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EN NOMBRE DE TODOS LOS PUEBLOS DEL MUNDO

Denuncia

por genocidio y

otros crímenes contra la humanidad

perpetrados en relación con

el «negocio con las enfermedades»

de la industria farmacéutica

y la reciente guerra de Irak

El Dr. Matthias Rath y otros

presentan esta denuncia ante la

Corte Penal Internacional

en nombre de todos los pueblos del mundo

La Haya, 14 de junio de 2003

Al fiscal de la
Corte Penal Internacional,
Senador Louis Moreno-Ocampo,
Corte Internacional,
Maanweg 174
NL-2516 AB Den Haag/La Haya
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RESUMEN

Esta denuncia presenta ante la Corte Penal Internacional (CPI) los crí-
menes más graves cometidos a lo largo de la historia de la humanidad.
Los acusados son responsables de haber causado un daño grave o la
muerte a millones de personas a través del «negocio con las enferme-
dades», crímenes de guerra y otros crímenes contra la humanidad. Di-
chos delitos son competencia de la Corte Penal Internacional.

Los acusados son conscientes de que serán considerados responsa-


bles de estos crímenes y, por tanto, se han embarcado en una campaña
mundial para menoscabar la autoridad de la CPI, con el fin de situarse
por encima del derecho internacional y continuar con sus crímenes en
detrimento de toda la humanidad.

Por consiguiente, la presente denuncia debe ser considerada por la CPI


con la máxima celeridad. Asimismo, por la presente, se llama a todas las
personas físicas y a todos los gobiernos a unirse a esta denuncia con el
objetivo de acabar con estos crímenes de una vez por todas.

INTRODUCCIÓN

El Cártel

Los cargos presentados en esta denuncia están relacionados con dos tipos
fundamentales de delitos:

• Genocidio y otros crímenes contra la humanidad perpetrados en relación


con el negocio con las enfermedades de la industria farmacéutica.

• Crímenes de guerra y agresión, así como otros crímenes contra la huma-


nidad cometidos en relación con la reciente guerra de Irak y la escalada
internacional hacia una guerra mundial.

Estos dos tipos de delitos están directamente relacionados y conectados por


un factor: se cometen en nombre e interés de los mismos grupos empresaria-
les de inversión y de sus patrocinadores políticos. Con el fin de establecer las
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pruebas y mostrar los motivos comunes de los acusados, se hace necesario


un breve repaso histórico.

A lo largo del siglo XX, la industria farmacéutica se desarrolló y organizó con


el objetivo de controlar los sistemas sanitarios de todo el mundo mediante la
sustitución sistemática de terapias naturales no patentables por sustancias
sintéticas patentables y, por tanto, lucrativas. Esta industria no evolucionó de
forma natural. Al contrario, fue una decisión adoptada por un puñado de em-
presarios adinerados y sin escrúpulos que querían hacer una inversión. Ellos
identificaron deliberadamente el cuerpo humano como su ámbito de mercado
con el objetivo de generar más riquezas.

La fuerza motriz de esta industria de inversión fue el Grupo Rockefeller. Éste


controlaba ya más del 90% de la industria petroquímica en los Estados Uni-
dos en el cambio de siglo del XIX al XX, y estaba buscando nuevas oportuni-
dades de inversión a escala internacional. Otro grupo de inversión activo en
este sector se formó en torno al grupo financiero Rothschild.

El Cartel y la Segunda Guerra Mundial

Después de la Standard Oil de Rockefeller (hoy EXXON), el segundo con-


glomerado de empresas farmacéuticas y petroquímicas más grande del mun-
do durante la primera mitad del siglo XX, fue del grupo IG Farben con sede
en Alemania. Este conglomerado de empresas fue el factor principal que ex-
plica la subida de Hitler al poder y su invasión conjunta de Europa y del mun-
do. De hecho, la Segunda Guerra Mundial fue una guerra de agresión prepa-
rada, comenzada y dirigida desde los consejos de planificación de IG Farben.
Ésta fue la empresa matriz de IG Auschwitz, la planta industrial más grande
de este cartel de la industria química fuera de Alemania. Gran parte de la ri-
queza de este cartel se acumuló con la sangre y el sufrimiento de los escla-
vos que trabajaban en sus fábricas, incluidos los del campo de concentración
de Auschwitz. IG Farben apoyó y utilizó sin ningún escrúpulo a los gobernan-
tes políticos alemanes con sus poderosas armas, con el fin de conseguir el
dominio económico sobre toda Europa y el resto del mundo.
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IG Farben fue la accionista principal de la Standard Oil de Rockefeller, y vice-


versa. En aquel momento, la victoria de las Fuerzas Aliadas sobre la Alema-
nia Nazi acabó con los planes de IG Farben de convertirse en el conglomera-
do farmacéutico y petroquímico más importante del mundo. Al mismo tiempo,
Standard Oil y las otras empresas farmacéuticas y petroquímicas del consor-
cio de Rockefeller se convirtieron en el grupo financiero dominante de esta
industria, y desde entonces han mantenido esta posición de liderazgo.

En el Consejo de Crímenes de Guerra de Nuremberg de 1947 contra los di-


rectores del cartel IG Farben, algunos de ellos fueron declarados culpables y
condenados por cometer crímenes contra la humanidad, como masacres, pi-
llaje y otros delitos. El Consejo de Crímenes de Guerra de Nuremberg tam-
bién desmanteló el cartel IG Farben, que se disolvió en las empresas
Hoechst, Bayer y BASF. Hoy en día, cada una de estas sociedades es más
grande que su antigua sociedad matriz IG Farben en aquel momento.

Actualmente, los Estados Unidos de América y Gran Bretaña son las dos na-
ciones líderes del mundo en exportación de productos farmacéuticos. De
hecho, dos de los tres fármacos comerciados actualmente a escala mundial
proceden de empresas de estos dos países.

Bases de la industria farmacéutica

Los acusados son responsables de la muerte de cientos de millones de per-


sonas, y aún siguen muriendo muchos de enfermedades cardiovasculares,
cáncer y otras patologías, que podrían haberse prevenido y eliminado en
buena medida hace mucho tiempo.

Esta muerte prematura de millones de personas no es el resultado de una


coincidencia ni una negligencia. Se ha organizado deliberada y sistemática-
mente en beneficio de la industria farmacéutica y de sus inversores, con el
único propósito de ampliar un mercado mundial de fármacos valorado en bi-
llones de dólares.

El ámbito de mercado de la industria farmacéutica es el cuerpo humano, y el


rendimiento del capital invertido depende de la continuación y expansión de
las enfermedades. Sus beneficios dependen de la patentabilidad de los medi-
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camentos, lo que convierte esta industria en la más rentable del planeta Tie-
rra.

Sin embargo, la prevención y erradicación de cualquier enfermedad reduce


de manera drástica o elimina totalmente los mercados para los fármacos. Por
consiguiente, las empresas farmacéuticas han estado poniendo obstáculos
sistemáticamente a la prevención y erradicación de las enfermedades.

Para cometer estos delitos, las empresas farmacéuticas se sirven de un labe-


rinto de ejecutores y cómplices en el mundo de la ciencia, la medicina, los
medios de comunicación y la política. Los gobiernos de naciones enteras son
manipulados o incluso dirigidos por miembros de grupos de presión y anti-
guos ejecutivos de la industria farmacéutica. Durante varios decenios, se ha
corrompido y abusado de la legislación de naciones enteras para fomentar
este «negocio con las enfermedades», valorado en miles de billones de dóla-
res, arriesgando así la salud y las vidas de cientos de millones de pacientes y
personas inocentes.

Una condición previa para el auge de la industria farmacéutica como fulgu-


rante negocio de inversión fue la eliminación de la competencia de las tera-
pias seguras y naturales, ya que éstas no son patentables y sus márgenes de
beneficio son escasos. Además, estas terapias naturales pueden ayudar a
prevenir de forma efectiva e incluso a eliminar enfermedades, debido a sus
funciones esenciales en el metabolismo celular.

Como resultado de la eliminación sistemática de las terapias de salud natural


y del desarrollo de los sistemas de salud pública en la mayoría de los países
del mundo, la industria farmacéutica ha provocado que millones de personas,
y casi todas las naciones del mundo, dependan de su negocio de inversión.

La industria farmacéutica como un negocio fraudulento organizado

La industria farmacéutica ofrece «salud» a millones de pacientes, pero no dis-


tribuye los bienes. En su lugar, distribuye productos que simplemente alivian
los síntomas al tiempo que mantienen la enfermedad subyacente, como con-
dición previa para el futuro de su negocio. Para disimular este fraude, las em-
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presas farmacéuticas gastan el doble de dinero en ocultarlo que en investiga-


ción sobre terapias futuras.

