Está en la página 1de 4

Apto para Aprender y Enseñar

Importancia de la Educación Bíblica en el Liderazgo Juvenil

Introducción:
En abril del 2001, cuando recién iniciaba mis estudios bíblicos-teológicos, el profesor
Thomás Fuller, enseñando el curso “Introducción a la Teología” (en el Instituto Bíblico
“Betania”) expresó unas palabras que quedaron bien grabadas en mi mente, que
usualmente las repito a mis estudiantes. Fuller dijo: “No quiero que ustedes sean
teólogos parásitos”. ¡Qué deseo más profundo! ¡Qué comparación más dura! Pero, ¿qué
significan estas palabras?
Los parásitos (parasitosis) intestinales viven a expensas de otra especie (en este
caso los humanos); alimentándose de todo lo que consume el hombre, ya sea para su
bien o para su mal (como los antihelmínticos – fármacos que destruyen a dichos
organismos). Estos son tan ociosos que viven de lo que otros comen.
La comparación es buena aunque muy dura. Pueden haber teólogos, pastores,
maestros y líderes juveniles parásitos; y quizá sea su caso. Sucede cuando usted se
alimenta de lo que otros han investigado e incluso de ideas heréticas (que pueden ser
novedosas). Esto podemos verlo muy a menudo cuando alguien es programado para dar
una enseñanza o prédica en el grupo juvenil. ¿Qué sucede? El encargado tiene varias
opciones: 1) Va al internet y baja un sermón novedoso y repite las mismas ideas, 2) se
compra un libro de sermones y hace lo mismo que el anterior, 3) invita a un hermano
para que ocupe su lugar, 4) se arriesga a predicar y da un chamullo porque no tiene
conocimientos, y 5) investiga responsablemente un tema y la expone como un privilegio
que Dios le ha conferido. Las opciones 1 al 3 las comete muy a menudo un “predicador
(agregue cualquier título) parásito”. La opción 4 lo hace alguien que decide dejar de ser
“parásito” pero no cuenta con los recursos necesarios. La 5º opción lo hace aquel siervo
aprobado por Dios (2 Tm. 2:15), aquel que es responsable y busca ayudar a los jóvenes
que tiene bajo su cuidado.
En el presente cursillo se busca concientizar sobre la importancia de la
educación bíblica en el liderazgo juvenil, bajo el título “apto para aprender y enseñar”.
Y con esto evitar la proliferación de “parásitos” (disculpe si el término es ofensivo) y
fomentar una generación de jóvenes investigadores bíblicos que guíen a muchos a la
madurez y la perfección cristiana (Ef. 4:11-12). Para cumplir con los objetivos, la
exposición se divide en tres puntos: 1) Fundamentos para la educación bíblica, 2)
propuestas para la educación bíblica y 3) llamado al santo ministerio. Los dos primeros
puntos van dirigidos a todos los líderes juveniles como responsabilidad; y el tercer
punto será, a manera de estocada, para jóvenes específicos a quienes Dios los haya
llamado al santo ministerio a tiempo completo o parcial con proyección a impacto local,
nacional e internacional.
Y sin más preámbulos le animo a escuchar atentamente la exposición, leer
cuidadosamente el presente cursillo, orar constantemente para que el Señor le hable a su
corazón, y no permita que las distracciones le roben las bendiciones que Cristo tiene
para ti en esta hermosa Convención Nacional.
1. Fundamentos para la educación bíblica
El apóstol Pablo en los requisitos para los obispos o líderes de la iglesia
considera uno en particular: que sea “retenedor de la palabra fiel tal como ha sido
enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que
contradicen. Porque hay aún muchos contumaces, habladores de vanidades y
engañadores…” (Tito 1:9,10); “… apto para enseñar” (1 Tim. 3:2). El ser apto para
aprender y enseñar no es requisito solamente para los ancianos; esto es un principio de
liderazgo y los jóvenes están incluidos. Así declaró el apóstol Pablo al pastor Timoteo
(que por cierto, era joven): “… el siervo del Señor debe ser… apto para enseñar…” (2
Tim. 2:24). Pregunto: ¿Puede alguien enseñar si primero no ha aprendido? ¡No! Así que
manos a los libros.
En el liderazgo es importante ser un buen aprendiz y luego ser un excelente
maestro. En la Biblia hay ejemplos claros de la aplicación del mencionado principio,
pero aquí solo consideremos cuatro: Moisés (Ex. – Dt.; Dt. 6:1-3), los discípulos (Mt. –
Jn.; Mr. 3:14; Mt. 28:19-20), Pablo (1 Cor. 11:23), y Timoteo (2 Tm. 2:2).

