Karl is Popper
John C. Eccles
EL YO
Y SU CEREBRO
&)
EDITORIAL LABOR, S.A.Prefacio
El problema de la relacién entre nuestro cuerpo y nuestra mente
resulta en extremo dificil, especialmente por lo que respecta al nexo
existente entre las estructuras y procesos cerebrales por una parte y
las disposiciones y acontecimientos mentales por otra. Sin pretender
ser capaces de prever futuros desarrollos, los autores de este libro
consideran improbable que el problema Ilegue a resolverse algun dia.
en el sentido de que vayamos a comprender realmente dicha relacion,
A nuestro entender. tan slo podemos tener la esperanza de progresar
un poco aqui y alla. y es con esa esperanza con la que hemos escrito
este libro.
Somos plenamente conscientes del caracter considerablemente hi-
potético y modesto de lo que hemos Ilevado a cabo: somos conscien-
tes de nuestra falibilidad. Con todo, creemos en el valor intrinseco de
todo esfuerzo humano por profundizar en la comprensién de noso-
{ros mismos y del mundo en que vivimos. Creemos en el huma-
nismo; esto es, en la racionalidad humana. en la ciencia humana y en
otras realizaciones humanas. por falibles que sean. No nos dejamos
impresionar por las modas intelectuales periédicas que desprecian a
la ciencia y a otros grandes logros humanos
Otro motivo adicional que nos ha Ilevado a escribir este libro es
que ambos consideramos que la desmitificacién del hombre ha ido ya
bastante lejos: incluso dem siado lejos. Se dice que debiamos apren-
der de Copérnico y Darwin que el lugar del hombre en el universo
no es tan excelso o tan exclusivo como en cierta ocasién se pensé.
Puede que asi sea; pero después de Copérnico hemos aprendido a
apreciar cuan maravillosa y rara, incluso tal vez tinica. es nuestra
Pequeiia Tierra situada en este gran universo. Asimismo. después de
Darwin, hemos aprendido muchas cosas acerca de la increible orga-
nizacion de todos los seres vivientes de la Tierra, asi como acerca del
puesto unico del hombre entre las demas criaturas,
Estos son algunos de los aspectos en los que estamos de acuerdo losxX
dos autores del libro, si bien discrepamos también en un cierto numero
de puntos importantes, aun cuando esperamos que estos ultimos se cla-
rifiquen en el dialogo que constituye la Parte ITI del libro.
No obstante, no estaria de mas mencionar de entrada una diferen-
cia importante entre los autores, relativa a las creencias religiosas.
Uno de nosotros (Eccles) cree en Dios y en lo sobrenatural, mientras
que el otro (Popper) podria calificarse de agnostico, si bien cada uno
de nosotros no solo respeta profundamente la postura del otro, sino
que simpatiza con ella.
Dicha diferencia de opiniones carece de importancia por lo que
respecta a la discusi6n de algunos problemas. especialmente los pura-
mente cientificos, por ‘mas que se inmiscuya en nuestra discusion
acerca de problemas de caracter mas filosdfico. Consiguientemente,
uno de nosotros se inclina a defender la idea de la superviviencia del
alma humana. al modo de Socrates en el Fedén platonico, mientras
que el otro se inclina por una posicién agnéstica mds cercana a la de
Sécrates en la Apologia de Platon. Ademés. si bien ambos somos
evolucionistas. Eccles cree que la brecha que separa la conciencia
animal de la autoconciencia humana es mas ancha de lo que piensa
Popper. Con todo, estamos de acuerdo en muchos puntos importan-
tes, como en la desconfianza hacia las soluciones muy simples, pues
sospechamos que hay muchos enigmas profundos a resolver. En este
libro discutiremos largo y tendido nuestra tesis central del interaccio-
nismo psicofisico. por lo que no deseamos mencionar aqui mas que
uno o dos puntos relativos al método.