Esta estafa organizada es la razón por la que este negocio de inversión pudo
continuar, durante casi un siglo, oculto tras una cortina de humo estratégica-
mente diseñada, que les convierte en «benefactores» de la humanidad. Las
vidas de seis mil millones de personas y las economías de la mayoría de los
países del mundo han sido tomadas como rehenes por los actos delictivos de
esta industria.

Desenmascarando el «negocio con las enfermedades» de la industria


farmacéutica

A lo largo de los últimos diez años, he dirigido los esfuerzos para desenmas-
carar el fraude organizado de esta gigantesca industria de inversión en el
planeta. He desempeñado un papel decisivo al señalar que el mayor obstácu-
lo para mejorar la salud de los seres humanos es la propia industria farma-
céutica y su naturaleza como negocio de inversión motivado por la expansión
de las enfermedades.

Como científico, tuve el privilegio de descubrir la verdadera causa de las en-


fermedades cardiovasculares y de otras patologías crónicas. Junto con mis
colegas y otras personas, he desempeñado un papel fundamental en la in-
vestigación de alternativas efectivas, naturales y no patentables frente al
«negocio con las enfermedades» de la industria farmacéutica. La identifica-
ción de las moléculas naturales que optimizan el metabolismo celular hace
posible que la humanidad pueda prevenir y eliminar en buena parte la mayo-
ría de las enfermedades más comunes de hoy en día, como las patologías
cardiovasculares, el cáncer y muchas otras.
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Origen de la actual crisis internacional y la guerra de agresión contra


Irak

Actualmente, cuatro factores están amenazando principalmente la supervi-


vencia de la industria farmacéutica, y por tanto, la misma base de un negocio
de inversión a largo plazo valorado en miles de millones de dólares:

1. Conflictos legales insolubles, que se traducen en una avalancha de accio-


nes populares contra muchas empresas farmacéuticas por la responsabi-
lidad civil de sus productos.

2. Conflictos científicos insolubles, causados por los importantes adelantos


en terapias naturales no patentables que erradican de forma efectiva y en
buena medida las enfermedades como ámbito de mercado.

3. Conflictos éticos insolubles, que se traducen en la pérdida de credibilidad


de toda la industria farmacéutica, debido al hecho de que sus desorbita-
das tasas de patentes limitan el acceso a los medicamentos a la mayoría
de las personas y provocan la muerte prematura de millones de ellas.

4. Conflictos empresariales insolubles: el desenmascaramiento del modelo


de negocio farmacéutico como un fraude organizado.

Durante varias décadas, el Farma-Cartel ha realizado todos los esfuerzos po-


sibles para proteger su actividad mundial con medicamentos patentados y
para prohibir la difusión de otras alternativas competidoras no patentables.
Estos esfuerzos se han realizado a escala internacional, mediante la infiltra-
ción en el Parlamento Europeo y el abuso de la Organización Mundial de la
Salud y de otros organismos de las Naciones Unidas.

Ahora que la industria de inversión de mayor envergadura del planeta está


siendo desenmascarada como un negocio fraudulento organizado —
perseguido por decenas de miles de demandas de responsabilidad civil— las
leyes proteccionistas inmediatas e internacionales se han convertido en una
medida de urgencia para ocultar estos delitos y fortalecer el control constante
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del «negocio de inversión en las enfermedades» sobre la salud de los seres


humanos de todo el mundo.

Pero estas leyes proteccionistas de gran alcance, destinadas a preservar un


negocio fraudulento organizado, implicaban la restricción de los derechos ci-
viles y otras medidas drásticas, que no podían ponerse en práctica en épocas
de paz. La aplicación de estas medidas requería la escalada de la crisis in-
ternacional, una serie de conflictos militares que causarían deliberadamente
el uso de armas de destrucción masiva y el desencadenamiento de una gue-
rra mundial. Sólo entonces se podía dar una situación psicológica mundial
que permitiera el abandono de los derechos civiles, la aprobación de leyes
marciales y la aplicación mundial de leyes proteccionistas, de forma que los
acusados pudieran continuar su «negocio con las enfermedades» y otros de-
litos.

En este contexto, la industria farmacéutica se convirtió en el único gran apoyo


empresarial a la elección de George Bush, con el fin de ejercer una influencia
directa sobre el centro político y militar más poderoso del mundo. Con la
elección de George Bush, el grupo de inversión Rockefeller conseguía el ac-
ceso directo a la Casa Blanca y el Pentágono, así como a las decisiones polí-
ticas allí adoptadas. Una influencia similar ejerció el grupo Rothschild sobre el
gobierno de Tony Blair en Gran Bretaña.

De este modo, no fue ninguna sorpresa que las dos naciones líderes en la
exportación de productos farmacéuticos, los Estados Unidos de América y
Gran Bretaña, encabezaran la actual crisis internacional e instigaran la guerra
contra Irak. La supuesta necesidad de esta guerra se explicó a los ciudada-
nos de Estados Unidos, de Gran Bretaña y del mundo entero con el pretexto
de una lucha mundial contra el «terrorismo», la eliminación de ciertos gobier-
nos que se encuentran fuera de la legalidad internacional y una cruzada
contra la proliferación de armas de destrucción masiva.

Así pues, los mismos grupos de interés del mundo empresarial y los mismos
patrocinadores políticos, responsables de los millones de muertes provoca-
das por el negocio ininterrumpido con las enfermedades, también son res-
ponsables ahora de arriesgar innecesariamente las vidas de decenas de mi-
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les de personas inocentes en Irak y de jóvenes soldados de Estados Unidos,


Gran Bretaña y otros países. Son responsables del comienzo y la dirección
de una guerra de agresión contra Irak que no cuenta con ninguna resolución
internacional. Son responsables de la esclavitud, el pillaje y otros delitos que
están siendo cometidos actualmente en el Irak ocupado.

Si estos grupos de interés y sus patrocinadores políticos no son consi-


derados responsables de estos crímenes inmediatamente, continuarán,
probablemente, con su escalada de la crisis internacional, con el riesgo
último de una guerra con armas de destrucción masiva.

En esta situación histórica crítica, hago un llamamiento al fiscal de la


Corte Penal Internacional sobre estos crímenes contra la humanidad,
estos crímenes de guerra, de agresión y de genocidio, y le insto a em-
prender acciones inmediatas para prevenir más delitos y el desastre de-
finitivo: una guerra mundial.

Pido a toda persona física, gobierno, empresa u organización de cual-


quier parte del mundo que haya sufrido estos crímenes o desee acabar
con ellos que se una a esta denuncia.
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CARGOS

Los cargos de esta denuncia están relacionados con delitos de dos tipos:

• Delitos cometidos por el «negocio con las enfermedades» de la industria


farmacéutica, incluido el genocidio y otros crímenes contra la humanidad.

• Delitos relacionados con la guerra de Irak de este año 2003 y con la esca-
lada de la crisis internacional hacia una guerra mundial, incluidos los crí-
menes de guerra y agresión, así como otros crímenes contra la humani-
dad.

Estos dos tipos de delitos están directamente relacionados, puesto que se


cometen en nombre e interés de los mismos grupos de inversión empresarial
y de sus patrocinadores políticos. Los acusados son responsables de los crí-
menes más graves jamás cometidos contra toda la humanidad, y por tanto,
están sujetos al principio de enjuiciamiento internacional.

1. DELITOS COMETIDOS EN RELACIÓN CON EL NEGOCIO CON LAS


ENFERMEDADES DE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA

1.1. El crimen del genocidio


Los acusados son culpables del crimen de genocidio, por lo que están sujetos
a enjuiciamiento según el Artículo 6 del Estatuto de la CPI. Esto incluye, entre
otros, los siguientes crímenes:

1.1.1. Genocidio mediante matanza (Artículo 6a)

1.1.2. Genocidio mediante lesión grave a la integridad física

o mental (Artículo 6b)

1.2.3. Genocidio mediante sometimiento intencional a condiciones de


existencia que hayan de acarrear su destrucción física (Artículo 6c)
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1.2. Crímenes contra la humanidad


Los acusados son culpables del crimen de genocidio, por lo que están sujetos
a enjuiciamiento según el Artículo 7 del Estatuto de la CPI. Esto incluye, entre
otros, los siguientes crímenes:

1.2.1. Crimen contra la humanidad de asesinato (Artículo


7a)

1.2.2. Crimen contra la humanidad de exterminio (Artículo


7b)

1.2.3. Crimen contra la humanidad de esclavitud (Artículo 7c)

1.2.4. Crimen contra la humanidad de encarcelación

u otra privación grave de la libertad física (Artículo 7e)


1.2.5. Crimen contra la humanidad de otros
actos inhumanos (Artículo 7k)

RESUMEN DE LA CONFIRMACIÓN DE LOS CARGOS PRESENTADOS


POR LOS DELITOS RELACIONADOS CON EL «NEGOCIO CON LAS EN-
FERMEDADES» DE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA (CARGOS 1.1. -
1.2.)

