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Capitulo | Infancia: bajo los signos de la magia, la imaginacién y los libros 1920 1934 lena Garro nacié el 11 de diciembre de 1920 en Puebla. Pasé los primeros seis afios de su vida en la Ciudad de México, donde radicaba la familia Garro Navarro. Su padre era un emigrante asturiano, de Cangas de Onis. Su madre, una maestra rural de Chihuahua. En 1926 la familia se traslada a Iguala, Guerrero, donde se habia instalado Boni, el hermano de José Antonio. Los dos lograron representar la concesién de la manta para todos los pueblos de Guerrero. En este pueblo ruistico, sin electricidad, sin escuela (José Antonio y otros hombres del pueblo fundaran una mas tarde), transcurre la infan- cia de Elena al lado de sus padres, sus tres hermanos (Deva, Estre- la y Albano), las muchachas Fili, Tefa, Ceferina, Candelaria, los mozos don Félix, Rutilio, Antonio, su tio Boni, sus primos, el pro- fesor Rodriguez y su perro Toni. Esa fue su familia paterna, “muy corta pero muy igual”, donde todos eran uno. Iguala fue el espacio magico que le brindé a Elena una casa sin limites, una imaginacién pletérica y alli descubrié el México de los indios. Crecié entre libros porque su padre y su tio, hombres cul- tos, les ensefiaron a sus hijos los clasicos espafoles, griegos, lati- nos, ingleses, alemanes y fueron sus maestros de latin y francés. Eclécticos y universalistas, practicaron el budismo y el ocultismo proporciondndoles una educacién vasta y sélida. Por el lado materno, Esperanza educé a sus hijos en a lectura como simbolo de la virtud. Lectora insaciable, Elena recuerda que a su madre solo le gustaba leer, “todo lo demas... que se cayera la casa, le venia guango”. También solia encantar a sus hijos con las histo- rias sobre su juventud que les narraba con gracia y viveza. Ajios més tarde, ya casada con Octavio Paz, Elena recuerda que su esposo disfrutaba las cartas que su madre, Esperanza, le enviaba a Paris porque en ellas relataba con detalle no sdlo la vida familiar, sino los asuntos politicos, econémicos y sociales del pais. Sin duda, Elena parece haber heredado de su madre el poder y el encanto de la palabra y el dominio artistico de contar historias $i bien la biblioteca de su padre le abrié las puertas a la literatura y hered6 el talento narrativo de su madre, la casa, con un jardin inmenso, le permite explorar todos los juegos de la imaginacion Alli pasa una infancia que nos recuerda a Mark Twain y Las aven- turas de Tom Saivyer. En su casa de Iguala es rey y general mexicano; ee es cae placitas, casas, calles, cuartel ¢ 1 y pasea a pie o en burro. A veces se convierte en merolico con su primo Boni y salen a vender ungiientos para curar todos los males. Otras, le da por cometer asaltos a mano armada y se disfraza con un paliacate y un som- brero, A veces coge dos mauseres y se va con Boni a buscar la Laguna. También sera pirémana en homenaje a Deva, quien habia aceptado ir a la Ciudad de México para educarse, mientras ella “preferia ser salvaje”. Al lado de estas aventuras vigorizantes, Elena también inicia en Iguala su carrera de escritora. En una ocasisn en que, aburrida de la clase, se escapaba trepandose como mono por una cuerda, llegé un inspector de la Ciudad de México y les ordené a todos los nifios escribir una composicién para la fiesta civica del Dia del Arbol. Cuenta que para su desgracia gané el con- curso. Ya en la Plaza del pueblo, frente a las autoridades civiles y militares, se negaba a subir a la tribuna, pero custodiada por Rutilio, quien tenia permiso de su padre de darle un coscorrén si no obedecia, tuvo que leer su composicién “El Dia del Arbol”. Asi se inicié