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Langdon sonri a sus alumnos, que lo miraban con caras de

desconcierto-. Amigos mos, la masonera no es una sociedad


secreta..., es una sociedad con secretos.
-Es lo mismo -murmur alguien.
-Ah, s? -lo desafi Langdon-. Considerara la Coca-Cola una
sociedad secreta?
-Claro que no -dijo el estudiante.
-Muy bien, y si llamara a la puerta de sus oficinas centrales y les
pidiera la frmula, qu pasara?
-Que no me la diran.
-Exactamente. Para conocer el secreto ms profundo de la Coca-Cola
debera unirse a la compaa, trabajar durante muchos aos,
demostrar que es digno de confianza, y finalmente acceder a los ms
altos escalones de la jerarqua. Quiz entonces compartiran con
usted esa informacin. Pero para ello debera jurar mantener el
secreto.

-Hagamos el test de Litmus -dijo Langdon-, Quin de los presentes


est haciendo el curso de religin comparada que imparte el profesor
Witherspoon?
Varias manos se alzaron.
-Muy bien. Cules son, pues, los tres requisitos indispensables para
considerar que una ideologa es una religin?
-PCC -contest una mujer-. Prometer, Creer, Convertir.

-Correcto -dijo Langdon-, Las religiones prometen la salvacin; las


religiones creen en una teologa precisa, y las religiones convierten a
los no creyentes. -Hizo una pausa-. La masonera, sin embargo, da
negativo en los tres casos.

-Qu pena. Si eso les parece demasiado freaky, entonces nunca


querrn
unirse a mi culto.
En la sala se hizo el ms absoluto silencio. La estudiante de la
asociacin
de mujeres pareca inquieta.
-Usted est en un culto?
Langdon asinti y baj la voz, adoptando un tono conspiratorio.
-No se lo digan a nadie, pero en el da pagano del dios del sol Ra, me
arrodillo a los pies de un antiguo instrumento de tortura y consumo
smbolos
ritualsticos de sangre y carne.
La clase se mostr horrorizada.
Langdon se encogi de hombros.
-Y si a alguno de ustedes le apetece unirse, el prximo domingo
puede
venir a la capilla de Harvard, arrodillarse ante el crucifijo y recibir la
sagrada comunin.
La clase sigui en silencio.
Langdon les gui un ojo.
-Abran sus mentes, amigos mos. Todos tememos lo que no
comprendemos.

La mano de los misterios.

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