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1 Parte Ineficacia Inexistencia Nulidad
1 Parte Ineficacia Inexistencia Nulidad
1. Inexistencia.
2. Nulidad.
3. Inoponibilidad (se discute).
1. La inexistencia procesal.
2. Nulidad procesal.
Este principio no tiene cabida en Chile por lo general, ya que la nulidad procesal
se aplica a todos los actos del proceso que se ejecutan irregularmente, es decir, que se
practican de una manera distinta a la señalada por la ley, sin que sea necesario que la ley
lo prescriba en cada caso particular.
Entre nosotros esta nulidad procesal es una sanción genérica, amplia, destinada a
restar eficacia a aquellas diligencias afectadas por vicios de procedimiento, siendo
innecesario que el legislador la establezca en forma específica para cada vicio en que
pueda incurrirse durante la tramitación del proceso.
1.- Así ocurre tratándose del recurso de casación en la forma, que tiene por
función invalidar las sentencias definitivas y ciertas interlocutorias, cuando se han
omitido requisitos legales o cuando ellos forman parte de un proceso irregular.
Pero, no todos los defectos procesales habilitan para anular esta resolución, sino
solamente aquellos que tienen tal magnitud que la ley los ha elevado a la categoría de
causales de casación, y que se señalan en el artículo 768, (y también en el 795 y en el
800).
2.- Se dice que otro tanto sucede en el caso del artículo 80 del C.P.C., que
sanciona con nulidad de todo lo obrado en el caso del proceso que se sigue en rebeldía
del demandado por falta de emplazamiento.
Toda esta situación no sufrió mayor variación con la reforma de la ley 18.705,
porque si bien el inciso primero del artículo 83 indica que “la nulidad puede ser
declarada de oficio o a petición de parte en los casos en que la ley expresamente lo
disponga”, no es menos cierto que a continuación agrega que: Además, será factible
solicitarla “en todos aquellos casos en que existe un vicio que irrogue a alguna de las
partes un perjuicio reparable solo con la declaración de nulidad”.
Entonces, la sanción de nulidad puede aplicarse a cualquier acto del proceso que
se vea afectado por una irregularidad, sin que sea necesario que el legislador lo
mencione.
Pero esta regla tiene una LIMITACION, porque el apartamiento de la ley debe
dar lugar a una injusticia reparable sólo con la nulidad del acto viciado. Los tribunales,
por regla general, no pueden declarar la nulidad por la nulidad, sino cuando el acto
irregular afecta particularmente a las partes o, en general, al orden público.
Por ende, dentro de este principio, hay otro gran principio de la nulidad: NO
HAY NULIDAD SIN DAÑO.
Esta afirmación, en orden a que no hay nulidad sin daño, significa que las partes
tienen que tener interés en la pretensión y en la nulidad. Lo que se revela en la
protección que se demanda para reparar el daño, agravio o injusticia que se ha
producido como consecuencia del apartamiento grave de las reglas del proceso.
En este último caso, los tribunales están autorizados para declarar la nulidad de
oficio, en representación de esa sociedad.
En nuestra legislación el artículo 84 inciso 4º del C.P.C., establece que los jueces
podrán corregir de propia iniciativa los errores que observen en la tramitación del
proceso.
Este principio tiene plena cabida en nuestro sistema procesal, toda vez que
nuestras normas de procedimiento están constituidas por distintos actos formativos del
proceso que están encadenados entre si, de manera que hay una íntima relación entre
ellos. Incluso, algunos sirven de antecedentes indispensables a los demás.
Según este principio, la ineficacia de algún acto del proceso solo puede
alegarse y declararse en la etapa procesal que corresponda, y en todo caso, durante el
transcurso del juicio.
Esto es, la Nulidad Procesal debe declararse “in limine litis” (dentro de los
límites de juicio), por la autoridad de cosa juzgada.
Este procedimiento queda saneado con la finalización del juicio, puesto que la
ley procesal propende a mantener la inmutabilidad de lo obrado y de lo declarado por
los tribunales como una verdad exacta e inamovible (efecto de la cosa juzgada).
¿En qué momento del proceso se produce la convalidación de los actos irregulares?
