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El amor brujo de Roberto Arlt

En 1932 Arlt publica su ltima novela: El amor brujo, un alegato contra el


matrimonio burgus, su falsa moral y sus intereses materiales. Narra el romance entre el
ingeniero Estanislao Balder (de 30 aos) e Irene Loayza, una joven de familia de clase
media con 19 aos, residente en Tigre.
Balder, casado y con un hijo de seis aos, se enamora perdidamente de Irene, y
establece un noviazgo con la adolescente. Hay otra historia secundaria, la de Zulema,
amiga de Irene y mayor que ella, cuyo matrimonio con el mecnico Alberto no es feliz.
Balder se separa finalmente de Irene, y luego de una serie de desilusiones se reconcilia
con su esposa. Balder es hipcrita y mezquino, haragn y triste, fsicamente deja mucho
que desear: Era un hombre de aspecto derrotado, cargado de espaldas, que llevaba con
abandono su traje gris. Nada que pueda hechizar una adolescente sonriente y pura. En
sntesis, Balder era uno de los tantos tipos que denominamos hombre casado. Tanto es
as que algo de brujo e hipntico llevar el maltrecho ingeniero a tomar en
consideracin la separacin de su mujer dejando que la madre de Irene lo manipule
(interesada en asegurar un futuro a su hija, explotando el instinto sexual del hombre).
Adems, una historia paralela, en la que Balder ve una suerte de rplica de sus propias
relaciones con Irene, se desarrolla al mismo tiempo: es la de Zulema, amiga de Irene,
cuyo matrimonio con el mecnico Alberto no marcha bien. La historia termina cuando
Irene se entrega a Balder y ste comprueba que no era virgen, tal como le haba jurado.
Ante el engao, resuelve romper sus relaciones con la muchacha. Simultneamente,
Alberto se presenta para contarle que Zulema le es infiel.
Hay que aadir que "El amor brujo", tambin con sus aspectos alucinados y con sus
flujos de conciencia, nos reserva momentos en que el grotesco y la irona se acompaan
de manera eficaz a los tormentos del ingeniero Balder y a las contradicciones de
Argentina: En qu pas estamos? Este obrero, que tiene la obligacin moral de ser
revolucionario, me viene a conversar a m, que soy un ingeniero, de la necesidad de
respetar los convencionalismos sociales. Qu lstima no estar en Rusia. Yo lo habra
fusilado.
Ha cambiado algo La Argentina?

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