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El Vaticano levanta las sanciones al teólogo

Leonardo Boff un mes antes de lo previsto

El teólogo brasileño Leonardo Boff, uno de los principales impulsores de la teología de la


liberación, ha visto levantadas sus sanciones el pasado sábado por decisión de la curia romana,
según se supo ayer en Brasil. Boff, que pertenece a la orden franciscana, había sido condenado
por el Vaticano, concretamente por la Congregación para la Doctrina de la Fe, el 8 de mayo de
1985, a un año de silencio. El sacerdote franciscano, que enseñaba teología en el seminario
brasileño de Petrópolis, 80 kilómetros al norte de Río de Janeiro, y cuyo libro más conocido fue
Iglesia carisma y poder, había sido acusado por la curia vaticana de "desnaturalizar las
enseñanzas del Concilio Vaticano lI" y de haber recurrido al análisis marxista.

Partidario de la "opción privilegiada de los pobres", a Leonardo Boff el Vaticano le prohibió


durante un año dar conferencias y conceder entrevistas a la Prensa, así como continuar su
obra de escritor. Este castigo le ha sido levantado ahora, poco más de un mes antes de que se
cumpliera la fecha prevista. Boff conoció la noticia el mismo sábado por la noche, cuando
volvía de celebrar misa en una favela de los suburbios de Petrópolis, y declaró: "Es un gran
regalo de Pascua, soy muy feliz".

El domingo pasado, durante la misa celebrada en el convento franciscano de Petrópolis, donde


reside Boff, el padre Olmiro, también franciscano, dijo a los fieles: "A imagen de Cristo el día de
Pascua, el hermano Leonardo acaba de resucitar en la misma fecha para la Iglesia y para su
trabajo en favor de los pobres y los oprimidos". Los asistentes prorrumpieron en grandes
aplausos. Boff, sin embargo, ya no se encontraba en Petrópolis, sino que había partido hacia
Curitiba, localidad situada al sur de Brasil.

Nuevo documento

El levantamiento de la sanción llega en un momento en que el Vaticano se apresta a publicar


un nuevo documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe sobre la teología de la
liberación, un mes después de la reunión que mantuvieron en el Vaticano el Papa y las más
altas jerarquías de la curia con los dirigentes de la Confederación Nacional de Obispos
brasileños.La polémica entre Boff y el Vaticano se remonta a tres años atrás, especialmente
desde el momento de la publicación de su libro Iglesia, carisma y poder, en el que el teólogo
brasileño se mostraba partidario de una "Iglesia liberadora" y de las comunidades de base, en
detrimento de la jerarquía católica.
Sin embargo, tras ser condenado por el Vaticano a un año de silencio, Boff manifestó que no
era marxista.

Enfrentamiento con Ratzinger

Llamado a consultas varias veces por el Vaticano, Boff mantuvo un claro enfrentamiento con el
cardenal alemán Joseph Ratzinger, prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, ex
Santo Oficio, con quien se entrevistó varias veces en el curso de una serie de lo que
eufemísticamente se denominaron "conversaciones fraternales".Boff tiene en la actualidad 46
años, cabello rojizo y ondulado, y usa gafas de gruesos cristales. A pesar de su apariencia un
tanto desgarbada, posee un indudable talento oratorio. Es hijo de emigrantes sicilianos y tiene
un gran carisma, reconocido por todos en sus múltiples intervenciones antes de que se le
ordenara guardar silencio absoluto durante un año por el Vaticano.

Su condena en mayo de 1985 produjo una fuerte conmoción entre los medios más
progresistas de la Iglesia católica, que tildaron el proceso de inquisitorial, llegando a presentar
un recurso ante el Vaticano por considerar que no se le había concedido a Boff la posibilidad
de defenderse de las acusaciones que se le hacían. Sin embargo, el teólogo aceptó
inmediatamente la sanción y ha permanecido en absoluto silencio desde entonces acatando
las reglas de la Iglesia, de la que se negó en todo momento a separarse.

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