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Insuficiencia Cardíaca
Carlos Alberto Poy
Sanatorio Parque,
Rosario, Argentina
Un poco de historia…..
En 1905 Stoltz sintetiza por primera vez la noradrenalina. 43 años m ás tarde, en 1948 Ahlquist descubre los
adrenorreceptores alfa y beta…podemos decir que ya se comenzaba a escribir la historia….. En 1960 se
logra el primer betabloqueante (BB), el Pronethalol, pero es abandonado debido a su toxicidad. Recién en
1964 se obtiene el primer betabloqueante satisfactorio para su administración en humanos, el Propranolol.
Los pacientes con insuficiencia cardíaca presentan una actividad simpática aumentada, la cuál inicialmente
permite mantener la función a través de un incremento en la frecuencia cardíaca, la contractilidad mioc árdica
y la resistencia vascular sistémica, pero que en forma prolongada ejerce un efecto deletéreo produciendo un
"down-regulation" y desensibilización de los receptores beta adrenérgicos [4].
Es posible que el efecto de los betabloqueantes permitiendo la reducción del excesivo y continuo tono
adrenérgico incrementado sobre el miocardio produzca mejoras en la estructura y función ventricular, efecto
anti remodelamiento, a trav és de sus acciones sobre la disminución de la frecuencia cardíaca y la presión
arterial, la modulaci ón del sistema simpático, la reducción de las arritmias auriculares y ventriculares y sus
efectos anti-isquémicos [5] .
Propiedades Farmacológicas:
Los betabloqueantes constituyen una clase heterogénea de drogas, más de 15 agentes se encuentran
disponibles, teniendo todos indicaci ón para el tratamiento de la hipertensión arterial y la enfermedad
coronaria, pero solamente 3 para el manejo de la insuficiencia cardíaca; son el bisoprolol, metoprolol y
carvedilol. De éstos solamente 2, metoprolol y carvedilol, se encuentran aprobados para su uso en Estados
Unidos. Los agentes cardioselectivos (bloqueo de receptores beta1) son el metoprolol y bisoprolol mientras
que los no cardioselectivos con propiedades alfa bloqueantes est á representado por el carvedilol, teniendo
además otras propiedades como efectos anti-oxidante, anti-endotelina y anti-proliferativo.
Los betabloqueantes con actividad simpaticomimética intrínseca (ASI) como el bucindolol (BEST Trial) [6] no
demostraron beneficios en la sobrevida de los pacientes.
¿Son todos los betabloqueantes iguales en relación a su eficacia en disminuir la morbimortalidad en
la insuficiencia cardíaca?
Estas drogas, metoprolol (Metoprolol CR/XL Randomised Intervention Trial in Congestive Heart Failure-
MERIT-HF) [7] , bisoprolol (The Cardiac Insufficiency Bisoprolol Study II - CIBIS -II) [8] y carvedilol (US
Carvedilol Heart Failure Study Group - US Carvedilol) [9] , fueron inicialmente partícipes de ECR a gran escala
para pacientes con IC clase funcional NYHA II -III.
Con respecto a pacientes en estadios avanzados de la enfermedad, clase funcional NYHA IV, los resultados
del Beta-Blocker Evaluation of Survival Trial Investigators (BEST) trial [6] fueron desalentadores. Unos meses
después se conocieron las conclusiones del Carvedilol Prospective Randomized Cumulative Survival
(COPERNICUS) Study Group [10] con carvedilol dónde se obtiene una disminución 31% en la muerte u
hospitalizaci ón por insuficiencia cardíaca. Entonces, ¿porqué falló el BEST?. Existen diferentes hipótesis;
pacientes descompensados al momento de la randomizaci ón, r ápida titulaci ón, dosis elevadas, o
probablemente por su actividad simpaticomimética intrínseca.
Los resultados del COMET fueron informados en Heart Failure 2003 llevado a cabo en Strasbourg, Francia,
el pasado 23 de junio por el Dr. Philip A. Poole-Wilson. Las dosis target y las dosis promedio empleadas
fueron 100mg y 85mg para metoprolol y 50mg y 42mg para el carvedilol. Las conclusiones del COMET
fueron:
La Percepción y la Realidad:
A pesar de la información disponible hasta el momento respecto al uso de betabloqueantes en insuficiencia
cardíaca existen varias dudas inherentes a sus indicaciones, entre los cuáles se encuentran:
1. Dificultad en el inicio, titulaci ón y en el alcance de las dosis m áximas con elevado riesgo de precipitar
eventos adversos.
2. Algunos pacientes pueden tener contraindicaciones para la administraci ón de estas drogas, sólo los
enfermos altamente seleccionados pueden tolerar correctamente las mismas.
3. Todos los betabloqueantes son similares en lo que respecta a su tolerancia.
4. Los resultados de los ECR no pueden ser trasladados a la práctica diaria.
5. Poca probabilidad de su indicación en estadios avanzados de la enfermedad.
Comentaremos cada uno de los ítems anteriores para establecer cu ál es la realidad de los betabloqueantes
en la disfunci ón mioc árdica sist ólica.
