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UN ACERCAMIENTO A LA CLASIFICACIÓN DE LOS HONGOS

Ángel Moreno-Fuentes

Introducción discípulo, basaron sus propuestas taxonómicas en esos sis-


Medir y clasificar son, quizá, dos de las actividades huma- temas, simples, pero que de alguna manera englobaban a los
nas más antiguas y aún hoy con vigencia. Poseen una gran animales en general y a las plantas terrestres (Mayr, 1982).
importancia y trascendencia, especialmente ya que las Al principio de la civilización, los sistemas de clasificación
sociedades humanas han estado en una interacción perma- se basaban parcialmente en la utilidad alimenticia, medicinal
nente con el medio biológico. y enteógena de plantas, o en sus propiedades tóxicas o
La especie humana tiene una compulsión por el orden venenosas (Moore et al., 1995) y hongos (Samorini, 2001).
(Stuessy, 1990). El hombre, por naturaleza, clasifica u Algunos de los registros más antiguos acerca de los hongos
organiza en su pensamiento los diversos elementos mate- macroscópicos datan de la Grecia y Roma clásicas, siendo
riales o fenomenológicos que observa durante su vida dia- probable que el médico griego adscrito al ejército romano,
ria. De aquí, que los grupos humanos tienden a clasificar. Dioscórides, haya elaborado la primera clasificación de hon-
Dichas clasificaciones implican, no obstante, ciertas premi- gos registrada. Él los dividió en variedades comestibles y
sas, las cuales son tomadas en cuenta, de una manera venenosas o tóxicas. Este nivel de conocimiento perduró
consciente o instintiva. Por ejemplo, deben considerarse hasta el siglo XVII y aunado al misterio del origen de este
una serie de atributos o caracteres que han de servir como grupo biológico, constituyó uno de los obstáculos en el des-
criterios en la clasificación y, naturalmente, los objetivos que arrollo de la micología y de su sistemática.
se persiguen. Así, de manera histórica, pueden distinguirse Crear sistemas de clasificación es un imperativo en la
tres grandes tipos de clasificaciones: artificiales, mecánicas biología. El caso de los hongos no ha sido la excepción, aun-
y naturales o filogenéticas (Radford, 1986). que plantea un gran reto, pues después de las bacterias y los
A partir de la observación de la naturaleza, se han des- insectos, son probablemente el grupo más diverso en el pla-
arrollado con el tiempo dos técnicas: la clasificación y la neta. Su enorme diversidad es evidente en su morfología,
medición. La clasificación se ha convertido en el primer genética, fisiología y ecología, lo cual concuerda con dichos
paso hacia la comprensión de nuevos grupos de fenóme- cálculos. Hawksworth y colaboradores (1995) estimaron una
nos; éstos, según Bernal (1979), tienen que ser ordenados cifra mundial de 1,500,000 morfoespecies de hongos, mien-
antes de que pueda hacerse otra cosa con ellos. tras que para México, Guzmán (1998) ha calculado alrede-
La sistemática o taxonomía se entiende como la disci- dor de 200,000 especies, de las cuales conocemos hasta el
plina que estudia la clasificación de los seres vivos. No obs- momento solamente 3,000, esto es, cerca del 3.3%.
tante, en ocasiones el segundo término es reservado a En este sentido, existen en el mundo dos grandes for-
aspectos meramente teóricos relacionados con los princi- mas de entender estructural y conceptualmente esta diver-
pios y procedimientos clasificatorios (Morrone, 2001). sidad fungística, según la cosmovisión de los grupos huma-
La clasificación biológica occidental tuvo sus orígenes nos involucrados: la científica (u occidental) y la tradicional
en las etnoclasificaciones (Atran, 1999), también llamadas (o no occidental), esta última practicada por diversos gru-
clasificaciones “preliterarias”. Aristóteles, considerado el pos étnicos.
Padre de la Clasificación Biológica, así como Teofrastro, su