A) LOS LITIGANTES:
Para ser titular del derecho a invocar la Nulidad Procesal, los litigantes deben
reunir las siguientes condiciones:
a) En cualquiera estado del juicio, aún después de haber sido citadas las partes para oír
sentencia en 1era. Instancia, y .
b) Hasta la vista de la causa, en segunda instancia. Así aparece en los artículos 83, 84,
85, 86 y 433.
B) EL ORGANO JURISDICCIONAL:
a) Sólo puede ser impetrada por la parte agraviada. La petición que formule en
tal sentido el afectado, se hará de acuerdo con lo prescrito en el artículo 83, o en
aquellas oportunidades normales de interposición de los Incidentes Ordinarios.
Lo dicho significa que, por regla general, esta solicitud deberá plantearse tan
pronto como la irregularidad llegue a conocimiento del litigante que reclama de ella;
extinguiendo el derecho a alegarla si ese litigante practica una gestión posterior con
fines distintos.
A) La Convalidación Definitiva:
Es aquella que se produce cuando queda firme la resolución que pone término al
juicio, no siendo posible, entonces, perseguir sanciones por cualquier vicio en que se ha
incurrido, durante la secuela del procedimiento, el cual debe considerarse saneado.
La ley 18.705, que vino a reformar esta materia, nada dice sobre este tipo de
convalidación, clasificación entonces que se hace considerando el efecto de cosa
juzgada que produce una resolución judicial firme, que produce la “máxima
preclusión”. Recordar además, que la nulidad debe alegarse “ in limine litis”.
Se produce cuando el litigante habilitado para solicitar la nulidad deja pasar las
oportunidades prescritas por la ley para hacerlo. Esta omisión le priva del derecho a
invocarla posteriormente.
De aquí fluye que, esta Convalidación Anticipada, puede revestir, a su vez, dos formas:
TACITA o EXPRESA.
B.1) TACITA: Cuando se deja transcurrir la oportunidad señalada por la ley, para
invocar la nulidad de un acto del proceso. Opera, en este caso, el principio de la
Preclusión.
1.- Debe ser declarada por el juez. No produce, por ende, efectos de pleno
derecho. Mientras no se haga esa declaración por el juez, al acto irregularmente
ejecutado se le atribuyen todos los efectos señalados por la ley, y quedará saneado
definitivamente una vez afinado el pleito. Lo dicho entonces significa que siempre debe
mediar una decisión judicial, ya sea provocado por las partes, o bien, será de propia
iniciativa del tribunal.
2.- Debe ser alegada por las partes, por regla general, y excepcionalmente
declarada de oficio por el tribunal.
El artículo 83 señala en su inciso 2º claramente esta característica, cuando utiliza
el verbo “impetrar”. Para que una parte sea sujeta activo de esta verdadera acción de
nulidad, debe reunir ciertas condiciones, como:
a) Ser parte en el respectivo proceso.
b) Ser agraviado con la irregularidad del acto.
c) No ser causante del vicio o irregularidad ni haber contribuido a la comisión
del mismo.
La nulidad procesal debe ser declarada judicialmente, pues bien, para obtener
esa declaración, la nulidad debe ser alegada por la parte agraviada con el vicio, sin
perjuicio de la facultad oficiosa que la ley le confiere al juez en ciertos casos, para
declararla.
Si bien es cierto que hoy en día existe en forma expresa un artículo referido a la
nulidad procesal, no es menos cierto que no existen normas precisas que le den a la
nulidad procesal un contenido orgánico y una orientación propia, por eso es que la
Doctrina y la Jurisprudencia han determinado los MEDIOS IDONEOS destinados a
alegar y obtener la declaración de nulidad procesal de un acto, y para ello hay que
utilizar los distintos preceptos que existen sobre la materia y que se contienen a lo largo
del C.P.C.
1.- Incidente de Nulidad Procesal, dado que la petición de nulidad constituye por regla
general una cuestión accesoria al juicio que requiere un especial pronunciamiento del
tribunal.
Recordar que el incidente de nulidad procesal, es un incidente especial, de
previo y especial pronunciamiento, por ende suspende la tramitación del juicio y se
tramita en el mismo juicio.
2.- Las Excepciones Dilatorias, que aún cuando son verdaderos incidentes del juicio, la
ley les da una fisonomía propia, en el título VI Libro II del C.P.C., y constituye un
medio directo para alegar la nulidad del acto, porque el artículo 303, la destina a
corregir vicios del procedimiento, sin afectar al fondo de la acción deducida.
