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ALBERTO TENENTI LA FORMACION DEL MUNDO MODERNO Siglos XIV-XVII Traduccién castellana de PEDRO ROQUE FERRER Primera parte LOS SIGLOS XIV Y XV [No se permite Ja reproduccién coral o parcial de este libro, ai su incor- ‘Tiealo original: LA FORMAZIONE DEL MONDO MODERNO, XIV-XVII SECOLO Cubieca: Enric Sarué eae ee iy Daas Depésio legal: B. 8.044-1989 Impreso en Espafia 1989. — HUROPE, S. A., Recaredo, 2, 08005 Barcelona Capitulo 1 MUNDOS, ESTADOS, CIUDADES: 1350-1450 le re tienen, irremediablemente, aspectos ¥y al mismo tiempo es obvio que no se puede prescindir de ellas; sin embargo, encontrar una que se adapte a las fases de desarrollo de diversas civilizaciones presenta grandes En Ja actualidad, se sigue aplicando la divisin cronolégica cl por de su modo de enfo- blos americanos, no es en absoluto posible —o, en todo caso, smcho menos— decir to mismo de los pueblos de Africa y ‘América, no sélo lo tiene para el de Europa. La NovEDAD EN EUROPA: BEIAVANCETURCO En torno a la mitad del siglo x1v se perflan ya las principales Ja derrota ante los mamelucos en Egipto en 1260) como a escisio- nes o debilidades internas. El ocaso de la pax mongolica, es decir, 10 LA FORMACION DEL MUNDO MODERNO por parte europea, Otra caracteristica general, derivada de la a onal interdependencia de Asia y Europa, consiste en In supedita- ncias cristianas de Occidente a los grandes estados pot la autéctona de los Ming, la cual cerré el pais a las fuerzas exte- ores por un largo petfodo. Por los mismos aifos —alrededor de 1360— surgié un segundo imperio mongol en los vastos tertitotios comprendides entre la India y la peninsula de Anatolia. Sus impre- sionantes victorias, imputables sobre todo a la excepcional personali- dad de Tamerlén (Timur Ling), tuvieron notables consecuencias, més para los pafses lim{trofes que para el nuevo imperio, que no sobre- vivid mucho tiempo a su fundador, muerto en 1405. En la India, el 1552, 1556 y 1783). No menos notable, aunque de breve duracién, fue el descalabro suftido por los osmanlfes a manos de Tamerlén, ue les derrot6 en 1402 en Angora, ‘A lo largo de la Edad Media, vatias tribus turcas de Asia se principios del siglo x1v el imperio otomano, ee gis co hasta 1326. En dicho momento, los turcos habfan penetra la peninsula de Anatolia, a expensas del imperio bizantino, que hacia tiempo se hallaba en clara decadencia, sobre todo militar. ya existente entre el desarrollo econdmico de esta zona y el del resto de Europa. ‘a los problemas orientales. Ra dee sine ea de nuevo en Roma (1377) estallé una grave disensién referente al go- 12 LA FORMACION DEL MUNDO MODERNO ‘La dinastia del imperio otomano tor 8) | a al mismo tiempo Ta aqulla zona en principados tertitoriales distintos y agitados por fuertes rivalidades. Andloga embargo, nos hallamos frente a una tradiciGn historiogréfica que ya sélo porque concieme tanto a Ta vida econémiea como a la social, hha identificado en tal o cual momento o fendmeno los virajes més sino sobre todo por las excepcionales adversidades a que dio lugar. decisivos para la vida colectiva y ef destino de Europa. En otras pala- demi i atencin en ciertos hechos con preferencia a otros, y considerindolos diatamente anterior. Sin embargo, esto slo ocusié en sgunas zona, decisivos. El descubrimiento de las islas transatlénticas por Colén como landes'¢ Tnglaterr, dace bo aoe de pésima ensecbe, (1304 (1492) 0 la fjacién de las tesis de Lutero en las puertas del castillo y 1315) en que el precio del trigo leg6 a cuadruplicarse, a. roemt 34 LA FORMACION DEL MUNDO MODERNO ‘minadas aglomeraciones se produjeron verdaderas mortandades debi- dasa ln eseasez: en 1316 Ypres perdié como minimo un 10 por 100 de sus habitantes y Brujas mas de un 5 por 100. Con tod negra (causada por un bacilo llegado de Oriente y q Jas pulgas de las ratas) no sobrevino hasta los afios 134 las regiones. No es fécil admitir que rtunios locali- zados de més de tres décadas antes constituyan una base suficiente para explicar la