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TEXTO 5.

LA DESAMORTIZACION DE MADOZ

1. CLASIFICACIÓN:

a) Se trata de un texto primario, fuente histórica de naturaleza jurídica, y temática


económico-social, concretamente es un fragmento de la ley de desamortización general de 1855.
b) Espacio-tiempo: Está redactada y aprobada en las Cortes dentro del gobierno progresista
liderado por Espartero, producto de la revolución de 1854, llamada "la Vicalvarada" por el
pronunciamiento exitoso del general O´Donnell en Vicálvaro.
c) Autor: Pascual Madoz, ministro de Hacienda en el gobierno de Espartero dentro del
bienio progresista, miembro destacado de este partido liberal y colaborador del duque de la Victoria
durante su regencia (1840-43).
d) Destinatario: Va dirigido al conjunto del pueblo español, se esperaba con esta nueva
desamortización que parte del campesinado pudiera acceder a la tierra, cosa que en general no
ocurrió.

2. ANÁLISIS:
El breve fragmento que nos ocupa, aclara que tipo de bienes van a ser expropiados y sacados
a subasta, se trata de un conjunto muy amplio de tierras e inmuebles: Lo que quedaba sin subastar y
pertenecía a la Iglesia, bienes en su mayoría pertenecientes a los ayuntamientos, tierras de las
Órdenes Militares, fincas del Estado y de fundaciones y asociaciones benéficas y por último las
propiedades del Infante rebelde D. Carlos y sus descendientes, responsables de las tres guerras
civiles (guerras carlistas) que se dieron durante el siglo XIX.
A continuación pasamos a aclarar algunos de los términos específicos del texto:
a) Predios rústicos y urbanos, censos y foros: se trataban de diferentes formas de contratos
de cesión de los derechos sobre un terreno, los beneficiarios pagaban un impuesto o arrendamiento
a cambio de de disfrutar las tierras o propiedades, la duración del contrato era muy variable, pero
solía fijarse en tres vidas, desde el siglo XVII en "tres vidas de señores reyes y 29 años más"
b) Aparecen instituciones tales como las órdenes militares, que eran instituciones armadas
cuyos miembros pertenecía a las órdenes de caballería y además emitía votos religiosos de pobreza,
obediencia y castidad, en España surgieron para combatir a los musulmanes y sus caballeros
estaban unidos por sólidos principios de hermandad, estaban lideradas por un maestre y a partir del
siglo XVI pertenecer a una orden militar era una mera dignidad honorífica, las órdenes militares
españolas poseían grandes extensiones de tierras y las más importantes fueron: Santiago, Calatrava,
Alcántara y Montesa, con los Reyes Católicos su maestrazgo pasó a la Corona.
También aparecen términos como cofradías y obras pías, se tratan de hermandades que con
autorización episcopal se dedicaban a las obras de piedad desde la Edad Media, surgiendo como
agrupaciones gremiales bajo la advocación de un santo, a partir del siglo XVIII los montes de
piedad e instituciones de beneficencia fueron sustituyendo a las cofradías.
Pero quizá los términos más importantes se refieran a los bienes de propios que se refieren a las
tierras municipales que estaban arrendadas a los vecinos y los bienes comunes o de
aprovechamiento común, como dehesas para el ganado, y zonas forestales donde el campesinado
completaba sus ingresos y alimentación mediante el pastoreo, caza y pesca fluvial, leña, etc.

3. COMENTARIO DE TEXTO

a) PRECEDENTES
-Ya en el reinado de Carlos IV apareció la crítica a la amortización de bienes raíces, tanto
eclesiásticos como vinculados de la nobleza o comunales de los ayuntamientos, los ilustrados la
consideraban como la principal causa del estancamiento agrario, y proponían detener la

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amortización e incluso suprimirla. Pero la Corona se opuso con los mismos argumentos políticos y
religiosos que utilizaban La nobleza y la Iglesia
-Fue a partir de 1795, con Godoy, cuando la política belicista del gobierno y el consiguiente
crecimiento deuda pública obligaron al ministro a iniciar la desamortización. En 1798 el gobierno
declaro en venta, como ya vimos, los bienes de una serie de institutos eclesiásticos, y destiné los
fondos obtenidos a amortizar la deuda e indemnizar, a la iglesia con el 3% anual del producto de las
ventas Entre 1798 y 1805 se vendieron tierras por valor de 1.600 millones de reales, en total la sexta
parte del patrimonio de la Iglesia, pero en vez de destinar el dinero a su fin inicial, se gasté en
nuevas campañas militares El resultado es que en 1808 la deuda ascendía a 7.000 millones, mientras
que se había eliminado la asistencia social a enfermos, ancianos y marginados sociales, asistencia
que la Iglesia financiaba con las rentas de esas tierras y que el Estado no cubría, lo4ue condenó esos
colectivos la miseria.
-Durante la Guerra de la Independencia tanto el gobierno bonapartista como las Cortes de Cádiz
realizan una legislación paralela de supresión de conventos y órdenes religiosas y de puesta en
venta de sus propiedades, destinando el producto a amortizar la deuda del Estado. La restauración
del absolutismo en 1814 significó la anulación de las exclaustraciones y la devolución de los bienes
vendidos a los frailes.
-En el Trienio liberal volvieron a entrar en vigor las decisiones de las Cortes de Cádiz se aprobó el
Decretó dé supresión de monacales de octubre de 1820.y se emprendió la desamortización de bienes
de propios y baldíos. Una buena parte de los bienes de los conventos fue vendida, principalmente, la
inversores burgueses. Pero en 1823 retornó el régimen absolutista, y Fernando VII obligó a restituir
los bienes vendidos, lo que provocó la indignación de los compradores, que desde entonces pasaron
a apoyar al liberalismo y a enfrentarse al Rey.
LA DESAMORTIZACIÓN DE MENDIZÁBAL: Es el más importante precedente de la
desamortización de Madoz y aparece a partir de 1833, cuando el proceso de desamortización se
precipito por varias causas En primer lugar, la guerra carlista obligaba al Estado a obtener recursos,
en un momento en que las arcas estaban vacías y el crecido exterior se había reducido. En segundo
lugar, se difundió en el país un clima anticlerical, a causa del apoyo del clero al bando carlista los
asaltos a conventos, los incendios, profanaciones y matanzas se incrementaron de 1834 a 1836. El
decreto de desamortización de las tierras del clero regular es de fecha de 1836 y el de las
propiedades del clero secular de l840 durante la regencia de Espartero, saliendo a subasta alrededor
del 80% de las tierras eclesiásticas.