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Origen del nombre y de la disciplina Primeras clasificaciones científicas
La palabra hongo proviene del latín fungus, que a su vez pro- Entre los personajes más importantes en la construcción de
viene del griego sphongos o esponja, tal vez por la capaci- los sistemas de clasificación al interior de los hongos se
dad que presentan buena parte de los esporomas macros- encuentran Dillenius, Bulliard, Persoon, Fries y Saccardo y,
cópicos de almacenar importantes cantidades de agua. El más recientemente, micólogos como Singer y Hawksworth.
plural de fungus es fungi, hongos, el nombre asignado al Sin embargo, sólo se hará referencia a dos de ellos, a mane-
reino de estos organismos. Es probable que la palabra en ra de ejemplo, para comparar el tipo de criterios y caracteres
castellano, hongos, provenga de una contracción de sphon- en un sistema de clasificación científica de hongos, en aque-
gos. Según lo anterior, la disciplina científica que estudia llos tiempos, y con respecto a una etnoclasificación.
estos organismos debiera, en principio, ser llamada fungolo- En 1801, Persoon, reconocido como el fundador del
gía. Sin embargo, por razones históricas esto no es así. estudio sistemático de los hongos, dividió a los hongos
En la antigua Grecia existía la palabra mykes, la cual macroscópicos en dos grandes clases: Angiocarpi, hongos
era usada para referir una clase de esporoma de hongo, o que liberan sus esporas de un esporoma cerrado
bien, de objetos que tuvieran una forma semejante, por (Lycoperdon, Calvatia, Geastrum, entre otros) y Gimnocarpi,
ejemplo el capuchón de la funda de algunas espadas. los cuales maduran sus esporas sobre superficies expues-
Perseo fundó la antigua Mycenas, importante centro de la tas (Ramaria, Russula, Mycena, como ejemplo). No obstan-
civilización griega, con dicho nombre en alusión a un hongo te, en 1874, Fries, considerado el homólogo de Linnaeus
legendario (Alexopoulos et al., 1996). en la micología, contribuyó de manera relevante a esta dis-
De las palabras griegas mykes, hongo y logos, discur- ciplina científica, particularmente en el campo de los
so, es de donde procede el término micología, que aunque Hymenomycetes (basidiomicetos con himenio), proponien-
debió ser “micetología”, representa en la biología actual el do el esquema clasificatorio mostrado en el cuadro 1 (Fries,
área de estudio de los hongos, considerados éstos como 1821-1823 in Kaul, 1997).
un reino biológico independiente según lo propuso
Whittaker (1959). Claro, sin olvidar que antes los hongos Cuadro 1
Esquema clasificatorio de los hymenomycetes según la
transitaron, de manera tácita o implícita, por los sistemas concepción Friesiana
de clasificación biológica de Aristóteles, Haeckel y Copeland,
Hymenio effigurato (himenio no liso) Hymenio laevigato -
en sus respectivos momentos. (himenio liso)
Sin embargo, la micología, como disciplina formal de I = Agaricini (himenio laminar) IV = Telephorei
estudio, surgió de manera relativamente reciente en com- II = Polyporei (himenio poroide) V = Clavarei
paración con la botánica y la zoología. Este hecho se con- III = Hydnei (himenio en forma VI = Tremellinei
cretó con Michelli, un botánico italiano, quien es considera- de dientes)
do su fundador al nivel mundial y cuya obra Nova Plantarum
Genera apareció en 1729, con lo que marcó un parteaguas Puede observarse fácilmente en la propuesta de Fries,
en el estudio de los hongos. Él fue el primero, y por largo que el criterio fundamental en la separación de ambos gru-
tiempo el único, que llevó a cabo el estudio científico de los pos de Hymenomycetes, es justo el tipo de himenio. En la
hongos y desterró, con sus estudios de germinación de concepción de un grupo étnico, por ejemplo el purépecha
esporas fúngicas, la idea de la generación espontánea en (Cuadro 2), ocurre algo semejante, ya que el tipo de hime-
este grupo biológico; además, estudió microscópicamente y nio, laminar, poroide o liso, es el criterio de mayor peso para
describió una gran cantidad de hongos (Lechevalier y separar grupos. No es muy difícil comprender, entonces,
Solotorovsky, 1974). No obstante, algunos micólogos tie- que tanto los científicos como los grupos étnicos pueden
nen una opinión diferente, ya que consideran a Fries como llegar a conclusiones semejantes en la organización de la
el padre de esta ciencia y no a Michelli. micobiota, si tienen los mismos caracteres a considerar.

