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HERRAMIENTAS DE APOYO:
Han pasado sesenta y un años de la creación del Estado de Israel y con todo
nuestro orgullo y derecho, los judíos de todo el planeta seguimos festejando la
concreción del maravilloso retorno a nuestra tierra ancestral.
Sabemos que el Israel actual, nació fruto de un antiguo y añorado sueño del pueblo
judío de retornar a su tierra de pertenencia de la cual fue expulsado hace dos mil
años atrás. Un pueblo judío condenado cruelmente a vagar por el ancho e inhóspito
mundo, a ser sometidos a persecuciones, humillaciones, conversiones forzadas y
exterminios. La creación del Estado de Israel fue sencillamente una justa y merecida
reparación histórica ante el remordimiento de conciencia de un mundo que fue
indiferente o cómplice del exterminio de seis millones de nuestros hermanos.
El accionar provocador y agresivo de este grupo de choque, pagado quien sabe por
que poder oculto en las sombras, produjo una esperada y justa reacción de una
opinión publica hastiada de esta poco novedosa ola de violencia y discriminaciones
antisemitas. Esa violenta irrupción en este festejo porteño justifica claramente el
mote de provocadores que les endilgó la opinión ciudadana.
Cualquier absurda comparación que se hace al asociar a Israel con el Tercer Reich
alemán o los campos de concentración nazis es fruto de la arbitrariedad patológica
de mentes alucinadas, los que vivimos en Israel somos fieles testigos de dicha
falsedad.
El sionismo es un atributo esencial del judaísmo, no quisimos ser más los judíos
errantes y sin patria del pasado, tenemos los mismos derechos que todos los
pueblos de vivir y realizarnos en la tierra de nuestros antepasados, el sionismo es
nuestro movimiento de liberación nacional y renunciarlo nos llevaría a abandonar la
esencia fundamental de nuestro judaísmo.
Se intenta discriminar entre buenos judíos y malvados sionistas pero no lo
conseguirán con insidiosas argumentaciones ni tampoco con violentos pogromos
contra pacificas e indefensas comunidades. Son ridículos argumentos y evidentes
falsedades sobre el fantasmal invento del genocidio de pueblo palestino,
convirtiéndose en excelentes aprendices de otro antisemita, Joseph
Goebbels: Miente, miente, que algo quedara.
Ante tanta falsedad y mentira son cada vez mas las voces que se alzan para decir
basta a la muerte, basta al terrorismo, basta a la judeofobia, basta a la incitación a
un nuevo genocidio de lo que ya nos tienen acostumbrados los islamofacistas de
todo tipo y pelaje que pululan hoy en este complejo mundo.
Como dice el viejo refrán: Al pan, pan y al vino, vino. Esto no es solo antisionismo,
es simplemente antisemitismo.
"Pensaba que el antisemitismo murió en Auschwitz. Ahora sé que sólo los Judíos
fallecieron allí"(Elie Wiesel).
¿Cómo explicar, tantos años después, con tantos esfuerzos hechos para rescatar,
desarrollar, difundir la memoria de la Shoah, un incremento de actos antisemitas?
¿Cómo explicar este incremento después de la Shoah misma? ¿Que catástrofe será
necesaria para erradicar el antisemitismo? Elie Wiesel.
Cien años de conflictos. Seis guerras y media. Millares de dólares que se los llevó el
viento.
Decenas de miles de muertos, sin incluir al niño que, en el año 1982, se encontraba
recostado, a mi lado, en la pedregosa costa del lago Al Qirawn y, mientras
observábamos, su vientre hinchado; un helicóptero se lo llevó y, hasta el día de hoy,
no se si está vivo o se salvó. Todo esto y, aún, no puede entenderse.
Los otros, aquellos a quiénes es imposible comprender ¿Por qué Hassan Nasrallah,
junto a sus seguidores, consagra su vida, su evidente capacidad, el destino de su
país para luchar contra un país que, en su vida, vio; contra personas con quiénes
jamás se encontró y contra un ejército contra el cual no tiene motivos para pelear?
