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CÓMO ALCANZAR LA EFECTIVIDAD EN LAS ORGANIZACIONES

Por el Ing. Jorge E. Urrea López


Director de Experiencias Significativas de Aprendizaje, S. C. y
Presidente de la Alianza Mexicana de la Creatividad, A. C.

Uno de los más grandes anhelos de los líderes en las organizaciones es alcanzar la Efectividad, es decir,
alcanzar los objetivos utilizando racionalmente los recursos, logrando la plena satisfacción de sus
colaboradores y la atención integral de las necesidades de sus clientes.
La Efectividad definida de esta manera es infinitamente más fácil que alcanzarla, sin embargo, la feroz
competencia a la que se enfrentan las organizaciones en esta época post moderna, obliga a las empresas
e instituciones a buscar la manera de obtenerla.
La mayoría de las instituciones y empresas han iniciado programas para lograr la deseada Efectividad, a
través de poner énfasis en la importancia de los resultados, propiciando el desarrollo de líderes cuyo
pensamiento está orientado de manera fundamental hacia el logro de los objetivos a cualquier costo.
Otras organizaciones han considerado que el camino para obtenerla es documentando y mejorando los
procedimientos administrativos y de producción, que aunados a mecanismos de autorización y control
del gasto muy rígidos logren que se utilice el mínimo de recursos para la operación.
Finalmente, también existen instituciones y empresas que le han apostado a los programas basados en el
factor humano, desde los enfoques de desarrollo y clima organizacional, hasta los orientados hacia la
administración del talento y las competencias laborales.
Lograr los objetivos sin importar los recursos que se inviertan para obtenerlos, no es Efectividad,
tampoco significa ahorrar recursos con una alta posibilidad de demeritar los resultados y, de la misma
forma, lograr la satisfacción del personal, la mejora del clima organizacional y la administración
adecuada del talento, por sí mismas, no permiten alcanzarla.
Estas tres orientaciones pueden convertirse en antagónicas dentro de la misma organización puesto que,
normalmente, las áreas operativas se orientan hacia los resultados, es decir, hacia la Eficacia; las áreas
administrativas y contables, frecuentemente enfocan sus esfuerzos hacia la minimización de costos y
optimización en el uso de los recursos, es decir, a la Eficiencia; y las áreas de recursos humanos se
ocupan más de la satisfacción en el trabajo y la mejora del clima organizacional, su principal interés es el
Compromiso de los integrantes de la organización para alcanzar su visión de futuro.
Cada uno de los enfoques tiene grandes beneficios, sólo que de
manera aislada son insuficientes para lograr la anhelada
Efectividad; por ello, me di a la tarea de crear un modelo integrador
de la Eficacia, la Eficiencia y el Compromiso; variables que en
conjunto permiten el logro de la misma.
“El Diamante para la Efectividad®” está compuesto por 8 facetas
estrella que circundan a la faceta central.
Están acomodadas en Triadas; la de la Eficacia, la de la Eficiencia y
la del Compromiso. Lograr la Efectividad depende de atender y
pulir todas las facetas del Diamante.
Se parte de una Visión clara de lo que es y lo que se pretende que sea la organización; cuál es su razón
de ser, qué productos y servicios ofrece, a qué población meta se dirige, cuáles son sus valores. Esta es la
guía fundamental para orientar las acciones, expresada de tal manera que sea fácilmente comprendida

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por todos los integrantes de la organización para que despierte en ellos un deseo profundo de
pertenecer y colaborar con ésta.
Derivado de lo anterior, es necesario trabajar en la faceta de las Estrategias. Una estrategia es una línea
de comportamiento, definida a partir de las fortalezas y debilidades de la organización, que permite
alcanzar los objetivos, aprovechando las oportunidades y evitando las amenazas que presenta el
entorno; son los caminos que propician decisiones óptimas en cada momento.
Por lo menos se requieren establecer estrategias en materia administrativa, financiera, tecnológica,
comercial y legal, así como de clientes, procesos internos, innovación, calidad, cultura organizacional y
capital humano.
Conviene ahora dirigir nuestra atención hacia el pulimento de las Estructuras. Se denomina en plural
porque nos estamos refiriendo no sólo a la estructura de organización que establece las facultades y
atribuciones de las áreas y sus titulares, sino a todos los elementos normativos, presupuestales y de
procedimientos que operan dentro de la organización y que obligan a que los asuntos se atiendan
“conforme a lo aprobado”. La importancia de llevar a cabo esta tarea, es que frecuentemente los
elementos de Estructura no son congruentes con las Estrategias; sólo recuerde la frase clásica que le
repiten durante 20 minutos, “nuestros ejecutivos se encuentran ocupados, por favor no cuelgue, su
llamada es muy importante” (¡¡¿¿??!!). ¿Qué pasó con su Estrategia comercial “el cliente es primero”?.
Deberemos dedicar nuestro esfuerzo ahora a detallar los Programas de trabajo que establecerán para un
período determinado, normalmente anual, los objetivos específicos por alcanzar en ese lapso, las
acciones que deberán llevarse a cabo, los responsables de las mismas, los elementos verificadores de
cumplimiento y los presupuestos de recursos necesarios para realizar para lograr las metas propuestas.
Para poder tener conocimiento preciso acerca no sólo del grado de avance cuantitativo de los
Programas, sino de su Evaluación integral, es indispensable establecer indicadores que midan tanto las
acciones precursoras de resultados, como los resultados mismos.
Al definir los indicadores de desempeño, debemos tener en cuenta que existen siete categorías:
cantidad, calidad, oportunidad, costo, servicio, seguridad y ecología.
Para mejorar la Eficiencia se requiere trabajar en la documentación y, en su caso, mejora de Procesos.
Un proceso es el conjunto de actividades interrelacionadas que reciben insumos de sus proveedores y
realizan tareas que generan valor agregado para obtener resultados. Los Procesos existen para satisfacer
las necesidades de los clientes, tienen un titular, están asociados tanto con actividades primarias como
de apoyo y siempre deben ser evaluados y mejorados de manera periódica.
La faceta de Impulsores (de la Eficiencia.) Los programas de orden, limpieza y disciplina, economía de
escala y alianzas estratégicas forman parte de las acciones que promueven el uso óptimo de los recursos
y el abatimiento de costos, estos factores son los que pretende optimizar esta faceta.
En la octava faceta no sólo hablamos del Liderazgo como el proceso de influir sobre las personas de
modo que éstas se esfuercen voluntariamente hacia el logro de las metas del grupo, sino como aquel
que inspira a su grupo y sirve como modelo de desempeño de los valores que predica.
Los líderes, en este contexto, son las personas que guían con su ejemplo a todos los integrantes de la
organización. Están convencidos de la validez de la Visión de la misma y la comparten plenamente, lo
que les faculta para dirigir las actividades de sus colaboradores hacia los objetivos y metas establecidos.
La última faceta y quizá la más importante, es la Comprensión indispensables para el logro de la
EFECTIVIDAD. Representa la cultura interna, consecuencia del grado en que los integrantes conocen y
comparten las ocho facetas periféricas a ésta, así como del grado de Compromiso que sienten los
colaboradores para con la organización.
Agradezco su atenta lectura y quedo a sus órdenes en es.aprendizaje@gmail.com

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