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Civilización Maya

1 INTRODUCCIÓN

Civilización maya
La civilización maya se extendió por toda la península
mexicana del Yucatán y zonas de lo que hoy es
Guatemala, Honduras, El Salvador y Belice. En todas
estas regiones se han descubierto ruinas de ciudades
mayas, que son una muestra de la habilidad y altura
artística de sus arquitectos. La civilización maya
desapareció hacia el 900 d.C. por causas aún
desconocidas.
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Maya, grupo de pueblos indígenas que pertenecen


a la familia lingüística maya o mayense y que
tradicionalmente han habitado la parte occidental
del istmo centroamericano, en los actuales estados
mexicanos de Yucatán, Campeche, Quintana Roo
(península de Yucatán), Tabasco y este de
Chiapas, en la mayor parte de Guatemala y en
algunas regiones de Belice y Honduras, zona
comprendida en Mesoamérica. Los mayas no conformaron una cultura homogénea, ya que los distintos grupos, al parecer un total de 28, tenían su
propia lengua, aunque todos ellos compartían los ámbitos económico, artístico, religioso e intelectual.

2 TERRITORIO

El pueblo maya ocupó un vasto territorio: 900 km de norte a sur, desde la costa norte de Yucatán hasta la del Pacífico, y 500 km de noreste a
suroeste, entre la desembocadura del río Usumacinta y el golfo de
Honduras. Se distinguen, al menos, tres grandes zonas, cada una de ellas
caracterizada por formas culturales específicas y una trayectoria histórica
definida: las Tierras Altas de Guatemala y El Salvador, en la costa del
Pacífico; las Tierras Bajas del Sur, en los actuales estados de Tabasco,
noreste de Chiapas y sur de Campeche, y las Tierras Bajas del Norte, la
actual península de Yucatán.

3 HISTORIA

Desde un punto de vista histórico, la civilización maya comprende tres periodos: el periodo preclásico o formativo, que comenzó, cuando menos,
hacia el 1500 a.C.; el periodo clásico, que duró entre el 300 y el 900 d.C.; y el periodo posclásico, desde el 900 hasta la llegada de los españoles a
principios del siglo XVI. Éstos se dividen a su vez en antiguo, medio y reciente, y existen otras subdivisiones suplementarias, como protoclásico,
clásico tardío o protohistórico.

Durante el preclásico, la costa del Pacífico y las tierras altas desarrollaron la herencia olmeca; los contactos entre ambas culturas son evidentes en
la construcción de grandes edificios al comienzo de su historia. Sin embargo, fue en el periodo clásico cuando comenzó el esplendor y el progreso
de esta civilización. Se construyeron grandes centros ceremoniales como Uaxactún y Tikal (Petén, Guatemala) y los mayas extendieron su influjo
por las tierras bajas centrales y meridionales, donde construyeron otras ciudades como Palenque y Yaxchilán (Chiapas, México), Quiriguá
(Guatemala) o Copán (Honduras). Estos centros fueron abandonados por razones todavía no comprobadas a mediados del siglo IX, aunque se
cree que fueron factores de tipo cultural: riesgos de graves hambrunas, fragmentación política, interrupción de las redes comerciales, guerras e
invasiones. Algunos de sus habitantes decidieron emigrar al norte de Yucatán.

Tulum, México
Tulum fue una de las ciudades más imponentes de la
civilización maya. Emplazada en la costa noreste de
la península de Yucatán, México, está situada en un
lugar bellísimo mirando al mar Caribe. Al parecer
Tulum fue ocupada durante el periodo clásico maya
(VI d.C.) aunque otros factores datan su ocupación
en el siglo XIII, 300 años antes de la conquista. Los
antropólogos aún no saben cuáles fueron las
verdaderas causas de la decadencia de esta
civilización. Sin embargo, ruinas de ciudades como
Tulum revelan aspectos fascinantes de esa cultura,
que se extendió por el sur de México y América
Central.
George Holton/Photo Researchers, Inc.

