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A MI MADRE DE HEINRICH HEINE

Estoy acostumbrado a llevar la cabeza bien alta, Mi sensacin es un poco rgido y duro; Si ni siquiera el rey poda ver mi rostro, No se reflejara en mis ojos.

Pero, querida madre, voy a decirlo abiertamente: Qu poderoso oleaje y mi corazn orgulloso, En su bienaventuranza dulce, se atreve cerca Llvan a menudo un temor humilde. Es tu espritu que me vence en secreto, Su espritu noble, que atraviesan todos los audaces Y se eleva el intermitente a la luz del cielo? Tormento que os recuerde que agonia Ms de un acto que afligen el corazn? El corazn hermoso que me ha amado tanto!!!

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