1. Los acusados mantienen intencionada y sistemáticamente enfermeda-


des cardiovasculares como la hipertensión arterial, la insuficiencia car-
diaca, las complicaciones diabéticas y otras patologías, además del
cáncer, las enfermedades infecciosas como el SIDA, la osteoporosis y
muchas de las afecciones más comunes hoy en día, reconocidas co-
mo evitables en buena medida por medios naturales. Los acusados
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han causado deliberadamente el sufrimiento innecesario y la muerte


prematura de cientos de millones de personas.

2. Los acusados evitan intencionada y sistemáticamente la erradicación


de las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y otras patologías
mediante la obstrucción y el bloqueo de la difusión de información so-
bre los beneficios de las terapias naturales no patentables, una infor-
mación que podría salvar muchas vidas. Por consiguiente, los acusa-
dos han causado deliberadamente más sufrimiento innecesario y la
muerte prematura de cientos de millones de personas.

3. Los acusados extienden intencionada y sistemáticamente las enfer-


medades existentes y crean nuevas enfermedades mediante la fabri-
cación y comercialización de productos farmacéuticos que alivian los
síntomas a corto plazo, pero tienen efectos secundarios conocidos y
perjudiciales a largo plazo. Por consiguiente, los acusados han causa-
do deliberadamente más sufrimiento innecesario y la muerte prematu-
ra de cientos de millones de personas.

Los detalles se indican en el apartado «Pruebas» más adelante.

2. DELITOS ESPECÍFICOS COMETIDOS EN RELACIÓN CON LA GUE-


RRA DE IRAK Y LA ACTUAL CRISIS INTERNACIONAL

2.1. El crimen del genocidio


Los acusados son culpables del crimen del genocidio, por lo que están suje-
tos a enjuiciamiento según el Artículo 6 del Estatuto de la CPI. A los efectos
de este Estatuto, se entenderá por «genocidio» cualquiera de los actos men-
cionados a continuación, perpetrados con la intención de destruir total o par-
cialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso como tal. Esto inclu-
ye, entre otros, los siguientes crímenes:

2.1.1. Genocidio mediante matanza (Artículo 6a)

2.1.2. Genocidio mediante lesión grave a la integridad física

o mental (Artículo 6b)


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2.1.3. Genocidio mediante el sometimiento intencional a condiciones


de existencia que hayan de acarrear su destrucción física (Artículo 6c)

2.2. Crímenes contra la humanidad

A los efectos del Artículo 7 del Estatuto de Roma, se entenderá por «críme-
nes contra la humanidad» cualquiera de los actos siguientes cuando se co-
meta como parte de un ataque generalizado o sistemático dirigido contra
cualquier población civil y con conocimiento de dicho ataque. Esto incluye,
entre otras cosas, los siguientes crímenes:

2.2.1. Crímenes contra la humanidad de asesinato (Artículo 7a)

2.2.2. Crímenes contra la humanidad de exterminio (Artículo


7b)

2.2.3. Crímenes contra la humanidad de esclavitud (Artículo


7c)

2.2.4. Crímenes contra la humanidad de deportación


o traslado forzoso de población (Artículo 7d)

2.2.5. Crímenes contra la humanidad de encarcelación


u otra privación grave de la libertad física (Artículo 7e)
2.2.6. Crímenes contra la humanidad de otros actos inhumanos de ca-
rácter similar que causen intencionalmente grandes sufrimientos
o atenten gravemente contra la integridad física o la salud mental
o física (Artículo
7k)

2.3. Crímenes de guerra

A los efectos del Artículo 8 del Estatuto de Roma, se entenderá por «críme-
nes de guerra» cualquier infracción grave de los Convenios de Ginebra de 12
de agosto de 1949 (Convenio de Ginebra relativo al trato de los prisioneros
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de guerra, Convenio de Ginebra relativo a la protección debida a las perso-


nas civiles en tiempo de guerra). Por tanto, a los efectos de este Estatuto, los
crímenes de guerra incluyen, entre otros, los siguientes actos:

2.3.1. Crimen de guerra de matar intencionalmente (Artículo 8(2)(a)(i))


2.3.2. Crimen de guerra de tortura (Artículo 8(2)(a)(ii)-1)
2.3.3. Crimen de guerra de tratos inhumanos (Artículo 8(2)(a)(ii)-2)
2.3.4. Crimen de guerra de inclusión de experimentos biológicos (Artículo 8(2)(a)(ii)-3)
2.3.5. Crimen de guerra de infligir deliberadamente
grandes sufrimientos (Artículo 8(2)(a)(iii))
2.3.6. Crimen de guerra de destrucción y apropiación de bienes (Artículo 8(2)(a)(iv))
2.3.7. Crimen de guerra de privar del derecho a un juicio justo (Artículo 8(2)(a)(vi))
2.3.8. Crimen de guerra de deportación o traslado ilegales (Artículo 8(2)(a)(vii)-1)
2.3.9. Crimen de guerra de confinamiento ilegal (Artículo 8(2)(a)(vii)-2)
2.3.10. Crimen de guerra de tomar rehenes (Artículo 8(2)(a)(viii))
2.3.11. Crimen de guerra de dirigir ataques contra civiles (Artículo 8(2)(b)(i))
2.3.12. Crimen de guerra de dirigir ataques contra objetos civiles (Artículo 8(2)(b)(ii))
2.3.13. Crimen de guerra de muerte, lesiones o daños excesivos
incidentales (Artículo 8(2)(b)(iv))
2.3.14. Crimen de guerra de dirigir ataques contra lugares
que no estén defendidos (Artículo 8(2)(b)(v))
2.3.15. Crimen de guerra de causar la muerte o lesiones a una persona
fuera de combate (Artículo 8(2)(b)(vi))
2.3.16. Crimen de guerra de mutilación (Artículo 8(2)(b)(x)-1)
2.3.17. Crimen de guerra de destruir o confiscar bienes del enemigo (Artículo (2)(b)(xiii))
2.3.18. Crimen de guerra de privardederechosalosnacionales
delaparteenemiga (Artículo 8(2)(b)(xiiv))
2.3.19. Crimen de guerra de emplear veneno o armas envenenadas (Artículo (2)(b)(xvii))
2.3.20. Crimen de guerra de emplear balas prohibidas (Artículo 8(2)(b)(xix))
2.3.21. Crimen de guerra de cometer ultrajes contra la dignidad
de la persona (Artículo 8(2)(b)(xxi))
2.3.22. Crimen de guerra de provocar la inanición como método
de hacer la guerra (Artículo 8(2)(b)(xxv))
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2.3.23. Crimen de guerra de homicidio (Artículo 8(2)(c)(i)-1)


2.3.24. Crimen de guerra de tratos crueles (Artículo 8(2)(c)(i)-3)

RESUMEN DE LA CONFIRMACIÓN DE LOS CARGOS PRESENTADOS


POR LOS DELITOS COMETIDOS EN RELACIÓN CON LA GUERRA DE
AGRESIÓN CONTRA IRAK Y LA ACTUAL CRISIS INTERNACIONAL
(CARGOS 2.1.1 - 2.3.24)

1. Los acusados empezaron intencionadamente una guerra de agresión


contra Irak sin que hubiera ninguna resolución dictada por la legisla-
ción internacional.

2. Los acusados provocaron intencionadamente la escalada de una si-


tuación de crisis internacional, con una guerra psicológica y una guerra
militar real. El objetivo de esta estrategia de escalada es crear un es-
tado de excepción internacional que permita el abandono de los dere-
chos civiles en todo el mundo, así como el establecimiento de leyes
proteccionistas de gran alcance. La guerra de agresión contra Irak con
el pretexto de una lucha internacional contra el «terrorismo» y la cru-
zada contra la proliferación de las armas de destrucción masiva for-
man parte de esta estrategia.

3. Los acusados cometieron intencionadamente los crímenes de genoci-


dio, asesinato, mutilación y otras lesiones graves a la integridad física
o mental en el curso de su guerra de agresión contra el pueblo de Irak.

4. Los acusados cometieron intencionadamente el crimen de destrucción


y confiscación de bienes públicos y privados en el curso de la guerra
de agresión y a su término. Irak ostenta el segundo puesto en recursos
petrolíferos del mundo, y estos recursos están siendo saqueados en
nombre de los acusados para su beneficio personal.

Los detalles se indican en el apartado «Pruebas» más adelante.


