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“La nueva universidad en el IIIº Reich”

Por Martin Heidegger


Introducción y Traducción:
Nicolás González Varela

A modo de introducción:
El filósofo Karl Jaspers recordaba en sus
memorias parciales Notizen la siguiente
anécdota: “En mayo de 1933… le dije:
¿Cómo puede gobernar a Alemania un
hombre inculto como Hitler? ‘La educación
es algo totalmente indiferente’ (ist ganz
gleichgültig)–, me respondió Heidegger:
‘¡Vea usted sus maravillosas manos!’”. Son
bien conocidas y documentadas las
relaciones íntimas, las afinidades
profundas entre el filósofo Martin
Heidegger y el nacionalsocialismo. Sin
embargo tanto él como sus hagiógrafos y
los heideggeriannes en general han tratado
de negar, obturar o minimizar los rastros
de este compromiso político que cuestiona el núcleo de su analítica existencial y
de la dimensión ética de su filosofía. La hermenéutica de la inocencia sostiene
que incluso su paso institucional por el rectorado de la universidad de Freiburg,
intervenida por los nazis, entre 1933-34, fue una misión llena de buenas
intenciones para evitar que el nacionalsocialismo “politizara” la bendita
autonomía académica del mandarinado alemán. Heidegger, en sus dos
justificaciones post festum, tanto en Das Rektorat 1933-1934. Tatsachen und
Gedanken (1983) como en la planificada entrevista póstuma “Nur nor ein Gott
kann uns retten” a la revista Der Spiegel (1976), declaró que sus actividades,
como rector de la universidad intervenida por los nacionalsocialistas, las había
aceptado basadas en su propia filosofía práctica. Escuchemos su descargo: “El
motivo que me determinó a aceptar el rectorado fue enunciado en una
conferencia inaugural pronunciada en la Universidad de Freiburg en 1929, ¿Qué
es la metafísica?: ‘...los dominios de las ciencias están separados los unos de los
otros de modo lejano. La forma en que las ciencias tratan sus objetos es cada vez
más radicalmente diferente. Esta multiplicidad de disciplinas dispersas no
posee ya hoy otra coherencia que la que le es otorgada por la organización
técnica de las universidades y facultades, y no tiene nada en común sino en la
utilización práctica que se ha hecho de sus especialidades. En compensación, el
enraizamiento de las ciencias en el fundamento de su ser es algo muerto...’ Lo
que he intentado hacer, durante el tiempo en que duraron mis funciones,
respecto al estado en que se hallaban las universidades, hasta en las formas
extremas que han tomado hoy, se halla expuesto en mi discurso de asunción al
rectorado… La autoafirmación del principio de la Universidad apunta contra la
pretendida ‘Ciencia política’ que, ya desde esa época, se reclamaba dentro del
NSDAP por los estudiantes nacionalsocialistas. Ese nombre de ‘Ciencia política’
tenía entonces un sentido del todo diferente del que se le asigna hoy; no
designaba a la politología, sino que quería significar lo siguiente: la ciencia
como tal, su sentido y su valor, se mide según su ‘utilidad práctica’ para el
Pueblo. La posición contraria a esta politización de la ciencia está
específicamente enunciada en mi discurso del rectorado.”

