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Cuando en el curso de la evolución, los organismos no encontraron en su

medio interno los elementos necesarios para el mantenimiento de la vida, desbordan

sus dimensiones, tanto anatómicas como fisiológicas para procurarse del medio

exterior, los nutrientes indispensables; así, los organismos fijos, tomaron del suelo y

del medio acuoso los elementos para su desarrollo. Los organismos que presentaban

mayores o diferentes necesidades de nutrición, tuvieron que evolucionar en

diferentes sentidos. En un principio, bastó la presencia de algunas células capaces

de realizar respuestas como dirigirse hacia la luz, otros, desarrollaron prolongaciones

con las que fueron capaces de desplazarse para obtener la satisfacción de sus

necesidades nutrimentales. Surgió así el comportamiento, como una forma

específica de actuación de los seres vivos en el seno de su medio, como un sistema

biológico total.

De este modo, los cambios ocurridos al interior del organismo, solo adquieren

significado o resultan explicables, si se relacionan con el medio exterior. Durante el

mismo proceso evolutivo se desarrollan los mecanismos encargados de la regulación

de estas nuevas relaciones, en un principio, la irritabilidad de los organismos

unicelulares y conforme se van diferenciando funciones en la escala evolutiva,

aparecen sistemas mas complicados, como el endocrino y las estructuras neurales.

Las necesidades que fueron surgiendo a partir de estas nuevas estructuras, dio lugar

a la formación de un sistema organizado de alta complejidad que regula tanto los

procesos internos del propio organismo como su relación por el exterior.


De acuerdo a la complejidad de su organización y dependiendo de su lugar en

la escala filogenético, el Sistema Nervioso cumple con funciones limitadas en cuanto

a mantenimiento de la vida, o bien, incide en su entorno, con fines específicos. Esto

es; controla los procesos de termorregulación y equilibrio hidroelectrolítico, como en

el caso de los grandes reptiles, o bien, con el surgimiento de la corteza cerebral, y la

automatización de los procesos vegetativos, el cerebro es capaz de dedicarse a

realizar funciones cognitivas, como es el caso en el hombre, de la conducta

individualmente variable.

Por lo anterior, es indudable que el sistema de mayor importancia por su

influencia y expresión dentro del desarrollo, es el Sistema Nervioso Central, por lo

que es primordial conocer las diferentes etapas y factores que pueden afectar al

mismo.

Principios del desarrollo

Desde el punto de vista biológico, el desarrollo cerebral puede ser dividido en

cuatro periodos principales, algunos de los cuales se superponen temporalmente:

1) Periodo en el que se generan las neuronas y se reproducen. Entre la 15 y 25

semanas gestacionales.

2) Periodo de generación células gliales. Entre la semana 28 gestacional y

finales del primer año de vida extrauterina.

3) Diferenciación neuronal. Desde alrededor del parto hasta los cuatro años.
4) Mielinización de fibras nerviosas. Comienza con el nacimiento y se mantiene

en forma intensa hasta el 6º año de vida, y se extingue aproximadamente

a los 15 años.

Es importante destacar que entre el nacimiento y el final del primer año de

vida, la masa encefálica aumenta aproximadamente en un 50 %

Desde el punto de vista del desarrollo de capacidades intelectuales, para J.

Piaget, uno de los mas importantes teóricos en el campo del desarrollo infantil, los

niños llegan al mundo provistos de un conjunto de conductas reflejas que se activan

automáticamente por efecto de los estados internos o de los estímulos ambientales.

Describiendo la base del desarrollo como la sucesión inevitable de estados de

desequilibrio que se producen como consecuencia natural del conocimiento de

nuevos objetos y sucesos ambientales. Como consecuencia de sus interacciones

con el ambiente, el infante comienza a aprender las consecuencias.

Las teorías de Piaget se apoyan en la concepción evolucionista de las etapas

del desarrollo humano, dividiendo este en seis estadios bien diferenciados:

1) Del nacimiento a los seis meses: Las primeras respuestas afectivas del infante

tienen su raíz en la atención al rostro y a la voz humanos, particularmente con

la madre.

2) De los seis a los doce meses: Entre los siete y los diez meses de edad, la

mayoría de los infantes adquiere la facilidad de vocalizar repetitivamente


ciertos sonidos. Antes de los nueve meses, las vocalizaciones y los gestos

primitivos del niño, aparecen como esquemas no convencionales. La conducta

afectiva parece estar interrelacionada con los sistemas cognitivos.

3) Del primero al segundo año: Durante el segundo año, se observa el desarrollo

de sistemas mas complejos y coordinados. La emisión de las primeras

palabras muestra la interrelación de los primeros procesos comunicativos del

desarrollo. La secuencia en que surgen estas, indican que el niño tiende a

centrar su atención lingüística en los aspecto del medio mas sobresalientes

para él.