Entre ellos, estamos de acuerdo en la importancia de una presen-
tacion que se esfuerce por ser clara y simple. Las palabras deberian
usarse correcta y cuidadosamente (por mas que sea bien cierto que no
hayamos conseguido siempre tal cosa), si bien consideramos que su
significado no deberia convertirse en tema de discusién ni deberia-
mos permitir que la dominase, como tan a menudo ocurre en los
escritos filosficos contemporaneos. Aun cuando en ocasiones sea
util indicar en cual de sus diversos sentidos utilizamos una palabra,
no es posible hacer tal cosa definiéndola. dado que toda definicion
tiene que hacer uso esencial de términos indefinidos. Siempre que ha
sido posible hemos recurrido a términos no técnicos, prefiriéndolos a
los técnicos.
Sin embargo. para decirlo brevemente, en lo que estamos intere-
sados no es en el significado de los términos, sino en la verdad de las
teorias; verdad que en gran medida es independiente de la terminolo-
gia empleada.
A este respecto, habria que decir algo acerca del uso de los térmi-
nos. «alma», amente», «yon, «conciencia del yo», etc. En general.Ix
hemos tratado de evitar la palabra «alma», dado que en nuestra len-
gua posee fuertes connotaciones religiosas, cosa que no ocurre exac-
tamente asi con las palabras «Seeler, «anima» o «psiqué. La palabra
«mentey se utiliza como en el lenguaje ordinario (por ejemplo. «tengo
en mente tal y cual»), y hemos tratado de evitar sus connotaciones
filos6ficas, pues lo importante es no prejuzgar una cuestién por la
terminologia empleada.
Tal vez habria que mencionar que hemos decidido no hacer alu-
sién a la parapsicologia, de la que ninguno de nosotros ha tenido
experiencia directa.
Se podria decir que este libro es un intento de cooperacion inter-
disciplinaria. Uno de nosotros (Eccles) es un cientifico del cerebro
que se vio llevado a este campo de investigacion por el interés que ha
experimentado toda su vida hacia el problema del cerebro y la mente.
EI otro (Popper) es uri fildsofo que a lo largo de toda su vida se ha
sentido insatisfecho con las principales escuelas filosoficas, a la vez
que ha estado profundamente interesado por la ciencia. Ambos son
dualistas e incluso pluralistas. asi como interaccionistas. Su coopera-
cion ha sido dictada por el deseo de aprender: uno del otro.
Los capitulos P (Popper) y E (Eccles) constituyen las partes I y I]
del libro. Se escribieron independientemente, en parte en la Villa
Serbelloni y en parte posteriormente. durante los dos afios que han
transcurrido desde entonces. La Parte II] se basa en la grabacion de
un didlogo que se desarrollo dia tras dia. tal como se sefiala en las
fechas y horas. El dialogo surgié espontaneamente de las diversas
discusiones que mantuvimos mientras pasedbamos por los amables
terrenos de la Villa Serbelloni: especialmente de las discusiones sobre
problemas en los que estabamos en desacuerdo. Hemos decidido pre-
sentarlo mas 0 menos en su forma original. (No obstante. al final
eliminamos algunos de los temas de nuestro didlogo, dado que se
trataron luego por extenso en nuestros respectivos capitulos, aun
cuando el precio pueda haber sido en algunos casos la pérdida de
continuidad.) El dialogo muestra que algunos de nuestros puntos de
vista cambiaron a la luz de las criticas surgidas de diversa guisa dia
tras dia
KARL R. POPPER
JOHN C. ECCLESCapitulo Pl El materialismo
se supera a si mismo
1. El argumento de Kant
Hacia el final de su Critica de la razén practica,' Kant dice que hay
dos cosas que Ilenan su mente de creciente y renovada admiracién y
respeto: los cielos estrellados sobre su cabeza y la ley moral en su
interior. La primera de estas dos cosas simboliza para él el problema
de nuestro conocimiento acerca del universo fisico,? asi como el pro-
blema de nuestro lugar en dicho universo. La segunda corresponde al
yo invisible. a la personalidad humana (asi como a la libertad hu-
mana, como nos explica). Mientras que la primera aniquila la impor-
tancia del hombre considerado como parte del universo fisico. la
segunda eleva inconmensurablemente su valor como ser responsable
¢ inteligente.