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PRECEDENTE HISTÓRICO DE ESTA DENUNCIA

El Consejo de Crímenes de Guerra de Nuremberg contra los ejecutivos


del cartel farmacéutico y petroquímico IG- Farben

Hace más de medio siglo, se celebró el Consejo de Crímenes de Guerra de


Nuremberg contra los ejecutivos del grupo empresarial IG Farben, el cartel
farmacéutico y petroquímico de mayor envergadura en la Europa de entre-
guerras. El Consejo de Crímenes de Guerra de Nuremberg juzgó a los res-
ponsables de la Segunda Guerra Mundial y sentó precedente para el enjui-
ciamiento internacional por crímenes de guerra, y, en última instancia, para la
Corte Penal Internacional en La Haya.

Desconocido para muchas personas hoy en día, el Consejo de Crímenes de


Guerra de Nuremberg condenó no sólo a los líderes políticos y militares, sino
también a los ejecutivos empresariales que llevaron a Hitler al poder. Veinti-
cuatro ejecutivos y directores de IG Farben fueron condenados por este Con-
sejo de Guerra. El fiscal general Telford Taylor afirmó en su discurso de aper-
tura: «La acusación culpa a estos hombres, que tienen una responsabilidad
adulta, de haber provocado a la humanidad la guerra más devastadora y ca-
tastrófica de toda su historia. Asimismo, les acusa de venta masiva, esclavi-
tud, pillaje y asesinato. Éstas son acusaciones terribles».

Y continuaba diciendo: «Estos ejecutivos empresariales inculpados, y no los


perturbados nazis, son los principales criminales de guerra. Si sus crímenes
no salen la luz y no se les condena, cometerán crímenes aún mayores en el
futuro, que ni siquiera Hitler habría cometido».

En 1947, los cargos principales contra los directores de IG Farben fueron:

• Cargo 1: planificación y dirección de una guerra de agresión e invasión de


otros países con el resultado de una destrucción sin precedentes en todo
el mundo, la muerte de millones de personas y el sufrimiento prolongado
de otros tantos millones.
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• Cargo 2: deportación, pillaje y saqueo de bienes públicos y privados en


los países ocupados, con el propósito de ejercer un control económico
permanente en dichos países, así como otros crímenes graves.

• Cargo 3: reducción a esclavitud, malos tratos, régimen de terror, tortura y


asesinato de millones de personas.

Hoy, medio siglo después, los cargos presentados en esta denuncia son sor-
prendentemente similares:

• Planificación y dirección de una guerra de agresión contra Irak con el pre-


texto de una lucha internacional contra el terrorismo y la proliferación de
armas de destrucción masiva, con el resultado de que vastas áreas del
país han quedado devastadas, miles de personas han muerto y cientos de
miles han resultado heridas.

• Pillaje y saqueo de bienes públicos y privados en la lucha por conseguir el


poder económico y el control de regiones enteras del mundo a través de
la escalada de una crisis internacional. Contra esta guerra de agresión,
los acusados estaban provocando deliberadamente el empleo de armas
de destrucción masiva, incluidas las armas nucleares, químicas y biológi-
cas.

• Genocidio mediante matanza, lesiones graves a la integridad física y so-


metimiento de la población a condiciones de existencia que acarrean la
destrucción física, así como los crímenes contra la humanidad de asesi-
nato y otros actos inhumanos.

PRUEBAS DE LOS DELITOS COMETIDOS

Las pruebas de las acusaciones presentadas en esta denuncia también están


relacionadas con dos tipos de delitos:

• Pruebas de genocidio y otros crímenes contra la humanidad en relación


con el negocio con las enfermedades de la industria farmacéutica.
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• Pruebas de crímenes de guerra y agresión, así como de otros crímenes


contra la humanidad cometidos en relación con la guerra de Irak y la esca-
lada de la crisis internacional hacia una guerra mundial.

1. PRUEBAS DE GENOCIDIO Y OTROS CRÍMENES CONTRA LA HUMA-


NIDAD COMETIDOS EN RELACIÓN CON EL NEGOCIO CON LAS EN-
FERMEDADES DE LA INDUSTRIA FARMACÉUTICA.

Se presentan pruebas concretas que demuestran que los acusados son


responsables de mantener y extender intencionadamente ciertas enfer-
medades, causando intencionadamente otras nuevas y extendiendo el
uso de medicamentos registrados para una enfermedad a tantas como
sea posible.

Para conseguir estos objetivos, los acusados han diseñado, aplicado, diri-
gido y organizado estratégicamente un plan empresarial fraudulento a es-
cala mundial, que, por su magnitud económica, no tiene comparación en
la historia de la humanidad.

1.1. La expansión intencionada de la enfermedad

Se presentan las siguientes pruebas concretas que demuestran que las


enfermedades más comunes hoy en día son mantenidas y extendidas de-
liberadamente por los acusados, a pesar del hecho de que podrían
haberse prevenido o erradicado en gran medida de forma efectiva, sal-
vando así millones de vidas.

1.1.1. Enfermedades coronarias

La causa fundamental de las enfermedades coronarias y los infartos de


miocardio es un debilitamiento estructural y la disminución de las funcio-
nes de la pared arterial, que —al igual que el escorbuto— se desarrolla
como consecuencia de deficiencias vitamínicas y de otros nutrientes
esenciales a largo plazo.
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Sin embargo, los enfoques de la industria farmacéutica acerca de la pre-


vención y el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares ignoran
deliberadamente esta causa y se centran más bien en el tratamiento de
los síntomas, como la reducción de los niveles de colesterol en la sangre.

Además de que evitan de forma intencionada curar la enfermedad para la


que se comercializan, los efectos secundarios perjudiciales de estos fár-
macos causan nuevas enfermedades. El número de fallecidos en todo el
mundo por enfermedades cardiovasculares, como consecuencia de estos
crímenes deliberados de los acusados, supera los doce millones al año.

1.1.2. Hipertensión arterial

La causa fundamental de la hipertensión arterial es un incremento de la


tensión de la pared arterial, debido a una deficiencia de sustancias nutriti-
vas esenciales en las células musculares lisas de la pared arterial, lo que
provoca un estrechamiento del diámetro de la arteria y un aumento de la
presión sanguínea. Pueden consultarse innumerables estudios clínicos
que documentan los beneficios de los micronutrientes no patentables, en
particular el aminoácido arginina y el magnesio. Estas sustancias nutriti-
vas corrigen la deficiencia subyacente en millones de células de la pared
vascular, relajando así las paredes de los vasos sanguíneos, aumentando
su diámetro y normalizando la elevada tensión arterial.

Los fármacos vendidos para el tratamiento de la hipertensión se centran


intencionadamente en el tratamiento de los síntomas. Por ejemplo, los be-
tabloqueantes reducen la frecuencia cardiaca y los diuréticos hacen lo
mismo con el volumen sanguíneo. Estos fármacos evitan deliberadamente
corregir los «espasmos» de las paredes de los vasos sanguíneos, que
son la causa fundamental de la hipertensión arterial. De este modo, a la
vez que se evita intencionadamente curar la enfermedad, estos fármacos
provocan efectos secundarios perjudiciales a largo plazo, que pueden
causar numerosas enfermedades nuevas, y por tanto nuevos mercados
de fármacos.
20

En todo el mundo, cientos de millones de pacientes con hipertensión arte-


rial siguen sin encontrar cura como consecuencia directa de las acciones
llevadas a cabo por los acusados, y el número de fallecidos por estas en-
fermedades aumenta cada día.

1.1.3. Insuficiencia cardiaca

La causa fundamental de la insuficiencia cardiaca es la falta de biocatali-


zadores celulares, ciertas vitaminas, minerales, carnitina, coenzima Q10 y
otros portadores de bioenergía en millones de células cardiacas. Esto tie-
ne como consecuencia una disminución de la frecuencia cardiaca y una
acumulación de agua en el cuerpo.

Sin embargo, los enfoques de la industria farmacéutica acerca del trata-


miento de la insuficiencia cardiaca pasan por alto intencionadamente este
hecho y se centran en los síntomas. Los diuréticos comercializados para
el tratamiento de la insuficiencia cardiaca no sólo eliminan el agua acumu-
lada en el cuerpo, sino que también lo purgan de vitaminas, minerales y
otros portadores de bioenergía hidrosolubles. De este modo, los fármacos
comercializados para la insuficiencia cardiaca contribuyen, en realidad, a
empeorar la enfermedad y son responsables de la corta esperanza de vi-
da de los pacientes que la padecen, una vez que empieza a hacer efecto
la medicación a base de diuréticos.

A la vez que evitan intencionadamente curar la enfermedad, estos fárma-


cos purgan el cuerpo de nutrientes esenciales, agravando así la causa
subyacente de la enfermedad. En todo el mundo, más de cien millones de
pacientes con insuficiencia cardiaca siguen sin encontrar cura, y acaban
muriendo prematuramente como consecuencia directa de las acciones
llevadas a cabo por los acusados.

