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Otra objeción que se puede hacer a quienes sostienen las posturas que refutamos,
una de las más evidentes y elementales, es que ignoran e interpretan
equivocadamente la intención estilística explicitada por el autor en su prólogo a
Sóngoro Cosongo,55 donde reúne el conjunto definitivo de Motivos de Son, lo cual
implica hacer caso omiso de las ideas del propio Guillén sobre el lenguaje, que
hemos delineado aquí. Estos criterios son de un enorme valor, sin ellos es estéril
sostener un diálogo crítico.
Fernando Ortiz hizo una de las reflexiones más lúcidas que se han hecho hasta
hoy sobre la "poesía mulata", solo seis años después de publicados los Motivos de
Son, cuando en 1936 afirmó que:
"...en los versos mulatos se advierten todos los elementos lingüísticos que han entrado
en la estratificación del mestizaje: voces y formas blancas y negras, vocablos pardos y
giros amulatados."56
Esta "estratificación del mestizaje" nos hace pensar que, en un crecido número de
individuos en los años treinta, a pesar de ser mestizos racialmente, no era posible
identificar a los sectores de bajos ingresos familiares que hablaban una cierta
modalidad del español con los negros o mestizos que usaban una variante
lingüística que se había estandarizado desde lo popular.
Ángel Augier, uno de los escritores que más ha abordado el estudio de la obra de
Nicolás Guillén, no deja muy clara su postura pues no toma partido por una sola
de las teorías sobre la expresión lingüística de los textos, sino por varias:
El español que hablan los negros de Motivos de Son está distorsionado por quién sabe
qué influencias ancestrales. Es la prosodia del negro pobre de los barrios populares
habaneros -y, hay que subrayarlo, no solo de los negros o mulatos-. Pero recuerda la de
los negros africanos cuya habla o jerga remedaron algunos clásicos españoles del Siglo
de Oro, y también la de los esclavos igualmente africanos a quienes asimismo pusieron
a hablar en sus versos determinados autores satíricos y costumbristas del siglo XIX
cubano (por ejemplo, Bartolomé José Crespo, "Creto Ganga" [1811-1871])57
Realmente "quién sabe qué influencias ancestrales" serán esas que cree hallar
Augier (1971), lo cierto es que cae en una contradicción al decir que los negros de
los textos "hablan" con "influencias ancestrales" y, al mismo tiempo, con "la
prosodia del negro pobre de los barrios populares habaneros", prosodia que como
ya hemos visto no era exclusiva de esos negros pobres. Entonces, a partir de este
fragmento, podemos ilustrar la contradicción que caracteriza la argumentación de
casi todos los que pretenden sostener el anegramiento y la africanidad de
Motivos...
¿Qué valor estilístico puede tener que Guillén imite el habla de los negros, si nada
la diferencia de la de los blancos y mestizos? Evidentemente, no es posible hallar
ninguno. Este planteamiento es, por tanto, rotundamente contradictorio; es
lamentable que se haya vuelto tan común.
No es hasta los años setenta que se profundiza seriamente sobre tal problemática.
Este momento se inicia con la publicación de Sobre poesía cubana: realidad,
poesía e ideología de Alfred Melon, en 1970,58 al que siguió el ensayo "Sonido y
sentido en Nicolás Guillén (contribuciones fonoestilísticas)" de Desiderio
Navarro, en 1972. Ambos son partidarios de explicar la peculiaridad de los
poemas a partir de la africanización. La postura contraria estuvo representada por
Luis Íñigo Madrigal, quien sostiene en un prólogo que prepara para una antología
de Guillén, que este imita en Motivos... al español coloquial de Cuba. Alfred
Melon le responde con el artículo "Sumar sí, restar no", y Desiderio Navarro
incluye datos sobre esta polémica en el ensayo al que nos referimos.
En 1980, Nancy Morejón utiliza los datos de esos estudios para ubicar los poemas
dentro de los paradigmas de cierto discurso sobre la identidad nacional. Más
adelante, Eloísa Millares se encarga de establecer los nexos de la expresión
lingüística de los poemas con el español coloquial cubano pero no entra en la
polémica sobre la africanización o el anegramiento. Veamos este itinerario más en
detalle, deteniéndonos en los argumentos que se esgrimen a favor de las teorías
propuestas para explicar la peculiaridad lingüística de estos textos.
"...descubrimiento del primor y de la riqueza fónica que trajeron al habla cubana las
influencias yorubas y abakuas."60
Esta referencia es muy moderada pues habla de una "influencia" que le "trajeron
al habla cubana" y que Guillén "descubre". Es decir, reconoce, al menos, el papel
mediador del español coloquial cubano en estas supuestas influencias foráneas de
los poemas; recuérdese el ejemplo de la influencia portuguesa que dimos
anteriormente. Como sabemos por la historia de la lengua, esas influencias a nivel
fónico no son muy claras ni están muy bien determinadas. Además de que este
crítico no se preocupa mucho por determinar cuáles son concretamente.