2. Propuestas para la educación bíblica


2.1 Propuestas para aprender
El maestro Howard Hendricks, en su libro “Enseñando para Cambiar Vidas”,
dijo: “Si deja de crecer hoy, dejará de enseñar mañana” y “mientras vive, aprende; y
mientras aprende, vive”. El líder juvenil debe tener una constante preparación bíblica a
fin de cumplir fielmente la misión que el Señor le ha encomendado. Hendricks sugiere
tres puntos a considerar en el aprendizaje: 1) Mantenga un programa constante de
estudio y lectura, 2) matricúlese en cursos de educación continuada, y 3) conozca a sus
estudiantes.
Personalmente sospecho que la mayoría de los que están aquí tienen muy poca
preparación bíblica; por ello, les presento algunas ideas de capacitación:

Educación Personal: En la educación personal se requiere bastante disciplina, la


ayuda del Espíritu Santo (el maestro por excelencia del cristiano), y buenos recursos
bibliográficos. Entre los recursos que le recomiendo son: Biblia en varias versiones,
comentarios bíblicos, diccionarios bíblicos, la serie recursos (“hacia un ministerio
juvenil dinámico”, “hacia una pastoral juvenil”, “expediente X” de la editorial
CLIE), libros de pastoral juvenil (como “ayúdenme, soy líder de jóvenes” de Doug
Fields, “El ministerio juvenil dinámico” de Lucas Leys, “El ministerio juvenil
dinámico” de Jim Burns, “Ministerio de jóvenes con propósito” de Doug Fields), y
el software E-Sword (programa bíblico con muchísima versiones bíblicas,
comentarios y diccionarios) que se puede bajar gratuitamente del internet (www.e-
sword.net u otros vínculos en español).
Cuando realice un estudio personal de cualquier pasaje bíblico recuerde tres puntos
indispensables que debe incluir: Observación, Interpretación y Aplicación.
Educación a Distancia: La educación a distancia en Biblia y Teología no es común
(y tienen su costo). Pero se puede bajar buenos recursos (gratis) en temas de Biblia,
teología y ministerio juvenil en los siguientes centros virtuales:
www.especialidadesjuveniles.com; www.conpoder.com/jovenes.html;
www.recursosteologicos.org; www.apuntespastorales.com; y otros que se hallan en
la web. También puedes hacer uso de los cursos básicos por extensión, tales como
“Fuentes de Luz” y “ETE” (Estudios Teológicos por Extensión) que tienen convenio
con la IEP y se les puede encontrar en los centros teológicos de la denominación o
en sus representantes sinodales (visitar su web www.seaninternational.com/spanish).
Los estudios de educación teológica virtual tienen un costo módico (a comparación
de otras) y gratis que les pudiera sugerir para que llevar algunos cursos son: Centro
de Investigaciones Bíblicas (www.ceibi.net) y el Seminario Internacional de Miami
(www.miamiinternationalseminary.com/spanish). Si conoces a otros centros no te
apresures a estudiar si primero no sabes su tendencia teológica.
Educación Presencial: Una educación bíblica-teológica presencial tiene un
considerable costo y demanda trasladarse a la ciudad donde se ubica el Instituto o
Seminario. Sería bueno que los líderes juveniles estudiaran todo el pensum
académico que ofrece la institución (ya sea para diploma, bachiller o licenciatura),
pero se sugiere los siguientes cursos básicos: Homilética, Hermenéutica, Métodos
de Estudio Bíblico, Introducción a la Teología, Cristología, Teología Pastoral,
Consejería Pastoral, Apologética e Introducción al Antiguo y Nuevo Testamento.
Hay muchos centros teológicos en el Perú (y en el extranjero para quienes tienen
dinero) pero es recomendable estudiar en los institutos y seminarios de la misma
denominación, y en casos extremos escoger uno confiable.
La IEP cuenta con buenos centros de preparación teológica y usted puede elegir al
que está más cerca de su ciudad o por las facilidades que brindan; tenemos los que
brindan educación permanente: Instituto Superior de Teología de Arequipa (en
Chiguata), el Seminario Bíblico Sicuani (www.sebis.net76.net), el Instituto Bíblico
de Lima (ibl.iep.googlepages.com) y el Seminario Teológico Iglesia Evangélica
Peruana – Facultad de Teología y Ministerio – Huánuco (www.stiep-fatem.org).
También hay otros centros de la IEP que dictan cursos de manera no regular como
en Huancayo, Pisco, Anta, Arequipa, Chachapoyas y otros, que se deberían
aprovechar.
Algunos prefieren otros seminarios para estudiar, quizá por la facilidad, la cercanía a
su hogar, su status social o el nivel que ofrecen, pero ojalá que no sea por
menospreciar los centros de la IEP. Uno de los más elegidos es el Seminario
Evangélico de Lima (www.sel.edu) con tendencia teológica reformada (parte de la
iglesia presbiteriana). Este centro ofrece el diplomado en Ministerio Juvenil (los
lunes y miércoles).