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Resulta evidente que si uno de ellos posee, por ejemplo, de nutrición por absorción, a través de la digestión externa
herramientas más poderosas para escudriñar la naturaleza previa de los sustratos. La quitina, por su parte, es un com-
de los hongos, tendrá acceso a otra serie de caracteres y puesto químico que prácticamente se encuentra en todas
ello puede modificar su concepción de las cosas, tal como las paredes celulares de estos organismos, por lo que tiene
puede verse a partir de la llegada del microscopio y el un importante papel estructural. Adicionalmente, en este
secuenciador de genes. modo de vida debe existir el ácido aminodipídico, como pre-
El grupo de los hongos ha sido subdividido bajo diver- cursor en la síntesis de la lisina.
sos criterios prácticos, aunque artificiales, por el mundo El segundo término trata de explicar que no todo lo que
científico, independientemente de las clasificaciones natura- parece ser hongo, morfológica y reproductivamente, necesa-
les. Las entidades derivadas han recibido diversos nom- riamente lo es, e incluye a aquellos organismos que presentan
bres. A continuación se presentan dichas categorías, así en su crecimiento una apariencia radial o semirradial y que
como su nomenclatura y conceptualización. sus talos muestran, en términos generales, una organización
filamentosa o irregularmente
Cuadro 2 filamentosa y la producción
Representación esquemática de la clasificación de los hongos según la concepción purépe- de esporas en un esporoma,
cha (modificado de Mapes et al., 1981)
ya sea éste macroscópico o
kux microscópico. Sin embargo,
tepajkua estas especies carecen de
Carnosos con “costillas” tiripiti alguna o de todas las carac-
o láminas bajo la “espalda” terísticas que presentan
o píleo. tsupata
ts’apk’i
aquellas con modo de vida
paxakua or uachita fungal. Por tanto, serían
sinónimos del modo de vida
Carnosos con poros
terekuicha bajo la “espalda” o píleo. pantereko fungoide los hongos sensu
lato u hongos falsos
k’uin ants’ir (Cuadro 3).
tataras
Cabe señalar que los
urapiti
Carnosos, firmes o bien organismos hoy llamados
de consistencia gelatinosa; sirat hongos falsos estuvieron
cuando son carnosos no turipiti considerados durante
presentan láminas ni poros. angans mucho tiempo en el grupo
kauicha de los hongos, ya que se
tamanda tomaban en cuenta carac-
tunuruku
teres morfológicos y
Sobre las concepciones del grupo reproductivos. Hoy en día, se ha visto que es más robusto,
Modo de vida fungal vs. modo de vida fungoide. El primero para el reino Fungi, considerar además caracteres quími-
de estos dos conceptos se refiere a una forma o estilo de cos, bioquímicos, fisiológicos, ultraestructurales y molecula-
vida, el cual reúne concomitantemente características fisio- res, ya que reflejan de mejor manera las relaciones filoge-
lógicas, químicas y bioquímicas, ya que los aspectos repro- néticas entre los diversos grupos. Se ha demostrado que la
ductivos y morfológicos pasan en esta propuesta a un morfología puede variar de manera importante entre taxo-
segundo término, sin dejar de tener cierta importancia. En nes evolutivamente lejanos y que sus semejanzas morfoló-
este sentido, un aspecto fisiológico a considerar es el modo gicas son, con frecuencia, sólo convergencias evolutivas, lo

