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omit sciemco ‘sla Anrets Palo Api, Marella Area Pesci, Mario Belardinli ‘Gintanso Bones, Francesc Cat, CloatioCeret, Giana i Febo, Fabio Fath, Seo La Salvin, Jan Claude Maire Vives Roberta Merz del Roce, Andes Rica, Francesco Polo Riz ‘Ata Recuc Rabe Rusconi, Gaetano Sabatini Serra dredazione Moria Rosaria oleh «mul folbtt@unizoma3 it 1606573849 ox 0657338490 Stringere la pace Teorie ¢ pratiche della conciliazione nell’Europa modema (secoli XV-XVIII) acura di Paolo Broggio e Maria Pia Paoli viella ‘ToMAs A. MANTECON MovELLAN La aceién de justicia en la Espaa Moderna: ‘una justicia dialogada, para procurar paz* A medida que avanza ta investgacion sobre la historia de la jusiciay ‘a eriminalidad en las sociedades del Antiguo Réyimen parece cada vez ‘ms evidente quo la extndida imagen de una justia premodema dnica- ‘mente institucional y igoista,cuyes propésitos furan castigar y legado eas, climinar los cuerposy la existencia misma de les delineventes, Se austaba la realidad que vivian y peribian los contemporineos, Cert ment os juecesy tribunales dels sociedades tradcionales recurian ala tortura y orquesaban ampulosas eseenografis para ejeeutar los castigos corporales en los lugares mis piblicos y transitados de las eiudades, hasta ‘al punto que estos especticulos eran una experiencia regular de la vida ur- ‘naa. Eso no quiere desir que los ajusticiados furan odos aquellos aquie- res correspond la pena capital enesvcia aplicaign de a ley para conde rar l delitocometido, Esos desgraciados eran una infma parte de cuantos podian haber acabado sus diss en el cadlso, puesto que habia miliples formas de eludir este trigico desenlace. Esta eireunstanci alude ya la existencia de un armplio encuade para a convesacion que necesaiamente se estableta enze el apres, la vctmay la justcia institucional cuando ‘era conocido el delity el juer decid proseguir una causa penal contra el ‘riminal, tanto si ste habia caida en manos dea justcia como si estaba fi ‘ado y, conseeuentemente, el proceso debia seguirse con su delarada"re- ‘eld de Ta justia To que ens mismo constitua un apravane ao al elito que se hubiera cometido. ‘Ain, el resultado de la accin judicial y, per To tanto el deseniae de la conversacin sostenidn entre agresor,vitima y justia institucional es= taba afetado decisivaente por la evolucién qu esta plate, desarollada a + Easimvesignin fr ae cde a eins dest el proyecto HAR 208-1508 (m0 det iter Cena enoacen el Goble Ea a “Tomis A Manton Movlia La acne ci ona aga Mone as ‘tes bandas, hubiera tenido en los planos judicial y extrajudicial. En ambos {Eni gon enon wnt oe spar Vy HI ex Pare reek Molec ao y marginal on Edd Moser, 31. Fan, 8 Cle, TA "bates, Srode 200; pp. (8.98 Strano chi y pn Speces ars ‘edeta mer Nong, Bago 990 heh (THhpp. 2738 EA Marin Fae lor ‘Sldomon et mod Ormare i den raha 200 (psn eer 7 Lasostlzcin dear ee de Ammer haa lotta i dol can copes) la eeacone como lar astucin de to acide aie ena ps Moser Pa As, pc, ni la justia ni la sociedad casellana dl Antiguo Régimen cyan absolutarente insensibles, nia la erudeza de los castigs corporates, na a falbilidad que podia derivarse del uso tanto del tormento como de ‘ros instrumentos de presi sore los acusadoseinculpados inmersos en ‘un procedimiento penal. xistian muchas allemativas pra evitar sr indivi- duaizadoy etiquetado como criminal condenado, merecedor de pena compo- ‘alo capital y, por ello, conseeuentemente, ser tnido or digo dereibt a ona fsa qe dictra la sentencia, Recicntesestudios permten comprobar ‘qe en Espata, a mediados del siglo XVII, menos de un 12% de os erimi- ‘ales condenados a muerte que slicitabaa un indlto real