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L u c ia n o P a d il l a L ó p e z
LOUIS-JEAN CALVET
LINGÜÍSTICA
Y COLONIALISMO
Breve tratado de glotofagia
Calvet, Louis-Jean
Lingüística y colonialismo ; Breve tratado de glotofagia. -
r ed. - Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2005.
296 p p .; 21x13,5 cm. (Colee. Lengua y Estudios Literarios)
Traducido por: Luciano Padilla López,
ISBN 950-557-654-4
1. Lingüística. I. Padilla López, Luciano, trad. II. Título
C D D 410
ISBN: 950-557-654-4
Fotocopiar libios está penado por la ley.
Im p r e s o e n l a A r g e n t i n a - P h in te d i n A rg e n tin a
Hecho el depósito que marca la ley 11.723
R obar a un h o m b re su lenguaje, en no m b re de ese
m ism o lenguaje: allí com ienzan codos los asesina
tos legales.
R oland B arthes
PROBLEMAS GENERALES
III. EL PROCESO COLONIAL
A NIVEL LINGÜÍSTICO
1 Pierre Jalée, L'Impérialisme en 1970, Maspéro, París, 1970 [trad. esp.: El impe
rialismo en 1970, México, Siglo xxi, 1970],
7)
72 PROBLEMAS GENERALES
cunscribir ese mismo proceso de colonización en su manifestación
lingüística, de seguir en el terreno de las relaciones entre lenguas
dominadas y lengua dominante, de las relaciones más abarcadoras,
que las engloban.
5 Roland Barthes, Éléments de sémiolope, París, Senil, 1971, p. 130 [trad. esp.:
Mementos de semiología, Barcelona, Paidós, 1993].
r' Yves Person, “L’Afrique noirc et ses frontiéres”, o¡>. cit., p. 18.
' earabiyy, -i “árab e">arbi>arbicof>bicnt. La derivación de este préstamo del árabe
marca también un grado creciente de desprecio. O tra hipótesis lo señala como posi
ble préstamo del francés ambique, con interferencia del español arábico, y posterior
aféresis. Hay, además, tina forma posterior apocopada; bic. [N. de T.]
EL PROCESO COLONIAL A NIVEL LINGÜÍSTICO 75
de canciones que a continuación se escriben para levantar la moral de
las tropas:
C ’est moi 1c bel arbicot
Toujours kif kif bourricoc
J’d anse com m e les Africains
Les pas les plus coquins.
o bien:
Bam-bou-lah
C ’est un fils de l’Afrique
Un syinpatique Sénégalais.
[Bam-bu-la
Es un hijo / nativo de África
Senegalés simpático.]
P r im e r e s t a d io : el c o l o n ia l is m o n a c ie n t e
H Roland Barthes, Sude, l'ourier, Loyola, París, Scuil, 1971, p. 55 [trad. esp.: Sude,
Fourier, Loyola, Madrid, Cátedra, 19971.
EL PROCESO COLONIAL A NIVEL LINGÜÍSTICO 83
respuesta a las preguntas anteriores es simple: para hablar en la capi
tal o en la metrópoli hay que olvidar el corso, el bretón, el occitano, el
árabe, el wolof, el bambara, etc., hacer el vacío a esos lenguajes pre
vios para utilizar el francés que, en consecuencia, se vuelve lengua
exclusiva. A escala lingüística, el colonialismo instaura, por tanto, un
ámbito de exclusión lingüística a dos tiempos y exclusión de una len
gua (la lengua dominada) de las esferas del poder y exclusión de los
hablantes de esa lengua (de aquellos que no aprendieron la lengua
dominante) de esas mismas esferas. Y tal como antes, si bien en este
ámbito la lengua nunca es una superestructura, por su parte, su esta
tuto de lengua exclusiva o lengua que tiende a desarrollarse en un
campo de exclusión es superestructura!. Por ende, ese estatuto lin
güístico caracteriza ciertas relaciones de fuerza (no sólo en situación
colonial): bilingüismo con oposición entre lengua dominada y len
gua dominante, aplastamiento de una o varias lenguas por parte de
otra, lengua exclusiva, etc., que de ahora en más llamaremos superes
tructura lingüística.
Pero paralelamente a ese proceso —dentro del marco en que se instaura
el campo de exclusión y, de un modo más amplio, la superestructura
lingüística- la empresa colonial tiene en idéntica medida una rela
ción transitiva con las lenguas: opera mediante decretos, decisiones
políticas, planificación escolar. Esa acción está, con toda evidencia,
ligada al afianzamiento de las superestructuras que acabamos de re
cordar, pero al mismo tiempo es producto de una cierta ideología
que intentamos describir en los dos primeros capítulos. En efecto:
una vez instalado, el colonialismo afirmará su cultura ante el vacío
cultural que cree (o más bien desea) hallar; esto es, establecerá la cul
tura. Así, en los Estados Unidos, a partir de 1880, cuando la “pacifi
cación” está prácticamente terminada (si se exceptúa la resistencia del
grupo chiricahua liderado por Jerónimo), el gobierno crea escuelas
donde, prohibidas las lenguas indígenas, se impone el inglés. A propó
sito, por otra parte sorprende ver que una autora cuya simpatía por los
indios es evidente (y militante), Helen Jackson, sistemáticamente eva
84 PROBLEMAS GENERALES
lúe su grado de “civilización” en los términos de la visión blanca del
problema, es decir, en términos de grado de asimilación:
— los cherokee: “Cuesta creer los progresos realizados por ese pueblo
durante el transcurso de diez años. En 1851, se había establecido
veintidós escuelas primarias [...] la asociación antialcoholismo con
taba con 3 mil miembros”;
— y a la inversa, respecto de los sioux: “Es imposible negar que las
tribus eran ligeramente hostiles a cualquier forma de civiliza
ción; pero, después de todo, eso era normal: se trataba de inevi
tables protestas de una raza orgullosa y valiente contra el aban
dono de su modo de vida”.15
Así, tenemos, de un lado, la civilización; del otro, un modo de vida.