¿ Por qué hay niños, en Irán, que no pueden señalar a Israel en un mapa
(especialmente porque es muy
pequeña), pero queman su bandera en las plazas públicas de las ciudades y se
postulan, como
suicidas, para destruirla? ¿Por qué intelectuales, egipcios y jordanos, incitan a los
ingenuos y caídos
en desgracia contra los Acuerdos de Paz, a pesar de saber que, su anulación,
retrotraerá a sus países 20
años? ¿ Por qué los sirios están dispuestos a seguir siendo un país del Tercer Mundo;
pobre y quebrado, a cambio de tener el dudoso honor de financiar a un grupo
terrorista que, en definitiva, se transformará
en una amenaza para ellos mismos? ¿Por qué nos odian en Arabia Saudita, en Irak,
en Sudán?¿ Qué les
hicimos? ¿Cómo es que somos tan relevantes para sus vidas? ¿Qué es lo que saben
sobre nosotros? Y, ¿Por qué nos odian en Afganistán? No tienen para comer,
entonces, ¿De dónde sacan fuerzas para odiarnos?
Tantas respuestas tienen esta pregunta y, aún, sigue siendo un enigma. Es cierto
que se trata de un asunto religioso pero, también las personas creyentes, hacen
sus propias elecciones. El Corán (junto con la Sha´aria - versión musulmana de
nuestro Talmud) contiene miles de preceptos, entonces ¿ Por qué nosotros les
preocupamos tanto? No pocos países les han dado muy buenos motivos para
enojarse. No fuimos nosotros los que iniciamos las Cruzadas, ni los que, durante la
colonización, los conquistamos; nunca intentamos convertirlos al judaísmo.
Mongoles, seleucidas, griegos, romanos, cruzados, otomanos e ingleses
despojaron, destruyeron y saquearon toda la zona. Nosotros, ni siquiera, lo
intentamos y, sin embargo, ¿Cómo es qué, precisamente, somos el enemigo?
¿Es qué, acaso, se trata de algo que nosotros hacemos? Mil quinientos años de
antisemitismo nos enseñaron - del modo más doloroso posible- que tenemos algo
que irrita a los demás. Entonces, hicimos lo que todos querían: nos fuimos.
Levantamos un pequeño país en el que podemos molestarnos los unos a los otros,
sin perturbar a nadie. Incluso para esto no pedimos demasiado. Israel ocupa un
territorio que es menor al uno por ciento de la extensión de Arabia Saudita; sin
petróleo, sin minerales y sin que hayamos irrumpido en el lugar de ninguna otra
nación. La mayoría de las ciudades, que fueron bombardeadas esta semana, no le
fueron quitadas a nadie. Nahariya, Afula y Carmiel no existían hasta que las
fundamos. Las otras Katiuska cayeron sobre las que no hay cuestionamiento sobre
nuestro derecho. En Haifa había judíos desde el siglo III antes de la era común y,
Tiberiades, fue sede del último Sanhedrín. Así es que es imposible sostener que se
las robamos a alguien.
Pero, el odio continúa, como si fuera imposible otro destino; un odio activo,
venenoso, incesante. Hace
unos días, el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, nuevamente, convocó a
actuar para la desaparición de Israel, como si fuésemos bacterias. Tan
acostumbrados estamos a eso que, ni siquiera, preguntamos porqué. Israel nunca
aspiro a la desaparición de Irán. Siempre que quisieron mantuvimos relaciones
diplomáticas. No nos separa ningún límite geográfico ni malos recuerdos. Y, sin
embargo, están dispuestos a enfrentarse con todo el mundo occidental, con el
embargo económico, atentar contra su calidad de vida destruyendo lo poco que
quedó de su riqueza y todo, a cambio, de tener el honor de odiarnos intensamente.
Intento recordarlo pero no lo logro... ¿ Les hicimos algo? ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Por
qué en su discurso dijo que Israel es el principal problema del mundo musulmán?
Más de mil millones de personas viven en el universo islámico. La mayoría en
condiciones deplorables. Sufren hambre, pobreza, ignorancia, sangrientos
enfrentamientos que se extienden desde Cachemira hasta Kurdistan y desde
Darfour, la agonizante, hasta Bangladesh, la herida. ¿Por qué, de pronto, nosotros
somos el principal problema? ¿Cómo, exactamente, los molestamos?