Creo que Kant esta esencialmente en lo cierto. Como dijo en una
ocasion Josef Popper-Lynkeus. cada vez que un hombre muere se
destruye todo un universo. (Es algo facil de comprobar si nos identifi-
camos con ese hombre.) Los seres humanos son irreemplazables y,
por el hecho de serlo, esta claro que son muy distintos de las maqui-
nas. Son capaces de disfrutar de la vida, de sufrir y de enfrentarse
conscientemente a la muerte. Cada uno de ellos es un yo; son fines en
si mismos, como decia Kant
Este punto de vista me parece incompatible con la doctrina mate-
rialista segin la cual los hombres son maquinas.
En este capitulo introductorio me propongo plantear cierto nu-
mero de problemas, subrayando la importancia de algunas cosas que
tal vez den que pensar al materialista o al fisicalista. Al mismo
tiempo. deseo hacer justicia a los grandes logros historicos del mate-
' Immanuel Kant [1788], Beschluf (pags. 281-285).
* Para Kant, dicho conocimiento se halla representado por la astronomia; es decir. la
mecanica newroniana, incluyendo la teoria de la gravitacion4 PI El materialismo se supera a si mismo
rialismo; mas deseo aclarar inmediatamente que no tengo la inten-
cién de plantear ninguna pregunta del tipo «qué es». como por ejem-
plo, «qué es la mente?» o «qué es la materia?». (De hecho, una de
mis tesis principales resultara ser la necesidad de evitar las preguntas
del tipo «qué es».) Menos aun es mi intencién responder semejantes
preguntas; esto es, no trato de ofrecer lo que en ocasiones se deno-
mina una «ontologiay.
2. Hombres y maquinas
La doctrina segun la cual los hombres son maquinas 0 robots es
bastante antigua. Al parecer, su primera formulacion clara y vigorosa
se debe al titulo de un famoso libro de La Mettrie, El hombre md-
quina [1747]. si bien fue Homero el primer escritor que jug6 con la
idea de robots.'
No obstante. por complicadas que sean, esta claro que las maqui-
nas no son fines en si mismos. Pueden ser valiosas por su utilidad o
por su escasez: incluso determinado ejemplar puede -ser valioso por
ser historicamente unico. Sin embargo, las maquinas se tornan en
algo sin valor si no poseen un valor de escasez. pues si hay muchas
del mismo tipo estamos dispuestos a pagar para que se las leven. Por
el contrario, valoramos las vidas humanas a pesar del problema de la
' La Mettrie no negaba la existencia de experiencias conscientes. Ademés reaccionaba
enérgicamente contra la teoria cartesiana, segun la cual los animales (no asi el hombre) son
meros autématas. (Véase mas abajo la seccién 56.)
En el libro 18 de la liada, hay dos pasajes en los que «Hefaistos, el famosg artesano» se
considera el creador de maquinas-robot, (El término «robot» lo introdujo Karel Capek.) En el
primer pasaje, Hefaistos esté trabajando en la construccién de algo asi como camareros (o mesas
de té) automaticos. En el segundo, esta asistido en su trabajo por habilidosas jévenes forjadas en
oro, un metal poseido de poderes peculiares. El primer pasaje (373-377) podria traducirse como
sigue:
Mesas de tres patas estaba construyendo, veinte en total, para disponerlas en torno a su bien
construida sala. Les habia puesto ruedas de oro forjado. para que pudiesen acudir por si
mismas al banquete de los dioses. a su voluntad. y volver luego, dejando perplejo a todo e!
mundo.
He aqui el segundo pasaje (417-420)
Criadas construidas de oro ayudaban solicitamente a su amo.
Con el aspecto de muchachas genuinas, mostraban su agudo entendimiento con su inteli-
gente conversacion. su eficiencia y su habilidad
(En las dos tltimas lineas quiza puedan encontrarse indicios de la lectura que ha hecho de
Homero Gibert Ryle.)3. El materialismo se supera a si mismo 5
superpoblacion. el mas grave de los problemas sociales de nuestro
tiempo. Incluso respetamos la vida de un asesino.