catistrofe demogrifiea de mediados del si _ A falta de andlisis definitivos sobre la pot ninguna poblacién europea pudo se hy inviernos més largos y frfos no puede decirse que este: ue sobre el aspecto médico cevidente, en primer lugar, qu Jos conocimientos médicos y farmacéuticos de ser del todo isuficientes Ja magnitud del azote, Aparte de In insttucion de lazaretos, remedio puesto en préctica fue Ia hhuida de los lugares infectados. Mientras los habitantes de las ciuda. des se refugiaban en el campo, donde los esttagos eran menores, Jos ‘campesinos hufan hacia las ciudades, donde tenfan mas posibilidades rescos y Inimedos; pero informados sobre dicho cambio n 100 entre 1350 y 1450: Toulouse, Florencia, Arras, AB tbe is Perdioaas que la pérdida fue todavia ma. arich, que pasé de tener aptoximadamente 12. habitames « mediados del siglo x1v « poco mie de 4.000 en 1468, Se puede afitmar, en lineas generales, que la sangria demogrifica fue enorme y prolongada, si bien Ia estimacién del retroceso total en tun tercio de Ta poblacién, aventurada por algunos, constituye un romedio bastante incierto. Europa comenzé a recuperarse hacia la ECONOMIA Y SOCIEDAD EUROPEAS 35 mitad del siglo xv, pero no alcanz6 de nuevo su nivel demografico de 1300 hasta el siglo xv1 0, en ocasiones, atin més tarde. ‘LOS PROBLEMAS DE LA TIERRA: CAMPESINOS, NOBLES, BURGUESES Pese a los traumas psicoldgicos colectivos, los lutos familiares, el desasosiego de los destinos individuales, no se puede decir que Jos ritmos habituales de la vida ciudadana fueran alterados ni que es tas epidemias los condicionaran seriamente. Por supuesto, las mias crearon toda una serie de dificultades contingentes, pero sus repercusiones mayores no se dejaron sentir ni en el mundo urbano, la economia intemacional, ni en las relaciones y vicisitudes En cambio, las consecuencias fueron importantes —y, en uc! jones, benéficas para los supervivientes— en el campo y en las regiones predominantemente agticolas. La situacién de los campesinos y aun la de los mismos propietarios de tierras, ya en vias de evolucién desde el siglo x11, se vio, inevitablemente, muy influida por las nuevas circunstancias. En primer lugar, el desplome demogrifico hizo que se dejaran de cultivar las tierras menos productivas, y un gran nimero de pueblos fueron incluso abandonados por sus habitantes. Se ha calculado que fen Sicilia y en Cerdefia quedaron despoblados aproximadamente la mitad de los pueblos, en el Lacio un 25 por 100, en Toscana slo el 10 por 100. La proporcién de estos abandonos (Wilstungen), que no son imputables a la peste en exclusiva, ha sido estimada en un 20 por 100 en Inglaterra y en alrededor del 25 por 100 en Alemania. En segundo lugar, el equilibrio existente antes de la peste entre, por un lado, los ingresos agrarios y los precios agricolas, y por el otro los restantes ingresos y precios, quedé roto en detrimento de los primeros. El proceso, iniciado desde mucho antes, que consistia en sustituir por un pago en efectivo las prestaciones en productos © en trabajo debidas por los cultivadores al sefior de sus tierras, no fue interrumpido, pero suftié grandes trastornos y, a menudo, modi- ficaciones importantes. El valor de la tierra disminuy6 en gran ma- nera, y también los precios de los cereales, tras los incrementos de Jos breves perfodos de carestfa, decrecieron para, a continuacién, permanecer generalmente estancados durante mucho tiempo: si pro- sresién, de todas maneras, dejé de corret parejas con las de los sala- | | | i 36 LA FORMACION DEL MUNDO MODERNO tios y los productos manufacrurados, e incluso con Ja de los produe- tos pecuarios. La formacién de la pequefia y mediana propiedad eam, Pesina quedé gravemente obstaculizad: Segiin las zonas. Desde el punto de ‘ausaron estragos sobre todo entre los y ros, urbanos 0 rurales. Desde el punto de vista social, de Jos mercaderes resultaron f monetatia y por el auge las ciudades. Decir que tor de la produccién agricola fen st conjunto. Poco a poco distinta a la medieval y muy comercio y el