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Teórico 2 16-4-08 Historia de la filosofía IV

Seguimos con Sartre

Crítica al segundo Husserl que recupera el yo trascendental y para Sartre es inútil y


absurdo; tal yo a priori que implicaría el detenimiento del flujo intencional constante de
la conciencia. La existencia de tal yo a priori impone a los objetos intencionados sus
atributos.
No hay dicotomía sujeto-objeto, no hay sujeto porque no hay subjetividad  no hay
objeto. Hay diversas conciencias intencionales cuya realización se da en el tiempo
La personalidad nunca está acabada, pues resultaría detener el flujo de la conciencia
hacia lo que ella no es. el yo trascendental es la muerte de la conciencia que es un
absoluto no substancial

Primer grado de conciencia: conciencia de un en sí (un objeto) con atributos y


sustancia que no posee la conciencia. Es conciencia no posicional de sí misma pero sí
del objeto. Hay objeto desde que la conciencia intencional es afectada por el objeto
intencionado, en el proceso de salida hacia lo que no es ella. Hay una suerte de
atracción de aquello que es lo otro que atrae hacia sí la intencionalidad de la conciencia.
 Se invierten los términos cartesianos de preminencia del sujeto. Si llega a haber
sujeto es porque hay objetos. La sustancialización del sujeto nunca está realmente
acabada, pues si así fuera moriría.
Conciencia pre-reflexiva, no da lugar a un yo ni para otras instancias (ej: icc que esté
oculto pero tenga determinada sustancia y determinadas cualidades).
Critica a Kant, el yo como centro de opacidad. Admitir un yo de derecho implica
admitir la posibilidad de que un yo intervenga en la sustancialización que dará lugar a la
personalidad, lo cual desvirtúa la pureza de la conciencia pues la convertiría en un en sí
Características de la conciencia al comienzo:
• Pureza, como transparencia (carencia de sustancia, cualidades, estados, etc.).
• Emergencia (hacia lo que es ella misma).
• Espontaneidad.

Asis: ¿la muerte sería la consumación de la conciencia?


Bayarres: eso es más de Heidegger que de Sartre, pero en el Ser y la Nada hay un
acercamiento a ese concepto.

Dos corrientes respecto a la conciencia:


• La conciencia es conciencia de sí mismo (como en Descartes).
• La conciencia es conciencia intencional (Sartre, Brentano, Husserl, Heidegger, etc.)

Dos conceptos asociados: ser y parecer. Ser es parecer como mostrarse, manifestarse.
No puedo ser algo si no soy para una conciencia intencional, lo mismo que el otro es en
la medida que se aparece en mi conciencia intencional  solo hay fenómenos 
importancia del cuerpo.

La conciencia capta fenómenos y se construye a partir de ellos. Nada es objeto en sí


mismo ni sujeto en sí mismo. Se es sujeto u objeto en la medida en que se está en un
polo o el otro, pero aquí no se es ninguno o se es ambas cosas a la vez. Soy un en sí
para otra conciencia intencional, etc.
p.22 retoma el planteo del 2º Husserl (meditaciones cartesianas) donde Husserl vuelve a
un yo trascendental  Sartre acuerda con el primer Husserl.

“Existencia absoluta a fuerza de inexistencia” porque el ser es aparecer  la conciencia


será su propio objeto cuando aparece un objeto para la conciencia. La conciencia existe
cuando lo otro se presenta  Nihilización de la conciencia, negación de la conciencia,
se convierte en nada cuando aparece el fenómeno porque lo que está es el fenómeno.
La conciencia noe s de sí sino conciencia de ser conciencia de un fenómeno. Se
convierte en nada porque lo que está es el fenómeno  hay una nada entre la conciencia
y el fenómeno.
Este proceso se produce en el tiempo, para luego dar lugar a otras instancias de la
conciencia. Si admitiéramos con el 2º Husserl que este cogito que tiene un yo por
detrás y posibilita este pasaje  le quita la traslucidez a la conciencia fundamental para
la nihilización de la conciencia  no puede admitir la existencia de un yo.
Es preciso que la conciencia sea un absoluto inexistente que tendrá existencia cuando se
nihiliza. La existencia depende de la anulación. Su anulación le permite llegar a ser un
existente.
El sujeto no se construye a sí mismo aisladamente del mundo sino que es lo que es
porque hay una serie de existentes que la hacen posible. No hay subjetividad previa y
predominante.
Llegamos a la construcción de la subjetividad porque hay existentes que son tomados en
cuenta. Por eso somos existentes. Lo mismo al revés. Los existentes alcanzan su
objetivación porque yo los tomo como objetos existentes. Hay una interdependencia y
somos mutuamente responsables  consecuencias prácticas que veremos al final.
El hombre sartriano no es un espectador que contempla, es un autor responsable de su
persona y la persona de los demás. Nos vamos construyendo unos a otros, lo cual
implica romper con que ya a priori somos algo casi impenetrable. No hay una
intimidad propia en la que solo yo puedo penetrar. Yo me voy a conocer a partir del
otro y viceversa. Al principio yo me veo como me ve el otro. La mirada del otro se
presenta con mucha fuerza. Lo que Descartes consideró cualidades de un yo íntimo no
es así, son cualidades que están en el otro y genera determinados estados en mí. Mis
estados son generados por la presencia del otro como fenómenos, que se me presenta
con determinadas cualidades.