Por supuesto que todo esto es una gran fábula construida ex post para justificar
su total adhesión y fidelidad a Hitler y su estado. Señalaremos aquí
simplemente que Heidegger “politizó” en sesgo nacionalsocialista su
universidad, que instauró el Führerprinzip (Principio del Líder) por primera vez
en toda Alemania. El Führerprinzip es entendido, por Heidegger, como el
presente y el futuro del Dasein alemán, su propia y peculiar ley interna en su
realidad efectiva, principio que le permitirá y le otorgará la posibilidad
excepcional de hacer, por sí mismo, directamente, la decisión más sublime y
libre de todas: si los alemanes, en cuanto comunidad racial, quieren su propio
Dasein o si eso es lo que no quieren. Aquí queda claro que el Führer, auto
seleccionado entre los mejores por su capacidad en administrar con la
phrónesis la energía para marchar en el deber y en la vocación más completos
con su comunidad, no es el Líder u ocupa simplemente el lugar del poder
porque esta de acuerdo con la voluntad de sus seguidores, ni tiene meramente el
comando político, nada de ello. Para Heidegger el Führerprinzip significa
convicción, certeza, certidumbre e inspiración, significa que uno está poseído
por la visión phronética, el Augenblik que permite centrarse en lo esencial y que
incluye la verdadera retórica que ha crecido fuera de su propia experiencia
individual, en y con su Volk y su generación. Si quedaban dudas del
“apoliticismo” del Rektor Heidegger podemos analizar sus nombramientos
académicos, todos notorias figuras militantes del NSDAP (entre paréntesis el
número de afiliado al partido nazi): Nikolaus Hilling (Gau Baden, Nº 4026344),
Edouard Rehn (Gau Baden, Nº 3126323), Georg Stieler (Gau Baden, Nº
2910169), Wihelm Felgenträger (Gau Baden, Nº 5438497), Hans Mortensen
(Gau Baden, Nº 289669), Kurt Bauch (Gau Baden, Nº 31096282), Otto Risse
(Gau Baden, Nº 3109698) y Julius Wilser, militante igualmente del Gau Baden
y especialista de los conocimientos geológicos en la guerra. Se debe destacar
asimismo a Erik Franz Wolf, nombrado decano de la Facultad de Derecho, (Gau
Baden, Nº 4715792), amigo y persona de confianza de Heidegger, fue nombrado
decano el 1 de octubre de 1933, tenía entonces 31 años y se destacaba como un
teórico extremista en la filosofía del derecho del totalle Staat; habría de escribir
una obra seminal para la legitimación jurídica del SS-Staat: Das Rechtsideal
des Nationalsozialistischen Staates (El ideal jurídico del Estado
Nacionalsocialista, 1934); después de 1945 se arrepintió, al contrario del
sepulcral silencio de Heidegger, de su adhesión política al nazismo
públicamente. Este es el equipo académico de Heidegger para recuperar la
perdida autonomía de la universidad alemana… Pero también basta leer este
discurso para darse cuenta del grado de compromiso personal y filosófico con el
IIIº Reich, incluso del grado de radicalización del propio Heidegger dentro de
las líneas internas del movimiento nacionalsocialista. Se trata de jornadas de
formación político-racial en la ciudad de Heidelberg organizadas las
Studentenschaft, que no eran meros centros de estudiantes apolíticos, sino un
bastión de las fuerzas paramilitares nazis, SA, cuyo jefe en la época era el
ingeniero Oskar Stäbel. Las SA entre otras acciones crearon y administraron los
primeros campos de concentración y organizaron la quema pública de libros en
mayo de 1933 como los pogroms anti judíos de 1938. El rol de Heidegger tenía
sentido dentro de un plan nacional de renovación nacionalsocialista de las
universidades a nivel nacional, que incluían cuerpo de profesores y estudiantes.
La idea era crear una comunidad racial de estudiantes y profesores, que a
mediano plazo generaran y formaran los futuros Führers de la Gran Alemania.
Éste era el lugar estratégico de esta conferencia, que repitió en la universidad de
Kiel, allí dicta la misma conferencia pero con variantes. El rector de la
universidad de esta ciudad era el químico-físico Kart Lothar Wolf, militante
activo del nazismo, que le enviaba a Freiburg dotaciones de estudiantes para sus
cursos de adoctrinamiento que Heidegger daba en el famoso “campo científico
de trabajo” en Todnauberg. Las peripecias de este laboratorio científico-político
de Heidegger lo describe con detalles el historiador Hugo Ott. La conferencia en
Tübingen se integraba asimismo en el marco de las actividades llevadas a cabo
por organizaciones nazis, en este caso el Kampfbund, creado en 1933 por el
ideólogo Alfred Rosenberg. Heidegger además tomará parte activa en la
campaña por la reelaboración de los estatutos de la universidad en el Estado
federado de Bade. Esa nueva constitución, promulgada el 21 de agosto de 1933,
anula la elección de los decanos por representantes de profesores, dándole ese
poder exclusivamente al Rektor-Führer. Éste será elegido a su vez por el nuevo
Ministerio de la Educación, el Reichsministerium für Wissenschaft, Erziehung
und Volksbildung, cuyo ministro era el dr. Bernhard Rust. Heidegger menciona
en su texto autojustificatorio de 1945 el carácter superficial de su militancia
partidista, para agregar enseguida que se trataba de “simple formalidad” (nur
eine Formsache) (GA 16, 384). Como puede verse en la conferencia, Heidegger
aplica sin más las categorías existenciales de su libro Sein und Zeit de 1927: el