b) HECHO
LA DESAMORTIZACION DE PASCUAL MADOZ .1955
Era uno de los puntos programáticos del bienio, Establecía la venta en subasta pública de
toda clase de propiedades rústicas y urbanas pertenecientes al Estado, a la Iglesia, los propios y
baldíos de los Municipios y, en general, todos los bienes que permanecieran amortizados. Se
trataba, por tanto, de completar y terminar el proceso de desamortización iniciado por Mendizábal
en 1836. A diferencia de éste, la Ley Madoz se desarrolló a gran velocidad. Entre 1855 y 1856 se
subastaron más de 43.000 fincas rústicas y unas 9.000 urbanas, por un valor cercano a los 8.000
millones de reales, mediante el pago de un 10% de entrada y el resto aplazado, y admitiéndose sólo
el abono en efectivo. El volumen el dinero acumulado fue, como se ve, casi el doble que en 1845 y
se destinó a amortizar la deuda y a cubrir las necesidades de la Hacienda tras la abolición del
impuesto de consumos, decretada en los días del golpe militar de 1.854.

c) CONSECUENCIAS
Las consecuencias de esta segunda desamortización fueron la eliminación de la propiedad
comunal y de lo que quedaba de la eclesiástica, lo que provocó, en el primer caso, un agravamiento
considerable de la situación económica del campesinado, y en el segundo, una ruptura de las

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relaciones con la Iglesia, ante la flagrante violación del Concordato. En conjunto, si se suman
ambos procesos de desamortización, entre 1836 y 1856 se transfirió la propiedad de lO millones de
hectáreas, el 20% de la superficie nacional. En realidad, la desamortización de Madoz estuvo en
vigor hasta 1895, año en que fue derogada, pero desde 1856 apenas ya hubo subastas, ya que poco
quedaba por vender. Si continuó habiendo importantes partidas de ingresos hacia una sociedad
burguesa. Significó el traspaso de una enorme masa de tierras a los nuevos propietarios y la fusión
de la antigua aristocracia feudal con la burguesía urbana para crear la nueva élite terrateniente.

4. CONCLUSIÓN Y VALORACIÓN
A pesar de las trampas, la desamortización alcanzó muchos de sus objetivos: Se salvó el
Estado y la revolución liberal, una cuarta parte del suelo entró en los circuitos comerciales; la deuda
se redujo a límites soportables; la expropiación en masa contribuyó al desarrollo productivo y dio
un empujón a la expansión del ferrocarril. Sin embargo, las ventas no lograron cambiar la geografía
humana de la desigualdad y las tierras siguieron en poder de la nobleza o cayeron en manos de la
burguesía latifundista, que gracias a la desamortización consiguió adueñarse de las riendas de la
vida municipal, anunciando ya la era del caciquismo de la España de fin de siglo. También fracasó
la desamortización en su intento de ofrecer al campo las inversiones y mejoras no garantizadas por
la Iglesia. Debido a la abundancia de mano de obra y a la falta de espíritu de iniciativa de los
nuevos propietarios, unas veces simples especuladores, otras meros buscadores de prestigio social,
la economía seguiría colgada de un campo ajeno a las innovaciones tecnológicas que invadían
Europa, retrasando el ingreso de España en la era del motor y la fábrica.
Perdieron los campesinos, a quienes las reformas liberales, en vez de mejorar su situación,
convirtieron en vasallos de la modernidad, sujetos al arbitrio de nuevos y viejos amos. Los
labradores españoles, que soñaban desde antiguo con un reparto de tierras que sembrara la igualdad
y la libertad en las huertas, descubrieron qué lejos de sus hogares quedaban los derechos civiles y
políticos proclamados en los salones de la burguesía. Ellos fueron los más perjudicados por el
vendaval capitalista que barrió el campo en el siglo XIX al quedarse sin la despensa que los bienes
comunales ofrecían a sus familias y verse obligados a engrosar las muchedumbres jornaleras. Son
los pobres de la desamortización, campesinos del norte dispuestos a integrarse en las filas del
carlismo o a tomar el camino de las ciudades para hacerse proletarios de la nueva industria, y
campesinos del sur: extremeños, andaluces que estallan esporádicamente en violentos motines,
dispuestos en todo momento a quemar los dudosos archivos que garantizaban una propiedad tenida
por injusta.
Perdió también la Iglesia, que pasó a depender por completo del Estado.

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