TRIBUNA DE SALAMANCA
Jueves, 8 de febrero de 2007
ROSA DÍEZ, DIPUTADA SOCIALISTA EN EL PARLAMENTO EUROPEO
“El PSOE tiene que volver al espíritu
y al consenso de la Transición Española”
JORGE HERNÁNDEZ
R
osa Díez es, ante todo, una mu-
jer admirable. Pocos políticos
han defendido en España sus
ideas con el ahínco, el afán y la deter-
minación de Rosa Díez. Su figura
trasciende los siempre procelosos lí-
mites de la política para convertirse
en un verdadero referente moral pa-
ra toda una generación de españoles.
Cualquiera que conoce la vida inter-
na de un partido conoce el riesgo que
asume cualquier militante cuando
aboga abierta y decididamente por la
disidencia. Rosa Díez es, además, una
mujer extraordinariamente racional,
en rara ocasión permite que le domi-
ne la pasión, y hace siempre gala de
una inmarcesible corrección y sere-
nidad. Es un político que cuenta con
la solidez, la determinación y el valor
como sus grandes banderas intelec-
tuales. En tan alto grado mantiene
esas virtudes que los españoles de
bien han contraído con ella una deu-
da absolutamente impagable.
¿Con unas elecciones municipales
a la vista cree que Batasuna va a
conseguir presentarse con todas
las de la ley?
No lo puede conseguir si no se lo per-
miten. Da igual que sea Batasuna o
cualquier otra marca que represen-
te lo que Batasuna significa. Si con-
siguen presentarse será porque se lo
han permitido y porque el estado de
derecho no cumple con su responsa-
“ La palabra
diálogo suena muy bien
pero se ha convertido en
un mantra al que ya nos
hemos acostumbrado
“ Estoy ahora
muy preocupada porque
los españoles estamos
divididos y partidos por
la mitad en todo
bilidad. Las reglas están muy claras,
aun así, en el Parlamento vasco hay
unas personas que son la marca blan-
ca de Batasuna y todo el mundo sa-
be quiénes son. Allí están porque la
Fiscalía no hizo sus deberes y sigue
sin hacerlos porque el fiscal general
del Estado dijo que si a lo largo del
tiempo se pudiera probar que esas
personas estaban vinculadas con Ba-
tasuna la Fiscalía actuaría. Se ha pro-
bado que es así sin ir más lejos cuan-
do han imputado a Ibarretxe por
La socialista Rosa Díez visitará el próximo viernes la ciudad para ofrecer una conferencia / ARCHIVO
reunirse con Otegui que es en quien
estas personas habían delegado. Sólo
espero que el Estado de Derecho
funcione y que Batasuna no se pre-
sente a las elecciones.
Precisamente Otegui ha dicho que
quiere una Euskal Herria dentro
del estado español formada por
Euskadi y Navarra... Algo real-
mente insólito ¿no?
Yo destacaría algo de lo que nadie se
ha hecho eco aún. ¿Otegui en nom-
bre de quien habla? Si habla en nom-
bre propio dado que es un ciudadano
con plenos derechos, importa poco lo
que diga ese señor. Si habla en nom-
bre de Batasuna está hablando en
nombre de ETA, por lo tanto no es
una propuesta sino una amenaza. Y
el Gobierno no puede consentir que
Otegui le amenace. Este señor no ha-
ce propuestas políticas, hace amena-
zas directas. Él lanza un mensaje
muy claro: si nos dais lo que os pedi-
mos, conseguiremos la paz. Es que
no se trata de un partido político de-
mocrático que está haciendo una
propuesta política. ¿Quién hace la
propuesta? Un señor que sólo se re-
presenta a sí mismo como dice Gar-
zón o el representante de una orga-
nización terrorista? Vamos a ser se-
rios en estas cuestiones.
¿Es lo mismo el diálogo que la ne-
gociación? Porque ésa es una dis-
quisición clave...
Dialogar se dialoga entre personas o
entre grupos políticos que tienen ba-
ses comunes. Con los terroristas no
se dialoga, se negocia con aquellos
con los que pretendes llegar a acuer-
dos cediendo parte. Y con los terro-
ristas no se puede ceder. Vivimos en
España un tiempo muy confuso en el
que las palabras no siempre se utili-
“
El Gobierno no
puede consentir que una
persona como Otegui le
amenace y además tan
directamente
“
Esté donde esté
y mientras tenga salud y
fuerza seguiré trabajando
por las mismas ideas y
por los mismos valores
zan para lo que se quiere decir sino
para esconder lo que no se quiere de-
cir. El diálogo suena muy bien, pero
es uno de los mantras a los que esta-
mos acostumbrados. ¿Cuando al-
guien habla de paz, de qué estamos
hablando, estamos hablando de lo
mismo que pienso yo o hablamos de
otras cuestiones?