Dasein, el concepto de autenticidad, la Decisión… En otro discurso público
sobre la educación nacionalsocialista en 1934 Heidegger aclara su concepto
völkische de ciencia: “‘Ciencia’ (Wissenschaft) ya no es la posesión de una clase
privilegiada de ciudadanos (Klasse der Bürguer), que abusa de esta posesión
como medio de lucha en la explotación (Ausbeutung) del pueblo trabajador
(werktätigen Volkes). Más bien, Ciencia es meramente la forma más rigurosa y
más responsable de ese conocimiento en que el Pueblo Alemán en su totalidad
debe buscar y demandar por su propia existencia histórica como Estado (seines
eigenes geschichtlit-staatliches Dasein) necesario para afianzar y asegurar su
continuidad y grandeza y preservarla en el futuro. El saber de la verdadera
ciencia no difiere en nada en su esencia (Wesen) de los saberes del campesino,
del leñador, del minero, del artesano. Porque saber significa: reconocerse en el
mundo en el cual hemos sido arrojados, como comunidad e individuo.” La
repetida pregunta de si existe una “relación interna y necesaria” entre la
analítica de Sein und Zeit y sus percepciones y valoraciones políticas, carece de
sentido. Creemos que hay que invertir la cuestión: explicar cómo en la ontología
heideggeriana existen indicios suficientes para hablar de una filosofía política in
nuce. Una filosofía práctica viva, que lo llevará, desde años anteriores a 1930, a
las proximidades del polo ideológico nacionalsocialista. En suma: lo que aquí
hacemos no es otra cosa que, ad pedem litterae, seguir la propia
autointerpretación de Martin Heidegger, que en confesión al filósofo Karl
Löwith, afirmaba que en su concepto de “Historicidad” (Geschichtelichkeit)
estaba el verdadero fundamento (Grund) de su compromiso político con Adolf
Hitler.
Heidegger y las SA: El anfitrión que invitó a Heidegger a estas jornadas de
formación nacionalsocialistas era el Führer Gustav Adolf Scheel, médico, jefe
del distrito o Gauleiter de Salzburg. Scheel (1907-1979) era un cuadro político
que ingresó en 1930 en el NDSAP, pasó por las SA, en 1931 fue designado
Führer de la Heildelberg Studentenschaft hasta 1933, realizando una dura
Gleischschaltung (nivelación político-racial en la neojerga nazi) en la
Universidad de Heildelberg emprendida contra judíos, pacifistas, homosexuales
y marxistas. En sus edictos como líder estudiantil Scheel había abogado por
excluir "los estudiantes de ascendencia judía" en el "disfrute de las
instituciones sociales en la universidad." En mayo de 1933 dirigió la vergonzosa
quema de libros con espíritu anti alemán, la Bücherverbrennung, en Heidelberg.
Su carrera fue tan “exitosa” que en 1936 fue ascendido a
ReichsstudentenFührer, líder de los estudiantes de todo el Reich alemán y luego
a Inspekteur de la SD de Heydrich en Stuttgart, organizando la ignominiosa
Kristallnacht, el pogrom contra los judíos de 1938. En 1940 ejecutó la
deportación y limpieza de judíos en Karlsruhe, dentro de la llamada Wagner-
Bürckel-Aktion. También hizo el mismo trabajo en la Alsacia ocupada a Francia,
creando su propio campo de concentración. Desde 1941 fue promovido a
Gauleiter de Salzburg; curiosamente encabezó la represión contra los círculos
estudiantiles antinazis, el Weiße Rose de Sophie Scholl en 1943. En enero de
1945 fue elevado al cargo de ministro de educación como ReichsministerFührer
für Wissenschaft, Kunst und Volksbildung, nombrado nada, ni nada menos
que... ¡por el mismo Hitler en su testamento!. Siguió sumando cargos y títulos,
incluso el de general de las Waffen-SS. Scheel nunca renegó de su pasado, no
tenía nada que ocultar, ni culpa que arrastrar: después de 1945 siguió su
militancia activa en grupos neonazis. Scheel era la mano derecha de otro filósofo
semioficial del NS-Staat, Ernst Krieck. Krieck (1882-1947), un pedagogo nacido
en Baden, ligado a la corriente jungkonservative, los “jóvenes-conservadores”,
fue rector nazi de la Universidad de Frankfurt y de Heildelberg, era un antiguo
FrontsSoldaten, y no pertenecía exactamente al riñón del NSDAP. Ya en 1933,
junto al filósofo Alfred Baeumler (autor de un importante estudio sobre
Nietzsche político), formó con Heidegger un grupo de trabajo con el fin de
hegemonizar la política universitaria e influir en Hitler. Krieck, que murió en un
campo de concentración norteamericano, escribió un libro muy importante
dentro de la producción literaria nacional-racial: Völkische-politische
Anthropologie (Antropología política racial-popular) (1936-1938); luego de ese
intento se distanció de Heidegger, formando una alianza con E. Jaensch contra
las ambiciones de aquel de erigirse en el filósofo “oficial” del SS-Staat. Tanto
Baeumler como Krieck, figuras claves entre la Intelligenz de la primera fase del
nacionalsocialismo (1933-1936), fueron intelectuales con los cuales Heidegger
colaboró muy estrechamente como lo reconocen biógrafos heideggerianos como
Nolte o Safranski. Scheel había desarrollado amistad y contactos desde antes del
Machtgreifung (toma del poder) de 1933. En sus exculpaciones de posguerra
Heidegger le achacó su caída del rectorado y la vigilancia por el SD a Scheel, una
ingratitud, ya que fue el mismo Scheel el que excluyó a Heidegger de ser
convocado en la milicia popular, el VolksSturm (literalmente: “Tormenta del
Pueblo”) en noviembre de 1944, salvándolo de entrar en combate contra las
tropas americanas. Pero esa es ya otra historia.