1.1.4. Arritmia

La causa fundamental de la arritmia es la falta de micronutrientes, vitami-


nas, minerales, ubiquinona y otros portadores de bioenergía en millones
21

de células cardiacas eléctricas. Esto tiene como consecuencia una dismi-


nución de la generación o conducción de los impulsos eléctricos necesa-
rios para la frecuencia cardiaca normal. Un reciente estudio doble ciego
con placebo ha demostrado, sin lugar a dudas, que el uso terapéutico de
micronutrientes es un medio efectivo, seguro y asequible para corregir el
estado de salud subyacente a la arritmia.

Sin embargo, los enfoques de la industria farmacéutica acerca del trata-


miento de la arritmia ignoran intencionadamente este hecho y se centran,
en su lugar, en los síntomas. Lo que hacen los fármacos antiarrítmicos
comercializados para tratar esta enfermedad es empeorarla en muchos
casos, causando la parada cardiaca y la muerte prematura de los pacien-
tes.

Hace diez años, el autor Thomas Moore demostraba en su obra Medicina


letal que una nueva clase de fármacos antiarrítmicos en Estados Unidos
había causado sola más muertes que la guerra de Vietnam en el ejército
norteamericano. En todo el mundo, más de cien millones de pacientes con
arritmia siguen sin encontrar cura como consecuencia directa de estas
acciones llevadas a cabo por los acusados, y el número de muertos por
esta enfermedad aumenta cada día.

1.1.5. Cáncer

Hasta hace muy poco, el cáncer se ha considerado como una sentencia


de muerte. Gracias a los últimos avances en la salud natural y la medicina
celular, la situación ha cambiado radicalmente. También en lo que se re-
fiere a esta enfermedad, hoy es obvio que los acusados han contribuido
deliberadamente a descuidar y abandonar la investigación de la medicina
sobre terapias no patentables en favor de fármacos ineficaces que permi-
ten la continuación de la epidemia del cáncer: uno de sus mercados más
rentables. Debido a la extraordinaria relevancia de los crímenes cometi-
dos por los acusados en relación con la epidemia del cáncer, este aparta-
do se presenta con más detenimiento.
22

Es un hecho científico que todos los cánceres se extienden por el mismo


mecanismo: el uso de enzimas que digieren el colágeno (colagenasas,
metaloproteinasas). El uso terapéutico de aminoácido lisina natural, espe-
cialmente con otros micronutrientes no patentables, puede bloquear estas
enzimas e impedir así la metástasis de las células cancerígenas. Todos
los tipos de cáncer estudiados responden de esta manera a este enfoque
terapéutico, incluido el cáncer de mama, de próstata, de pulmón, de piel,
el fibroma, el sarcoma sinovial y otras formas de cáncer.

La única razón por la que este adelanto en la medicina no ha sido investi-


gado más en profundidad y aplicado al tratamiento de los pacientes es el
hecho de que estas sustancias no son patentables, y por tanto tienen es-
casos márgenes de beneficio. Y lo que es aún más importante, cualquier
tratamiento efectivo de cualquier enfermedad lleva, en última instancia, a
su erradicación y a la destrucción de un mercado de productos farmacéu-
ticos de miles de billones de dólares.

El marketing de fármacos para los pacientes con cáncer ha sido espe-


cialmente fraudulento e intencionado. Con el pretexto de tratar el cáncer
utilizando el término tapadera de «quimioterapia», se administran sustan-
cias tóxicas a los pacientes, incluso derivados del gas mostaza. El hecho
de que estos agentes tóxicos también destruyan millones de células sa-
nas en el cuerpo se provoca intencionadamente.

Conociendo este hecho, se tuvieron en cuenta deliberadamente las si-


guientes consecuencias: primera, el cáncer continuaría siendo una epi-
demia mundial, proporcionando la base económica para un negocio cons-
tante de la enfermedad valorado en miles de billones de dólares; y segun-
da, la aplicación sistemática de agentes tóxicos en forma de quimioterapia
causaría nuevas enfermedades en los pacientes que recibieran dichas
sustancias.

Como consecuencia de esta estrategia, el mercado de los fármacos para


el tratamiento de los graves efectos secundarios provocados por estos
productos —incluidas las infecciones, inflamaciones, hemorragias, defi-
ciencias en los órganos, etc.— es incluso mayor que el mercado de los
23

propios productos utilizados en la quimioterapia. Así pues, los acusados


también aplicaron su plan fraudulento organizado, en perjuicio de miles de
millones de pacientes con cáncer, con un sólo propósito: su enriqueci-
miento financiero.

1.1.6. SIDA y otras enfermedades infecciosas

Planes fraudulentos como éste se aplicaron también al tratamiento de una


de las epidemias más mortales de la historia de la humanidad: el SIDA.
Ya hace diez años, los estudios científicos mostraron que la vitamina C
era capaz de reducir la replica del virus VIH en más de un 99%. Los acu-
sados conocen este hecho desde hace más de un decenio.

Ignorando y evitando intencionadamente este tratamiento seguro, asequi-


ble y no patentable, los acusados desarrollaron medicamentos patenta-
bles contra el SIDA, con graves efectos secundarios, y —debido a sus
desorbitados derechos de patentes— inasequibles para la gran mayoría
de las personas del planeta. Así, al aplicar su plan empresarial criminal,
los acusados son culpables de arriesgar las vidas y de causar la muerte a
cientos de millones de personas en África, Sudamérica, Asia y todas las
demás regiones del mundo.

De forma similar, han boicoteado la información de que la única medida


fundamental para mejorar la inmunidad frente a las enfermedades infec-
ciosas consiste en ingerir una cantidad óptima de vitaminas B6, B12, áci-
do fólico y otros nutrientes esenciales. Es un hecho científico que estos
biocatalizadores del metabolismo celular aumentan la producción de leu-
cocitos, el arma principal del cuerpo contra cualquier infección. Ocultando
sistemáticamente esta información, especialmente a los cientos de millo-
nes de niños y adultos en el mundo subdesarrollado, la industria farma-
céutica arriesga intencionadamente las vidas de cientos de millones de
personas en estas áreas del mundo. Todos los acusados saben que casi
nadie en estas zonas subdesarrolladas puede permitirse el lujo de pagar
tratamientos farmacéuticos, y que por tanto, acaban muriendo.
24

Ocultar esta información, que podría salvar tantas vidas, acerca de las al-
ternativas naturales no patentables para prevenir y combatir las enferme-
dades infecciosas no solamente provoca la muerte de millones de perso-
nas, sino que también arruina las economías de muchos países subdes-
arrollados. Como consecuencia directa, el desequilibrio ya existente hoy
en día en la economía mundial adquiere tintes dramáticos, ya que se en-
vuelve deliberadamente a estos países en un conflicto en el que no tienen
opción de ganar.

1.1.7. Otras enfermedades

Asimismo, hoy en día siguen considerándose problemas de salud otras


enfermedades degenerativas, inflamatorias e infecciosas, así como mu-
chas otras patologías comunes sólo porque los acusados las han definido
y protegido como mercados para su vergonzoso «negocio con las enfer-
medades».

1.2. PRUEBAS ACERCA DE LOS PLANES DE MARKETING CRIMI-


NALES DE LOS ACUSADOS

1.2.1 Extensión deliberada de las enfermedades y provocación de


otras nuevas en los pacientes para ampliar los mercados de fárma-
cos

Para ampliar sus mercados, los acusados fabrican y comercializan los si-
guientes grupos de fármacos intencionadamente, a pesar de sus conoci-
dos efectos secundarios, nocivos para la salud. De un modo vergonzoso,
los acusados están causando deliberadamente nuevas enfermedades con
el pretexto de luchar contra las existentes. El hecho de que estas nuevas
enfermedades causadas por los efectos secundarios de estos fármacos
aparezcan muchos años después se utiliza como una tapadera adicional
para esta estafa:
25

Los fármacos que reducen el colesterol, especialmente estatinas y fibra se


comercializan en cantidades masivas con el pretexto de prevenir las en-
fermedades cardiovasculares. Se sabe que estos fármacos provocan cán-
cer en las dosis actualmente administradas a millones de pacientes en to-
do el mundo.

Los fármacos utilizados en la quimioterapia se comercializan supuesta-


mente para tratar el cáncer. En realidad, causan una serie de efectos se-
cundarios graves, y el más frecuente es la aparición de nuevos tumores.
Todo el plan de marketing criminal en torno a la quimioterapia funciona
solo porque los acusados han convertido el cáncer en una sentencia de
muerte, e incluso los acusados han llegado a vendernos como un éxito
cuando un paciente sometido a quimioterapia sobrevive unos pocos me-
ses.