sector terciario conformando ast una sociedad nobleza, que se haria més evidente en los siglos xvr y xvlt las apa. zenres analogias de sus funciones con las que habia desempefiado en la edad media pesan macho menos que las numerosas diferencias, ue se traducen en una sustancial disparidad, A partir del siglo xv, la relaciGn entre las capas sociales y el con- ‘texto sociopolitico en que se hallaban situadas varid de tal manera ECONOMEA Y SOCIEDAD EUROPEAS 37 1 no deben perderse de vista sus més signifcativos resultados para ieee eases te een nee att tae : ipio, un puesto asignado —y mucho menos Jas fuerzas urbanas y metcantles estaba ya bien consol reconocimiento de sus funciones era un hecho inamovi No hay que olvidar, empero, que habfan propuesto subvertir la jerarquia se fan siendo objeto en la mentalidad colectiva eae sentfan como una inferioridad el hecho tidianos, ast como con les prelados y con Jos mismos principes—. Por esta razén, porque se consideraban tan nobles como ellos, ten- por ello renunciar, en general, ‘timo: crear y a aa tuvo lugar durante los si a gama de situaciones y de éxitos desiguales, segiin las coyunturas y oa are jeron al alcance El que las capas burguesas, una vez que lo tuvieron al de su mano o que lo juzgaron interesante, no dudaran en adoptar el 38 LA FORMACION DEL MUNDO MODERNO estilo de vida de la nobleza y en comprar titulos y blasones puede apareer stor ojos como un compromis. Sin embargo, desde su punto de vista y teniendo en cuenta las perspectivas generales que ofrecta Ia sociedad de antiguo régimen, es muy dificil sostener que no hubieran debido hacerlo. Tanto més cuanto que, en la mayor parte de los casos tise con los pafios nobiliatios no transformé el dedicacién a fos negocios y a la administracién estatal. La soctenan Latca El vocabulario disponible para cl andlisis de los fenémenos so- a ¢ todavia innegablemente rudimentario, y sin lugar a dudas ser o no ser noble, Para reforzat esta distincién, peteceae Jevantar barreras que impidan a los intrusos acceder a su estrato neta separacién te esté convirtiendo en una frontera social mévil'y permeable; y precisamente porque los nobles ven cémo la di de clase se vuelve progresivamente menos segura, quisicran hacerla més rigida. Asi, dos fuerzas opuestas acttian en este terreno: una intenta forzar las puettas de la nobleza, la otra se esfuerza en impedir cel acceso a los advenedizos. Este doble empuje, sin embargo, no se ejerce exclusivamente ee ee, también en las de la burguesia tiene Impenetrable; casi, porque el favor de un rey ayoda a vencer todos Jos obstéculs. Si jas més encumbradas familias burguesas se com- Resulta evidente, por lo tanto, que esté fuera de lugar hablar de decadencia de la ‘nobleza 0 de ascensién de la. burguesia en los siglos xrv y, sobre todo, xv. Si se dirige 1a mirada hacia las pobladas filas de Ia pequefia y mediana nobleza, se distinguen las siluetas de tuciones en el seno de los viejos feudalismos. A. titulo de ejemplo se pueden citar los casos de Sicilia y Cerdefia, donde los catalano- 40 LA FORMACION DEL MUNDO NODERNO mos entre ellas a la orden de Ia Jarretera (inglesa, 1348), la Estrella (francesa, 1351) y la del Toisén de Oro (borgotion, 1450), Por skimo, paralelamente a la progresiva estructiraciin de. podes monirquico —sobre todo en los palsesatlénticor — se observe una tcnenia en aumento consante por parte de os oles «te las cortes regias y en las capital ir del i Ia aka nobleea de Inglaterra rocudé cuantions condender de ok, de las ms acentuadas caracterssticas de los siglos xv1 y Xun, pero que ya desde el xv se manifests vigorosamente. Cuando papa Pfo IT Piccolomini decidis hacer de su aldea natal, Corsignano, un lugar de. residencia privilegiado (1462-1464), cardenales y- prelados (Borgia, Ammannati, Gonzaga) no tardaron en hacerse construir sus propios palacios en el lugar —que tuna vez renovado tomé el nom. bre de Piena—, pee a s stain sparta én son caractersticas del panorama social de esta época las figras dl genilbombre y del noble de toga (de