras cualidades dependientes, Por efemplo, cuando miramos a una unidad ‘molar mada cuadrado, cuatro puntos en 1 limite de su figura tienen el cardcter de “esquinas”. Procisamente los mismos pun- tos del limite de un circulo, Por tanto, el ser una esquina no es una propiedad que tengan estos puntos como tales, sino que una propiedad que adquieren dentro de lun contexto especial, mas extenso, Un contemporineo de los primeros psl- logos de Ia Forma, Rubin, en Dinamar- a, amé la atencion sobre otro fenémeno ue ocurre al separar un objeto visual de ‘su entorno. Incluso cuando este objeto es fisicamente perfectamente plano y des- ccansa en el mismo plano fisico que su en tomno, se presenta, como pereepeién, lige ramente levantado; esta situado delante de su entomo. Rubin no Io podia saber, ero en nuestros dias su ohservacién e& muy importante para entender la pro- fundidad de la visién en general. ‘Mientras tanto, Wertheimer habla am- pliado sus observaciones de forma radi- cal. Bn el campo visual (aunque también en otras campos de la percepeién) objetos ‘unitarlos individuales forman parte, con frecuencia, de unidades pereeptivas mayo- res a las que se les Hama cominmente “grupos”. Cuando esto ocurre, uno observa ‘a menudo en este nuevo y mas alto nivel efectos de unificacton, que son iguales que Jos que acabo de mencionar al examinar las propiedades de los objetos individuales. Un ejemplo sencillo: cuando se coloca un amplio niimero de pequefios circulos en Duestos equidistantes a cada tno, este con- junto de figuras segrezadas aparece como luna figura cuadrangular; en otras pala- bras, una de las cualidades de Ta Forma de Ehrenfols se ve ahora como una propiedad de todo et grupo, formado por objetos se- parados en el espacio. Mas todavia, dentro del grupo, ciertos elementos adquieren ademas “‘cualidades parciales depenaien- tes", eualldades que deben a su colocacin dentro de la entidad mayor: asi, cuatro de Jos pequefios circilos aparecen como “es- quinas” del grupo-cuadrado. Por triviales ‘que estos hechos puedan pareeer al profa- no, han sido importantes para el ulterior desarrollo de In psicologia de la Forma, es- pecialmente después de que Wertheimer hhubiese investigada muchas formas de agrupamtento. ‘La formacidn de entidades unitarias mayores, es decir, 1os grupos aparte de las ‘unidades individuales segregadas, la apa- ss riclin de cualidades gestalticas y de cuall- dades parciales dependientes dentro de 80s grupos, pueden parecer otros tantos misterios, como los que se decia que ex- ‘wafamente interesaban a los primeros psicdlogos de la Forma, zComo pueden su- ceder tales cosas cuando los miembros de ‘un grupo estan a menudo separados por istancias considerables? ZQué procesos serian eapaces de lograr tan curlosos efec- tos? Sin embargo, Wertheimer encontro ‘més facil formular simples prineipios des- criptivos que gobiernan el agrupamiento de los objetos segregados, que descubrir ‘esos principios en el cazo’ de objetas co- herentes individuales, Un primer principio: Aunque el agrupa~ milento puede ocurrir cuando Ia distancia entre los objetos miembros es considera- ble, el agrupamiento se faciita cuando Ia distancia es menor. Todavia més, cuando lun nimero de objetos individuales estan ‘mas cerca entre si de To que estan de otros objetos a su alrededor, entonces tiende a Tormarse no uno, sino dos grupos, como en la figura 7. ‘Un segundo principlo: Semejanzas tales como forma, color o las dos facilitan entre Jos objetos su aparicion como grupo. Pero ocurre que cuando algunos de los objetos individuales tienen propledades similares 0 iguales —mientras que otros objetos, a ° @ 0140 ore ° su voz similares 0 iguales entre si, tienen ‘otras formas o colores—, todo el conjunto tiende a dividirse; es decir, a aparccer como una combinacion de dos subgrupos (tig. 8). Un tercer prineiplo: Cuando objetos in Aividuales torman grupos o subgrupos, es ‘os grupos o subgrupos