no fo lograban, Incluso para los convicts por homacidio con todos os agravantes esa era ‘aa va posible para cud a pena capital. ES certo que en este tino caso, Tos que gozaron de un indulto no lograron una absouta ausencia de castigo, sino que tes cuartas partes de fos res que se encontraban en esta situation logue consiguieron del rey fue una conmutacion del castigo capital por oro ‘menos cruel generalment el de destero 0 condsna a ealizar servicios mi- Titres en estatépicos lugares fonterizos del Caribe o en el Nore de Afi- ‘a, Estas tambien eran opciones para los convicts de homicidio involunts ‘ou "oeasional”, entre los que casi la mitad de cuantos solicitabanindulto de ey lo abtenin sin conmutacin por otra ninguna pena corporal.” ‘Cada consco del rey canaizaba una versin de [a suprema jursdiocion 1 represntaba la vluntad judicial det soberano en cada esfera de compe ‘encia, Ahiven el dmbito de supremajursdieién, podialograrse una. con- ‘mutacin de los eastigos; sin embargo, la elevacin de un supicatorio de perdon no era algo barat ni secillo. Por lo tant, incluso dentro de las cla- Ses populares, canto més pobre fuera un acusado o epado y euanto me= ores los recursos que pudieraactvar para legar alos burderata de fos ‘consejs reales menor ea su oportunidad de Tograr un exitoso supliatorio 4einduto rel. Apesar de ello, bastante a menudo, se daban negoriaiones tent fs partes en cada una dels diferentes escalsjudiciles por las que ‘35 prt en apa oladea se fete sean yc is tins as ‘4 sglo XVII Sparen, Te Prion Esperence: Dicpinay Instions and Their oma i Eats Med aoe New rs 19), pain Sle Roma, Meni he Popes wd OSTA" Maniecin, Criminal nd Royal Pardon in Eighocenry Span aon dnipogy and stor aX, Rose, Hoan Doana, FTE. ‘monogenean Aaopolne scige e Limoge, 3 (9) mars, oy “Toms A. Matin Maven pssar el jicio, par ogra arrepos oabitrajes que pusieran fin alos autos ¥ evitaran la sentenciay, legado el caso, la ejecucid del eulpado. Bn este ‘timo punto cobrataimportancia la negociacion que se realizar tanto con apart dela vctima como con los ofeiles del correspondiente tribunal 0 ‘enel oportuno consejo, para failitar la gacia del rey. Ante todo, era abso- Tutamente imprescindible lograr el perdén de la parte dela viet. Des ns de este nivel de negociacion, ta debiacontinuarse en otra esfera: en ‘reel eriminal y la Corona. En este momento cobraban importncia una amplia gama de argue tos que pudiron haber merecido o no previamente Ia aencidn o a cnside- racion del je? 0 jueces que conociezon fa eausa, Agu es donde mas fina imente se tasabsn las eteunstancas en que se habia producido el dlito y temvantes como la embriaguez, el juego la defensa propa, la juventud 0 por el contrario la edad avanzada, ia demencia, el hecho de Set muy labo- Fioso aber sabido que el conyuge era adiltero, el haber prestado servi- clos civileso militares ala Corona, et. Todas estas cireunstancias eran ‘euestiones de nuevo evaluadas y podian converts en decisivos argumen- tos para obiner el indulto yuna conmuracign de condena. Ademis, por 8i- puesto, era de gran aye se lograba despetr el interés de algunos bur6 ‘tas de fos consejos que podian aplicarse para que el suplicatoro discu- trierasatsfactoriameate por las distnts salasy dependencis hasta llegar al despacho idéneo. Esto también suponia un esfuerzo econdmico que, a ‘veces, no podiacosterse con las propiedades del reo y exigia un respaldo familiar y vecnal importante "Todas estas caractristcas expresan una imagen de a justicia pensl castellana enel Antiguo Régimen comoun escenario donde negociarasun= {os eriminales entre las partes afectadas y de tas con la Carona, Por todo ello, pesar de que durante gran pure dela épeca