su carrera de oradora y escritora. Aquellos “eran tiempos feli es, aventureros y gloriosos” De las muchachas y los mozos, de los indios, Elena aprende a con- ivir con su percepcién magica de la realidad, pero también des- bre su opresi6n y su sufrimiento milenarios. Los ama y respeta su calidad de seres humanos dotados de inteligencia y una sabiduria ancestral. E} aio de 1926 en que la familia Garro Navarro se traslada a Iguala coincide con el inicio de la persecucién reli- giosa. Elena presencia esta lucha entre militares, curas e indigenas, vive de cerca esa guerra desigual que volvié a desolar el campo mexicano y asesind a los campesinos. Ellos, los indios, serén pro- tagonistas de sus libros, al igual que sus padres, tio, hermanos, pri- mos, y en si la Iguala de su infancia, a quienes les rinde el mas auténtico y poético de los homenajes en Los recuerdos del porvenir y en la coleccién de cuentos La sentana de colores. José Antonio Garro rec <6 [Pap. Boni. Pero en eso murid mi abuelo, entonces mi abuyela dijo: “Ah, no, que no sean curas’. Y los man 46 a America. Elena Garro recrea este evento en sumovela La casa junito aro ia Ciudadl de Mévi iba a ser sacerdote, estaba en un monaste- rio, junto con su hermano, mi tio Aiguna vez. en et dos caballos fuinebres trots en medio de las sombras ylalluvia llevando a dos sefiores enlutados. Asi se lo empo un carricoche tirado por fontaron de nifa y asi lo recordaba ella misma que también viajaba ya, en aquel carricoche. Este se det yo a la entrada del Monasterio de Valdediés y el Prior desperts a dos nifios: José Antonio y Martin, para explicarles que acababan de quedar huéi fanos... La repentina muerte de su abuelo sacs a st padre y a su tio del Monasterio, “Si l no hubiera muerto mi padre hubiera sido fraile, yo no hubie- ranacido y no iria en este autobris”, Dedicatoria Jecoien, de Sela onishas. LQ. Co. . “GIGS EG. Epic: I Yo. soy eam soy Su hermanita Sofia. Quizés Elena le rinda homenaje a Sofia en Un do pue Catita, el simbolo de la infancia en la obra de teatro, muere de dilteria. En esta pieza Elena utiliza la tradicin mexicana de los muertos vivos. Con gran humorismo satiriza {icin humana y los personajes muertos dial aspectos mezquinos de la co} nen sus tumbas develando cada cual su concepcidn de la vida. Al lado del héroe juarista aparece la abuela y sus prejuicios sociales; Lidia, el alter ego de la autora, para quien el mundo de la imaginacién condensa la verdadera existencia, y Catita cuyas frases reve Ian el atrevimiento, la inocencia y la autenticidad humana: Cama: Yo quiero ser el dedo indice de Dios Padre... La ventana que mire al mundo! soy Mis grandes amores: mi padre, mi tio Boni... Mi madre entra en otro ‘ tiera de la realida primera infancia de Elena en la Ciudad de México. En ella esta inspirado el personaje de la extranjera Eva de Un hogar sélido. Ex la memoria de Elena st tia era una mujer “guapisima” que muere Jos 26 aos porque nunca se adapts a la capital vivia do el mar. La recuerda en mn sillén meciéndose ala ver qu decia: “Me quiero ir, me quiero tr, Nécestto:el mar...Yo aqut nc puedo vivir’. Elena transforma los recuerdos en poesi n... ninguno de ustedes la conocié... estaba sobre una roc alta como tna ola. Batida por los vientos qu rrullaban en la noche, remolinos de sal cubrian Je estrellas marinas; ‘ cal dea cocina se doraba con ls manos soars de mi pa ce por as noches las criaturas del viento, del agua, del fuego, de a 1, entraban por la chimenea, se acurrucaban e amas, can >» - ban en las gotas de los lavaderos...;Tin!jtant tin! jin! jtin! tin bu tan! Yel y parcia por la casa como el suet

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