robe), Hl pel del primero resulta innegablemente més bortoso que el del segundo; luno y otro son, de todas maneras, personajes peculiares de nuestro Perfodo, Incluso desde el punto de vista seméntico, el eéxmino gen, tilhombre (gentilbomme) abarca una vasta extensién en que estin incluidas Inglaterra, Francia, Espafa ¢ Telia, esta vtima con algunas diferencias de sentido. Con dicho titulo se indica la perteneneia a | nobleza de grado inferior, pero no infimo. Como acertadamente ECONOMIA ¥ SOCIEDAD EUROPEAS 41 ha sefialado D. Hay, en el patrimonio lingiistico de cada pais existe luna muy variada gama de términos para nombrar los distintos gr3- dos de la jerarqoia nobiliaria. Esta pequefia nobleza no ha perdido su aficién a las armas ni su apego a la tierra, tanto més cuanto que menudo procede del émbito de los campesinos enriquecidos; no escasean —y cada vez menos— los de extraccién mercan han invertido una parte de su capital en la adquisicién de un ala que va vineulado el derecho a usar un titulo. ‘Los llamados nobles de toga, en cambio, son verdaderos burgue- ses, en su mayor parte doctores en leyes, convertidos en titulares de cargos y funciones piiblicas —preferentemente judiciales—, y a quie- res Tes son concedidas franguicias fiscales u otros privilegios. Primero cen Francia y més tarde en el resto de los p. i , forma parte del piacién familiar de las varias formas de poder o de categor constituye un motivo suplementario para hacer hincap fenémeno. Este alcanza proporciones macroscépicas en cuando los papas se conducen mis y mis como principes tales; el cardenalato se transforma entonces en una carrer por las perspectivas que ofrece a todo el linaje de quien k investido con tal dignidad, ‘Aun traténdose de un fenémeno circunscrito casi por entero a ‘Alemania e Ttalia —especialmente la iiltima—, no se puede omitir la refetencia al intenso intercambio social entre nobleza y burguesia que se produce en ciettos ambientes urbanes. No s6lo los nobles de dichas ciudades se hacen armadores, cortesanos u hombres de nego- cios, sino que los lazos de parentesco entre sus familias y Ins de Ia alta burguesfa son més frecuentes dia a dia. De manera nada pare- Aéjica, debido precisamente a ou ya secular residencia en la ciudad, la nobleza —tomada, ante todo, como un conglomerado de actitudes yun estilo de vida— ha pasado a ser el modelo y el objetivo de las aspiraciones burguesas. No se trata, en general ni siquiera en las 42 LA FORMACION DEL MUNDO MODERNO ECONOMIA, ¥ SOCIEDAD EUKOPEAS 43 colectivo, cuando —por ejemplo— un centro urbano envia una re- idades econémi decir que el capital ‘miso que resultard sumamente eficaz en la mayor parte de las ciuda- des de Alemania septentrional. 44 EA PORMACIGN DEL MUNDO MODERNO Caracreristicas DE LAS ZONAS EUROPEAS En los siglos xtv y xv comienza, pues, tidumbres ni de escriipulos, el nornriatreih una simbiosis mucho més social que ment econémica, Pc demés, quienes ambicionaban una promocién nol que los mercaderes, los campesinos enriquecidos, cuyo tinico obje- tivo consistia justamente en incorporarse a la pequefia nobleza o al clero. Esta tendencia a Ia ascensi6n social fue favorecida, como hemos sefialado, por el : dos zonas: en Suabia y o s Turales, con posesiones mis bien escasas, que a menudo intentaban reaarctse de los efectos de la crisis sometiendo a tributo a los mercadetes 0 trabando entre fils provisional alansas conta los magnates y las cidades; en igo y en Prusia, por el contrario, predomin. i de noble, el Junker, dedicado a la explora cea de tierra y los campesinos. 