2.2 Propuestas para enseñar


Una persona que se dedica a aprender y aprender pero nunca a enseñar es
semejante al Mar Muerto (ya que éste recibe aguas de diversos ríos pero no desemboca).
Así que, no esté muerto, desemboque sus conocimientos.
Antes de enseñar considere las siguientes frases de J.M. Price, en su libro clásico
“Jesús el maestro”:
“Mi lección más efectiva soy yo mismo”. “Las palabras del maestro llegarán
solamente hasta donde pueda llevarlas el poder proyectante de una buena vida”.
“La vida del maestro es la vida de sus enseñanzas”.
Felix Ortiz en su libro “Hacia una Pastoral Juvenil” propone cuatro
acercamientos educativos que sería bueno considerarlas:
El trabajo con el grupo de jóvenes (grande).
El trabajo con los grupos pequeños.
El trabajo a nivel personal.
Los campamentos, encuentros o retiros.
Cuando piense ser apto para enseñar no olvide aplicar los diversos métodos de
enseñanza (no solamente la conferencia) y recursos disponibles; y adiós monotonía. Así
mismo, sería bueno considerar en la educación juvenil un doble currículo: 1) Formación
de jóvenes y 2) Formación de líderes. Esta sugerencia (no mía sino de Felix Ortiz) debe
ser aplicada en las iglesias para el buen crecimiento y edificación del ministerio juvenil.

3. Llamado al santo ministerio


Estoy seguro (no porque haya recibido una revelación divina) que hay muchos
de los presentes que tienen un llamado del Señor para servirle a tiempo completo o
parcial en los diversos ministerios. De ellos, algunos ya están trabajando en la obra,
otros están preparándose, pero hay muchos que todavía no se deciden. Pero recuerde
que “irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios” (Ro. 11:29).
El Señor sigue preguntado: “¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros?”. Y
¿usted responderá como Isaías?: “Heme aquí, envíame a mi” (Is. 6:8). El Señor Jesús
declaró “… la mies a la verdad es mucha, mas los obreros pocos…” (Lc. 10:2). El
Apóstol Pablo preguntaba: “¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído?
¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les
predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán
hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!”
(Ro. 10:14,15).
Joven o señorita no le sigas diciendo ¡no! a la misión que el Señor te ha llamado
(recordando que toda liberación trae consigo una misión – Mr. 5:1-20). Hoy es
necesaria una generación de siervos de Dios con proyección a un impacto local,
nacional e internacional, con una buena preparación bíblica-teológica y secular. Y estoy
convencido que estoy en medio de futuros pastores, misioneros, evangelistas,
apologistas, autores de libros y profesores de Seminarios. Aquí hay líderes juveniles con
potencial que el Señor va usarlos maravillosamente. Así que joven o señorita le animo a
prepararse para el ministerio y si ya lo ha hecho póngase a trabajar, porque usted es una
herramienta afilada que si deja de ser usada, no dude que se oxidará.

Conclusión:
Al finalizar este pequeño cursillo le animo que deje de ser un “parásito”, evite
caer en el nivel del “mar muerto” y no permita que el “óxido” consuma su vida.
Haciendo esto tendremos una hermosa generación de jóvenes “líderes con corazones de
siervos”. A esto Dios nos ha llamado; o mejor dicho, le ha llamado. ¿Qué hará usted?

A. Beens Bartolo H.
Profesor en la FATEM

También podría gustarte