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cual ocurre particularmente en los hongos, en los que Hongos superiores vs. hongos inferiores. El término
estos caracteres son muy plásticos. “superior”, lamarckiano y un tanto anacrónico, ha sido uti-
lizado para referirse a aquellos hongos que muestran una
Cuadro 3
Taxones con modo de vida fungal y fungoide (basado en mayor complejidad estructural y reproductiva y que, por
Hawksworth et al., 1995). En cursivas se muestran lo que tanto, han llegado a una imaginaria “cima evolutiva” del
aún algunos micólogos consideran “hongos acuáticos”; sin
embargo, los phyla Hyphochytridiomycota y Oomycota reino. Los phyla Ascomycota y Basidiomycota y el phylum-
pertenecen ya a otro reino. Los Deuteromycota constituyen forma Deuteromycota (un grupo artificial) han sido consi-
un grupo artificial al interior de los hongos verdaderos por
carecer aparentemente de reproducción sexual derados, en esta clasificación no natural, los hongos supe-
riores, mientras que los phyla Chytridiomycota y
MODO DE VIDA FUNGAL MODO DE VIDA FUNGOIDE Zygomycota fueron considerados como los hongos inferio-
(Hongos verdaderos) (Hongos falsos) res. Actualmente, términos evolutivos como éstos, con una
Procariontes lógica similar a la de las zonas adaptativas de la escuela
Myxobacterias evolucionista, no son aceptables.
Actinomycetes Hongos macroscópicos vs. hongos microscópicos.
(= Actinobacterias) Hongo macroscópico es aquel que desarrolla estructuras
Eucariontes reproductoras capaces de ser observadas a simple vista.
Chytridiomycota Labyrinthulomycota Ciertamente, se trata de un criterio subjetivo y artificial, que
Zygomycota Acrasiomycota sin embargo fue utilizado durante mucho tiempo y que
Ascomycota Myxomycota todavía hoy muchos investigadores suelen usar sólo por
Deuteromycota Plasmodiophoromycota cuestiones prácticas. Si bien en ocasiones el conjunto de
Basidiomycota Hyphochytridiomycota hifas o micelio puede observarse sin problema, ésta no es
Oomycota una característica a ser considerada, pues se trata de
estructuras meramente somáticas.
Hongos perfectos vs. hongos imperfectos. Los hongos Es importante enfatizar las diferencias de los términos
perfectos e imperfectos son todos hongos verdaderos. No anteriores, ya que resulta común confundir entre algunos
obstante, es importante realizar las siguientes precisiones. estudiantes, superior con macroscópico, perfecto con ver-
La capacidad de llevar a cabo la reproducción sexual con- dadero o inferior con microscópico, así como modo de vida
fiere a los hongos verdaderos la cualidad de ser “perfec- fungoide con modo o estilo de vida fungal, por poner algu-
tos”. Es decir, su ciclo de vida es “normal” en la medida que nos ejemplos.
tienen la capacidad de reproducirse simultánea o diferida- La clasificación científica de los hongos, como la de
mente, tanto sexual como asexualmente. Los hongos imper- otros organismos, busca ser natural, robusta y predictiva.
fectos o fungi imperfecti son, hasta donde se sabe, mitos- La clasificación tradicional, en cambio, resulta ser funda-
póricos, pues producen sus esporas por vías mitóticas y mentalmente pragmática o morfológico-estructuralista,
carecen de un estado sexual, es decir, son anamórficos además de que está asociada de algún modo a las diversas
(Hawksworth et al., 1995). Los hongos perfectos son ambi- categorías antropocéntricas que son, a su vez, producto de
valentes, es decir meiospóricos (producen sus esporas a la cultura y la percepción del grupo humano en cuestión. No
través de meiosis) y mitospóricos, por lo cual pueden obstante, debe recordarse que la segunda engendró a la
reproducirse sexual y asexualmente. A pesar de lo anterior, primera y que ha seguido un camino paralelo a la misma,
esta división o frontera cada día pierde terreno, ya que es aunque lamentablemente, de manera histórica, ha sido sos-
mayor el número de hongos imperfectos a los que se les layada e incluso descalificada.
descubre su expresión sexual y, por consiguiente, ingresan
al grupo de los hongos perfectos o fungi perfecti.