La aspirina se comercializa en cantidades masivas con el pretexto de que


previene los infartos de miocardio y los ataques súbitos, pero al mismo
tiempo se sabe que su uso a largo plazo causa la destrucción del coláge-
no, y por tanto, aumenta gradualmente el riesgo de infartos y ataques,
además de otras enfermedades como las úlceras estomacales y la hemo-
rragia gastrointestinal.

Los fármacos antiinflamatorios se emplean para tratar el dolor y la infla-


mación, como en el caso de la artritis. No obstante, muchos de estos fár-
macos destruyen el tejido conjuntivo, como por ejemplo el de las articula-
ciones. A largo plazo, el uso de estos fármacos agrava los problemas de
salud en lugar de remediarlos.

Los antagonistas del calcio se comercializan en cantidades masivas con


el pretexto de tratar la hipertensión arterial y prevenir los infartos de mio-
cardio; sin embargo, a largo plazo, se sabe que el uso de estos fármacos
causa un aumento del riesgo de infartos, ataques súbitos y otras enfer-
medades.

Los estrógenos y otros fármacos compuestos de hormonas se venden en


cantidades masivas con el pretexto de prevenir la osteoporosis y las en-
fermedades cardiacas, pero a largo plazo se sabe que su uso provoca
26

cáncer en más del 30% de las mujeres que los ingieren. Las formas espe-
cialmente frecuentes de cáncer causadas por estos fármacos son carci-
nomas hormonodependientes como el de mama o el de útero.

Tranquilizantes y antidepresivos. Otro mecanismo por el cual los acusa-


dos extienden sistemáticamente sus mercados consiste en causar adic-
ción intencionadamente con el fin de incrementar las ventas. Se sabe que
muchos tranquilizantes y antidepresivos, como el conocido diazepam
(«Valium»), provocan dependencia y adicción. Con el fin de aumentar las
ventas mundiales de estos fármacos, los acusados incluso los ensalzan
en anuncios a toda página dirigidos directamente al público.

Otros fármacos. Puesto que la patente es una condición previa para el


negocio de inversión de la industria farmacéutica, los fármacos típicos son
moléculas sintéticas, y por tanto tóxicas para el cuerpo humano. Para casi
todos los fármacos es válido el mismo principio de negocio fraudulento:
aliviar los síntomas a corto plazo a la vez que se causan otros daños y se
generan gradualmente nuevas enfermedades, que sirven de base para
nuevos mercados de fármacos.

1.2. Ampliación de sus mercados de fármacos para nuevas enfer-


medades

Al cometer estos delitos, los acusados amplían deliberadamente su actual


mercado farmacéutico inventando nuevos estados de salud para los que
recomiendan los fármacos que previamente habían aconsejado para otras
enfermedades. Como primera prueba, se presentan a continuación los si-
guientes ejemplos:

Las pastillas para el dolor de cabeza previenen supuestamente las enfer-


medades cardiacas. La aspirina se desarrolló como un calmante para el
dolor de cabeza y el dolor en general, y ahora los acusados la venden en
cantidades masivas y la aconsejan para su uso a largo plazo, incluso para
las personas que gozan de buena salud, porque supuestamente previene
y trata las enfermedades cardiacas y otras patologías graves.
27

Los antibióticos combaten supuestamente las enfermedades coronarias.


Con el fin de ampliar el mercado mundial de sus antibióticos, los acusados
fabricaron y extendieron la llamada «teoría de la bacteria» de los infartos
por todo el mundo. Sin pruebas clínicas que demuestren que la clamidia u
otras bacterias causan realmente la aterosclerosis o los infartos, los acu-
sados fomentaron vergonzosamente el uso general de antibióticos, inclu-
so entre las personas sanas, con el pretexto de que previenen los ataques
al corazón.

Estos son sólo unos pocos ejemplos de las prácticas llevadas a cabo por
los acusados para extender sistemáticamente el uso de sus fármacos pa-
ra otras enfermedades. En realidad, este plan de marketing no es la ex-
cepción que confirma la regla, sino la regla. La lista de delitos cometidos
en este contexto debería corregirse y completarse durante la investigación
posterior.

1.4. DELITOS RELACIONADOS CON LA INFILTRACIÓN SISTEMÁTICA


EN VARIOS SECTORES DE LA SOCIEDAD CON EL PROPÓSITO DE
FACILITAR LA EJECUCIÓN DE DICHOS DELITOS.

Los acusados se han infiltrado sistemática y deliberadamente en los sec-


tores de la medicina y la salud de la mayoría de los países del mundo con
el fin de crear relaciones de dependencia financieras y de otro tipo para
dirigir su «negocia con las enfermedades» y cometer otros delitos. La in-
vestigación de la medicina no se lleva a cabo con el objetivo primordial de
hallar el tratamiento más efectivo, seguro y asequible contra una enfer-
medad, sino con el fin de identificar los principales mercados de enferme-
dades y alcanzar los máximos beneficios en ese mercado para el fabri-
cante de fármacos. Como parte de esta estrategia a lo largo de las últimas
décadas, los acusados eliminaron sistemáticamente de los programas de
formación de las facultades de medicina el estudio de las terapias natura-
les, efectivas pero no patentables. Crearon a propósito generaciones de
médicos con pocos o ningún conocimiento acerca de los beneficios para
la salud de estas terapias naturales, que podrían salvar tantas vidas. Al
28

mismo tiempo, los departamentos recién creados con el nombre de far-


macología se hicieron cargo de la enseñanza terapéutica en las faculta-
des de medicina. De este modo, durante varias décadas, las generacio-
nes de médicos han convertido las facultades de medicina prácticamente
en un equipo de venta entrenado para el «negocio con las enfermedades»
de la industria farmacéutica. Con el fin de ocultar esta estrategia, los fár-
macos patentados fueron calificados de «científicos» e incluso bautizados
como «medicamentos éticos», mientras que las terapias naturales no pa-
tentables eran desprestigiadas y tachadas de «no científicas».

De manera similar, los acusados se han infiltrado sistemática e intencio-


nadamente en los medios de comunicación de todo el mundo, creando re-
laciones de dependencia financieras o de otro tipo y difundiendo engaños
e información falsa con el fin de disimular sus prácticas delictivas, apoyar
su «negocio con las enfermedades» y cometer otros delitos.

Los acusados han abusado deliberada y sistemáticamente del sistema po-


lítico y legislativo de la mayoría de las naciones, con el objetivo de apro-
bar leyes, establecer regulaciones y fomentar otras medidas encaminadas
a aumentar sus ventas de fármacos ineficaces y peligrosos, aunque lucra-
tivos. Los acusados han abusado de su influencia política para manipular
la legislación, de forma que les permitiera apropiarse de billones de dóla-
res al amparo de los «seguros de enfermedad» y de otros fondos sanita-
rios públicos y privados. Fomentando su «negocio fraudulento de la en-
fermedad», han tomado este dinero de personas, empresas y gobiernos
de todo el mundo exigiendo el pago de terapias ineficaces y nocivas. Por
tanto, los acusados consiguen beneficios desorbitados para la industria
farmacéutica y causan sufrimientos innecesarios y la muerte prematura a
cientos de millones de personas.

Los acusados se han infiltrado deliberada y sistemáticamente en el Par-


lamento Europeo y han abusado de él, así como de otros organismos re-
gionales e internacionales, como las Naciones Unidas, la Organización
Mundial de la Salud (OMS), la Organización para la Agricultura y la Ali-
29

mentación (FAO) y otros organismos políticos nacionales e internaciona-


les, con el fin de cometer sus crímenes contra la humanidad.

1.5. DELITOS RELACIONADOS CON LA OBSTRUCCIÓN SISTEMÁTICA


DE MEDIDAS SANITARIAS EFECTIVAS Y NO PATENTABLES

Para proteger su negocio artificial de inversión en las enfermedades, los acu-


sados intentaron eliminar estratégicamente el acceso de las personas de todo
el mundo a las terapias naturales no patentables. Para conseguir este objeti-
vo, los acusados se sirvieron de varias medidas estratégicas:

1. Ocultar información que podría salvar vidas acerca de las terapias natu-
rales no patentables. Los acusados han ocultado y bloqueado de forma
deliberada y sistemática a millones de personas la información sanitaria
básica de que el cuerpo humano no produce su propia vitamina C (áci-
do ascórbico). A causa de su falta de conocimiento, casi todos los seres
humanos tienen carencia de vitamina C y son susceptibles de padecer
enfermedades cardiovasculares, además de otros tipos de patologías.
Igualmente, los acusados han ocultado y bloqueado sistemática y deli-
beradamente a millones de personas la información sanitaria básica de
que el cuerpo humano no produce el aminoácido lisina natural. Debido a
la falta de información, la mayor parte de los seres humanos tienen ca-
rencia de lisina y son susceptibles de padecer cáncer y otras enferme-
dades. Por consiguiente, los acusados causan intencionadamente más
sufrimientos innecesarios y la muerte prematura de cientos de millones
de personas.