Curiosa es la defensa de Heidegger contra las acusaciones de que bajo su


mandato los estudiantes encuadrados en las SA y en los Stalhelm (Cascos de
Acero, otro grupo paramilitar de extrema derecha) perdían horas de estudio en
prácticas marciales y militares. Sabemos que durante su rectorado se impartía
formación paramilitar a grupos determinados de estudiantes, bajo la dirección
de Georg Stieler, profesor de filosofía y de pedagogía afiliado como vimos al
NSDAP, y antiguo oficial de carrera. Esas actividades fueron secretas en los
primeros años y se llevaban a cabo con el acuerdo del Reichswehr, del ejército
alemán. Por testigos oculares tenemos conocimiento que Heidegger se
presentaba a veces a esos ejercicios con el fin de recibir un informe de los
mismos de parte del profesor. Para esas actividades se emplazó un campo de
deporte a 50 km. al este de Freiburg. Durante agosto y octubre de 1933; 300
estudiantes fueron así formados por miembros del ejército del Reich, por SS y
SA, a un ritmo de 3 semanas de campo por grupo. La defensa heideggeriana de
los deportes marciales (en el lenguaje esópico nazi Whersport) repite al pie de la
letra las ideas públicas del delfín de Adolf Hitler, el enigmático Rudolf Hess
sobre la educación militar en el currículum académico.