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Clasificaciones tradicionales la región del estado de México, o bien la de Mapes y cola-
El estudio de los sistemas taxonómicos tradicionales, los boradores (1981) con la etnia purépecha del estado de
cuales han sido objeto de mucho interés recientemente, Michoacán (Cuadro 2).
tiene un alto significado en la interpretación de los proce- Los grupos taxonómicos que refieren estos autores
sos lógicos en nuestras propias mentes, así como en com- son reconocidos fácilmente por los indígenas como las dis-
prender la aplicación y utilidad de los sistemas taxonómicos tintas clases de hongos que existen. Asimismo, las tres
en sí mismos (Raven et al., 1971). categorías a las que pertenecen los 11 grupos de hongos
Las etnoclasificaciones, clasificaciones tradicionales o están basadas, como puede observarse, en la presencia o
también llamadas taxonomías folk de los hongos, son estu- ausencia de láminas y poros bajo el píleo, que correspon-
diadas por la etnomicología, área de la etnobiología que den a los grupos formados con el criterio de forma de vida.
estudia de manera científica los aspectos cognitivos tradi- Estructura de los sistemas tradicionales de clasifica-
cionales acerca de los hongos. Si bien la información deri- ción. Estrada-Torres (1989) señala que la estructura que
vada de las investigaciones etnomicológicas al nivel mundial pueden presentar los sistemas tradicionales de clasificación
es, en términos generales, aún escasa, existen ya ejemplos de los hongos puede ser de cuatro tipos, en función de los
sobre nomenclaturas y sistemas tradicionales de clasifica- criterios involucrados para la identificación o separación de
ción en el área mesoamericana y en algunas otras áreas los elementos en dicho sistema: 1) clasificación frío-calien-
culturales que muestran que existen principios generales te (no térmica, más bien basada en las propiedades intrín-
que rigen la conceptualización del conocimiento micológico secas de las plantas o los alimentos en general, incluyendo
tradicional (Estrada-Torres, 1989). los hongos); 2) clasificaciones utilitarias (basadas funda-
Existen al menos dos formas de entender la naturaleza mentalmente en los usos que se les da a los hongos, por
de las clasificaciones tradicionales, aunque también hay ejemplo los comestibles, no comestibles, medicinales, etc.);
posturas intermedias en donde ambas formas no son nece- 3) clasificaciónes morfológico-estructurales (en las cuales
sariamente exluyentes. Una de ellas es la intelectualista, el valor utilitario de cada elemento pasa a un segundo
que sostiene que diversos grupos humanos nombran y cla- plano y se destaca que los organismos no son sólo conoci-
sifican a los seres vivos debido a su significado o imporftan- dos porque tengan una utilidad en sí, sino que se les decla-
cia. A esto se debe que existan coincidencias en el recono- ra útiles o interesantes en la medida en que se les conoce
cimiento de distintas especies entre diferentes sociedades a priori, antes que cualquier otra cosa y 4) clasificaciones
y la ciencia. Por otro lado se encuentra la corriente utilita- pragmático-estructuralistas.
ria, que argumenta que las etnoclasificaciones obedecen a Las ideas centrales de estas propuestas están basadas
términos más prácticos, como los usos que se les da a las en contribuciones como las de Foster (1979), Berlin y cola-
especies, idea que se ve reforzada con el hecho de que en boradores (1973) y Morris (1984), quienes han hecho
distintas culturas, aquellos organismos sin utilidad alguna importantes aportaciones a dichos sistemas y que pueden
son clasificados al interior de una misma categoría y no se ser aplicadas a los seres vivos en general y no sólo a los
diferencian en especies (Medin y Atran, 1999). hongos. A continuación se comentan las principales catego-
Estrada Torres (2001) señala que el primer intento en rías jerárquicas utilizadas en la clasificación tadicional de
nuestro país por estudiar de manera integral las concepcio- los hongos en México (Cuadro 4).
nes y la cosmovisión sobre los hongos lo realizó Escalante Reino o Principio Único. Constituye la categoría jerár-
(1973) quien asimismo fue el pionero en intentar identificar quica más general e inclusiva, como puede ser planta, ani-
el sistema de clasificación tradicional que un grupo indíge- mal u hongo; dichas categorías no necesariamente deben
na tiene de los hongos. Posteriormente vinieron otras con- ser nombradas explícitamente en el sistema de clasificación
tribuciones, como las de Escalante (1982) con el grupo tradicional, sin embargo representan las divisiones más
matlatzinca, Estrada-Torres (1986) con el grupo otomí en generales al interior del mundo biológico. Como puede ser