Moderna se practicaran los mis dspers yerules castigo: a pesar de que cuantos acudan alas pl 21s piblicas de las principales ciudades se conmovieran al ver ajusticiar ‘condenadosy, quiz, desmombrar sus euerpos para colocarfagmentos de sus anstomias o“cuartos” en lugares visibles del paisajeurbano, todo pare- ¢indicar que est tipo de catigos y ceremoniales, a pesar desu ciertare- ‘ulardad, eran extraodinariosy dispuestos conta especifcostpos de ei~ rminales. En efecto, durante la época Modem, Ia pena de muerte no f= «jecutada deforma tan profusa como podria suponerseen las sociedades de Espa ni en el Occidenteeuropeo, Sila mayor parte de los condenados & actin de acca aps Mots us muerte que solicitaban indulto y conmutacin de condena en Espata lo ‘onsegulan a mediados del siglo XVII eso quiere deci que la prictica de Tajusticiay las altemativas que és propiciabaavanzaban en una drescién to demasiada diferente lad la opinisn de os jurists abolicionsts de a tortura, ‘Las ejecuciones en pblico cada ver fueron més excepcionaes actos de ustcia, No obstane, como sha podido apecia,elevarunsuplicaterio deindutopreisaba de una compet estratepia para obtener el favor de bu- récratas dels sas ydependencas centrales de Ta Corona que debian con ci el asunt al consej correspondiente, satsfaer ala parte de la vieti- ‘a y lograr una escritura notarial ue demostrara que éta perdonaba la fea y, Finalmente, para efrentarse a los gastos que se derivaban de ai tervencién de los paratos judicals en cada una de as escalas por las que cl asuno hubieradiscurrido, Al final, la suerte del suplcante dependia de Jos apoyos y recursos socials, econdmicos yburocrticos de que dispusie- ‘a para seguir adelante, hasta en, con su supictoro de indlto, Las redes familiares y comunitaris, la laliad y la solidaridad eran «elements fundamenfales para conduct la splice de Indulo y enfrentase ‘las costas que todo esto producia en cada peldafo judicial hata lads al- tainstanca, Por todo esto atin es un reto el conocer euntas de las sent «is pomulgadas era efectivamente ejecutadas. Muchas de ella, redacta- das en érminos fan extremadamenteduros que incluian tortures y amp ‘ones en pblico, inchise descuartizamientos, nunca fueron ejecutadas. La redaccién se hacia ya con la consciencia de que la sentencia no ea neces riament el fn del proceso y la ejecuein ain estaba por decidirse. Ejuez, sin embargo, también sabia que la sentencia sera leida en pablico y que, ors misma, tendca sus efectos de inhibieién y autocensurs entre [os sis tentes, No obstante pod Hegar el caso de darst el indulto antes de que se Uegara a dictarsentenca y con el reo “en rebel” o que se acumularan al Inculpado varias causes, unas setenciadas y otras peniente, yest lon se el perdén para todas elas deforma coajunta. La justia institucional era evidentemente mis complejaen ef Antiguo Régimen que Ia imagen que nos han eas edesiones algunas crs setesits its oe fos jueces, 2. Agresores, vctimasy arbitrajes: perdony justicia Hay easos en que parece l6gico pensar que se dierantransacciones © regociaciones entre las partes dl agresory la vitima que culminaran con cl perdén dela parte afendida y la promocién incluso del indulto or és conjuntamente con el agresor, po paradéjco que pueda resultar. Uno de £505 casos senillos de entende seria cl del perdon obtenio pore homici- dda Juan de Matellano, avor material dela muerte de su eunado Francisco Lipez en una dspata ent los dos en la male Villa de Colmenar Viejo. [Logro indlto rea a principios de marzo de 1631. Aunque se encontraba “en reboidia cuando se siguieton autos criminals contra € por parte det alealde ordinario deta villa, pronto pudo promover su supicaorio de i= ‘mente dsipary eoadyuvar parse indultosuplicado por el pintor madrile- fo. A pesa de todo la propia existencia de indulto presumia lade eulpa en reo yclemencia del rey , por lo tanto, exeluia fa posbilidad del reeono- ‘imiento oficial de error judiial AGS, Gimarade Castle. 