El texto: se trata de una ponencia con el que Heidegger inaugura, en su doble


papel de rector nacionalsocialista y filósofo semioficial del NS-Staat, una serie
de conferencias políticas organizadas por la asociación de estudiantes nazis de
Heidelberg, la Heidelberger Studentenschaft, en el aula magna del nuevo
edificio de la universidad el día 30 de junio de 1933, luego publicada en el diario
nazi de la ciudad Heidelberger Neuste Nachrichten el 1 de julio de 1933. La
conferencia de Heidegger había sido precedida, el día anterior, por la del jefe del
departamento racial del NSDAP, Rassenpolitisches Amt, el Doctor Walter
Gross, cuyo título era “El médico y el Pueblo”; para más datos curriculares Gross
participaría en la elaboración de las vergonzosas leyes de Nüremberg. A
Heidegger le siguió el día después una ponencia del jurista más importante del
IIIº Reich, Carl Schmitt, cuyo título era “El nuevo Estado de Derecho”. Sabemos
que Schmitt había sido invitado por el propio Heidegger a afiliarse al NSDAP en
una carta fechada el 22 de abril de 1933, que aún se conserva. Como
documentación adicional el tomo 16 de sus “Obras Completas” incluye dos
conferencias en agosto de 1934, dadas en la universidad de Friburgo, sobre “La
universidad alemana”. En ellas se expone, en forma de guión, su visión del
mundo plenamente völkische, nacionalsocialista extrema. Dos de sus apartados
llevan por título: “1. Las fuerzas determinantes en la preparación de la
Revolución Nacionalsocialista (nationalsozialistischen Revolution)… 2. La
esencia de la Revolución nacionalsocialista en cuanto transformación
(Verwandlung) de la realidad alemana”. Una de sus frases iniciales dice:
“Nuestro presente alemán está henchido de una gran transformación, que se
apodera de la entera existencia histórica de nuestro pueblo. El comienzo de esa
transformación la vemos en la revolución nacionalsocialista” (Unsere deutsche
Gegenwart aber ist erfüllt von einer grossen Umwälzung, die durch das ganze
geschichtliche Daseins unseres Volkes hindurchgreift. Den Beginn dieser
Umwälzung sehen wir in der nationalsozialistischen Revolution”) (GA 16, 285-
286). Además debería leerse complementariamente a otro texto sobre la
Universidad, “Die Universität im nationalsozialistischen Staat” (La Universidad
en el Estado Nacional Socialista) de noviembre de 1933 (en GA 16, p. 765). En el
libro de exculpación del pasado nazi de Heidegger, escrito por un incondicional,
Heinrich Wiegand Petzet y titulado Auf einen Stern augehen. Begegnungen mit
Martin Heidegger. 1929-1976 (Encuentros y diálogos con Martin Heidegger,
1929-1976, Katz Editores, Madrid, 2008), se encuentra un comentario del
propio Petzet que al parecer asistió como oyente de la ponencia en la
Universidad de Kiel donde repite con más o menos detalles la tesis oficial
establecida por Heidegger. Petzet afirma que el discurso similar al que dió en
Heidelberg "no era lo que esperaban los funcionarios del NSDAP... ya que
inesperadamente esta conferencia mantenía en completo silencio el problema
racial."(p. 46). El lector puede decidir por su propio juicio hasta donde llega la
disonancia cognitiva de la hermeneútica de la inocencia de los heideggeriannes
cuando se trata de defender a ultranza los trapos sucios del santón Martin
Heidegger. Es curioso pero este texto que presentamos por primera vez en
español nunca se ha publicado in extenso. Partes importantes aparecieron en la
época en el diario estudiantil Deutsche Studentenschaft-Akademische
Korrespondenz y en el diario local Heidelberger neuste Nachrichten, bajo el
título “Das Universität im neue Reich” el 1 de julio de 1933, Nr. 150, s. 4. Las
ediciones de escritos políticos de Heidegger, editadas por François Fédier, tanto
en francés como en italiano, no lo incluyen. Nos basamos en la versión tomada
de la compilación de Guido Schneeberger, Nachlesse zu Heidegger, Dokumente
69, p. 75, Bern 1962 y en Martin Heidegger, Gesamtausgabe, I Abteilung:
Veröffentlichte Schriften 1910-1976, Band 16, Reden un andere Zeugnisse eines
Lebensweges (GA 16), Vittorio Klostermann, Frankfurt am Main, 2000, edición
a cargo de Hermann Heidegger, pp. 761-763. Hemos consultado además la
única traducción en inglés, “The University in the New Reich”, en The
Heidegger Controversy. A Critical Reader, Edited by Richard Wolin, MIT
Press, Cambridge, 1998. (Nicolás González Varela)

