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La Atencin plena
HAZ ESPACIO EN TU MENTE
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MADRID - MXICO - BUENOS AIRES - SAN JUAN - SANT IAGO - MIAMI 2012
ndice
Agradecimientos Introduccin El enfoque La prctica La integracin Aspectos prcticos: e
mpezando Diez sugerencias para vivir ms conscientemente Historias desde la clnica
Diario Fuentes sobre descubrimientos cientficos
Agradecimientos
Hay muchas personas a las que me gustara dar las gracias por haberme ayudado a co
nvertir este proyecto en una realidad. En primer lugar mis maestros de meditacin,
con los que he tenido la suerte de estudiar en monasterios y centros de retiro
por todo el mundo. Sin las enseanzas de estas personas verdaderamente notables y
de las tradiciones de meditacin que ellos representan, no habra podido escribir es
te libro. Me gustara agradecer especialmente a Donal Creedon por su gua, amabilida
d y amistad impagable a lo largo de los aos. Tambin me gustara dar las gracias a mi
editora, Hannah Black, y a todo el equipo de Hodder & Stoughton, por hacer de t
odo esto un proceso tan agradable. Tambin doy las gracias a Antony Topping, de Gr
eene y Heaton, y a Rich Pierson y a Maria Schonfeld, de Headspace, por la revisin
crtica de tanto material indito, as como por todas sus tiles sugerencias. Y finalme
nte, a Nick Begley, por su valiosa contribucin a las secciones de investigacin cie
ntfica de este libro. Me gustara mencionar de modo particular a Ian Pierson, a Mis
ha Abramov y a Marcus Cooper por su amable y generoso apoyo al proyecto Headspac
e. Los que formamos Headspace nunca podremos agradecroslo bastante. Y por ltimo, s
i bien no menos importante, me gustara dar las gracias a mi familia y amigos por
su apoyo entusiasta de este libro y de todo el proyecto Headspace. En particular
, me gustara agradecer a mi pareja, Lucinda Insall-Jones, su amor, su paciencia y
su inalterable fe en todo lo que hago. Eso significa todo para m.
Introduccin
Ya era ms de medianoche. Yo me encontraba sentado en lo alto del muro y miraba ha
cia abajo. Los altos pinos del jardn me ocultaban en la oscuridad, aunque no pude
resistir el impulso de mirar hacia atrs una ltima vez para comprobar que nadie me
segua.