Este "examen más serio" del que habla parece ser el de Desiderio Navarro. Pero
el aspecto más interesante de su segundo acercamiento es la actitud dialógica con
Luis Íñigo Madrigal. Veamos más detenidamente los argumentos de este último.
La segunda defiende que, desde hace siglos, no existía una fonética negra
diferente de la del resto de los cubanos. Esto no es del todo cierto porque sí hubo
una diferencia de lenguaje entre negros bozales y blancos en algún momento; lo
que no sabemos si existió fue una "fonética negra" uniforme y diferente de la de
los blancos. Por último, como hemos visto ya, lo poco que podemos atribuir al
bozal llegó a la literatura por la obra de Ballagas y no por la de Guillén.
Estamos más de acuerdo con su tercer planteamiento, a pesar de que hay que
hacerle también algunas precisiones:
"...las alteraciones fonéticas de Motivos de Son corresponden no a un inexistente
dialecto negro, sino a las características del español cubano popular en general."63
No es lo mismo decir que existía una "fonética negra" en Cuba a decir que existía
un "dialecto negro"; esta distinción es importante, recuérdense las precisiones que
hemos hecho sobre el criollo cubano. Otra precisión imprescindible es que, como
ya veremos, no se "corresponde" con las características del español cubano
popular propiamente sino que imita ciertas características de él, no todas las
posibles o, al menos, las más frecuentes. Más bien lo que hace Guillén es
construirse su propia versión de esta variante regional.
El hecho de que los poemas se hayan escrito en un momento de tensión social por
cuestiones raciales, no quiere decir que deban ser valorados necesariamente desde
esta perspectiva; porque, como hemos visto antes, lo social pasa a un segundo
plano y el negro se muestra solo a la manera de un motivo esencialmente musical.
De las alteraciones "fonéticas" que habla Melon, precisa las siguientes: las
elisiones de los fonemas /-s/ y, por otra parte, los apócopes y las permutaciones
de /-r-/ por /-l-/. Estas variaciones las podemos hallar también en el español
ibérico, como ya hemos explicado, lo cual nos hace dudar sobre la procedencia
negra de estas características. Además, este crítico no especifica quiénes son los
que "creen que son más acentuadas en la pronunciación de la población negra"65 .
Desiderio Navarro, por su parte, sostiene que Motivos de Son tiene la influencia
de tres lenguas africanas a nivel fonológico lo cual es indemostrable desde la
historia de la lengua, como ya hemos visto. En su ensayo más completo sobre el
tema, dice:
"Diríase que en ellos, -los Motivos de Son- al hablar en español, el poeta está hablando
también en una lengua negro-africana."66
Veamos cómo se concreta esta diferencia entre peras y manzanas. Dice Desiderio
Navarro que el por ciento de labiales (fonemas /-m-/, /-p-/ y /-b-/) de los poemas
guillenianos es mayor del que da Alarcos Llorach, y que este fenómeno se da por
influencia de alguna lengua africana. El total de los sonidos posibles en los textos
del español estándar, sobre el cual Alarcos Llorach elaboró sus promedios,
incluye las /-s/ en posición final de sílaba (que Guillén excluye, como ya hemos
visto, no por una influencia africana); luego entonces, si a los textos de Motivos...
le añadiéramos estos fonemas /-s/, el total de los sonidos que integran el texto de
Guillén aumentaría y el porciento de labiales disminuiría hasta ser igual al que
ofrece Alarcos Llorach en sus investigaciones. Esta solución de estadística
elemental parece pasada por alto.
Una lengua no puede ser considerada como puros sonidos exclusivamente porque
eso sería ignorar los demás niveles de organización del lenguaje. El criterio de
identificación de Motivos... como próximos a las lenguas yoruba o kikongo no
puede sostenerse con este argumento. No obstante, supongamos que fuera válido
tal criterio. Otra objeción por hacer es que no se puede valorar un texto poético
como uno que no lo es, al menos en materia de lenguaje, por todos los
presupuestos para una de-construcción (a los ya nos hemos referido). Pero, si eso
fuera válido, se le pueden hacer otras muchas objeciones. Recordemos que la
poesía es un género en el que aparecen frases con una finalidad eufónica de una
manera más frecuente porque esta forma de hacer literatura se caracteriza por
buscar de una forma expresa un sentido del ritmo.
Otro de los argumentos de Desiderio Navarro propone que "todas las sílabas son
abiertas", salvo las terminadas en "m" y aquellas donde se da la "duplicación de la
consonante que inicia la sílaba siguiente". Lo que omite es que esa pérdida
responde siempre a elisión de la consonante a final de palabra; las únicas sílabas
trabadas que pierden su consonante final son aquellas que terminan en sibilante,
muy común en nuestro español insular y no se debe a la influencia africana.