La Universidad en el nuevo Reich

Por Martin Heidegger

Introducción del redactor del periódico: “La Heidelberger Studentenschaft


celebró, ayer por la tarde, la primera conferencia de su programa de ‘Educación
Política’ (politischen Erziehungsprogramms). El rector de la Universidad de
Freiburg, el profesor Martin Heidegger, disertó sobre La Universidad en el
nuevo Reich. Asistieron al acto la comunidad de profesores así como
representantes de la ciudad de Heidelberg; además del estudiantado y el público
que en gran número ocupó el aula de la nueva sede universitaria, completando
la máxima capacidad del Auditorio Magno, en el cual los oradores darían sus
discursos. Los oyentes que aguardaban con expectación no fueron
decepcionados, cuando las palabras pronunciadas por Heidegger señalaron con
profundidad los acontecimientos de nuestro tiempo y las líneas programáticas a
seguir en el futuro. Heidegger fue recibido con una cordial bienvenida por el
líder de la Heidelberger Studentenschaft, Gustav Adolf Scheel, y entre otras
cosas afirmó:
Tenemos ahora un nuevo Imperio (neue Reich) y la Universidad esta recibiendo
sus tareas de la voluntad de existencia (Daseins-willen) de este Imperio
(Reiches). Hay una revolución (Revolution) en Alemania y debemos
preguntarnos: ¿existe la revolución en la Universidad también?... ¡No! La lucha
todavía consta aquí de meras escaramuzas y refriegas. Hasta ahora, la ruptura
solamente se ha alcanzado en un solo frente de combate: porque la nueva vida
del Pueblo es formada tanto en el Campo de Trabajo (Arbeitslager) como en la
asociación educativa (Erziehungsverband) además de la Universidad, esta
última ha sido relevada de tareas educativas a las que creyó tener un derecho de
exclusividad.
La posibilidad que podría existir es que la Universidad sufriera la muerte a
través del olvido y perder así el último vestigio de su derecho en tanto poder
educacional (Erziehungskraft). Por eso debe integrarse de nuevo en la
Comunidad Racial-Popular (Volksgemeinschaft) y sumarse junto al Estado
(Staat). La Universidad debe volverse de nuevo una Fuerza Educativa
(Erziehungsmacht) que recurre al conocimiento para educar a los Líderes del
Estado (Führerschicht im Staat) en y hacia el saber (Wissen). Esta meta
demanda tres cosas: 1) conocimiento de la Universidad hoy; 2) conocimiento de
los peligros que tiene el presente para el futuro; 3) el nuevo valor (Mut).
Hasta ahora investigar (geforscht) y enseñar (gelehrt) en la Universidad han
sido llevados adelante tal como lo fueron durante décadas. La Enseñanza
(Lehre) había de desarrollarse por fuera de la Investigación (Forschung), uno
debía buscar encontrar un equilibrio agradable entre las dos. Estaba siempre el
punto de vista del maestro que hablaba fuera de aquella noción. Nada le
concernía a él en su relación con la Universidad en tanto comunidad
(Gemeinschaft). Por otro lado, la Investigación se puso fuera del alcance de la
mano y disimulaba su incertidumbre detrás de la idea del progreso científico y
educativo internacional. La docencia, que se había quedado sin objeto, se
escondió detrás de los requisitos de examen.
A través de una feroz lucha (scharfe Kampf) se debe combatir esta situación
imbuido en el Espíritu Nacional Socialista (nationalsozialistischen Geist), y no
se puede permitir que este espíritu sea sofocado por humanizaciones
(humanisierende), representaciones cristianas (christliche Vorstellungen) que
suprimen su incondicionalidad (Unbedingtheit). Ni siquiera basta con tomar
esta situación nueva por todo un cuadro con un toque de color político. De gran
peligro (Gefahr) son los planes sin compromiso y eslóganes (Schlagworte), que