El inicio del tratamiento debe contemplar dosis bajas y la titulación de las mismas debe efectuarse en forma
escalonada y progresiva. Se puede iniciar de acuerdo a las diferentes guías publicadas o "en forma
artesanal". La diferencia entre la primera y la segunda está dada por la experiencia del m édico tratante.
No se tienen datos sobre atenolol ya que esta droga no ha sido motivo de estudios a gran escala en
insuficiencia cardíaca.
Con bisoprolol se recomienda comenzar con dosis de 1.25mg e incrementos semanales de la misma hasta
los 5.0mg día, luego cada 4 semanas, aumentos de 2.5mg hasta llegar a dosis máxima de 10mg día.
Con metoprolol se aconseja comenzar con dosis de 12.5mg con incrementos a 25, 50,100 y 200mg (dosis
máxima) cada 2 semanas.
Con Carvedilol se sugiere iniciar tratamiento con 3.125mg y aumentar cada 2 semanas a 6.25, 12.5, 25 y
50mg para pacientes de menos de 85 kg. y superiores a 50mg para enfermos de mayor peso.
Es conveniente efectuar monitoreo de la terapia en las primeras 2 a 6 semanas evaluando la presión arterial,
el ritmo, la frecuencia cardíaca y el peso corporal.
Las dosis máximas en los diferentes ECR fueron 50-100mg para el Carvedilol en pacientes con peso inferior
o superior a 85kg respectivamente (US Carvedilol), 10mg para el bisoprolol (CIBIS II), y 200mg para el
metoprolol (MERIT -HF).
Pero deberemos tener en cuenta que "la dosis máxima se establecerá en forma individual para cada
paciente"; por ejemplo, si un enfermo con 25mg de carvedilol logra una buena respuesta de la frecuencia
cardíaca de alrededor de 60-65/minuto deberemos considerar que ya se encuentra bien betabloqueado,
entonces, ¿con qué objetivo deberíamos aumentar su dosificación? Por el contrario, si un paciente de 70kg
no logra una aceptable frecuencia cardíaca con 50mg de carvedilol, ¿cuál es el motivo de no continuar
titulando la droga hasta llegar a una frecuencia más baja en la medida que no se produzcan efectos
indeseables?
Se deberán implementar todas aquellas estrategias que no obliguen a discontinuar la indicación de BB, como
extender el período de titulación, reducir temporariamente la dosis y/o ajustar la medicaci ón adjunta.
Es importante destacar que se comienza a observar un descenso en las tasas de mortalidad e internaciones
a las dos semanas de la randomización con dosis de 12.5mg día. A partir de este tiempo y con el aumento en
las dosis esta diferencia es m ás significativa. Los resultados finales de este ensayo informaron un descenso
en la muerte u hospitalización por cualquier causa del 24%, muerte u hospitalizaci ón de causa cardiovascular
de 27% y muerte u hospitalización por insuficiencia cardíaca de 31%.
Por lo tanto, la realidad es diferente a la percepci ón; el inicio y titulación de los betabloqueantes no es
dificultosa, no produce empeoramiento de la insuficiencia cardíaca, pueden administrarse en todas las clases
funcionales de la misma, incluidas sus formas avanzadas y la suspensión de la medicación es realmente
baja.
Los pacientes que no se benefician con el bloqueo betaadrenérgico son los que presentaron:
Criterios Objetivos:
a. presi ón sistólica ≤ 80mmHg con evidencias de estado de bajo gasto no causado
por sobrehidrataci ón o por exceso en la dosis de inhibidores de enzima de
conversi ón.
b. Edema pulmonar
c. Creatinina ≥ 3.0mg/dl.
d. Falla hepática.
e. Disminuci ón del nivel de conciencia.
Criterios hemodinámicos posibles:
a. Indice cardíaco ≤ 1.8.
Haffner y cols. [18] Informaron la incidencia de eventos cardiovasculares en 7 años de seguimiento referidos a
pacientes no diabéticos y diabéticos. En los primeros, la incidencia de pacientes sin infarto y con infarto
previo fueron 3.5% y 18.8 respectivamente, mientras que en enfermos diabéticos la incidencia aumenta a
20.2 y 45%, representando un aumento en la mortalidad del 50% al cabo de 7 años.
Los pacientes diabéticos tienen peor pronóstico. En el SOLVD (Study of Left Ventricular Disfunction) [19], la
diabetes constituyó un factor de riesgo independiente de la mortalidad en enfermos con insuficiencia
cardíaca. La hiperglucemia constituye un estímulo para el remodelamiento cardíaco, que puede ser
prevenido por el uso de BB permitiendo una disminución en la incidencia de insuficiencia cardíaca en este
grupo de pacientes.
Los BB son armas muy poderosas para reducir los eventos en pacientes diabéticos; esto es debido a la suma
de sus efectos para disminuir la TA, la frecuencia cardíaca y actuando como antiinflamatorio [20] , produciendo
la disminuci ón del metabolismo miocárdico de ácidos grasos y aumentando el de la glucemia, permitiendo un
mejor aporte de oxígeno y reduciendo la isquemia.
