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El hijo más joven de un rico hombre de negocios practicaba cantar en su cuarto aunque tenía poco talento musical. Confiado en su voz, organizó un concierto en el teatro más grande de la ciudad sin ayuda de su padre. Cuando comenzó a cantar, el público lo abucheó diciendo que su voz no merecía llamarse canto y que para escuchar rebuznos tenían a sus burros, avergonzando al músico vanidoso.
El hijo más joven de un rico hombre de negocios practicaba cantar en su cuarto aunque tenía poco talento musical. Confiado en su voz, organizó un concierto en el teatro más grande de la ciudad sin ayuda de su padre. Cuando comenzó a cantar, el público lo abucheó diciendo que su voz no merecía llamarse canto y que para escuchar rebuznos tenían a sus burros, avergonzando al músico vanidoso.
El hijo más joven de un rico hombre de negocios practicaba cantar en su cuarto aunque tenía poco talento musical. Confiado en su voz, organizó un concierto en el teatro más grande de la ciudad sin ayuda de su padre. Cuando comenzó a cantar, el público lo abucheó diciendo que su voz no merecía llamarse canto y que para escuchar rebuznos tenían a sus burros, avergonzando al músico vanidoso.
El hijo ms pequeo de un rico hombre de negocios, un joven sin
demasiado talento para la msica, se encerraba en su cuarto durante horas para practicar canto acompaado de su viejo lad. - Que gran voz tengo se deca as mismo cada vez que finalizaba alguna de las canciones que repeta sin cesarTan bueno pensaba que era, que en lugar de pedirle ayuda a su padre para que le alquilara el mejor local de la ciudad, dej la organizacin de su concierto en manos del dueo del teatro ms grande del lugar. Tras das de intensa promocin por todos los rincones de la comarca, la gente acuda en masa para poder ver con sus propios ojos a tal prodigio de la msica. Con el teatro abarrotado, el msico vanidoso comenz a entonar las notas de su cancin preferida. Unos segundos despus, el pblico all presente, empez a mostrar su disconformidad con el artista de la siguiente manera: - Con esa voz, no mereces que nadie te llame cantante!, Para escuchar rebuznar, ya tenemos a nuestros burros! Muy avergonzado, el muchacho se baj del escenario y en silencio, se march a su casa. MORALEJA Si en ridculo no quieres quedar, la vanidad a un lado debes dejar