¿En qué casos procede la facultad del tribunal para declarar de oficio la
nulidad procesal? Respuesta: artículo 84 C.P.C.
Hay una regla general que fluye de esa norma y es que tal posibilidad sólo incide
respecto de aquellas actuaciones del proceso que miran al orden público o al interés
social, y que el Estado está obligado a cautelar y proteger a través del juez.
Sobre el particular existe una regla general: El tribunal tiene atribuciones para
declarar de oficio la nulidad que afecte a la constitución de la relación procesal y, por
consiguiente, a la eficacia de todo el proceso.
c) Los que digan relación con la falta de personería o de representación de las partes.
Este ámbito lo indica el artículo 84, según el cual, “ el tribunal, además de anular
los actos irregulares, tiene facultades para ordenar que se efectúen, en debida forma, los
trámites o diligencias cuyas omisión o irregularidad produjo la nulidad”.
1.- De allí, que si el tribunal anula de oficio actuaciones del juicio, no debe
limitar su actuar a ello.
2.- Además, debe subsanar aquellos defectos que ha podido constatar,
ordenando (también de oficio), la práctica de trámites, diligencias o actuaciones cuya
omisión produjo nulidad. Incluso, puede tomar las medidas que tiendan a evitar la
nulidad de futuros actos. Artículo 84 inciso final 1º parte.
¿En qué oportunidad se puede y debe declarar de oficio esta nulidad por el
tribunal?
a) La declaración de nulidad procesal debe producirse dentro del juicio y antes que
haya terminado en forma definitiva. (In limine litis).
b) Cesa esta facultad desde que opera el desasimiento, vale decir, cuando se notifica la
resolución a alguna de las partes, según el artículo 182. De allí, que el tribunal no
puede anular, de oficio, ya sea la sentencia o cualquiera otra actuación anterior del
juicio, pues sería modificatoria de la sentencia definitiva.
c) Solo puede ejercerse esta facultad por parte del tribunal cuando los vicios de la
relación procesal constan manifiestamente en el expediente.
d) No puede subsanar las actuaciones viciadas en razón de haberse practicado fuera del
plazo fatal indicado por la ley. Artículo 84 inciso final, 2º parte.
Hay ciertas nulidades que no afectan la relación procesal, y que no obstante ello el
tribunal puede invalidarlo de oficio:
1.- El tribunal puede de oficio declarar la nulidad, cuando ello resulta de haberse
omitido un trámite o diligencia esencial de orden público. Ej, se omite la vista de un
defensor público, si es del caso.
CONCEPTO
La ley 18.705 modificó la estructura del Título IX del Libro I del C.P.C. en lo
que dice relación con el incidente de nulidad procesal. Esa ley destinó, en forma
exclusiva un artículo a ella, y en este artículo, se establecen sus características más
sobresalientes, que lo hacen diferente de los incidentes comunes.
Señala que la nulidad procesal solo podrá impetrarse “dentro cinco días
contados desde que aparezca o se acredite que quien deba reclamar de la nulidad
tuvo conocimiento del vicio, a menos que se trata de la incompetencia absoluta del
tribunal”.
a) Una regla general: que se aplica a todos los incidentes de nulidad, sin distinguir la
magnitud del vicio, ni la importancia del acto en que incide; y
A) Regla General:
El incidente de nulidad solo puede impetrarse en el plazo fatal de cinco días, lapso
que se cuenta desde que aparezca o se acredite, que el sujeto activo, (es decir, el que
está promovido el respectivo incidente), tuvo conocimiento del vicio.
I.- Vicios que abarcan todo el proceso ( incidentes de nulidad de todo lo obrado).
1.- Hay que partir de lo que señala el artículo 84, porque se refiere a un tipo especial
de incidentes, esto es, alude al incidente que se origina en un hecho anterior al juicio o
coexistente con su principio, y que se refiere a un vicio que anule el proceso y no un
acto aislado.
Resulta entonces que la nulidad podrá pedirse en el curso del proceso, pero
dentro de los cinco días siguientes de haber tomado conocimiento de la irregularidad
correspondiente. En caso contrario, se rechazará de oficio por extemporáneo.
