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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACION SUPERIOR


UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL “SIMON RODRÍGUEZ”
NUCLEO ACARIGUA –ARAURE

ENSAYO
Participante:

Pichardo, Diana
C.I. 19.715.276
Lengua II

La lengua era considerada básicamente como materia de conocimiento,


como un conjunto cerrado de contenidos que había que analizar, memorizar
y aprender.

Entonces, a partir de los años 60, los filósofos Austín y Searle empiezan
hacer énfasis en el uso de la lengua, en su funcionalidad y en lo que se
consigue utilizándola. Asimismo, definen la lengua como una forma de acción
o actividad que se realiza con alguna finalidad concreta. Igualmente, cada
acción lingüística es un acto de habla y consiste en la codificación o
descodificación de un mensaje oral o escrito.

Sin embargo, el uso y la comunicación son el verdadero sentido de la


lengua y el objetivo real del aprendizaje, según esto aprender lengua
significa aprender a usarla, a comunicarse. Así pues, es importante distinguir
entre conocimiento y uso de la lengua, el aprendizaje de uno y del otro.

También es elemental en la enseñanza-aprendizaje las competencias


lingüísticas, la cual se asocia con el conocimiento de la lengua, la
competencia comunicativa con el uso y la competencia pragmática es el
conjunto de estos conocimientos.

Por otra parte, es claro que los enfoques comunicativos persiguen el


objetivo de conseguir que el estudiante pueda comunicarse mejor con la
lengua; para que de este modo las clases pasen a ser más activas y
participativas. De hecho, a principio de los años 90´s, estos planteamientos
comunicativos han llegado a todos los niveles educativos. Además, es claro
que el uso de la lengua solo puede realizarse de cuatro formas distintas, esto
tomando en cuenta el papel que tiene el individuo en el proceso de
comunicación (Emisor y Receptor) y según el tipo de mensaje que va a
entregar (Oral o Escrito), es decir, hablar, escuchar, leer y escribir, para
poder comunicarse con eficacia en todas las situaciones posibles.

Al mismo tiempo, es importante que el individuo posea habilidades tanto


orales como escritas en forma equivalente. Simultáneamente este debe
manejar las habilidades receptivas y productivas esta se ve reflejada cuando
el individuo lee un texto y el mismo no hace más que reconstruirlo
mentalmente de forma paralela a cuando se escribe o se dice; las
habilidades mencionadas suelen utilizarse de forma integrada, es decir, unas
con otras de diferentes maneras; el usuario de la lengua intercambia con
frecuencia los papeles de emisor y receptor. Por otra parte, la frecuencia de
uso y la importancia de cada habilidad lingüística varían notablemente según
el individuo y el tipo de vida comunicativa que lleve.

Por otra parte, la competencia lingüística de un hablante incluye el manejo


de ciertos recursos significativos que son los que realmente moldean o
determinan la sintaxis de las expresiones. Entre estos recursos se cuentan
las denominadas presuposiciones, los rasgos temporales cuantificadores, los
juicios evaluativos, los postulados conversacionales.
En otras palabras, existía la necesidad de incorporar la actuación en el
modelo descriptivo de la competencia de prestar atención a la intención
comunicacional de la expresión.

Por esto, debe entenderse como acto de habla a la expresión de una


oración para convenir una intención que un hablante desea que su oyente
reconozca, esta intención buscada por el hablante se denomina fuerza
ilocucionaria. Asimismo, un acto de habla no es solo una acción que se
ejecuta (preguntar, asegurar), sino también la formulación de un contenido
proposicional, que resulta de la combinación de proposiciones expresadas en
una oración.

Cabe considerar, por otra parte, que según W. Labov (1972), una
sociolingüística se ocupa de factores sociales de más alto orden y su relación
con la lengua y los dialectos. Otra sociolingüística se ocupa de lo referente al
funcionamiento del lenguaje en situaciones comunicacionales concretas, de
las maneras como los hablantes utilizan los recursos contenidos en sus
lenguas y una tercera sociolingüística que se refiere al estudio de la
estructura lingüística y la evolución de la lengua en el contexto social de una
comunidad de habla.

Evidentemente, el impacto de la sociología del lenguaje se ha hecho sentir


en el campo educativo debido a la atención que presta a las presiones que
ciertos sectores de carácter socio-cultural ejercen sobre los propósitos de la
enseñanza idiomática y del proceso educativo en general.

Finalmente, es importante entender la contribución de las tres


sociolingüísticas que consiste en liderizar significativamente la concepción
sobre el lenguaje al conceder mayor importancia teórica a la comunicación.

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