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Liliana López Valentín

Grupo: 32 01/06/11
LA POESÍA GAY

Los poetas se han dedicado a la expresión del amor prohibido, es decir,


homosexual o lésbico, desde la antigüedad hasta nuestros días. Su expresión
ha pasado de ser una revelación oculta a una más plena y explícita, sin
embargo, continúan manteniendo esta estructura que se atreve y no a declarar
las nuevas virtudes del amor encontradas a partir de su manifestación. En el
siglo XX, la poesía gay comenzó a difundirse de manera menos pudorosa. Las
expresiones poéticas dieron lugar a múltiples formas y contenidos que
anteriormente eran ignorados, e incluso, desconocidos.

Poemas como “Un mundo primitivo” de Leopoldo Alas, ven el amor homosexual
como algo prohibido, amoral, sentimiento que deviene de la implantación
arraigada de normas sociales; como la búsqueda de expresión y además como
una condición que convierte en extraños a los sujetos poéticos, enajenados de
la sociedad, que los rechaza y los observa como un fenómeno ajeno a su
realidad. “El más hermoso territorio” de Francisco Brines, expone el amor de
texturas (caricias) encontrada a través del amor homosexual. El encuentro con
el otro no como un espacio secreto, pudoroso, sino como un jardín del edén
(paradisiaco), hermoso. Las laderas simbolizan la conducción al placer, de
perdición, lugar de inconsciencia (orgásmico), donde el goce llega a
equipararse con la muerte (muerte chiquita, continuidad del ser). Muchos
poetas se topan con sentimientos y experiencias encontradas, producto de tales
relaciones: El amor visto universalmente, no dividida en géneros, sino
abarcando toda la especie humana o la desacralización de la figura amorosa: el
amor impudoroso, salvaje, animal, y por lo tanto, más mundano.

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