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CIRUGÍA: ME VOY A OPERAR - ANTES DE LA OPERACIÓN: PREOPERATORIO

Para ser intervenido es imprescindible realizar un chequeo general previo llamado protocolo preoperatorio. Para ello se
realiza un interrogatorio y una exploración del paciente. Así es posible determinar si padece enfermedades, toma medicación,
es alérgico o ha tenido experiencias anestésicas y quirúrgicas anteriores.

El anestesista suele visitar al enfermo antes de la intervención con intención de examinar sus funciones vitales y prepararlo
para la anestesia.

También es necesaria una evaluación de los órganos vitales: sangre, hígado, riñones, corazón, pulmón y metabolismo. Para
ello se realizan una radiografía del tórax, un electrocardiograma y una análisis de sangre. A estas tres pruebas se les conoce
como protocolo preoperatorio, que debe ser realizado siempre antes de una intervención para determinar en qué condiciones
va entrar el enfermo a quirófano. Sólo en casos urgentes muy críticos se interviene al enfermo sin estas pruebas.

Si se prevé que el enfermo puede sangrar se le realiza pruebas cruzadas y se le reserva sangre para que la tenga lista si la
llegara a precisar. Actualmente se realiza la llamada autotransfusión, en la que el paciente dona porciones de su propia
sangre, que es la que se le pondrá si la necesita. Con ello se evitan los riesgos transfusionales.

CONSENTIMIENTO INFORMADO

El cirujano debe dar toda la información al enfermo con tiempo suficiente para que éste entienda los pros y los contras de la
operación. Esto significa hablar de:

   El diagnóstico y pronóstico de la enfermedad.

   Alternativas de tratamiento.

   Cómo se va a realizar la intervención (técnica).

   Qué resultados se pueden conseguir.

   Qué fracasos, complicaciones o secuelas pueden ocurrir.

En esta fase es muy importante que el paciente y su familia pregunten todo lo que quieran y aclaren cualquier duda. Una vez
todo aclarado el cirujano debe recoger la autorización escrita de su paciente. Para ello el paciente firma un documento
conocido como consentimiento informado en el que faculta al cirujano para operarle en los términos que se han establecido en
la fase de información.
PREPARACIÓN

Tras un breve reconocimiento por parte del personal de enfermería y médico, el paciente queda listo para la intervención.
Según el tipo de operación la preparación es de una u otra manera, pero en general se completan varias rutinas:

Aseo general y pijama: Se practica ducha o baño según necesidades y se viste al paciente con un pijama, un batín y
zapatillas que llevará durante su estancia en el hospital.

Rasurado: Se afeita el vello de la zona donde va a procederse a realizar la herida de entrada.

Colocación de Enemas: Para la limpieza intestinal (si es necesario).

Colocación de Punción Venosa: Para administrar sueros (si es necesario).

Ayuno: Es necesario estar como mínimo 6 horas sin ingerir ningún tipo de alimento ni líquido, ni siquiera agua. El motivo es
prevenir la aspiración de contenido del estomago hacia los pulmones durante la anestesia. En la cirugía urgente esta norma no
es siempre necesaria.

Medicación: En general se pueden administrar antibióticos para prevenir las infecciones (profilaxis antibiótica), o sustancias
que disuelven la sangre para evitar formación de coágulos en las venas (trombos o embolias). A esto último se lo conoce como
profilaxis tromboembólica y es una de las facetas más importantes de la preparación antes de la cirugía, ya que está destinada
a prevenir una de las complicaciones más temibles: la embolia pulmonar. Otras posibilidades son los colirios en oftalmología.
La medicación para prevenir la ansiedad también puede ser administrada.

Traslado al Quirófano: Personal del hospital traslada al paciente hacia el quirófano. Este es un momento en que el paciente
debe intentar tranquilizarse, poniendo su confianza en las manos del cirujano y el anestesista. Con gran probabilidad todo irá
bien.

LLEGAMOS AL QUIRÓFANO

El área quirúrgica del hospital es un recinto restringido sólo al personal médico, de enfermería y auxiliar. Para acceder a él es
necesario guardar unas normas de limpieza muy estrictas, que permiten conseguir la esterilidad necesaria para realizar las
operaciones in riesgo de infección. Es por ello que todo el personal que trabaja en el área quirúrgica se desprende de su ropa
habitual para ponerse un pijama de algodón (suele ser verde, azul o naranja) especial para circular con la máxima higiene
posible dentro del área quirúrgica.

El quirófano tiene una antesala que es donde el paciente es colocado para esperar su turno en el quirófano. Durante su
estancia en la antesala el paciente tendrá la oportunidad de saludar a la enfermería, al anestesista y al cirujano, que le
acabarán de explicar algunos detalles y le aclararán gustosos cualquier duda. En esta antesala no se permite la entrada a
familiares.

En estos momentos es importante que le paciente se mantenga tranquilo ya que la antesala de quirófano suele ser un lugar
de mucho movimiento, donde los médicos y las enfermeras van y viene sin parar. Respirar con calma, pensar en cosas
agradables e intentar relajarse será siempre beneficioso. Si el paciente está nervioso puede solicitar la atención de enfermería
que acudirá para comprobar que todo está correcto, tranquilizarle y darle ánimo.

Una vez la sala de quirófano ha sido despejada y está lista para recibir al enfermo se realiza el pase a esta dependencia.
 

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