1a principal tarea del Junker consiste dominio y hacer que ls siervos de Ia pleba eu rial. Durante el perfodo anterior éta hal colonizacién rural alemana, y los campesinos que segin los ‘cidn de los labradores. La zona permitia a los seffores aprovecharse de una coyuntura doblemente favorable: por un lado, sus tierras, , eran idéneas para el cultiv Jos cereales y se hallaban a las mismas puertas de las ciudades timas de la Hansa. Las naves hansedticas podian asf transportar fécil- mente sus productos hacia mercados lejanos, donde constituian Ja contrapartida de los articulos alli comprados, equilibrando la balanza. Por oto lado, la acentuada debilidad del poder central, iia, permitid a estos propietarios nobles hacer valer sus antiguos privilegios, y més ain, obtener con- diciones todavia més favorables. Lograron imponer de nuevo # los ‘campesinos —que, en los momentos de dificultad, a menudo habfan contrafdo deudas con ellos— la prestacién de servicios en jornadas de trabajo. Asi, las corvess pasaron de, por ejemplo, un dia al afio «un dia por semana, Ademés, los sefiores obtuvieron Ta promulgecién de medidas que limitaban granclemente la posibilidad, por parte de los labradores, de desplazarse en busca de mejores condicione ‘obstaculizaban su huida a las ciudades. La despoblacién freas habia oftecido Ta ocasién de redondear sus propiedad Junker, quienes supieron asimismo soslayar los estorbos que les hax ban frenado anteriormente. Las sutoridades reales o imperiales, i bre de la gleba, que en Polonia, por ejemplo, fue sancionada ‘Mientras en estas regiones de Europa oriental los descendientes de los feudatarios se transformaban cn negociantes, la situacién del ‘campo inglés experimentaba también, en condiciones totalmente dis- tintas, mutaciones no menos importantes, de las que se derivaran destacadas consecuencias. Hasta el siglo 21v Inglaterra habia sido ‘una gran expottadora de lana, cuya calidad particularmente apreciada 6 LA FORMACION DEL MUNDO MODERNO "n gtan parte, la utilizaran las manufacturas flamencas. con lo que se beneficaban las finanzas de Ja ciudad. Poco a poco, Jas monarqufas —sobre todo las de Europa occidental— irfan imi. tando este proceder. A la larga, ello redundé. en perjuicio de las iudadesestado, cuya economia no pudo competit con Ia de las gran- des monarquias terttoriales, Durante los siglos xiv y xv atin no era asi; los grandes centros urbanos seguian gozando de una prosperidad superior a la de cualquier otro estado, pero la politica emprendida por los soberanos ingleses comenzé a modificar la situacién, tanto ims cuanto que los hombres de negocios, de la rama textil como de Ja maritima, secundaron los esfuerzos de sus monareas, cuando no se anticiparon a ellos. En otras palabras: partir de esta época se manifiesta en Ingla- terra un evidente nacionslismo econémico que no vacila en adoptar corsatios. Con ello terminé el monopolio ejercido hasta entonces pot Ja Hansa, Entretanto, ademés de Londres comenzé a prosperar Bris- ECONOMFA ¥ SOCIEDAD EUROPEAS 47 tol, cuyas naves Megaban hasta los puertos portugueses ¢ incluso hasta los de In costa meditersinea de 1a peninsula ibética. de carne y de productos lacteos; en consecuencia, se asiste a un desa- rrollo generalizado de la ganadetia, en particular en las cercanfas de 48 LA FORMACION DEL MUNDO MODERNO Jas ciudades. Incluso el comercio internacional incluyé queso —el que producfan Jas islas de Creta y Cerdefia, por ejemplo— entre las ‘mereancfas con que traficaba, CrupapEs ¥ CAMPOS Quien se propusiera medir cuantitativamente Ia produccién de este perfodo hallaria que, pese a i i importancia del campo, éste suminist mayor volumen de la misma y asimismo su mayor valor absoluto. La afitmacién es solamente verosimil, puesto que dicho céleulo nunca ha sido hecho ni es asequible su realizacién. Si es seguro que la gran Ja gente vive en el campo y produce nor ‘con que se nutre como las toscas prendas con que se de una época en que el mobiliario es atin extremadamen tatio; algunos elementos nuevos comienzan justo a aparecer en las ‘més opulentas (armarios, eCémo babria po- les sino también parte, con madera Y otros materiales todavia més modestos y perecederos? Afiédase a ello que Ia mayor parte de los productos no rebasan los mercados locales, ya sea el que se celebra con regular vecino el que intermitentemente represent pues, en gran medida autéequica la de los sus productos sean a menudo destinados a mercados muy Sin embargo, durante el perfodo medieval el campo he pefiado