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Lo que se sospechaba era brutal realidad: la FIFA no era un asunto de ftbol sino
un medio para que un grupo de facinerosos se apropiara de millones de dlares a
lo largo de los aos. Y tanto Blatter, como la mayora de directivos de la FIFA, eran
ms una pandilla de ladrones que los conductores del deporte que ms seguidores
ha tenido a lo largo de la historia. De este embrollo delincuencial ya se desprenden
al menos tres conclusiones.
La primera es que el escndalo estall por la accin de la justicia de un pas
(EE.UU.), particularmente por el decidido impulso de la Fiscal General Loretta
Lynch. Pas que no es sede de la FIFA ni uno en el que el ftbol sea el deporte
ms popular. Tampoco el territorio en el que se habran producido la mayora de los
delitos, que tienen que ver con contratos de difusin televisiva o con las decisiones
sobre las sedes de los mundiales.
Es un caso muy poderoso de justicia internacional sobre delitos transnacionales.
Ejercida no por un tribunal internacional sino por tribunales nacionales, a partir de
que algunos de los eslabones del delito tocaron espacio estadounidense (por
ejemplo, una cuenta bancaria). Como es ms que obvio, la repercusin del paso
dado por la Fiscala estadounidense seguro no se habra producido si se hubiera
tratado del Fiscal General de un pas menos poderoso en el escenario global. Sea
como fuere, se avanza en un poderoso precedente en el enfrentamiento de la
corrupcin transnacional y eso es bueno.
Al no existir un tribunal internacional para este propsito, tiene tanto legalidad
como legitimidad jurdica el paso dado. Cierto que adems de ello hay una
evidente real politik que llev a que, viniendo de quien vena, la investigacin se
tradujera en una efectiva y contundente respuesta de las autoridades suizas
deteniendo a quienes la fiscala norteamericana haba sindicado.
La segunda conclusin es la utilidad de lo que en el derecho de varios pases se
conoce como la colaboracin eficaz, que se ha probado nuevamente ser
fundamental para investigar el crimen organizado y este tipo de crmenes
transnacionales. Todo lo que est cantando el sper locuaz Chuck Blazer,
tesorero de la Concacaf, est permitiendo desenredar una de las ms grandes
madejas de corrupcin de los ltimos tiempos. Figura ajena al derecho continental
europeo, la colaboracin con la justicia de quien ha delinquido, a cambio de