4) De los dos a los tres años. En esta etapa, se completa el período de la

infancia, y el repertorio se vuelve mas organizado, diferenciado y complejo,

desde el punto de vista de las habilidades, tanto motoras, como cognitivo -

lingüísticas. Una característica importante de esta edad, es la creciente

facilidad para comprender y usar el leguaje, no solo con los adultos de la

familia, sino con otras personas.

“Nadie nace hablando, pero virtualmente todo el mundo aprende a hablar y a

entender la palabra hablada (hablante y oyente); e individuos de diferentes culturas

pueden enseñarse a leer y a escribir.” (Dr. BESTOSO, Emilio Santiago)


5) De los tres a los cinco años. Los niños entre estas edades son capaces de

desarrollar un pensamiento semiológico. En esta etapa, el lenguaje ya se

utiliza para manejar la información y el niño aprende de la comunicación de

otros.

Comienza a desarrollarse la auto - regulación y el auto - control.

6) De los cinco a los siete años. Adquisición de la capacidad de inventar nuevos

medios a partir de combinaciones mentales.

Estas diferentes etapas del desarrollo, tanto biológico como de la inteligencia

sensoriomotriz (entendiendo como tal, la relación estrecha que existe entre la

adquisición de habilidades motoras y el desarrollo de la inteligencia), presentan

diferentes tipos de riesgo para la presencia de discapacidad o secuela que limite en

cualquier grado su desarrollo normal, en forma genérica podríamos dividirlo en dos

grandes ramas:

RIESGO AMBIENTAL: Son todos los factores del medio ambiente que pueden

influir en el desarrollo. El infante o niño en riesgo ambiental es aquél con altas

probabilidades de que algunos factores del medio social y/o físico interfieran la

aparición de sus pautas normales de desarrollo.


RIESGO BIOLÓGICO: Corresponde a las alteraciones de las características

particulares de cada organismo en cuanto que interfieran con las pautas normales de

desarrollo del mismo.

Los niños pueden mostrar una amplia gama de problemas que surgieron

durante los períodos prenatal, perinatal, o neonatal. Cuanto mas prematuro sea el

infante, mas bajo será el peso al nacimiento y aumentará la frecuencia de otros

problemas asociados.

Causa:
1.- pregestacionales

Retraso Mental

Hipotiroidismo

Desordenes convulsivos

Periodos menstruales inusualmente largos o irregulares

2.- Prenatales:

Primer trimestre:

- teratógenos:

- sd. Genéticos:

- anormalidades cromosómicas:

Segundo y tercer trimestres:

- infecciones intrauterinas:

- alteraciones de la función fetoplacentaria

- radiaciones
Otros genéricos

Hipoxia-isquemia:

Anoxia:

Enfermedades infecciosas:

Enfermedades metabólicas:

Incompatibilidad sanguínea:

Traumatismos:

Intoxicaciones:

3.- Perinatales:

Anoxia:

Asfixia:

Anestesias durante el parto:

Traumas durante el parto:

Cesáreas:

Alteraciones en la

Concentración de

Vitamina “k”:

4.- Postnatales:

Traumatismos:

Infecciones por virus

Causas tóxicas:

Anoxias:

Neoplasia:

Accidentes vasculares cerebrales:


Prematurez:

Detección:

Debido al aumento de algunos problemas de discapacidad y al impacto que

éstas tienen en el ámbito familiar y social, es de la mayor importancia que los

problemas ligados al desarrollo en los primeros años de vida sean prevenidos y/o

detectados y manejados lo más tempranamente posible.

Para la detección precoz de estas anomalías existen programas de

seguimiento protocolizados. La detección precoz de las anomalías del desarrollo

psicosensorial permite una intervención temprana que puede modificar

favorablemente el futuro del niño que las padece y mejorar su adaptación social y la

de su familia.

Existen dos factores que influyen en la detección temprana de las alteraciones

del desarrollo:

1. Gravedad del trastorno

2. Edad del paciente.

• En el transcurso del primer año se diagnostican los déficits más severos:

hidrocefalia, malformaciones cerebrales, parálisis cerebral, retraso mental y

déficits sensoriales, sin embargo, se debe pugnar por la detección de

pequeños retrasos del desarrollo psicomotor.


• En ocasiones, a pesar de un seguimiento adecuado, pueden no ser

identificados déficits neurológicos hasta los 18-24 meses.

• Entre 2 y 4 años se detectan trastornos del habla, conductas anormales y

trastornos motores finos.

• A partir de los 5 años se pueden detectar casos menos graves de torpeza

motora, dispraxias, trastornos del aprendizaje y cocientes de desarrollo de 85

o inferiores.

Como modelo para la comprensión de los diferentes mecanismos para la formación

de daño, se presenta el siguiente esquema (que se explica por sí mismo), de causas

y eventos en las diferentes etapas para la producción de Daño Neurológico.

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