una funcién econémica motriz de primer orden, constituyendo en general el soporte indispensable de Ia prosperidad de las ue habian ido surgiendo. En el periodo que tratamos ya no es asf: Ja relacién se ha invertido claramente, tanto desde el punto de vista cultural como econémico. La larga recesién demogréfica contribuye, por supuesto, a ello: la riqueza deja de acumularse —o se acumula ‘mucho menos— en el campo, mientras que continéa fluyendo de los mecanismos de la economia tirbana, Io cual no que éta no conozea apuros a menudo. ¥ cuando la riqueza su ofigen en la tierra (como en los casos ya referidos de los cultivos cereales de los Junker y de las enclosures inglesas), no son las poblaciones rurales La formacién del imperio otomano TA FORMACION DEL Mu FERRI ORO OF CECIACASAN® aes ee iaeoen eee Oe meres [es ain }@® stao0 PowTiBCO ® ducA00 oe mivdn acon) coo . © 0vca00 0« eawera @ eI ve DMAMAECA). nace 1@ remo 0€ noRUEGA oenocenean | Sem $US Mes ee @ croen reomce A - |@ reINo De HUNG = ‘INO Ce POLONIA eo Palen J or 040200 08 urunnn sat rors i @ rowsaro oe L Honoa = on —— a ts soon peieensoere 2c ee sel — OnwIGON ONAN TAN voter wpmonnn we sounng [EZ] woven eens om sorcery Al er 1POT ap od my Sour ‘psp wa ODIT ONWEGON OaNAW. Tad NOIDVREION VI Is 52 LA FORMACION DEL MUNDO MODERNO LA FORMACION DEL MUNDO. MODERNO 33 El comercio de la liga hansedtica “as ts ports mrcnce gue consti el comercio hrs proveron de la zona det Battco y eran: pele, ganado, arenques,cereoes, madera, ‘ierro y émbar Principales lineas venecianas de navegacién durante el siglo XV. Todas ellas terminan, obligatoriamente, en Venecia LA FORMACION DEL MUNDO MODERNO La China de los Ming pan en Mig 1900-1644, Sperinna e 290 6: COMANCHES: ECONOMIA Y SOCIEDAD EUROPEAS 37 ‘quienes se benefician de ella. Se ha hecho resaltar que tanto las pro- piedades de los grandes sefiorios eclesiésticos como los patsimonios de las casas més nobles quedaron menos dafiados por los efectos de fa crisis que los dominios de talla inferior. Sin embargo, ya no pro- ceden de ellos, salvo casos aislados, el nervio de las inversiones y las enerpias creadoras de riqueca. La situacién de progresiva infe- 5 cia getsdad i lgsgascs inrtiaksaieeeal a puede aducitse como explicacién pata situar dicho aumento de la ‘demanda, sobre todo fuera de los recintos urbanos. Se puede com- probar sin dificultad que en las cercanias de las grandes ciudades no s6lo tiene lugar una extensién de los cultivos de cereales, sino también, muy frecuentemente, una intensificaci6n de las actividades sganaderas; un hecho andlogo se observa también, en bastantes ca:0s, 358 LA FORMACION DEL MUNDO. MODERNO ECONOMEA ¥ SOCIEDAD EUROPEAS » por lo que se refiere a la vif. Por otra parte, Jos capitales mercan- versias juridicas © politicas, sino que en ciertas zonas (sobre todo tiles y el comercio internacional contribuyen a potenciar, en funcién Flandes y las regiones del centro y norte de Italia) desembocan en de sus exigencias, determinados eae en et geogrificamente verdaderos enfrentamientos armados, tienen por motivo, obviamente, cstriba en la irritacién de una ciudad a causa de los privilegios que tuna rival directa ha obtenido en lejanas plazas de comercio —ya se trate de los puertos nérdicos o de un centro de Levante— por con- glesa de 1363 que instituye una muy significativa cotrelacién entre desién de Ins extocideden del higar. nobles y burgueses. Dicha ley autoriza a Tos burgueses con una renta superior a las quinientas libras esterlinas a que se vistan y.alimenten como los gentilhombres con una ‘mds de mil libras de renta, los equipara con los gentilhombres que gracias a los pears genoveses y florentis ‘A este respecto, no es inoportuno mencionar una ley suntuaria in- Las ECONOMEAS URBANAS ‘Ya en el perfodo medieval las ciudades se habfan convertido en menos de manera aproxi- Jos puntos mis dindmicos de la actividad econémica y habfan topado i id y campo, Ta inferioridad repetidamente unas con otras. El mecanismo puesto en marcha por de la primera no resulta aplastant