Esta ensayista llega a afirmar que "establece un rapport con la lengua que se
habla en Cuba..."69 , es decir, para hacer hablar al negro Guillén, utiliza una
expresión lingüística que no es propia de su personaje sino que es común a todos
los cubanos; pero añade más tarde:
"...la exaltación de los valores negros, en el primer cuaderno de Guillén, Motivos de Son
(1930), no excluye su irreversible integración a la cubanidad. Sus negros son cubanos y
se expresan en una forma literaria que resulta de la simbiosis más transculturada de
nuestra manifestación cultural más mestiza: el son. ¿O es que puede pensarse o
concebirse hoy el son como un fenómeno típicamente negro o, digamos mejor,
africano? No hay ni que pensar la respuesta." 70
¿Cuáles son esos valores del negro que exalta? ¿No será más preciso decir que
exalta antivalores? Hasta aquí todo está más o menos claro, pero más adelante nos
sorprende nuevamente con una afirmación que no es coherente con lo que ha
dicho:
"aunque su autor reprodujera el habla característica de los negros bozales, recurso típico
de la modalidad poética que ahora estudiamos."71
Esta afirmación es sin dudas muy aventurada. ¿Entonces no hay una diferencia
pertinente entre la lengua que se hablaba en Cuba en la década del treinta y la
oralidad característica de los negros bozales? ¿Acaso lo cubano de los poemas
solo se da en la forma literaria y no en la expresión lingüística donde ella se
concreta? Sobre el tema del bozal no hay nada más que decir porque ya se ha
tratado suficientemente. De acuerdo con esto, su postura nos invita a ver en los
poemas de Guillén una incongruencia intratextual, pues no se puede determinar
una relación coherente entre la intención del autor de expresar una mulatez
literaria (transculturación, mestizaje o búsqueda de la identidad nacional) y la
oralidad concreta que, según esta autora, usa Guillén. Esto sería lo mismo que
decir que el negro es la máxima concreción del mestizaje, lo cual es un flagrante
absurdo. Por otra parte, la segunda afirmación, "recurso típico de la modalidad
poética que ahora estudiamos",72 presupone que esta "modalidad poética", es
decir el son, se define en su expresión lingüística por una oralidad exclusiva de
los negros (que aquí se iguala al habla bozal) y ello la lleva a concebir esta forma
literaria como "un fenómeno típicamente negro"73 . O sea, para la autora de
Nación y mestizaje en la obra de Nicolás Guillén, el son vendría a ser una forma
musical propia de los negros.
55 "Diré finalmente que éstos son unos versos mulatos. Participan de los mismos elementos que entran en
la composición étnica de Cuba. Donde todos somos un poco níspero." Nicolás Guillén, Obra poética I,
Letras Cubanas, La Habana, 1972. p. 114.
56 Fernando Ortiz "Más acerca de la poesía mulata", en Revista Bimestre Cubana, La Habana, 1936, vol.
XXVII p.30.
57 Ángel Augier. "Alusiones africanas en la poesía de Nicolás Guillén." En Islas, mayo-diciembre, 1971,
Santa Clara, No. 39-40, p. 130.
58 Alfred Melon. "Sobre poesía cubana: realidad, poesía e ideología". UNION, Año IX, No. 4, diciembre
de 1970. pp. 90, 94, 95.
59 Alfred Melon. "Guillén: poeta de síntesis" UNION, Año IX, No. 4, diciembre de 1970. pp. 96-132.
60 Alfred Melon. "Sumar sí, restar no" UNION, Año XIX, No. 2, junio de 1980 p. 131.
61 Ibidem.
62 Idem. p. 131.
63 Luis Iñigo Madrigal. "Introducción". Summa poética de Nicolás Guillén. Ed. Cátedra, Madrid, 1977.
p. 25.
64 Alfred Melon. "Sumar sí, restar no" UNION, Año XIX, No. 2, junio de 1980. p. 129.
65 Idem. p. 131.
67 Desiderio Navarro. "Sonido y sentido en Nicolás Guillén", en Revista de literatura cubana. Año II,
enero-julio de 1984, Nos. 2 y 3. p.14.
68 Eloina Miyares Bermúdez. "Características lingüísticas de los Motivos de son", en Anuario de Artes y
Letras. Ed. Universidad de Oriente, Santiago de Cuba, 1983. pp. 31-61.
69 Nancy Morejón. Nación y mestizaje en Nicolás Guillén. Ed. UNIÓN, La Habana, 1982. p. 72.
70 Idem. p. 90.
71 Idem. p. 91.
72 Idem. p. 91.
73 Ibidem