74, doe. 10.0.3, acc de pata oa Epi Modern 30 Sea como fuere, parece claro que lejos de una apicacin esrcta de ‘astgos coporaes paral epresién del crime, la justia institucional fe copz en Csi mora ecaralzar a atcpcin de lo entormos sociales del delincuente y sus vietimas en el “proceso” penal y en cuanto redaba al mismo en ead uno de los peldafos judicales Este era un rasgo decsivo par inhibir la accion exclusiva dela justia privada”,poramen ‘extrajudicial, y propiciar la restauracin de la paz, stoma de buena s- ‘a pli, La cen de a justia nin, se prod coon ee ‘nod naturaleza compleja, resultado en gran medida de arduas negocacio- "es ealizada tanto en la esfera institucional como en la soa 5. Sobre a maturaleza de la justicia y la progresin del pacto extrajudicial En a sociedad espa del Edad Moderns I pa comin’ ert un minor cls mi oe wn ead to usp, tnt pote instteciona, oo tambien soi, coms, pues gue Invi cotiiang era una continua Bisque el orden comin gue simp: sir alos roves ypequeonconfitos de ada dia, patclannene en fos ‘ecinars coos de fos barrios urban eles comunidades rac Sin mbar, exe esquma no acta en Espa defor an nea como en las falas, donde ena emprana Edad Madera en de py 6 fein la paz comin es dei a paz ereada pore grupo de parentseoy mismo ene, a honor kuna como ese o bites el saga Ea noc soerlizd de ap Comin grutizads por patente eg Sufcent arguento para mantener la nctsidad de queen ea sonic laspares lograran eompensacones pacts fer eos tribunals Ls nepocaionesinfomlsenre arse tigi can presi bes pra evar queruper cualquier expresin violent liga a ver- tana ia“justcia priv Tos esos actoresactaban tan dato Sos tribune oo fra de ls mismo univ “naj” tea db elenoro o context del arbitee“exjullca” pra esolver ada caso ‘conto. Ea a xfer “infajical de contol social aban vais op ones para que se coneretara abies, ano en el plan indivi com ess mensions eolestivas, Ear as tina, algunas dels mls eve 3.0, Maite, Keeper Yaa in mars oc Sumer 130- ‘soot He p23, 0 “Tomis A Manteca Movelio entes fueron aquellas que pueden elacionarse con la nocién de charivar, ‘skimmington, ough musie © cencerrada, Sin embargo, habia mas altema ‘as, dese fa simple murmuracién hasts el moda, pasando por el escarnio ‘piblico, el tumult ol asonads, para coneretase el contro social de Frm ‘olectiva, Estas “acciones coletivas” podian ser interpretadas como con- ‘ducentes a preserva una moral omunitaria, a buena vecindady, al fin, un ‘convivencicotidiana mis 0 menos arménica, aunque, ietamente, en en- sin de equilbrio.® nla Espa del Antiguo Régimen no se encontraban vecindaros tan sistemdticamenteorganizados como en algunas ciudades europea, en don- de incluso era posible distingur la exstencia de “captanes de vecindad” ‘que coataban con tareas administrativas, scales y militares especies ~y ‘oficiales, casi profesionales, encargados de demunciar ls excesos de ss ‘eeinos, En el Augsburgo del siglo XVI los denuncianes nombrados reci- ban el nombre de undschafer Apesar dello, tambien en Espa actus ban las vecindades con relatva frecuencia, como informales esferas de control social. El ejemplo espafol més parecido al meneionsdo augsbur- is podria scr el de los lamados "celadores”, que intervenian dentro de tsfer de algunos premios ycofadias para reprender ~ secreae individ mente ~a aquellos miembros de la hermandad cuya conducts fuers digna {de eritica moral o“escandalosa” en la vecindad-** Quiz este modelo con- Srateral fuera lo que inspitar ottos, mutulistas, enraizados en los vecin- darios, tanto urbanos como rurale. Asi ocurié en algunas ciudades ho ‘desas, como Delf, Haarlem, Leiden, Réterdam, La Haya y Utrecht, donde ‘edi una formalizada y bien organizada jerarqia de las responsablidades dd contol social dentro de los mencionados émbitos.” 