Se inició así el periodo posclásico, en el que a


partir del siglo XI se hizo presente la
influencia de los toltecas, con la migración de
los itzáes, procedentes del valle de México,
una influencia que afectaría especialmente al
gran centro ritual de Chichén Itzá. Por
entonces se consolidó la Liga de Mayapán,
alianza de los jefes de esta ciudad y los de Chichén Itzá y Uxmal, liga que dominaría la península de Yucatán durante dos siglos. Durante algún
tiempo se preservó la paz, pero tras un periodo de guerra civil y de revolución, las ciudades fueron de nuevo abandonadas. Sólo quedó Mayapán,
que continuó ejerciendo una clara hegemonía sobre los pequeños señoríos independientes que se habían formado.

Los primeros contactos de los mayas con los españoles tuvieron lugar en el año 1511, cuando desembarcó en sus costas Jerónimo de Aguilar.
Posteriormente, en 1517, Francisco Hernández de Córdoba navegaría por la costa de Yucatán.

4 ORGANIZACIÓN POLÍTICA, ECONÓMICA Y SOCIAL

La agricultura constituyó la base de la economía maya desde la época precolombina y el maíz es su principal cultivo. Sus técnicas combinaban
formas muy arcaicas con otras muy elaboradas, como la irrigación, el drenaje o el aterrazamiento. Los mayas cultivaban también algodón, frijol,
chile, tomate, camote (batata), yuca, cacao y otras especies comestibles. Las técnicas del hilado del algodón, la lana y el ixtle (obtenido de la
yuca), además del tinte y el tejido, consiguieron un elevado grado de perfección. Los mayas utilizaban dos tipos de telares: el de cintura y, con
menor frecuencia, el de estacas. A través de los motivos de los tejidos las mujeres mayas transmitían mitos y símbolos de sus respectivos pueblos.
Como unidad de cambio utilizaban las semillas de cacao y las campanillas de cobre, material que empleaban también en los trabajos
ornamentales, al igual que el oro, la plata, el jade, las conchas de mar y las plumas de colores.
Los mayas formaban una sociedad muy jerarquizada. Estaban gobernados por una autoridad política, el Halach Uinic, jefe supremo, cuya
dignidad era hereditaria por línea masculina, y el Ah Kin, sumo sacerdote. El jefe supremo delegaba la autoridad sobre las comunidades de
poblados a jefes locales o bataboob, capataces de explotación agrícola que cumplían funciones civiles, militares y religiosas. La unidad mínima
de producción era la familia campesina, que cultivaba una milpa, parcela desbrozada sin la tala de árboles, ya que para los mayas los árboles, en
especial la ceiba, eran sagrados.

ARTE Y
5 ARQUITECTURA

Palenque
La zona central de la antigua ciudad maya de
Palenque está ocupada por El Palacio, un
conjunto de aposentos, patios y galerías, sobre
las que destaca la famosa torre de tres pisos
unidos por una escalera interior. En otras partes
de la ciudad se alzan pirámides coronadas por
pequeños templos. En el templo de las
Inscripciones se mantienen las lápidas cubiertas
de jeroglíficos, una de las inscripciones mayas
de mayor extensión.
Donne Bryant/Art Resource, NY

La cultura maya produjo una arquitectura


monumental, de la que se conservan
ruinas en Palenque, Uxmal, Mayapán,
Copán, Tikal, Uaxactún, Quiriguá,
Bonampak y Chichén Itzá. Estos grandes
recintos eran ciudades y no sólo
importantes centros ceremoniales. Conviven varios estilos arquitectónicos, entre los que destacan el Río Bec (pequeñas columnas adosadas,
dameros y cruces añadidos a los mascarones de las fachadas) y el Puuc (obra en paramento y mosaico en la parte superior de las fachadas), cada
uno con características de ingeniería y ornamentación propias.

Frescos de Bonampak
Los mayas pintaban murales para representar sus rituales y su
historia. En 1946 se descubrieron estos frescos de Bonampak (c.
790), conservados bajo una capa calcificada, cerca del río
Lacanhá, en el estado mexicano de Chiapas. Esta pintura narra la
historia de la última dinastía de Bonampak.
SEF/Art Resource, NY