Segunda etapa:
El cogito como conciencia reflexiva.
Sartre se traslada de la conciencia prereflexiva a la reflexiva. En conciencia reflexiva
hay un yo que piensa, que es apresado en la intuición inmediata y en la apoyada en la
memoria. Lo apresado es un yo protagonista de esa intuición inmediata.
Lo apresado es un yo presente en esa intuición de un objeto intencionado.
Sartre introduce la idea de unidad, de un yo que trasciende las conciencias, ya sea como
protagonista de la captación de la otra de las conciencias o como presentes.

Ej del tren.
Viajando en tren percibo el paisaje. Luego recuerdo ese acontecimiento, yo me veo o
mi conciencia ve una unidad entre el acontecimiento pasado y el recuerdo que mi
conciencia posee de tal hecho  hay una unidad entre esa intuición mediata de recordar
y esa intuición inmediata de percibir el paisaje.
Aparece una unidad que me permite distinguir entre una instancia de la conciencia y
otra. Puedo distinguir el recuerdo de la vivencia actual, pero también puedo vislumbrar
la unidad.
El yo aparece gracias al fenómeno que se me presentó, que posibilitó la percepción
inmediata y luego la intuición mediata. Sin fenómeno n ose puede construir un yo.
EJ: Autismo  falta de construcción de un yo porque no se toma en cuenta lo otro;
cuando se habla en tercera persona de lo otro; cuando se proyecta lo propio en lo otro.
Hay una conciencia interna del tiempo, no confundo lo vivido con lo recordado.
El factor memoria es primordial porque sin recuerdo no hay un yo, no hay continuidad
en las vivencias que unifiquen un yo.
p. 23
El cogito cartesiano es de segundo grado, porque en el primer grado hay una conciencia
pre-reflexiva, primera paso hacia la conciencia reflexiva. No se puede considerar un
cogito a priori.
Sartre: hay una ontología previa y fundamento a la gnoseología. El yo pienso resulta de
una construcción que requiere la existencia. Existo y hay existentes, luego pienso.
El cogito es resultado de un proceso con la conciencia pre-reflexiva en su base.
EXISTO LUEGO PIENSO
Aquí el luego sí es temporal.
La construcción del cogito es a partir de los fenómenos que se le imponen a la
conciencia pre-reflexiva. Para que la conciencia se tome a sí mismo como objeto, es
preciso que ésta antes se haya nihilizado para dar lugar al fenómeno. La conciencia se
anula para recuperarse de otro modo. Si no aparece el fenómeno no hay cogito.
Apresar un pensamiento es apresar un yo que se muestra presente en diversos tiempos.
p. 24
Desdoblamiento de la conciencia en reflexionante y reflexionada (objeto de reflexión de
la reflexionante). No es objeto de sí misma sino que su objeto es la conciencia
reflexionada como antes era posicional del objeto en sí.
No hay conciencia posicional de sí si no hay tal desdoblamiento. No hay conciencia
reflexionante de sí misma. La conciencia que dice yo pienso no es la que piensa. Toda
conciencia reflexionante es irreflexiva  Tercer grado, pero sin ad infinitum.
La conciencia reflexionante no es de sí misma  no es un yo pienso. El yo pienso es
de una conciencia que es posicional  la reflexionante está al servicio de la
reflexionada, requiere de lo que no es ella misma para ser.
Es el mismo mecanismo que en el primer pasaje. El yo pienso no puede estar en la
reflexionante porque sería Descartes.
Cfr. Horacio que mira los cuadros pero no está en los cuadros.
 necesidad de un acto de tercer grado para que la reflexionante sea reflexiva.

El yo (moi) 
Sartre hace una egología, una fenomenología del ego que por definición es la totalidad
de la personalidad. Tiene dos caras: el yo = unidad de las acciones y un yo (moi) que
puede identificarse con el yo psicofísico porque es la unidad de estados y cualidades.
Es el correlato de la conciencia reflexiva.
Yo y yo (moi) = 2 caras del ego.
En ppio no hay yo, en la conciencia pre-reflexiva. Esa unidad de acciones que
constituye el yo está en potencia, latente pero no en acto porque la unidad de las
acciones solo es reconocida cuando la conciencia reflexionante es posicional de la
conciencia reflexionada en la que aparece el yo pienso.
Ej: el libro: al leer conciencia es conciencia de otra cosa, pero la unidad no se da a
nuestra conciencia. Cuando recuerdo todos esos objetos, ahí aparece esa unidad dada
no por la conciencia sino por los atributos de los objetos intencionados cuyas cualidades
dan a mi conciencia reflexionada una materia de reflexión que constituye esa unidad del
yo pienso.
El yo pienso no está preformado a eso. La unidad se origina en los objetos
relfexionados.
Así se constituye la unidad de las acciones posibles porque los objetos reflexionados se
muestran como poseyendo una unidad.

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