tlenden a estable- corse como son, qua grupos, especialmente simples, simétricos y uniformes. Uno tiene Ja tentacién de decir, en tales casos, que las leyes que rigen el agrupamiento coin- tlden con una ley reconocida con frecuen- ia en Ja estétiea elemental, Incidental- eevee eevee eoeeee eeooee eeoocee ecevee ° ° z eee! cove ° 5 36 ‘mente, Wertheimer deseubri6 que se sigue este prineiplo no sblo en el caso de agri- pamientos, sino a veces también en la for- macion de objetos perceptivos inaividuales ¥ coherentes mas sencillos. Mas atin, este Drinetplo parece operar de la manera més convineente, cuando movimlentas aparen- tes y fenomenos similares ocurren repe- ‘idas veces en tn lugar dado: con frecuen- cla el modo en que se mueve un objeto ¥ la forma de los objetes que se mueven puede ‘cambiar, y tales cambios siempre parece ‘que ocurren en la direceién de tina mayor simplicidad y regularidad. QE éste el mayor misterio con que tro- pleza una empresa que protende ser cien- lifiea? Acabamos de Hegar a un punto ‘muy importante en nuestra consideracion de los hechos pereeptivos. No hay ningtin misterlo. El tercer principio de Werthel- mer, que @ primera vista puede parecer tan extrano, es pricticamente idéntico a Jas declaraciones echas repetidas veces or famosos fisicos que al formularlas no ‘se refirieron, desde Iuego, a hechos psico- lgicos, sino a observaciones puramente fisicas. Tales declaraciones proceden de Pierre Curie y de Ernst Mach. Mach, por elemplo, tormulo esta pregunta: Cuando un sistema fisico se aprorima a un esta- do de equilibrio 0 a un estado de estabill- Gad, gpor qué se caracteriza con tre- uencla este eamblo por una ereciente regularidad, simetria y simplicidad en la istribucton del material y de las fuerzas dentro del sistema? Parece que hay una contestacion muy sencilla, Cuando se es- tablecen estas dlstribuclones regulares, un niimero cada vez mayor de los componen- tes de las fuerzas que actilan parece ser ‘que se equilibran unos con otros, to que significa que bajo estes circunstancias se aleanza el equilibrio répida o gradual- mente, Pero, en tn sistema cerrado, Ia ac ion de las fuerzas opera en Ia direceion de un equilibrio o de un estado de estabi- lidad. No es, por tanto, sorprendente el que durante esta operacién Ias distribucio- nes dentro del sistema se hagan mas re- sgulares, simetricas y simples . Esta os una explicacién muy simplifies a de la direccion hacia Ia simetria y re- gularidad que ocurre con frecuencia en los sistemas fisicos cuando se aproximan a tun estado de quictud. Ernst Bfach nos ha Gado una explicactén mucho més adecua- a, en términos ligeramente mas abstrac- tas, pero prectsos, Estd claro, por tanto, que los primeros psledlogos dé la Forma no estaban equi yorados cuando eontiaban en unas obser 1 Of, E,Maeh, Dle Mechantt in threr Entwicke- tung. Se edn, 180. Rp. 880-30. "7 8 vaciones que parecian tan misteriosas a los otros psicélogos. Porque ahora los psi- élogos de In Forma han deseublerto que ‘Su método les colocaba a la altura de los mas avanzados, de los auténticos elentifi- 06, las fisicos, Pero esto no era todo. Varios afios des- pués descubri que algunos fisicos eminen- tas estaban de acuerdo con el método cien- tifico de los psicdlogos de Ia Forma en un sentido mucho mas general. Por aquel en- tonces yo estudiaba los escritas de dos de aquellos fisicos, Clerk Maxwell, la figura ‘mis destacada en el desarrollo’ de Ia fist- a del espacio, y Max Planck, el primer fi- sleo que introdujo el concepto del “quan- ‘tum en la Fisica. En la Introduccion a su Tratado de electricidad y maguetismo, Maxwell com- paraba los métodos de Faraday con los ‘que entonces estaban en boga en la Fisica ‘matematica. Los métodos de Faraday, de- cia Maxwell, recuerdan aquellos en’ que Juno empieza con un “todo” dado, y s6lo después Tega a las partes por analisis, mientras que los métodas corrientes se bbasan en el principio de empezar