La distribución de las ciudades consistía en una serie de


estructuras piramidales, la mayoría de las veces coronadas
por templos o cresterías labradas, agrupadas alrededor de
plazas abiertas. Las pirámides escalonadas estaban
recubiertas con bloques de piedra pulida y por lo general
llevaban tallada una escalinata en una o varias de sus
caras. La infraestructura de las pirámides estaba formada
habitualmente por tierra y piedras, pero a veces se
utilizaban bloques de piedra unidos con mortero.
Ruinas de Copán, Honduras
Las ruinas de Copán, situadas en el departamento hondureño de igual nombre, muy
cerca de la frontera con Guatemala, permiten conocer lo que fue la civilización maya.
La pirámide que aparece en la imagen se encuentra en el sector del recinto arqueológico
correspondiente a la plaza central de la ciudad maya.
Craig Lovell/Corbis

Aunque en la actualidad representa una excepción, se cree que el templo de


las Inscripciones de Palenque, que aloja la tumba del rey Pacal, puede no ser
el único monumento de uso funerario que se construyó en la cultura maya. El
tipo más común de construcción consiste en un núcleo de escombros o piedra
caliza partida, mezclada con hormigón o cemento, y recubierta con piedra
pulida o estuco. Las paredes de piedra se edificaban, por lo general, sin
mortero. La madera se utilizaba para los dinteles de las puertas y para las
esculturas. Su gran hallazgo técnico fue el sistema de la falsa bóveda por
aproximación de filas de bloques de piedra, para cubrir espacios alargados o
estrechos, que concluyen en el característico arco maya, del cual existen 10
tipos diferentes. Las ventanas eran poco frecuentes, muy pequeñas y
estrechas. Los muros interiores y exteriores se pintaban con colores vivos, en
especial el azul y el rojo. Se dedicaba especial atención a los exteriores y se
decoraban profusamente con esculturas pintadas, dinteles tallados, molduras
de estuco y mosaicos de piedra.

6 ESCRITURA

Códice Tro-Cortesiano
Escrito sobre papel de fibra de
corteza de copó, es una sola
tira de 7,15 m de largo
doblada a modo de biombo,
sobre la que hay pintados
jeroglíficos de carácter
religioso y mágico. El códice
Tro-Cortesiano, también
llamado Matritense, contiene
fórmulas adivinatorias que
utilizaban los sacerdotes
mayas para predecir
acontecimientos futuros. Fue
descubierto en España en dos
fragmentos: el más grande
pertenecía a Juan de Tro y el
menor a José Ignacio Miró,
quien lo bautizó "cortesiano"
en honor al conquistador de
México, Hernán Cortés. Se
custodia en el Museo de
América de Madrid (España).
Newberry Library, Chicago/SuperStock

Los pueblos mayas desarrollaron un método de notación jeroglífica y registraron su mitología, historia y rituales en inscripciones grabadas y
pintadas en estelas, en los dinteles y escalinatas, y en otros elementos arquitectónicos.
Los escritos de los antiguos mayas se realizaban también en códices de papel amate (corteza de árbol) o en pergaminos de piel de venado curtida.
Sólo existen tres muestras de estos códices: el Códice de Dresde, a través del cual es posible conocer la astronomía y la religión de los antiguos
mayas, actualmente en la biblioteca de la ciudad de Dresde; el Códice Peresiano, también llamado Códice de París por encontrarse en la
Biblioteca Nacional de la capital francesa, también de carácter astronómico; y el Códice Tro-cortesiano (a veces denominado Códice Matritense
maya), de carácter mágico-religioso, y que, como su nombre indica, consta de dos fragmentos diferentes que estuvieron separados durante siglos;
hoy se encuentra en el Museo de América de Madrid.

7 ASTRONOMÍA Y CALENDARIO

Relieves mayas
Los mayas, que habitaban México y el norte de América Central, elaboraron complejos bajorrelieves. En la técnica del relieve, que se empleó en la decoración de
edificios y estelas (pilares y bloques de piedra con inscripciones), la figura se proyecta sobre el fondo, tal y como se ve en el ejemplo. La escultura maya con
frecuencia describe leyes y ofrece información sobre su propia cultura. La escultura y otras expresiones artísticas se emplearon para registrar hechos importantes,
así como para representar a los dioses.