son lanzados por todas partes; así, también, es el ‘nuevo’ concepto de Ciencia
(Wissenschaftsbegriff), que no es más que el viejo con un fútil apuntalamiento
antropológico. Todo de lo que se habla en torno a la palabra ‘Política’
(Politischen) es como mucho un sinsentido, que nada hace por acabar con la
manera vieja y rutinaria de hacer y de pensar las cosas (dem alten Schlendrian).
Lo que la gravedad real de la nueva situación exige es la experiencia de la
urgencia (Not), es el compromiso activo con las condiciones reales (die
zugreifende Auseinandersetzung mit den wirklichen Zuständen). Solamente
esa Tarea (Einsatz) está justificada por el total compromiso interno con el
futuro. El peligroso lamento que ya hemos escuchado: ‘la Ciencia es puesta en
peligro por la cantidad de tiempo perdida en los Campos de Trabajo en deportes
marciales (Whersport) y otras actividades similares’. ¡Pero qué sentido tiene,
hablar de tiempo perdido, cuando la cuestión de que se trata es la de luchar por
el Estado! (für den Staat zu kämpfen!) El peligro no puede provenir de trabajar
para el Estado. Viene solo de la indiferencia y la resistencia (Widerstand). Es
por esa razón que solamente la fuerza verdadera debe tener acceso al camino
correcto (rechten Weg), pero jamás sin entusiasmo, desganadamente.
El nuevo valor (Mut) ve todos estos peligros muy claramente. Solamente eso es
lo que abre nuestros ojos a todo lo que está por venir y que emerge ahora. Esas
fuerzas que a cada maestro y a cada alumno fuerzan a crear en sus mentes la
decisión (Entscheidung) en torno a las preguntas fundamentales de la Ciencia
(Grundfragen der Wisssenschaft), y esta decisión (Entscheidung) es de
importancia epocal, porque sobre ella va a depender si nosotros, Alemanes,
quedaremos como un pueblo que será, en el más alto sentido de la palabra sabio
(wissendes Volk). La nueva docencia (neue Lehre) que esta brotando aquí no
significa que meramente se lleva al Conocimiento, pero se deja a los estudiantes
aprender e induce a ellos hacia el aprender. Significa facilitar en uno mismo el
ser asediado por lo desconocido (Unbekannten) y entonces ser Amo (Herr)
adecuado para comprender los conocimientos, significa estar seguro de la
Visión (Blick) de lo esencial. Es de ese tipo de docencia de la cual emerge una
investigación verdadera (wahrhafte Forschung), entrelazada con la totalidad
que llega hasta el fin por su arraigo en el Pueblo (Verwurzelung im Volk) y su
deuda con el Estado (Bindung an den Staat). El estudiante es forzado fuera de
la incertidumbre de todas las cosas (Unsircherheit aller Dinge), con lo que la
Tarea (Einsatz) es conectada con la Necesidad (Notwendigkeit). Los estudios en
la Universidad deben volverse de nuevo un riesgo (Wagnis), no un refugio para
el cobarde (Feigen). Quienquiera que no sobreviva a la Lucha (Kampf), mentirá
de donde cayó. El nuevo valor (Mut) debe acostumbrarse asimismo a la firmeza
(Stetigkeit), en la lucha por las instituciones educativas (Kampf um die
Erziehungsstätten) es donde se educan nuestros Líderes (Führenden), y lo
continuarán haciendo por mucho tiempo más. Combatiremos por las fuerzas de
nuestro nuevo Reich que el Canciller del Pueblo Alemán Adolf Hitler hizo surgir
en la realidad. Una raza dura (hartes Geschlecht) no debe hacer otra cosa que
pensar en esta lucha, una raza que vive de pruebas constantes y persiste en
dirigirse hacia la meta (Ziel) que se ha comprometido a sí misma. Esta Lucha
(Kampf) determinará qué será de la totalidad de los Docentes y Líderes en la
Universidad (ein Kampf um die Gestalt des Lehrers und des Führers an der
Universität).”

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