Debemos admitir que. tras dos guerras mundiales y bajo la ame-
naza de nuevos medios de destruccién en masa, se ha producido un
terrorifico deterioro del respeto por la vida humana en algunos estra-
tos de nuestra sociedad. Todo ello hace que sea especialmente urgente
reafirmar en lo que sigue un punto de vista del que, segtin creo. no
tenemos razon alguna para desviarnos: la opinion segun la cual los
hombres son seres en si mismos y no «meramente» maquinas.
Podemos dividir en dos categorias a quienes sostienen la teoria de
que los hombres son maquinas. Por un lado, estan quienes niegan la
existencia de acontecimientos mentales. de experiencias personales o
de la conciencia: 0 bien quienes tal vez digan que el problema de si
existen es de importancia secundaria, pudiendo dejarse tranquila-
mente sin resolver. Por otro lado. estan aquellos que admiten la
existencia de acontecimientos mentales. si bien afirman que se trata
de «epifendmenos», que todo se puede explicar sin ellos, dado que el
mundo material esta causalmente cerrado. Mas, pertenezcan a una u
otra categoria. me parece a mi que ambos olvidan la realidad del
sufrimiento humano y la significacion de la lucha contra el sufri-
miento innecesario.
Asi pues, considero que la doctrina segun la cual los hombres son
maquinas no solo esta equivocada, sino que ademas es proclive a
socavar la ética humanista. Con todo, esta misma razon hace que sea
tanto mas necesario subrayar que los grandes defensores de tal doc-
trina, los grandes filosofos materialistas, eran casi todos ellos defenso-
res de la ética humanista. De Democrito y Lucrecio a Herbert Feigl y
Anthony Quinton. los fildsofos materialistas han sido en general hu-
manistas y luchadores en pro de la libertad y Ia ilustracion, mientras
que, por asi decir, sus oponentes han sido en muchas ocasiones todo
lo contrario. Asi pues. precisamente porque considero que el materia-
lismo est equivocado. precisamente porque no creo que los hombres
sean maquinas 0 automatas. deseo hacer hincapié en la importante y
aun vital funcion que ha desempefado Ia filosofia materialista en la
evolucién del pensamiento y la ética humanos.
3. EI materialismo se supera a si mismo
En cuanto movimiento filos6fico. el materialismo ha resultado una
fuente de inspiracion para la ciencia. Ha dado a luz dos de los progra-
mas de investigacion cientifica més viejos y aun hoy més importan-
les, dos tradiciones cientificas que se han fundido tan solo muy re-6 P1 EI materialismo se supera a si mismo
cientemente. Uno de ellos es la teoria del plenum de Parménides. que
se transform6 en la teoria dé la continuidad de la materia y que. con
Faraday y Maxwell, Riemann. Clifford y, en nuestro tiempo. con
Einstein. Schrodinger y Wheeler. se transform6 en la teoria de cam-
pos de la materia y en la geometrodinamica cuadntica. Otro de ellos es
el atomismo de Leucipo, Democrito. Epicuro y Lucrecio. que ha
terminado por desembocar en la teoria atomica moderna y en la
mecanica cuantica
Con todo, hasta cierto punto estos programas de investigacion se
han superado a si mismos. Ambos programas de investigacion partie-
ron de la teoria de que la materia. en el sentido de algo extenso en el
espacio 0 algo que ocupa espacio (o partes del espacio). era algo
ultimo, esencial, substancial: es decir, una esencia 0 substancia que ni
necesitaba ni era susceptible de explicacion ulterior. constituyendo
por tanto un principio en términos del cual podria y habria de expli-
carse todo lo demas. Esta concepcion de la materia se vio superada
por vez primera a manos de Leibniz y Boscovich (véase mas abajo la
seccion 51). La fisica moderna contiene teorfas explicativas de la
materia y de las propiedades de la materia, tales como la propiedad de
ocupar un espacio (denominada antafo la propiedad de la «impene-
trabilidad») las propiedades de elasticidad y cohesion. asi como los
aestados» de la materia (0 «estados de agregacién»: sdlido. liquido o
gaseoso). Al explicar asi la materia y sus propiedades. la fisica mo-
derna supera el programa original del materialismo. De hecho, fue la
propia fisica la que produjo los argumentos con mucho mas impor-
tantes en contra del materialismo clasico.