2. Desprestigiar públicamente las terapias naturales no patentables. Los


acusados han engañado de forma intencionada y sistemática al público
difundiendo información falsa, engañosa e inventada que desacredita
las terapias para la salud no patentables con el objetivo de proteger y
ampliar su «negocio con las enfermedades» basado en fármacos paten-
tados, así como de cometer otros delitos. Por consiguiente, los acusa-
30

dos causan a propósito más sufrimientos innecesarios y la muerte pre-


matura de cientos de millones de personas.

3. Prohibir la difusión de información sanitaria relacionada con las terapias


naturales no patentables. Los acusados han abusado deliberadamente
de su influencia política intentando aplicar leyes a escala nacional e in-
ternacional que permitirían básicamente prohibir la difusión de informa-
ción sanitaria preventiva y terapéutica relacionada con las terapias natu-
rales no patentables. Al mismo tiempo, estas leyes tratarían de estable-
cer arbitrariamente «límites máximos» ciertamente bajos para las canti-
dades recomendadas de estas terapias naturales y seguras, una medi-
da encaminada a prohibir su uso como agentes terapéuticos naturales.
Abusando de la Comisión del Codex Alimentarius de las Naciones Uni-
das, los acusados han intentado incluso establecer estas leyes en todos
los países miembros de la ONU; es decir, en todo el mundo.

1.5.5. Ahora que todos los esfuerzos pacíficos para proteger el «negocio far-
macéutico con las enfermedades» han fracasado, los acusados cam-
bian de estrategia. Están provocando a propósito la escalada de una
crisis internacional, con guerras incluidas, con el fin de crear las condi-
ciones previas psicológicas y legales que permitan una aplicación in-
mediata e internacional de las leyes proteccionistas y establecer asi la
base para la continuación de su «negocio con las enfermedades» y de
los otros delitos de los que se les acusa.

2. PRUEBAS DE GENOCIDIO, CRÍMENES DE GUERRA Y OTROS CRÍ-


MENES CONTRA LA HUMANIDAD COMETIDOS EN RELACIÓN CON
LA GUERRA DE AGRESIÓN CONTRA IRAK.
31

Los acusados están cometiendo el crimen de provocar deliberadamente la


escalada de una crisis internacional, con guerras de agresión incluidas
que nos llevan a un conflicto con armas de destrucción masiva.

Los acusados han estado abusando de forma constante de la tragedia del


11 de septiembre con el fin de construir un escenario de crisis internacio-
nal, que han empleado en última instancia como justificación para esta
guerra de agresión.

Al mismo tiempo que los acusados potenciaban al máximo el factor psico-


lógico de esta tragedia, bloqueaban una investigación oficial sobre los
acontecimientos reales y el origen del 11 de septiembre. Fue la propia
Casa Blanca la que bloqueó durante más de un año la creación de una
comisión independiente.

De este modo, mientras los hechos de esta tragedia aún no han sido to-
talmente aclarados a los ciudadanos, los acontecimientos del 11 de sep-
tiembre se han utilizado desde entonces como justificación para explicar
la situación de crisis internacional.

Al mismo tiempo que no revelaban ninguna prueba convincente sobre el


11 de septiembre, abusaban de esta tragedia para invadir Afganistán. A la
invasión militar de Afganistán siguió el saqueo de sus recursos naturales
por parte de los acusados que estaban destinados a sus arcas financie-
ras.

De manera similar, los acusados utilizaron este pretexto para invadir el si-
guiente país: Irak. Con la excusa de combatir la proliferación de armas de
destrucción masiva, los acusados estaban intentando coaccionar a la co-
munidad internacional para implicarse en una guerra de agresión contra
Irak.

A pesar del hecho de que la gran mayoría de los países presentes en el


Consejo de Seguridad de la ONU, casi todos los países miembros de las
Naciones Unidas, y la opinión abrumadora de todo el mundo se oponía a
esta guerra, los acusados siguieron adelante y lanzaron su ataque.

La guerra planificada, comenzada y dirigida por los acusados ha sido


una guerra que no contaba con ninguna resolución internacional y
32

por tanto constituía una guerra de agresión y un crimen contra la


humanidad. Si los acusados no son juzgados por este crimen, el sis-
tema entero del derecho internacional, tal y como se diseñó tras la
Segunda Guerra Mundial para proteger a la humanidad de la destruc-
ción, se derrumbará.

A falta de una resolución internacional, la única justificación que les que-


daba a los acusados para cometer este acto criminal era inventar una ex-
cusa: su supuesta búsqueda de armas de destrucción masiva en Irak.
Hoy, el mundo entero sabe que esto también era mentira.

Durante su guerra de agresión contra Irak, decenas de miles de iraquíes


—soldados lo mismo que civiles— fueron asesinados. Una matanza de
semejante magnitud durante una guerra sin el consentimiento internacio-
nal constituye el crimen de genocidio.

Además, cientos de miles de inocentes —muchos de ellos niños— fueron


heridos, mutilados o han sufrido lesiones físicas o mentales causadas por
los actos criminales de los acusados.

Asimismo, los acusados confiscaron intencionada y sistemáticamente los


yacimientos de petróleo y otros recursos naturales de Irak con el propósito
de explotarlos y enriquecerse. Para ocultar estos delitos, los acusados
han difundido la justificación falsa de que la confiscación de los recursos
petrolíferos se llevaba a cabo en aras del pueblo iraquí.

Con la ocupación de Irak y la apropiación de sus recursos en una guerra


de agresión, los acusados también cometieron el crimen del pillaje y la
confiscación de los bienes del enemigo.

Los acusados provocaron sistemáticamente la escalada de esta crisis pa-


ra restringir más los derechos civiles a través de las denominadas leyes
«antiterroristas». Para engañar a la opinión internacional mientras cometí-
an estos delitos, estas leyes se bautizaban a propósito con nombres en-
gañosos, como «Homeland Security Act» (Ley de Seguridad Nacional), o
«Patriot-Act» (Ley Patriótica), coaccionando así al apoyo político para el
abandono de los derechos civiles.
33

Mientras se organizaba sistemáticamente esta escalada de la crisis, los


acusados también abusaron intencionadamente de la distracción de los
medios de comunicación e hicieron sus primeros movimientos intentando
aplicar sus leyes proteccionistas en nombre del cartel farmacéutico. Una
disposición, prácticamente desconocida para el Congreso de los Estados
Unidos en aquel momento, se introdujo en la Ley de Seguridad Nacional,
garantizando la inmunidad a los fabricantes de fármacos frente a las de-
mandas por responsabilidad de productos.

Esto no es más que una breve sinopsis de los crímenes de guerra y crí-
menes contra la humanidad perpetrados por los acusados, así como de
su estrategia de usar estos crímenes de guerra con el fin de continuar
cometiendo delitos de magnitudes aún mayores, como la consolidación de
su «negocio mundial con las enfermedades».

En el curso de la investigación posterior sobre estos crímenes de guerra


deben utilizarse todos los recursos disponibles para juzgar a los acusa-
dos. Esto incluye especialmente toda la información disponible a través de
las organizaciones de las Naciones Unidas, los inspectores de armas de
la ONU, la documentación de crímenes de guerra de fuentes iraquíes e in-
ternacionales y todas las demás fuentes disponibles.

La población mundial exigirá formar parte de este proceso y contribuirá a


reunir la documentación acerca de estos crímenes de guerra con el fin de
acelerar el proceso judicial.

LOS ACUSADOS
Los acusados son las personas citadas a continuación del mundo empresarial, mili-
tar y político y de distintas nacionalidades:

1. George Walker Bush, Presidente de los Estados Unidos. Él es el principal


ejecutor político de los intereses del cartel farmacéutico y petroquímico. Tam-
bién es el principal responsable político de los crímenes de guerra contra Irak
y de los otros crímenes citados en esta denuncia.
34

2. Anthony Charles Lynton (“Tony”) Blair, Primer Ministro del Reino Unido.
Es el líder político y ejecutor por sí mismo, además de cómplice de George
Bush en los crímenes enumerados en esta denuncia.

3. Richard Bruce (“Dick”) Cheney, Vicepresidente de los Estados Unidos.


Cheney fue el presidente del consejo de administración de la proveedora de
servicios petrolíferos Haliburton & Company de Dallas, Texas. Tras la inva-
sión de Irak, Haliburton se convirtió en la empresa clave para el saqueo eco-
nómico del país con el pretexto de la reconstrucción.

