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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE CHIAPAS – Facultad de Arquitectura

Posgrado en arquitectura y urbanismo

Vanguardias arquitectónicas y urbanas


2do. Semestre, 23 de Abril 2010
Arq. Mauricio Mejía Álvarez1

Borja, Jordi2 (2005). “Espacio público y espacio político”. En Capítulo No. 6 de ‘La ciudad conquista’
Alianza, Madrid, España. Págs: 18-58.

I. Miedos urbanos y demandas de seguridad.

Existen un sin número de factores sociales y /o urbanos que propician estos miedos, por mencionar un el autor
hace referencia a la inseguridad de las personas de ellas mismas, por lo tanto la gran concentración de población
genera también un ambiente de incomodidad al perder la intimidad del habitante. Una de las condiciones que
también propician miedos urbanos son las ciudades vacías, podemos hacer opinión acerca de esta situación
donde las ciudades donde existe población flotante, pueden darse las condiciones de inseguridad como asaltos,
robos etc. La ciudad es la que determina el modo de vida de los ocupantes e inclusive la perspectiva errónea de
los mismos al aparentar que el que la ocupa esta en un estatus más o menos acomodado.

Podemos identificar tres tipos de ciudades:

La ciudad preindustrial: Donde los miedos a falta de gobernanza existía un ambiente de inseguridad del pueblo.

La ciudad de la revolución industrial: El maquinismo y la densificación masiva propició periferias urbanas de


alta peligrosidad al carecer de modelos que garanticen seguridad del habitante.

La ciudad actual: existen zonas preestablecidas por la funcionalidad de la ciudad, excluyendo a las minorías
considerándolas como una segregación social. Aunado a esta situación, la desocupación de los centros urbanos
por el desplazo del comercio y las compañías inmobiliarias de las áreas habitacionales, genera un ambiente de
inseguridad al carecer de ambientes propiamente de habitabilidad y garantías individuales por parte de los
encargados del orden y seguridad pública.

La crisis del espacio público y la seguridad ciudadana.

Podemos señalar que la privatización es la causa de las condiciones de sociabilidad de las zonas urbanas, el
espacio público entonces al verse afectado por la condiciones de privatización de servicios, accesos a grupos
sociales y políticos; provoca un ambiente de inseguridad ciudadana. Conjuntamente la privatización propicia
una especie de divorcio entre el Estado y los ciudadanos. Es una vez más el marketing de las inmobiliarias que
provocan la destrucción del planteamiento urbano establecido, manifestando un cambio acelerado y poco
integral de zonas urbanas, transformándolas en periodos muy cortos.

El concepto de agorafobia se emplea para describir el modelo económico y social, para visualizar dnde es más
rentable la ciudad excluyendo el resto.

1
Estudiante del 2do. Semestre del posgrado en Maestría en arquitectura y urbanismo, en la Universidad autónoma de Chiapas (UNACH)
2
Jordi Borja nació en Barcelona donde estudió Derecho y Ciencias Políticas. En París se licención en Sociología y Geografía y obtuvo un máster en Urbanismo. Ha
sido profesor en la Universidad de Barcelona y en el Instituto Francés de Urbanismo en París. Entre los diversos cargos políticos que ha desempeñado destacan el de
teniente de alcalde de Descentralización y Participación (1983-87), vicepresidente ejecutivo del Área Metropolitana (1987-1991) y delegado de Relaciones
Internacionales y de Cooperación (1991-1995). En la actualidad dirige la agencia Urban Technology Consulting. Entre sus publicaciones cabe citar Cities: New Roles
and Forms of Governing (1996), Barcelona: Un modelo de transformación urbana, 1980-1995 (1996), Local y Global (1997), Gestión y control de la urbanización
(2000, encuesta para la Comisión Europea), y La ciudad conquistada (2003).
Seguridad ciudadana: un desafío para las políticas locales. La desigualdad social y diversidad cultural.

Desigualdad es hablar de la causa que genera violencia en una ciudad, aunado a esta situación la pobreza
contribuye en gran medida a la generación de grupos vulnerables y grupos amenazados. Los pobres son los más
propensos a delinquir, debido a la desigualdad o segregación de los grupos acomodados. Con estas
aseveraciones es prescindible reiterar que no se trata de tipificar a los colectivos sociales marginados como
delincuentes en su mayoría, debido a que por un grupo minoritario delincuente no preestablece el
comportamiento de los demás.