Me niego a aceptar la argumentación que dice así son ellos. Eso mismo dijeron,
sobre nosotros, tantas
veces, que aprendimos a desconfiar de esa expresión.Debe haber otra causa; un
siniestro secreto por el
cual decidieron los habitantes del sur del Líbano,prender fuego al tranquilo límite ;
secuestrar soldados de un ejército que se había retirado de su territorio,
transformar a su país en una ruina justo
en el momento en el que, finalmente, se liberaban de veinte años de desgracias.
Sionismo
CLARAMENTE, COMO DICE HILLO OSTFELD, HAY UNA DEGRADACIÓN JUDÍA QUE
NOS INDUCE A PENSAR DE LA PEOR MANERA. COMO BIEN DIJO EL EX-PRESIDENTE
DE LA UNION ISRAELITA DE VENEZUELA:
"NUNCA PENSÉ QUE ESTO PODRÍA VOLVER A SUCEDER [...] SE VENÍA VENIR. YA YO
SENTÍ SEMANAS ANTES, QUE ALGO ESTA PASANDO, ALGO ESTA EN EL AIRE,
EMPEZARON CON LOS GRAFFITIS 'FUERA DE AQUI LOS JUDIOS', 'QUE SE MUERAN
LOS JUDIOS', QUE NO SE QUE LOS JUDÍOS... ASI EMPEZO EXACTAMENTE EN EUROPA.
[...]ESTO ES SIMILAR A LO QUE HA PASADO 'LA NOCHE DE LOS CRISTALES ROTOS'".
ES CIERTO QUE HAY MIEDO, ES CIERTO QUE NO SON 5, SON MILES Y MILES LOS QUE
SE JUNTAN PARA DEMONIZAR AL ESTADO DE ISRAEL. MAS DE UNO DE ELLOS SI
TUVIERA UN JUDIO DELANTE, HARIA COSAS HORRIBLES. PERO NOSOTROS, QUE
HEMOS SOBREVIVIDO A LOS SIGLOS Y MILENIOS, POR NUESTRA UNION Y NUESTRA
FE, NO LA PERDEREMOS AHORA.
Lo que les produce ver esa marcha insultado a los judíos o lo que les produce ver
una sinagoga destruida, o peor, lo que les produce ver a un abuelo sobreviviente
del holocausto, que tanto ha sufrido, que ve esvásticas en su institución; lo que les
produce eso, debe ser lo que los mueva a no quedarse sentados. El activismo es
una elección. No tendrás una remuneración monetaria, pero tendrás la satisfacción
de saber que estás haciendo algo por tu comunidad y por la moral de tu religión,
que se ve afectada y menospreciada por muchos.
Cordialmente,
Sebastian P.
HERRAMIENTAS DE APOYO
Los periódicos y revistas de noticias ofrecen en sus páginas una variedad de foros
de noticias y análisis. Las noticias de última hora normalmente son escritas en la
escena de los hechos y describen los eventos del momento en la región. Las
noticias son muy diferentes de las columnas, editoriales y editoriales de opinión,
que generalmente expresan una opinión y ofrecen un determinado punto de vista.
Entender esta diferencia es esencial para un efectivo apoyo a Israel.
Respuesta: La ley israelí no hace distinción entre ciudadanos árabes y judíos. Los
ciudadanos árabes israelíes disfrutan de los mismos derechos que sus vecinos
judíos. Son libres de practicar su religión sin ser discriminados, en concordancia con
el compromiso de Israel con la democracia y la libertad. Existen varios partidos
árabes representados en el Knesset (parlamento) israelí, y los miembros árabes del
Knesset son extremadamente expresivos a la hora de promover sus temas y
opiniones. En 2007, Raleb Majadele fue nombrado Ministro de Ciencia, Cultura y
Deportes, convirtiéndose en el primer miembro árabe del gabinete israelí. En 2004,
otro árabe israelí, Salim Jubran fue nombrado en la Corte Suprema.
Inexactitud: los judíos son intrusos en el Medio Oriente. Los judíos que llegaron a
Israel no tienen ninguna conexión con la tierra que era habitada únicamente por
palestinos indígenas.