Luego, en el primer piso, tambin hay otra.

No barren el corredor
hasta las nueve, all encontrars algo.
Pero Shveik frustr sus esperanzas. No regres ms al diecisis. Los
diecinueve calzoncillos trataban de adivinar y combinaban toda suerte
de posibilidades.
Un soldado pecoso de la Landwehr, hombre de viva imaginacin,
anunci que Shveik haba disparado contra el capitn y que aquel mismo
a lo llevaran al campo de ejercicios de Motol para ejecutarlo.
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Captulo

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SHVEIK AYUDANTE MILITAR

D E L CAPELLN DE CAMPAA
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Infantera.

Y de nuevo comenz su odisea con el acompaamiento solemne de dos

soldados con bayoneta calada que lo deban conducir ante el capelln.
Sus acompaantes eran hombres que se completaban mutuamente.
Si uno de ellos era un perigallo, el otro era pequeo y gordo. El perigallo cojeaba de la pierna derecha, el soldado pequeo de la izquierda.
Los dos servan en la retaguardia, pues antes de la guerra haban sido
exonerados totalmente del servicio rnilitar.
Marchaban con mucha seriedad al lado de la acera y miraban de
reojo de vez en cuando a Shveik, que iba en medio y saludaba a todo
el mundo. Su ropa de civil se haba perdido en la guarnicin, as como
tambin la gorra militar con que haba ido la guerra. Antes de dejarlo
libre le dieron una vieja guerrera que haba pertenecido a un barrign
que le llevaba a Shveik la altura de la aVeza.
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