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observado, este status taxonómico tiene su equivalente en cies son referidas con dos nombres, al igual que en la
los tres reinos respectivos incluidos en el sistema occiden- nomenlatura linneana. De la misma forma que en la catego-
tal tradicional de clasificación biológica, es decir los reinos ría de variedad son menos numerosas que las de género, y
Plantae, Animalia y Fungi. se agrupan casi siempre en conjuntos reducidos. Los géne-
Forma de vida. En esta categoría quedan incluidas ros con más de dos nombres específicos se presentan en
todas las categorías menores; sus nombres están confor- aquellos grupos con mayor importancia cultural.
mados por lexemas primarios no analizables, por ejemplo Nivel varietal. Se utiliza sólo para algún tipo de orga-
árbol, liana, caballo o pájaro. En general, los miembros de nismos y refleja la importancia cultural. Las variedades sue-
esta categoría comparten pocas características preceptua- len estar compuestos por tres palabras, por ejemplo cashi-
les, por lo que incluyen en taxones diversos desde el punto mó de pepita amarillo (Estrada-Torres, 1989).
de vista biológico, siendo éstos pocos en número, entre 5 y La información precedente llama la atención hacia la
10. En el caso de las clasificaciones tradicionales de hongos, necesidad de estudiar las clasificaciones tradicionales de
este nivel jerárquico no ha sido determinado o bien se des- organismos poco conspicuos, tales como las setas, mus-
conoce, aunque como un ejemplo, según Mapes y colabora- gos, (además de los líquenes), así como entidades no bio-
dores (1981), podrían considerarse los esporomas carno- lógicas (Mapes et al., 1981).
sos que presentan “costillas” debajo de la “espalda”, es Asimismo, cabe señalar que para revelar estos aspectos
decir, himenio en forma laminar en la parte abaxial del píleo. con mayor precisión se han introducido recientemente nuevas
En cualquier clasificación, ya sea ésta tradicional o técnicas de investigación etnobiológica procedentes de las
científica, los criterios utilizados para reconocer y diferen- ciencias sociales, como la Prueba de Triadas y Pile Sorting.
ciar las distintas entidades taxonómicas son fundamentales;
dichos criterios en el caso de los hongos son el sustrato, la Consideraciones finales
asociación vegetal, la fenología, forma, color, consistencia y En términos generales se puede afirmar que las etnoclasifi-
los cambios de coloración producto de la oxidación de com- caciones de hongos, al igual que de otros organismos, guar-
puestos químicos, entre otros. dan gran similitud entre sí y muestran un paralelismo con la
Nivel genérico. También llamado etnogénero, este nivel o clasificación occidental o científica respecto a estructura y
categoría también está conformado por lexemas primarios jerarquía, ya que todas las clasificaciones están constituidas
generalmente analizables, es decir, nombres que en ocasiones por grupos incluyentes en categorías ordenadas. La excep-
resultan de combinar dos palabras y pueden ser binomiales. ción a lo anterior, quizá, sea el nivel específico de las etnocla-
Nivel específico. En general, en esta categoría las espe- sificaciones, en el cual no necesariamente se presenta una

Cuadro 4
Categorías jerárquicas correspondientes a la clasificación tradicional de hongos macroscópicos por parte de cinco gru-
pos étnicos de México (basado en Escalante, 1973; Mapes et al., 1981; Estrada-Torres, 1986; Villaseñor, 1999 y Moreno-
Fuentes, 2002)

purépecha huichol matlatzinca otomí rarámuri


Principio único terekuicha yeekwa nechhówi kjo wekogí
Forma de vida n. n. ? n. d. ? ?
Nivel genérico siret angants nema n. n. kjo gushti sojawékui
Nivel específico siret angant
uarapiti ? chhórethuwi tax kju gushti n. d.
Nivel varietal n. d ? bochhórethuwi n. d. n. d.

n. d. = no determinado; n. n. = no nombrado.