3.- Si la parte que conoce del vicio que anula todo lo obrado no pide la
correspondiente nulidad ni realiza gestión alguna.
En este caso parece que se debe volver al artículo 84, lo que significa que
mantiene esa parte el derecho de invocar la nulidad hasta el momento de practicar esa
gestión principal, sin perjuicio de la convalidación que surgirá de la autoridad de cosa
juzgada al término del juicio.
Decretada que sea la nulidad de estos actos esenciales, el tribunal debe disponer
que se practiquen las diligencias necesarias para que el proceso siga su curso legal.
Artículo 84 inciso 3º. No debe olvidarse lo dispuesto en el artículo 55 inciso 2º, en
relación a la notificación tácita.
Nos resta analizar lo que dispone en esta materia el artículo 433 C.P.C.: Citadas
las partes para oír sentencia, no se admitirán escritos ni pruebas de ningún género, lo
cual se entiende sin perjuicio de lo dispuesto en los artículo 83 y 84.
De este artículo 433, referido a la citación para oír sentencia, cabe concluir que
sólo tratándose de incidentes basados en vicios que anulen el proceso y que ocurran
antes o que son coetáneos con el inicio del juicio, o que inciden en circunstancias
esenciales para su ritualidad, podrá promoverse el incidente después de la citación para
oír sentencia, siempre que esté corriendo el plazo de cinco días que establece el artículo
83 y que la parte que lo promueve no haya hecho gestión alguna que suponga
conocimiento del vicio, pues en caso contrario habría operado la convalidación.
La razón de lo señalado estriba en que el artículo 433 se remite al artículo 84, sin
señalar ningún inciso y este 84 se refiere a la clase de vicios y actos mencionados
(esenciales).
Fuera de estos casos de nulidad que hemos contemplado, hay también algunas
reglas especiales relativas a la NULIDAD PROCESAL POR FALTA O
IRREGULARIDAD EN EL EMPLAZAMIENTO.
Se aplican los artículos 79 y 80 del C.P.C., que son al parecer una excepción al
principio según el cual la nulidad procesal debe impetrarse in limine litis.
La regla general que señala que la nulidad procesal solo puede reclamarse
mientras subsiste la litis, al parecer tiene una excepción en art. 80, que se refiere a la
nulidad de todo lo obrado por falta de emplazamiento del demandado (sólo se refiere al
demandado).
El aceptar esta nulidad del artículo 80, ¿significa una verdadera excepción
al principio de que la nulidad debe alegarse “in limine litis”?
Hay que tener en cuenta que existen casos particulares de Fuerza Mayor en
nuestro C.P.C., que tienen una solución distinta a la que se legisla en el artículo 79. Así
acontece respecto de ciertos entorpecimientos que impiden rendir prueba dentro del
término probatorio, permitiéndose la concesión de términos probatorios especiales para
ese fin. Artículos 339 y 340 (término especial de prueba).
Nos referimos especialmente a actos o contratos de orden civil que forman parte
o se generan durante la tramitación de un proceso. Así ocurre, por ejemplo:
1.- Con el remate de bienes raíces durante el procedimiento ejecutivo.
2.- La adjudicación que se realiza en un juicio de partición judicial de bienes.
3.- La realización de bienes dados en prenda, etc.
Esta materia deriva de la circunstancia de que aquel acto que ha sido anulado, se
considera como no realizado. De lo dicho surge el problema de si ¿puede o no renovarse
el acto procesal que ha sido anulado?. ¿Procede que se realice de nuevo esa actuación,
con sujeción ahora, a las disposiciones legales respectivas?.
1.1- Actos anulados que afectan a las actuaciones posteriores del juicio,
que se trata de actos esenciales, y
Tanto en uno como en el otro caso, los tribunales no solo están facultados para
RENOVAR el Acto procesal; sino que además están obligados a ordenar que se
practiquen las diligencias necesarias para que el proceso siga su curso normal. Esto por
el artículo 84 inciso tercero.
Nada impide que los litigantes puedan pedir la renovación del acto anulado.
1.- Hay quienes opinan que ese acto es posible renovarlo, aún cuando esté vencido el
plazo. Con todo, la mayoría de la doctrina se inclina por la tesis opuesta.
3. La Inoponibilidad.