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Taller de Lectura

Lic. Juan Carlos Baena

Nubes por todas partes


Por Enrique Dans
Veo nubes por todas partes. Y no, no estoy dando el parte metereológico. La idea del
cloud computing, la materialización de la mítica frase acuñada en Sun Microsystems,
“the network is the computer”, aparece cada día más como la frontera principal entre la
informática del siglo pasado y la de éste.
Un siglo pasado anclado a la máquina, al ordenador personal, al sueño de “un
ordenador en cada casa“, enfrentada a un momento actual que extiende el concepto
mucho más allá: múltiples ordenadores adaptados a cada uso, unidos a una pléyade de
dispositivos de otros tipos, y todos ellos accediendo a la misma información con
idéntica facilidad y coherencia.
Un mundo en el que el sistema operativo pierde toda su importancia más allá de
proporcionar el acceso a los recursos de la máquina, convirtiéndose en una capa
finísima, casi invisible al usuario, que éste prácticamente no toca, y que se limita a
garantizar eficiencia, estabilidad y seguridad.
Sobre él, el navegador como ventana abierta a la red, interactuando con los recursos
de la máquina para gestionar las diferentes situaciones de conexión/desconexión, y
accediendo a aplicaciones y datos situados en la red de manera natural, en los
diferentes proveedores, donde pueden ser accedidos desde cualquier máquina por
todos aquellos que deben acceder a ellos.
La nube va a ser, sin duda, la nueva frontera. Y lo va a ser en los dos ámbitos clásicos
de la tecnología: en el personal, y en el corporativo.
En el mercado de consumo, el de los usuarios de a pie, estamos ya viviendo una
notable transición a la nube de la mano de algunas empresas entre las que se destaca
Google: correo, agenda, documentos, fotos, referencias, anotaciones… todo lo que un
usuario necesita, disponible desde cualquier terminal tras una autenticación simple.
Unido al auge de la ultraportabilidad, a la conectividad cada vez más barata, plana y
ubicua, y al crecimiento del mercado de los smartphones - con BlackBerry, iPhone y el
recientemente anunciado G1 como protagonistas principales, - nos disponemos a ver
una evolución vertiginosa en el modelo de uso por parte de los particulares: ¿quién

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quiere su correo, su agenda o ese proceso de textos de cuyas prestaciones no llega a


usar jamás más del 3% confinados en el disco duro de un solo ordenador, inaccesibles
cuando está lejos de él o se encuentra apagado?
Pero la evolución en el mercado de consumo no será nada comparado con la del
mercado corporativo.
Caracterizadas por su lentitud y conservadurismo en la toma de decisiones, las
empresas, procedentes de un doloroso pasado de implantaciones faraónicas
costosísimas, verán disipados los cuentos de viejas sobre los terribles peligros de tener
los datos más allá de los protectores muros de la sede corporativa gracias a historias
de éxito como Salesforce y muchas más, y presenciarán como aquellas empresas más
ágiles en la migración a la nube empiezan a disfrutar de costes mucho menores,
funcionalidades enormemente extendidas en la dirección adecuada, y soporte para
colaboración simple, eficiente y seguro.
En poco tiempo, el data center corporativo estará tan fuera de lugar como construir tu
propia central eléctrica o tu propio pozo de agua, salvo en el caso de aquellas
empresas, no muchas, que por dimensión o tipo de negocio opten por “construir su
propia nube”. Decididamente, en la informática corporativa nos disponemos a
presenciar una revolución.
Hace varios meses, tuve una reunión con mis amigos de Oracle. Oracle es una
emrpesa a la que tengo un gran cariño: la primera que, a mi vuelta de Estados Unidos,
confió en mi capacidad de dirigirme a una audiencia de manera independiente para
hablarles de mi visión de las tendencias en tecnología, para que ellos enmarcasen
posteriormente sus productos en lo que representaba su interpretación de aquellas
tendencias.
En aquella ocasión había sido en torno al CRM: en esta ocasión, me pedían repetir
algo parecido, pero para sus aplicaciones de PYMES. Sin embargo, y a pesar del gran
incentivo que supone trabajar con buenos amigos, esta vez no funcionó: mi visión de la
tecnología para las PYMES ya no coincidía con la que ellos presentaban.
Mientras ellos seguían “en La Tierra” con aplicaciones clásicas, yo ya tenía claramente
“la cabeza en las nubes”, y nuestros mensajes no podían ser alineados fácilmente. Por
eso me ha encantado escuchar, en ese Oracle Open World que se está celebrando en
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San Francisco al que me invitaron pero al que no he podido asistir por problemas de
agenda, las declaraciones del Vicepresidente Ejecutivo de Desarrollo de Producto,
Chuck Rozwat, en las que deja ver un futuro de orientación a la nube:
“The currently experimental market will mature into a service for businesses as people
will migrate more and more serious/mission critical applications to the cloud”
convirtiendo así a la división de products on-demand de la compañía y a las iniciativas
de trabajo con la Amazon Elastic Computing Cloud en uno de sus activos más
estratégicos.
La transición a la nube no va a ser sencilla para Oracle, como no lo será para muchas
otras empresas de tecnología acostumbradas a un modelo más de producto que de
servicio, pero claramente, nos muestran cuáles son las tendencias y donde se
encuentra el futuro. En breve veremos muchos más capítulos de esta saga:
proveedores migrando sus ofertas, y empresas anunciando su adopción.
El futuro está en las nubes.
Miércoles, Septiembre 24, 2008
Tomado de: Comunidad Pensamiento Imaginactivo

1. Realiza un mapa de conocimiento resaltando las ideas principales, las ideas


secundarias y las ideas periféricas.

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