4. Agua cemposcaptoeen A. Matec, Sc! Cool fm Bl: Ppuar arr Bat hy epee Cnr na Ra, 7 Suotny 1 19001808, Cua 20t p7 Mtr Cue a ti ita of Bits Karon pain he heh Com) en Crime, Pash mnt fom in Eat aa, Westport (Cane don 2003 Ca ats iy, 19 9-58, “TSCA ina Sco Convo nd the Netbowhoad in Ewopean Cis e2 Soil Cnt in ape, 312318 127A Mant, Comoros yeh papular en Canaria, Ls cof as liga Sati 199, pp. 1061229 170.193 “DIL Reodrbrg. Pe "Hoof Pwd Stig Hands and ver Geren he Duchess Cll Fat of Cee eb Bree. H Rood. New hak 198 aac de atta Ep Moderna x Fn el caso espaol la presén de los vecindarios sobre las partes en coflicto atuaba no slo cuando el caso esta fuera de los tribunals, sino ‘también cuando ya habia llezado a conocimiento dels jucces el pleito se hub iniciado, En e primer supuest, Ia comunidad hacia uso de sus pro ios insiramentos de contol social dentro dels que tenia un protagonisimo findamentl el rumor y la murmuracién, pero entre los que, gradualmente, podan imumpirincrepaciones drectas, pendence” tumultosy motines = En ef segundo supueso, la completa comunidad, asi como alguno de los vecinos que ls componian en particular, asumiael papel de presionar a ca do una de fas pares para lograr que étass allegaran a un arbitra des ‘anflict, que podialegar a formularse como una “composicién”extraju- Avil y, quiz, en el mejor de los esos, egistrada ane nlario. En este co- $0, el uso del ibunal por cada una dels partes y, otf tanto, a smplein- ‘roduccin del caso ante la corte formaba pate de Ia negociacin que tenia lugar sobre el conflict también fuera del jrgado, Este uso popular de las insttuciones judicales fue un rasgo axial del onto det erimen en la Espafa de la época Modema, donde, ademés de ‘roducise negocaciones entre partes en fama alta esfera judicial, en tor- ‘a la concesin de indltos, més de las tres cuaras partes de las casas riminales que eran conocidas ante los tribunsles de primera instancia en los sigios XVII y XVIII fenecian sin sentencia, To que eran sntoma n= ‘squivoco dela relevania de los pactos extrajudicial ett as pates. Es "Ws negociaciones a veces dejaban una huellaesria en los reaistosjudi- ‘iales de los archivos locals, pero la mayor parte de los acuerdosexicaj- Aiciales se coneretaron por medio de composiiones arales entre pares, ‘dizi con la presencia de algunos tstigos locales que parantizaban la nat. "aleza, condiciones y publicidad del acuerdo o compromisoadopiado. Estas fommas de arbtraje mostraban un rostro particular dela justcia el Antiguo Régimen, bien distnta del que se desprende de las trtras ¥ ‘jestciones plies, EI “pact” enre todos los agentes aectados por cada ‘0 criminal,y también porel proceso judicial y extrajudicial posterior pa- ‘1 reconstrur la paz entre parts, dominaba sobre la repeesin fsa, corpo- ‘almente expresada a raves del suffimiento infligido a los condenados,pa- “anagey.A Matsa, Confsivda dseiptnanin socal Canara rr de igo Reign Sande 99, p80. Tambin La mucr de AmanaBbe! Sich. Traci om sociedad aa del Nort de pa en lA BS ‘ene Akal ge Henares 198 pp 989. Py “ome A Matin Movin raexpiar su culpa y saldar sus cuentas con la victima, con lajustciay con Dios. Esta logica, que expresaba una “cultura del suffimiento” necesario paral condenado fue, ademés, eosiondndose a fo largo del Antiguo Réai- ‘nen al tempo que progresaba una mayor sensibilizacién