poblacién urbana constituia el desarrollo urbano demostré ser incontenible. Las unidades econé- del 8 al 9 por 100 de la poblacién total en Inglaterra y més del micas agrarias, incluidos los latifundios, no posefan ni los medios ni 15 por 100 en Espafia; en Alemania, en Italia y especialmente en el vigor suficientes para disfrutar de un desarrollo continuo. En las Flandes la proporcién podia ser ain superior. Se puede proponer ciudades, en cambio, se habian ido disponiendo las piczas de un una clasifcacién de las ciudades enropeas de estos siglos segtin la tipos de actividades sin que sea plicidad de sus funciones, el organismo econémico de muchas ciuda- fécil escoger uno como de mayor peso que Jos demés. Por otra parte, des habfa revelado su vitalidad, y por ello mismo estaba obligado ya hemos dicho que la ciudad es considerada como tal no en funcién de su niimero de habitantes, sino por el hecho de- gozar_ de impor- tantes privilegios y de ser el centro de determinadas jurisdicciones, asf como por Ia circunstancia de estar rodeada de una muralla protec- tora, Ast pues, no es imposible que una aglomeracién de unos cuan- habria diferenciado de las de los otros continentes y no se habria tos miles de habitantes constituya solamente un pucblo grande Ballad cl dieins tb chictnlar (o cua wench habs corssidolanses mientras que otra de unos cientos forme ya una ciudad. fy comneriasa'e peodarksal partic del gute tas Gudidle: en ipio vital del mondo i i 4 proseguir su impulso, a moverse segin la Iégica que lo:sustentaba: la de acumular constantemente nuevas riquezas y realizar continuas inversiones. Sin las ciudades mercantles y artesanas tal como se cons- entre dos o més ciudades. Estas luchas, que no se limitan a contro- que las ciudades constituyen el factor decisivo de la civilizaci6n que 60 LA FORMAGIGN DEL MUNDO MODERNO progresivamente se esté elaborando en Europa. También desd punto de vista fue decisiva la fase que estamos tratando, por cultades que planted a Las relaciones con los pafses riberefios del mar Negro pueden ser citadas como ejemplo: el avance turco perjudicé mucho antes a los ‘enlaces terrestres con Polonia meridional que a los maritimos; 1a existencia de Constantinopla, que no cayé en poder de los otomanos hasta mediados del Salo XV, permitis hasta esta fecha elt su cardcter esencialmente ur- coherentes proyecciones de Ia se ha hecho mis i ‘transportan, a distancias cada vez mayores, las mercancfas de mucho bulto y poco valiosas; por el otto, los fletes son menos caros y, en general, se navega no s6lo en cualquier sino incluso de noche. La industria de los transportes consigue rendimientos neta- ‘mente superiores a los que proporcionan ividades textiles; y aunque no escasean los capitaaes que son smo tiempo propie- tatios de su embarcacién, aumenta el niimero de asalariados al servi- ECONOMIA Y SOCIEDAD EUROPEAS ot cio de sociedades formadas por hombres de negocios. En los diversos ‘mares de Europa pululan los més variados tipos de barcos: las ca- rracas genovesas y las naves venecianas, con un arqueo a menudo enorme para 1a época (superior 4 1.000 0 1.200 toneladas) las urcas —que en los mares nérdicos han sustituido a las kogge—, las glere da mercato, y las recentisimas carabelas portuguesas y breto- nas. Mis que los riesgos del mar, son de temer los de los hombres, por el aumento de la pirateria y el corso, sobre todo en el Medite- rréneo. Pero los transportes terest no ofrecen, en esta época, mayor seguridad qué los trional, debido al hhay que atravesar; po guien contrate un seguro para las mercancias transportadas parado con la tierra, el mar representa, en esta fase, In expansiGn, el dinamismo y 1a libertad. El sistema de distribucién esté tanto mejor organizado cuanto que las ciudades van perfeccionando la férmula de la asociaci6n co- mercial, que habia comenzado a desarrollarse durante el periodo an- terior. Los dos caracteres dominantes de las esociedades» bajome- dievales son la composicién familiar y la pluralidad de funciones. En cuanto al primero, no