Resumiré brevemente los mas importantes de dichos argumentos.
(Véanse también las secciones 47-51. mas abajo.) El materialismo
clasico de Leucipo 0 Democrito, asi como las teorias posieriores de
Descartes 0 Hobbes. supone que la materia 0 cuerpo, o «substancia
extensan, Ilena partes del espacio 0 quiza todo el espacio. El empuje o
el impacto se convierte en la explicacion de la interaccién causal
(«accion por contacto»). El mundo no es sino un mecanismo de relo-
jeria compuesto por cuerpos que se empujan mutuamente como en-
granajes.
Dicha teoria se vio superada por vez primera por la gravitacién
newtoniana, expresada en términos |) de traccion y no empuje y
2) de accion a distancia en lugar de accion por contacto. El propio
Newton encontraba absurda semejante cosa.! por mas que ni él ni sus
* Yease mi (1963(al] pig. 106 (texto de la nota 20 al capitulo 3), asi como la seccion 48.
mas abajo.3. El materialismo se supera a si mismo, 7
sucesores (especialmente Lesage’) tuvieron éxito en sus intentos de
explicar la atraccion gravitatoria en términos de empujes. Sin em-
bargo, esta primera brecha en el blindaje del materialismo clasico se
reparo merced a una extension de la idea de materialismo: los suceso-
res del newtonianismo aceptaron el empuje gravitatorio como propie-
dad «esencial» de la materia que ni precisaba ni era susceptible de
explicacion ulterior.’
Uno de los acontecimientos mas importantes de la historia de la
autosuperacion del materialismo fue el descubrimiento del electron.
debido a J. J. Thomson y que diagnosticd (asi como H. A. Lorenz)
como una diminuta esquirla de atomo. Asi el atomo. lo indivisible
por definicion, se podria dividir. Mala cosa era ésta. si bien se podria
llegar a un reajuste considerando a los alomos como sistemas de
particulas menores cargadas. electrones y protones. que podrian to-
marse como trozos pequenisimos de materia cargados.
La nueva teoria podria explicar el empuje entre trozos de materia
(la «impenetrabilidad de la materia») mediante la repulsion eléctricé
de particulas igualmente cargadas (la capa electronica de los atomos).
Se trataba de algo convincente. si bien destruia la idea de que el
empuie era «esencial». dependiendo de la propiedad esencial de Henar
el espacio que poseia la materia. asi como la idea de que el empuje
era el modelo de toda accién fisica causal. Hoy dia se conocen otras
particulas elementales que no pueden interpretarse como trozos car-
gados (0 no) de materia (materia en el sentido del materialismo). dado
que son inestables: se desintegran. Ademas. incluso las particulas
estables como los electrones se pueden aniquilar por pares. con la
produccion de fotones (cuantos de luz); y también se pueden crear a
partir de un foton (un rayo gamma). Ahora bien, la luz no es materia,
aunque podamos decir que luz y materia son formas de energia.
Asi pues. la ley de la conservacion de la materia (y de la masa)
hubo de ser abandonada. La materia no es una «substancian. ya que
no se conserva: se puede destruir y crear. Incluso las particulas mas
estables, los nucleones. se pueden destruir por colision con sus anti-
particulas. transformandose su energia en luz. La materia resulta ser
energia muy comprimida. transformable en otras formas de energia
y. por consiguiente. posee la naturaleza de un proceso. dado que se
puede convertir en otros procesos tales como la luz y. por supuesto.
movimiento y calor.
Se podria decir, pues. que los resultados de la fi
ica moderna
> Vease mi [1963al] pag. 107 (nota 21 al capitulo 3)
* Mas abajo, en la seccion 51. se podran encontrar mas cosas acerca del papel desempe-
ado por la teoria de Newton en la decadencia del esencialismo,