social en contra {elas versiones mis creles de los castigos pblics. Esta sensibilzacion ‘cabo por impregnar la cultura jure, sobre todo er la segunda mitad del Siglo XVII, cuando en Espata emerpian cuaificadas voces enicas que se ronunciaban conta la aplicacion de Ia totura 0 tarmento en los procesos penales y como parte del castigo. A pesar de qu estas prictcas no fueron Abolidas hasta los inicios de siglo XIX, las postaras antagonsta as mis ‘mas evidenciaban l rosin dels valores relgiosos que justificaban la ne- ‘cesidad del sufrimiento del condenado proporcionado ala gravedad de su ‘culpa, para favorecer la salvacin eterna, Desde esta perspectiva, el conde ‘nado debiaaceptar el sulfmmento con resignacion, a imagen de Cristo. A tll se apicaban toda suerte de misioneros, predicadores y confortadores {e cofadias, con el fin de auxiliral condenado a lograr la Gleria tera. Sin tener en cuenta argumentos como los aqui esgrimidos, hace yarmés de veinicinco ais, refiriéndose a la imagen dela justicia espaol en el ‘Antiguo Regimen, e historiadornorteamericano Michael Weisser conside- ‘6 qu a clevada proporeidn de juicios sin sentencia que seconocian en los tribunals de justcia espaolesponian de manifesto la persistencia de una “justia descuidada’.® Sus pereepcionesno parecen realistas ala vista de la informacion que posteriorment ha sido analizada pr la historiografia [La ausencia de sentencia en las proporciones que observ Weisser, y que, iis o menos, han venido a confrmar ora investigacionesulteiores viene 4 subrayar la gran relevancia dels arbtrajes extra uiciales para recompo- ‘et la “paz publica Los tribunales eran uno de los campos de accién para la nepociaci6n ‘entre partes eon el propésito de llegar a acuerdos que permitiran recons- trur el orden, Este rasgo incluso fe forilecid en la segunda mad del si- ‘slo XVIII, mostrando una ampliaesfera de “nfajustiia” con un ceviente ¥ decisiva efecto sobre la actividad de los tribunales sobre el significado leno dela juste, no solo en sus dimensiones institicionales. En la region rural de Cantabria, por ejemplo, en el siglo XVII, paticularmente en lase- 45 M. Weiser, Crime and Panshmen in Early Modern Spe Crimean the Lae ‘Phe Soil History of Cine Mestom Europese 1800, 5B. Len GP, Td 198096768 a actin de sic oa aga Modern 308 guna mitad dela centura, el nimero de causas ante Ia justicia de primera instancia crecieron de manera notable, pero en proporciones mucha men0= "esque Is evolucion de la poblacin. Asi pues, proporcionalmente, se pc~ de decir que la intervencin de los rbunales para mediar entre ls litigan {es decrecid en términos relatives. Este proceso de delve Tue mucho mis ligeo en lo que refiere alas materias criminales que en las cvilesy dentro dels primeras, en aquellos casos de violencia interpersonal que en oos asus constitutivos de dlito La tendeneia del “uso de Ia justia” int ‘ucional por ls clases populares se muestra, pues, declinante en trminos relativos en una tayectora do “larga duraion”, Este fendmeno puede set Imterpretdo como parte de un proceso de "devolucin” de capacidades de ssbitraje desde los uibunales hacia la esfera social o, dicho de ot modo, ‘desde austen inttoconal hacia la exeanstiucionl oscil. As, aan tas veces denominade “infajustcia” progresaba mas firmemente que la jstcaimpulsada por la administraciono, mejor ain, to hacia como una de las expresiones no insttucionales de 6st, para resolver cada conficta con una “seein de justia, es doit, una median que fuer saisactria pa rmlas parte, remuneratva del dao causado ala parte ofendida yreparado- rade a“vindicta publica”, una “aceign de justia” que combinabaesferas

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