Los BB disminuyen la utilizaci ón de los ácidos grasos y favorecen la utilización de la glucosa por parte del
miocardio, permitiendo una menor carga al miocardio y una menor utilización en el consumo de oxígeno. Este
cambio en el metabolismo permitiría incrementar los efectos cardioprotectores de estas drogas en los
pacientes post-infarto de miocardio con diabetes.
En una subplobaci ón de 307 pacientes con diabetes en el US Carvedilol trial, la mortalidad global fue
reducida en un 59% y el efecto del BB sobre la mortalidad fue similar en el grupo de pacientes diabéticos
como no diabéticos [22]. En el MERIT HF los pacientes diabéticos y no diabéticos evolucionaron mejor con el
BB que con placebo. En el COPERNICUS, los pacientes diabéticos (589) tuvieron una evolución similar que
los no diabéticos (1700) con una reducción del 35% en la mortalidad. Un reciente estudio de la Sociedad
Italiana de Hospitales Cardiológicos mostró que la mortalidad a un año en los sujetos diabéticos no
medicados con BB fue del 21% comparada con el 11% de los que fueron medicados con carvedilol. (ref Bobo
M ESC 2002)
No existen subestudios de los grandes ensayos respecto a pacientes con insuficiencia cardíaca y fibrilación
auricular, excepto los correspondientes al CIBIS II dónde se observó que no se produjo una diferencia
significativa respecto a la mortalidad entre los pacientes con fibrilación auricular entre el grupo bisoprolol y el
grupo placebo. Esta misma tendencia fue observada en el CIBIS I. No consta hasta el momento una
explicación sobre la heterogeneidad del bisoprolol sobre la insuficiencia cardíaca de acuerdo al ritmo
cardíaco teniendo en cuenta que las dosis fueron similares en ambos grupos de pacientes, portadores de
ritmo sinusal o fibrilación auricular. Las curvas de sobrevida fueron equivalentes en el grupo placebo y grupo
bisoprolol en pacientes con IC [31] Actualmente se están desarrollando dos ensayos clínicos, el (Atrial
Fibrillation - Congestive Heart Failure) que está enrolando pacientes para evaluar el tratamiento de la
fibrilación auricular en el pronóstico de pacientes con insuficiencia cardíaca. Este ensayo incluirá 1450
pacientes con FEVI menor a 35% con antecedentes de fibrilación auricular, siendo randomizados a control de
la frecuencia cardíaca o control mediante drogas, marcapaso o ambos y ablación nodal aurículo ventricular.
Su punto final primario es la mortalidad cardiovascular [32]; y el estudio CAFE (Carvedilol in Atrial Fibrillation
Evaluation) comparando dos tratamientos médicos, carvedilol y digoxina, en el control de la frecuencia
cardíaca en pacientes con insuficiencia cardíaca, basado en trabajos previamente publicados. [33]
En el Montecarlo Survey 2002 los BB representan la 3º droga en frecuencia de indicación luego de los
inhibidores de la enzima de conversi ón y los diuréticos en el 58% de los pacientes; con mayor indicación en
las clases funcionales II, III y IV siendo del orden del 86, 93 y 74% pero muy bajo en CF I, solamente 39%.
Los resultados del Euro Heart Failure Survey, conducido por la Sociedad Europea de Cardiología y el Euro
Heart Survey Programme por parte de la Sociedad Europea de Insuficiencia Cardíaca [34] efectuado en 25
países y evaluando 45933 ingresos hospitalarios consecutivos entre los años 2000 y 2001, encontrando
11304 pacientes con insuficiencia cardíaca sospechada o confirmada que conformaron el 24% de todos los
ingresos. En este estudio los BB fueron administrados en el 37% del total de los enfermos. Con respecto a la
edad, el 47% se administró a pacientes menores de 70 años y el 30% a mayores de esa edad. Con respecto
a la FEVI, el 45% fue administrado en pacientes con falla diastólica y el 49% en pacientes con fracción de
eyecci ón inferior a 40%. Con respecto a las drogas utilizadas, el metoprolol represent ó el 40% versus el
bisoprolol el 13% y el carvedilol el 15%, llamando la atención que el atenolol, que si bien no fue pasible de
estudios a gran escala en IC, fue indicado en el 24%. Las dosis promedios fueron inferiores a las de los EC,
75 ± 48mg/día para el metoprolol, 18±17mg/día para el carvedilol y 5±3mg/día para el bisoprolol.
Las conclusiones más importantes de este estudio fueron:
1. Los BB fueron administrados solamente en el 37% del total de los pacientes, y de éstos, el
49% en enfermos con FEVI inferior a 40%.
2. Las dosis promedios fueron inferiores a las dosis máximas de los diferentes ECR.
3. Varios factores, incluyendo la edad, etiología y factores comórbidos influyeron en las
prescripciones.
Bibliografía
Nombre y apellido:
País : Argentina
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Tope
Actualización: 03 -Oct-2003