por Ins partes y constrair el todo, por sintesis’, ‘Maxwell dejo claro que él preferia el sis- 23. ©. Maxwell, A Treatise om Blecriity and agretiom. Oxiord: Clarendon Press, 1813. Vly poe tema de Faraday, a saber: partir del todo dado hacia sus partes, En otro lugar del mismo tratado sefiala el autor: “Estamos acostumbrados a considerar el universo como compuesto de partes, y los matem- ticas generalmente empiezan por conside- rar una tinica particala y después imagi- har su relacién con otra particula y ast sucesivamente, Este ha sido considerado €1 método mas natural. Concebir una par- cula requiere, sin embargo, un proceso de abstraceién, puesto que todas nuestras pervepelones estin relacionadas con cuer~ pas extensos, de forma que la idea de to- talidad que esta en nuestra conciencia en lun instante dado es quizi una idea tan primitiva como la idea de cualquier casa inaividuar’® Cuando Maxwell hizo estas manifesta~ clones no estaba, desde luego, influido por nningin psicdlogo de la Forma. Bl parrafo que acabo de citar fue escrito en 1873, casi ‘cuarenta afios antes de que los psicdlogos {de la Forma empezasen su trabalo. A continuaclén lef las conferencias que ‘Max Planck habia pronunciado en Nueva York en 1909, En una de estas conferen- cias, Planck expone el concepto de los pro- ‘eesas irreversibles, un concepto que jue~ ‘ga un papel fundamental en lo que los f1- * Bhd, Articalo 629, Vol. 2, p. 168 90 sioos llaman el Segundo Principio de la ‘Termodinamica. En relacion con ello el autor hace la sigulente manitestacto En Fisica tenemos la costumbre de ‘intentar explicar un proceso fisico des- ‘componténdolo en sus distintos elemen- tos. Consideramos todos los procesos complicados como una combinacién de simples procesos elementales...; esto es, pensamos del todo que tenemos delante como la suma ée sus partes. Pero este procedimiento presupone que la division de un todo no afecta ol earictor do cate todo... Ahora blen, cuando nos enfren- tamos de esta manera con process irre- versibles, la irroversibilidad so plerde simplemente. No pueden entenderse ta- Jes procesos si se presume que todas las propledades do un todo pueden ser com- prendidas estudiando sus partes. Planck afade la siguiente frase, extra- cordinaria: “Me parece que la misma difi- cultad se presents cuando consideramos Ja mayor parte de los problemas de la vida mental” *. 4M, Planex. Acht Vorlesungen aber Theoreti- sche Pritt. Lelple: 8 rel, 1010, Pp. 98-97 Ch ‘Theoretical Physics. Traduciéo por AP. Wile ‘New York: Columbia University Press, i936. Pasi ar fie, ‘También Eddington eseribi6: “Hay una forma de examen ideal que estudiaria cada una de las pequefiss divisiones del espacio, una por una, para ver qué con- tienen y, de esta forma, hacer lo que se consideraria como un completo inventa- rio del mundo, Pero este andlisis falla ante ‘cualquier rasgo del mundo que no esté si- tuado dentro de un mintscule comparti- miento” Estas cltas espero que hayan dejado ‘taro el que, lejos de proceder de una ma nera ilusoria, los primeros psicdlogos de a Forma (en aquel tiempo no familiari- zados todavia con estas notables aflrma~ Clones de los grandes cientificos) trabaja~ ron de un modo casi ingenuo, en una Gireccion que estaba enteramente de acuerdo con las tendencias que habian ‘apareeido en las Clencias Naturales. ‘En estas clreunstanclas no pueden sor- prenderse si a continuacién expongo los conceptos biisicos de tas Ciencias Natura~ Jes, no s6lo de la Fisica, sino también de 1a Biologia. Porque algunos conceptos do Ia Fisica y de Ia Biologia deben entender- se claramente si se quieren evitar errores saves, ® A. Bédngton. The Nature of the Phystcat Wort. New York: Maemalan; } Cambridge? The Univesity Pres, 1929, P. 103 o PSICOLOGIA DE LA FORMA SU_TAREA Y ULTIMAS EXPERIENCIAS WOLFGANG KOHLER ‘CARROLL ©. PRATT JOSE GERMAIN JOSE CERNAIN FEDERICO SOTO de @ BIBLIOTECA NUEVA MADRID wr

También podría gustarte