¿No cree además que hay un divor-
cio muy claro en este momento en-
tre clase política y ciudadanía?
Sí, hay un gran divorcio, y eso afecta
de una manera muy clara a las insti-
tuciones. Los ciudadanos nos ven co-
mo una especie de cártel en el que
hablamos sólo de nuestras cosas y
muy pocas veces de las cosas que les
afectan. No sólo ocurre en la política
española sino también en toda Euro-
pa, pero eso no es excusa.
¿Cómo se le pueden poner solucio-
nes a ese preocupante divorcio?
Hay una importante necesidad de de-
mocratizar los partidos políticos, de
hacerlos más abiertos, de modificar
la ley electoral e ir a un proceso de lis-
tas abiertas e incluir por qué no la se-
gunda vuelta. Creo que hay que cam-
biar muchas cosas para que los ciu-
dadanos tomen un mayor protago-
nismo. Da la impresión de que los
cargos públicos no damos cuenta an-
te los ciudadanos sino sólo ante nues-
tros jefes en los partidos. Los políti-
cos les hacemos creer a los ciudada-
nos que basta con votar cada cuatro
años, entonces creo que eso al final
produce un deterioro en la política y
en las instituciones. Eso que es pre-
ocupante en el conjunto de Europa,
lo es mucho más en una sociedad co-
mo la española que tiene muy poca
historia democrática. Tenemos ade-
más un fenómeno que no tienen en
otros países que es el terrorismo y lo
estamos pagando muy caro.
¿Estaríamos de alguna manera de
nuevo ante la España invertebra-
da de Ortega?
Es que hay muy poco cuajo demo-
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crático. España está verdaderamen-
te invertebrada y el grado de ruptura
que hay es algo a revisar. Yo estoy
muy preocupada porque estamos
verdaderamente partidos por la mi-
tad en todo.
¿Qué le recomendaría usted a Za-
patero en un momento tan delica-
do como en el que nos encontra-
mos?
Yo creo que hay dos cosas en las que
discrepo con la dirección del partido.
Una tiene que ver con la Transición,
creo que nos hemos cargado la Tran-
sición española, sobre todo el espíritu
de la Transición. Y la otra tiene que
ver con el pacto de estado en la lucha
contra el terrorismo. Yo creo que hay
que ir al Pacto de Estado, es que no
queda otra solución. No es lo mismo
el consenso que el pacto. Hay que dis-
tinguir. En un pacto de estado contra
el terrorismo o contra cualquier otra
cuestión no sobra ningún partido po-
lítico pero hay dos que son impres-
cindibles que son el que gobierna y el
que está en la oposición. Ésa es la op-
ción, que el Partido Socialista que es-
tá en el Gobierno de la nación tiene
que tomar la opción de reeditar un
pacto contra el terrorismo y volver al
espíritu del consenso de la transición
española.
¿Ha sido Zapatero más culpable
que otros a la hora de romper ese
consenso de la transición?
La palabra culpable no me gusta.
Cuando las cosas no funcionan bien,
cuando dos no se entienden siempre
hay más responsables que uno, pero
la iniciativa la tiene el Gobierno para
bien o para mal. El máximo de res-
ponsabilidad la tiene siempre el go-
bierno tanto cuando las cosas van
bien como cuando las cosas van mal.
Yo se lo tengo que pedir al Gobierno
porque es el que tiene la máxima res-
ponsabilidad y además porque es mi
partido.
¿Cuál es el futuro de Rosa Díez,
bien dentro de su partido o bien
fuera?
Mi futuro está trabajando. Nunca se
me ha ocurrido pensar desde dónde.
Yo tengo un compromiso muy claro
de toda la vida de lucha por las liber-
tades y por los valores de la Consti-
tución y mientras tenga salud y fuer-
za, esté donde esté seguiré trabajan-
do por las mismas ideas.
¿Se ve en las próximas listas como
eurodiputada?
Ahora mismo no pienso en eso, no es
algo que yo me plantee en estos mo-
mentos, yo sigo adelante con mis
asuntos y defendiendo a diario mis
ideas pero eso no me quita ahora el
sueño. Hay temas más importantes
que resolver ahora.