Con todo, no sólo los indios tienen lenguas (¿quién lo dudaría?),
sino que incluso a veces las escribían (lo que, objetivamente, no aña
de nada al estatuto de esas lenguas, pero reviste una cierta importan
cia en Occidente, donde —una vez más por etnocentrismo—hay ten
dencia a equiparar civilización con lengua escrita). Ya en 1734, des
pués de la llegada de Ogletliorpe a Georgia, los cherokee envían una
carta a la compañía colonial, redactada en jeroglíficos pintados sobre
una pie! de bisonte. Más tarde, hay quien se maravilla (con un ligero
paternalismo) de la invención de un alfabeto cherokee. Thomas
McKenney señala en 1825 los “trabajos de filología de un indígena
de nombre Guess”. De hecho, se trata de Scquoyah, a quien en 1842
la North American Review dedica un artículo de afligente paternalismo:
U n indio cherokee de nombre Scquoyah, en lugar de tomar parre en los
rudos juegos de los otros jóvenes indios, sintió gran placer durante su
infancia al ejercitar su ingenio con trabajos de mecánica sencilla [...].
Perseveró en esa empresa y alcanzó su objetivo com pilando un total de
86 caracteres.16
151bul, pp. 89 y 175.
16 Citado por H. Jackson, op. cit., pp. 294-295.
EL PROCESO COLONIAL A NIVEL LINGÜÍSTICO 85
En suma, Sequoyah era un buen indio, cal como en Africa se decía
“un buen negro”. Por su parte, el lingüista Leonard Bloomfield tam
bién lo mencionará: “Sikwaya, un cherokee, inventó una serie de 85
símbolos silábicos para su lengua; los indios fox tienen gran cantidad
de silabarios, todos basados sobre las formas escritas inglesas; y el cree
tiene un silabario conformado por caracteres geométricos simples”.17
Eso no impide en absoluto que se desarrolle el desprecio por la cultu
ra de los indios y una evaluación de su “nivel de civilización” basado
tan sólo sobre el de los blancos. En ocasiones esa tendencia alcanza
las cúspides del ridículo y del sectarismo religioso (lo que viene a sel
lo mismo). Por ejemplo, en 1870, un misionero, el doctor Williamson,
escribe al ministro del interior a propósito de los indios santees: “Los
indios civilizados son, por cierto, mucho más numerosos de lo que
usted creería. Durante el servicio del primer sabbat de este mes bahía
77 comulgantes de nuestra iglesia y una cierta cantidad de visitantes
más”.18 Aquellos no son errores del pasado, como podría suponerse:
esa práctica continúa boy, repartida en todas las zonas del planeta.
Jean-Marie Huart señala, por ejemplo, que en la Guyana francesa no
sólo no se enseña a los niños otra lengua más que el francés, sino que se
los separa por la fuerza de sus familias, pues los misioneros imponen un
sistema de internado conocido como “home d’enfants”[pensionado
para niños].19 Esa utilización de la escuela encuadrada dentro de la
glotofagia no es para nada aislada: en 1969, la enseñanza que se im
parte a los indios wayana de Guyana es en francés; y, al parecer, no se
hizo ningún intento de transcribir su lengua;20 en Perú, entre los in
dios shipibo, colonizados desde 1560, sólo hace treinta años algunas
sectas protestantes lanzaron una enseñanza bilingüe, español-shipibo,21
etcétera.
30 Ibid., p. 207.
90 PROBLEMAS GENERALES
la superestructura lingüística del colonialismo naciente que antes in
tentamos describir. Glotofagia, desde ya, pero también destrucción
cultural, o al menos tentativa de destrucción cultural, coinciden, así,
en la arquitectura del colonialismo naciente y aportan su pequeña
piedra para construirlo. La escuela halla de un modo absolutamente
natural su lugar en el campo de exclusión lingüística; y el proyecto es
de comunicación dirigida: orientada hacia la metrópoli, y en la len
gua de esta última. Por supuesto, para una minoría (bastará como
ejemplo la solicitud para los hijos de los jefes); los demás no tenían
voz. Y esa comunicación dirigida es llamativamente isomorfa de la
economía “dirigida” instaurada por el colonialismo: ¿acaso mono-
producción (real) y monolingüismo (idealizado) no van a la par, con
forme a una amplia perspectiva, en cuyo seno las civilizaciones loca
les, a las que además se niega entidad, no hallan cabida?
S e g u n d o e s t a d io : el c o l o n ia l is m o t r iu n f a n t e