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“Cuando tenía cinco o seis años, mis tíos se fueron a vivir a Italia.

Mi tío tenía
una enorme biblioteca, y como nosotros vivíamos en una casa grande, nos dejó
los libros durante su ausencia. Al principio, estuvieron guardados en cajas en el
desván. Un buen día bajamos las cajas, las abrimos y colocamos los libros en las
estanterías. Hasta entonces, en nuestra casa casi no había habido libros. Mis
padres no habían ido a la universidad y ninguno de los dos mostraba un
especial interés por la lectura. De pronto, de la noche a la mañana, tenía una
maravillosa biblioteca a mi disposición: los clásicos, los grandes poetas, las
novelas más importantes. Este hecho abrió un mundo nuevo para mí. Cuando
lo recuerdo, me doy cuenta de que esas cajas de libros cambiaron mi vida”

Paul Auster. Escritor estadounidense. Premio Príncipe de Asturias de las Letras


2006.

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