Entre los mayas, la cronología se determinaba mediante un complejo sistema calendárico y matemático. El calendario de los mayas, que se
remonta probablemente al siglo I a.C., se basaba en una doble contabilidad: el ritual o tzolkin (de 260 días) y el solar o haab (de 365 días). En el
calendario solar, el año comenzaba cuando el Sol cruzaba el cenit el 16 de julio; 364 días estaban agrupados en 28 semanas de 13 días cada una, y
el Año Nuevo comenzaba el día 365. Además, 360 días del año se repartían en 18 meses de 20 días cada uno. Las semanas y los meses
transcurrían de forma secuencial e independiente entre sí. Sin embargo, comenzaban siempre el mismo día, esto es, una vez cada 260 días, cifra
múltiplo tanto de 13 (para la semana) como de 20 (para el mes). Un ciclo de 52 años solares o de 73 rituales sumaban 18.980 días y se
denominaba ‘rueda calendárica’.

El calendario maya, aunque muy complejo, era el más exacto de los conocidos hasta la aparición del calendario gregoriano en el siglo XVI. La
unidad más simple era el día o kin; un total de 20 kines componían un uinal; 18 uinales, un tun (360 días); 20 tunes, un katún (7.200 días) y así
sucesivamente. Los finales de katún eran especialmente conmemorados. Véase Astronomía maya.

Para representar los números, los mayas utilizaban un doble procedimiento: usaban una combinación de barras y puntos propios de un sistema
vigesimal, es decir, con base en el número 20, o figuraban cabezas humanas, cada una de las cuales representaba las cifras comprendidas del 1 al
13. En los dos sistemas se utilizaba el cero.

8 MITOLOGÍA Y RELIGIÓN

Bajorrelieve de Yaxchilán
Este bajorrelieve de un dintel del periodo clásico maya que representa a una
mujer entregando una ofrenda a un gran sacerdote, conservado en el Museo
Nacional de Antropología de la ciudad de México, está fechado hacia
mediados del siglo VIII y proviene de la antigua urbe mesoamericana de
Yaxchilán.
Gianni Dagli Orti/Corbis

A lo largo de los siglos la evolución de la religión y la mitología


maya hizo referencia al mundo de los poderes a los que se rendía
culto. Durante los periodos preclásico y clásico se centraba en el
culto a un gran número de dioses de las fuerzas de la naturaleza y a
los cuerpos celestes. Algunas de sus deidades supremas eran:
Kukulcán, dios de los vientos, la guerra, la muerte repentina y los
sacrificios humanos, versión maya del dios azteca Quetzalcóatl; Chac, dios de la lluvia; Itzamná, dios de los cielos y el saber; Ixchel, esposa de
Itzamná, diosa de la luna y protectora de las parturientas; Hunab Ku, deidad única; Ixtab, diosa del suicidio, y Ah Puch, dios de la muerte. Otras
deidades destacadas eran: Ah Mun, Chac Mool, Bacab, Kinich Ahua y Ah Mucen Cab.

Durante el periodo posclásico, con el advenimiento de Mayapán, las imágenes adquirieron personalidad física y el panteón se jerarquizó.
Característico de los mayas era su total confianza en el control de los dioses respecto de determinadas unidades de tiempo y de todas las
actividades del pueblo durante dichos periodos. El sumo sacerdote desempeñaba un papel fundamental; asimismo, los encargados de los cálculos
calendáricos y de adivinación (Ahau can mai), los sacrificadores (Ah Nacon) y los agoreros (chilanes).

9 LOS MAYAS HOY

Niña maya de Belice


Pese a que la mayor parte de la población de Belice desciende de los esclavos africanos
traídos por los europeos para trabajar en las haciendas, existe un número importante de
grupos indígenas americanos, principalmente caribes y mayas, que viven en el norte y
oeste del país. La niña que aparece en la imagen de la mano de su madre pertenece al
grupo étnico maya.
Buddy Mays/Corbis

Hoy los mayas viven como campesinos en comunidades y caseríos rurales, a


pesar de que emigran cada vez más a las ciudades en busca de trabajo o para
huir de la represión. Las comunidades se establecen, por lo general, en las
proximidades de pequeños centros urbanos con sus plazas, donde fijan sus
mercados y llevan a cabo fiestas religiosas. En la actualidad, casi tres millones
de personas hablan una de las 28 lenguas mayas repartidas en nueve familias lingüísticas, entre las que destacan: la quiché y la yucateca (véase
Lenguas aborígenes de Hispanoamérica).

COPAN

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