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correspondencia debido a que son diferentes los criterios car metodologías apropiadas y estandarizadas, con el fin de
que influyen en el reconocimiento de las especies, entre los analizar objetivamente los fenómenos nomenclaturales y
que destaca un factor perceptual, es decir los atributos regis- clasificatorios y, así, poder encontrar patrones o principios
trados por los sentidos y que son interpretados como un generales de agrupamiento, jerarquización, conceptualiza-
conjunto de caracteres que definen a su vez el nivel varietal. ción y afinidad más refinados. Dichos patrones permiten
Un segundo factor tiene una fuerte carga cultural, ya comparar al interior de las clasificaciones tradicionales y de
que está influenciado por los sistemas de creencias de los las científicas en la búsqueda de formas generales de per-
diversos grupos humanos, quienes ponderan a las espe- cepción y organización de la complejidad fungística en el
cies, de manera que los grupos biológicos con mayor pensamiento del hombre, en relacición con la diversidad
importancia cultural parecen tener un refinamiento taxonó- cultural. Lo anterior enriquecerá sin duda alguna, como
mico mayor (Hunn, 1999). Así, este segundo factor está señalan Mapes y colaboradores (1981), la discusión refe-
compuesto por tres elementos: el ecológico, el fenológico, rente la universalidad y a la validez de los principios gene-
así como el tamaño o dimensión. rales de las taxonomías tradicionales, las cuales han sido
El primer elemento se refiere a atributos como la abun- desarrolladas en años recientes.
dancia o disponibilidad, hábitos y hábitat, en este caso de los
hongos, y de cómo ello condiciona el valor cultural de los mis- Literatura citada
mos. Los organismos menos abundantes podrían, en teoría, Alexopoulos, C. J., C. W. Mims y M. Blackwell. 1996. Introductory mycology,
estar menos representados en las etnoclasificaciones, aun- 4a ed. John Wiley & Sons, New York.
Atran, S. 1999. The universal primacy of generic species in folkbiological
que no se debe tomar como un postulado, pues hay francas
taxonomy: implications for human biological, cultural, and scientific
excepciones como el caso de los hongos enteógenos. evolution, pp. 231-261. En: R. A. Wilson (ed.). Species: new interdis-
Respecto al elemento fenológico, las especies que tentativa- ciplinary essays. The MIT Press, Cambridge.
mente están mejor representadas son aquellas con una pre- Berlin, B., D. E. Breedlove y P. H. Raven. 1973. General principles of clas-
sencia mayor, o sea que son susceptibles de mayor observa- sification and nomenclature in folk biology. American Anthropologist
ción, reconocimiento y posiblemente uso. Existen diversos 75: 214-241.
Bernal, J. D. 1979. La ciencia en la historia. UNAM-Nueva Imagen. México,
hongos con fenologías relativamente amplias, principalmente
D. F.
en los lugares tropicales donde algunos de ellos, especial- Escalante, R. 1973. Ethnomycological data of the matlatzinca.
mente los lignícolas, están presentes casi todo el año. Por Departamento de linguística, INAH, México. (inédito).
último, el tamaño, se refiere a la relación entre las dimensio- Escalante, R. 1982. Clasificación matlatzinca de plantas y hongos.
nes, en este caso de los esporomas de los hongos y su reco- Memorias del simposio de etnobotánica. INAH, México.
nocimiento en las clasificaciones tradicionales. Estrada-Torres, A. 1986. Acervo etnomicológico en tres localidades del
A partir de la información anterior podemos percibir que, municipio de Acambay, estado de México. Tesis Biólogo. Escuela
Nacional de Estudios Profesionales Iztacala, UNAM.
ciertamente, las taxonomías tradicionales las rigen principios
Estrada-Torres, A. 1989. La etnomicología: avances, problemas y pers-
análogos; sin embargo, la cosmovisión, criterios, corrientes pectivas. Examen predoctoral. Escuela Nacional de Ciencias
de pensamiento, pragmatismo, atributos, herramientas de Biológicas, IPN, México.
análisis, entre otros, pueden generar ciertas diferencias, es Estrada-Torres, A. 2001. Aspectos metodológicos de la etnomicología.
decir que las conclusiones alcanzadas sean distintas. Memorias del Primer Encuentro Nacional de Etnomicólogos.
El comportamiento anterior define patrones que pode- Etnobiología 1: 85-91.
Foster, G. M. 1979. El legado hipocrático latinoamericano: “caliente” y
mos considerar característicos de las clasificaciones bioló-
frío” en la medicina popular contemporánea. Medicina Tradicional
gicas tradicionales en general; sin embargo, es importante 2(6): 5-23.
que se impulsen y profundicen las investigaciones relacio- Guzmán, G. 1998. Inventorying the fungi of Mexico. Biodiversity and
nadas con la taxonomía tradicional de los hongos en los Conservation 7: 369-384.
diferentes grupos étnicos de México, esforzándose por apli- Hunn, E. 1999. Size as limiting the recognition of biodiversity in folkbio-

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logical classifications: one of four factors governing the cultural Morris, B. 1984. The pragmatics of folk classification. Journal of
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