se trata de una regla estricta, pero, por lo ‘comtin, los miembros de una sociedad suelen pertenecer a una misma familia o a familias muy estrechamente vinculadas. Los nexos esta- blecidos son extremadamente fl veces se forma una so. ddo constiturse por pocos meses o por vatios afos; ademis, su flexi bilidad en todos los sentidos limitada que permite taponar las feonetiel locales debidas a erro- res de gestién 0 a Ia no recuperacién de importantes préstamos. Estas sociedades continéan actuando en forma tem realidad, no se limitaban a desempefiar el papel de entidades comer- ciales, sino que se conduefan también como organismos bancatios y, 62 LA FORMACION DEL MUNDO MODERNO si se terciaba, intervenian también en el sector productivo; se com- prometian a retribuir con un buen interés Jos capitales recibidos en depésito, pero en Ia préctica afrontaban el riesgo de exponer en los ples provechos y de compensar con rapidea las pérdidas. “Mucho menos afortunadas eran las actividades productivas urba nas, no tan vinculadas al comercio internacional o coartadas. por el apego a las tradiciones y a los privilegios corporativos, El. sector textil siguid siendo, sin Ingar a dudas, el més importante, pero también le afecté mas la recesién —sobre todo en la rama de los pafios de lana— que a ningin otro. En cuanto al mundo del trabajo, organizado en gremios celosos de sus privilegios monopolistas, y ptisionero de ellos a menudo, estaba desprovisto de toda elasticidad. Los hombres de negocios, aun en los casos en que estaban obligados 1 formar parte de un gremio, podian evitar ficilmente los inconve- nientes de la coyuntura gracias a la multiplicidad de iniciativas eco- rnémicas de que eran capaces. No ocurria lo mismo con los maestros artesanos y los obreros asalariados, como demuestran los ejemplos de Gante y Florencia. En la potente ciudad flamenca, los tejedores tenfan_participa- meraciones, situadas en un radio de casi diex kilémetros; otros ECONOMEA Y SOCIEDAD EUROPEAS 63 y la hostilidad contra sus fabricantes, instalados en los centros me- ores y en el campo, se exacetbs cuanto més dificil se hacia la venta de los patios favorecidos por el privilegio de produccién. El desa- cierto de esta politica del vacio para eliminar la competencia resulta todavia mds evidente si se compara con el desarrollo, en la misma época, de la industria textil inglesa, que se dedicé precisamente a abastecer el mercado de telas que correspondia a sus exi MT ntovaiabstnarscnitaeansisogcd aeiticitbh procedimientos ‘téenicos de produccién como el esperar mejoras de una organizacién basada en el privilegio eran actitudes contrarias a los intereses de Jos artesanos. Miles de sacos Mies de piezas 0] Exportaciones elans en rato Frouna 1 Exportaciones anudles de lanes y tejidos ingleses Founte: Carus Wilson-Coleman, England’s Export Trade: 1275-1547, Ox- ford University Press, Oxford, 1963. intestate isiesiinisicispetainicetileiinninenesi: 64 LA FORMACIGN DEL MUNDO MODERNO dmbito de su propia rollos brillantes y una ulterior expansi6n. La mayor demanda de tejidos de lino para len- Provocé un auge de esta produccién que se extendié desde los Paises Bajos hasta Borgofia y Saboya, y desde Alemania hasta Ir- Janda. Nuevos centros textiles surgieron en Francia (Notmandia, Champatia, Lenguadoc) y en Espafia, donde Ia lana de las ovejas metinas increments fi i ECONOMfA Y SOCIEDAD EUROPEAS 6 cifiamo, Ia consiguiente abundancia de materia prima disponible hizo mente visibles en este sector, en el que el uso de galerias mas sequ- as acompaié al perfeccionamiento de los sistemas para ventilarlas y Para expulsar el agua de Jas infltraciones. Capitulo II CIVILIZACIONES, IGLESIAS, CULTURAS: 1350-1500 ‘LAS CIVILIZACIONES EXTRAEUROPEAS El conocimiento y los contactos muttuos entre las diversas civili- CIVILIZACIONES, IGLESIAS, CULTURAS 67 presencia islimica, los habitantes de la regién serfan, en adelante, casi exclusivamente cristianos. Si examinamos Ia esfera de las rela-

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