Así mismo la diversidad cultural es considerada como factor de tensión y violencia urbana, debido a la
abundancia de intereses colectivos y comportamientos; donde una población arraigada difícilmente puede
adaptarse a una que quiera imponer sus condiciones de apropiación del espacio.

La creación de redes y mecanismos participativos podría dar solución a problemas de convivencia, que los
actores políticos deben de tomar en cuenta para garantizar al menos la seguridad ciudadana.

Políticas contra la exclusión.

Se vienen desarrollando bajo esta problemática políticas de inclusión en diferentes ámbitos, como el social,
cultural, género o edad.

Urbanismo: La legalización y regeneración del hábitat marginal, llevar servicios básicos.

Cultura: Garantizar ambientes de seguridad y actividades para la población externa.

Acción socio-económica y educativa: Generación de empleo y programas de educación en contra del


abstencionismo educativo.

La innovación política y legal: La nueva gestión y organización para los colectivos sociales excluidos.

Derecho a seguridad.

Este derecho no solo es para clases altas, los sectores marginados y bajos también tienen derecho a la seguridad,
políticas preventivas y tolerancia cero, no dejando ninguna agresión a los habitantes, que es represiva hacia los
grupos considerados de riesgo.

Relación social, integración e identidad.

Las relaciones sociales también incluyen la exclusión de habitantes que no cuentan con las condiciones
necesarias para poder insertarse en la dinámica de una sociedad, habitualmente viven en territorios donde la
ciudad demuestra un fracaso, la no ciudad. Existen problemas de estas relaciones donde los individuos no
cuentan con trabajos o ingresos estables. Una de las características del urbanismo es contribuir para no agravar
problemas de exclusión social y territorial, por ello es imprescindible contar con una buena planeación y
atención de los gobiernos municipales.

Existen tres puntos de partida: la creación de espacios que refuercen identidades, el reconocimiento de las
diferencias y la existencia de momentos y lugares de expresión.

El desafío y la aventura
El desafío consiste en analizar ofertas de inclusión y exclusión a la misma sociedad, El autor se hace una serie
de cuestionamientos sobre a quién se incluye y a quien se excluye, así como las circunstancias por las que éste
fenómeno es propiciado.

Como aventura iniciática es una manera de estudiar el ámbito urbano y su dinámica, existiendo al mismo
tiempo una crisis la cual manifiesta dos tipos de contradicciones: 1. Las libertades urbanas, heterogeneidad del
mercado del trabajo, la movilidad del espacio regional metropolitano así como mayor posibilidad de elección
del área de habitabilidad. 2. La ciudad actual: Contiene un enorme conjunto de servicios, atenciones y políticas
públicas que mantienen en tensión constante el actuar de sus habitantes, miedos urbanos.

La escuela y ciudadanía.

El acceso a la educación hoy en día es indispensable, determinante y competitividad, por tal motivo la
educación en la actualidad no garantiza el acceso al mercado del trabajo, con esta afirmación se gesta una serie
de mecanismos selectivos para la población que aspira a buenas condiciones laborales futuras.

Conclusión.-

Debemos tomar en consideración que los actores políticos en sus diversos niveles atienen en primer instancia a
los sectores más inmediatos o próximos a ellos, excluyendo y rezagando a la clase mayoritaria, en este caso los
colectivos sociales marginados, dejando el concepto integral de una ciudad a un lado.

Los modelos de gobernabilidad son propios de la ciudad específica, ninguna es exactamente igual, esta
dinámica de las ciudades necesita entonces de modelos distintos. Es urgente darle a la ciudad ambientes de
seguridad y atención a los sectores marginados.

El ofrecimiento de tranquilidad, seguridad y menos agresividad como el tráfico, contaminación y apropiación


del espacio público, así como la atención a la imagen urbana de la ciudad, específicamente al mobiliario urbano
el cual proporcione las condiciones de comodidad y apariencia estética agradable.

El autor manifiesta la urgencia de la ciudad-casa, la cual las políticas públicas y políticas nos garanticen las
condiciones necesarias de nuestra propia ciudad, estas deben de ser holísticas que integren la convivencia de sus
ocupantes y que conduzcan a un ambiente de éxito y no de exclusiones.

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