4. Donald Rumsfeld, Secretario de Defensa. Rumsfeld fue presidente del con-


sejo de administración de varias empresas biotecnológicas y farmacéuticas,
entre otras la farmacéutica G. D. Searle, hoy parte de Pharmacia. Durante
varias décadas, desempeñó el papel de organizador estratégico del «negocio
farmacéutico con las enfermedades». Recibió varios premios de la industria
farmacéutica. Junto a George W. Bush, Donald Rumsfeld fue uno de los prin-
cipales instigadores de la guerra de agresión contra Irak.

5. John Ashcroft, Secretario de Justicia de los Estados Unidos. Es uno de los


estrategas de la llamada Ley de Seguridad Nacional, uno de los instrumentos
organizativos con el que los acusados están restringiendo sistemáticamente
los derechos civiles en Estados Unidos. Es responsable de las leyes protec-
cionistas que permiten esencialmente que la industria farmacéutica goce de
inmunidad y no sea considerada responsable de sus delitos en Estados Uni-
dos.

6. Tom Ridge, Secretario de Seguridad Nacional, un cómplice de John Ashcroft


en la consolidación del control político y económico de los acusados con el
propósito de continuar sin escrúpulos con su negocio con las enfermedades y
otros crímenes mediante la restricción sistemática de los derechos civiles en
Estados Unidos.

7. Condoleezza Rice, U.S. Asesora de Seguridad Nacional. Antigua directora


de la empresa petroquímica Chevron e instrumento de apoyo en la guerra de
agresión de los acusados.

En el sector farmacéutico, las siguientes empresas están acusadas:


35

1. Pfizer Inc., el presidente del consejo de administración, Dr. Henry A. McKin-


nell, los otros ejecutivos y el consejo de administración.

2. Merck & Co., Inc., el presidente del consejo de administración, Raymond V.


Gilmartin, los otros ejecutivos y el consejo de administración.

3. GlaxoSmithKline PLC, el presidente del consejo de administración, Dr.


Jean-Pierre Garnier, los otros ejecutivos y el consejo de administración.

4. Novartis AG, el presidente del consejo de administración, Dr. Daniel Vasella,


los otros ejecutivos y el consejo de administración.

5. Amgen Inc., el presidente del consejo de administración, Kevin Sharer, los


otros ejecutivos y el consejo de administración.

6. Astra Zeneca, el presidente del consejo de administración, Sir Tom McKillop,


los otros ejecutivos y el consejo de administración.

7. Ely Lilly and Company, el presidente del consejo de administración, Sidney


Taurel, los otros ejecutivos y el consejo de administración.

8. Laboratorios Abbott, el presidente del consejo de administración, Miles D.


White, los otros ejecutivos y el consejo de administración.

9. Otras empresas farmacéuticas, sus directores ejecutivos y los consejos de


administración, que mantienen y fomentan el «negocio de inversión en las
enfermedades» y otros delitos.

En el sector petroquímico, las siguientes empresas y sus ejecutivos están acusados:

1. ExxonMobil Corporation, el presidente del consejo de administración, Lee R.


Raymond, los otros ejecutivos y el consejo de administración.

2. British Petroleum (BP), el presidente del consejo de administración, Lord


Browne of Madingley, FREng (Fellow of the Royal Academy of Engineering:
miembro de la Real Academia de Ingeniería), los otros ejecutivos y el consejo
de administración.

3. Chevron Texaco Corp., el presidente del consejo de administración, David


O’Reilly, los otros ejecutivos y el consejo de administración.

4. Otras empresas petroquímicas que se benefician del pillaje y el saqueo de la


guerra de agresión contra Irak.
36

Grupos financieros detrás de estas multinacionales:

1. Grupo Financiero Rockefeller y los miembros de la familia Rockefeller, ya


que se benefician de los delitos cometidos.

2. Grupo Rothschild y todos sus miembros, ya que se benefician de los delitos


cometidos desde el punto de vista financiero.

3. Grupo JP Morgan y todos sus miembros, ya que se benefician de los delitos


cometidos desde el punto de vista financiero.

4. La Comisión Trilateral y sus miembros, una organización fundada por Da-


vid Rockefeller para coordinar los intereses de este grupo de inversión en las
tres áreas del mundo: Estados Unidos, Europa y Japón; de ahí el nombre
«trilateral». Asimismo, todos los miembros individuales de esta comisión con-
siderados culpables de participar en estos delitos o de beneficiarse de ellos
desde el punto de vista financiero.

5. Los miembros de otros grupos de presión y grupos de intereses del


mundo empresarial que, en el curso de la investigación posterior, sean con-
siderados culpables de haber participado en estos delitos o de haberse bene-
ficiado de ellos desde el punto de vista financiero.

6. J.P. Morgan Chase Bank, el presidente del consejo de administración, Wi-


lliam B. Harrison Jr., y el resto de los ejecutivos y el consejo de administra-
ción.

7. Otras entidades financieras, sus directores ejecutivos, el consejo de admi-


nistración, los accionistas y demás personas, que, en el curso de la investi-
gación posterior, sean considerados culpables de haber participado en estos
delitos o de haberse beneficiado de ellos desde el punto de vista financiero.

8. Políticos y organizaciones políticas nacionales e internacionales que, en


el curso de la investigación posterior, sean considerados culpables de haber
participado en estos delitos o de haberse beneficiado de ellos desde el punto
de vista financiero.

9. Miembros del ejército que hayan participado, o en el curso de la investiga-


ción posterior, sean considerados culpables de haber participado en estos
delitos o de haberse beneficiado de ellos desde el punto de vista financiero.
37

10. Ejecutivos sanitarios del sector farmacéutico que, en el curso de la inves-


tigación posterior, sean considerados culpables de haber participado delibe-
rada y sistemáticamente en estos delitos o de haberse beneficiado de ellos
desde el punto de vista financiero.

11. Miembros de los medios de comunicación y otros que, en el curso de la


investigación posterior, sean considerados culpables de haber participado en
estos delitos o de haberse beneficiado de ellos desde el punto de vista finan-
ciero.

12. Cualquier persona física, organización o entidad que, en el curso de la in-


vestigación posterior, sea considerada culpable de haber participado en es-
tos delitos o de haberse beneficiado de ellos desde el punto de vista financie-
ro.

TRATADOS INTERNACIONALES APLICABLES A ESTA DENUNCIA

Junto con el Estatuto de Roma para la Corte Penal Internacional, los siguientes tra-
tados y declaraciones internacionales son aplicables a los graves cargos imputados
a los acusados en esta denuncia:

1. Carta de las Naciones Unidas

2. Declaración Universal de los Derechos Humanos del 8 de diciembre de 1948

3. Convenio de Ginebra sobre Derechos Humanos del 12 de agosto de 1949

4. Convenio para la prevención y la sanción del delito de genocidio de 12 de enero


de 1951

5. Convenio sobre la imprescriptibilidad de los crímenes contra la humanidad y de


los crímenes de guerra de 1968

6. Principios de cooperación internacional en la identificación, detención, extradición


y castigo de los culpables de crímenes de guerra o de crímenes contra la humanidad
de 1973
38

LA COMPETENCIA DE LA CORTE PENAL INTERNACIONAL SO-


BRE LOS ACUSADOS
Los acusados cometieron los delitos expuestos en esta denuncia deliberadamente y
con pleno conocimiento de todas las circunstancias que rodeaban a sus acciones.

Los delitos señalados en este documento han sido cometidos contra toda la humani-
dad. La CPI en La Haya es el tribunal que, regido por el derecho internacional, tiene
la misión de resolver estas cuestiones urgentes.

Además, la CPI se creó después de la Segunda Guerra Mundial y el Consejo de


Guerra de Nuremberg con el objetivo de evitar otra tragedia semejante: posiblemen-
te otra guerra mundial.

1. Obligación de enjuiciamiento de aquellos que ostentan los cargos

Los acusados pueden ser condenados y castigados por la Corte Penal Internacional.

El Estatuto será aplicable por igual a todos sin distinción alguna basada en el cargo
oficial. En particular, el cargo oficial de una persona, sea Jefe de Estado o de Go-
bierno, miembro de un gobierno o parlamento, representante elegido o funcionario
de gobierno, en ningún caso le eximirá de responsabilidad penal ni constituirá per se
motivo para reducir la pena. (Artículo 27, Apartado 1 del Estatuto).

Las inmunidades y las normas de procedimiento especiales que conlleve el cargo


oficial de una persona, con arreglo al derecho interno o al derecho internacional, no
obstarán para que la Corte ejerza su competencia sobre ella. (Artículo 27, Aparta-
do 2 del Estatuto).

2. Circunstancias eximentes de responsabilidad penal

Ninguno de los acusados puede acogerse a ninguno de los motivos especificados en


el Artículo 31 del Estatuto sobre las circunstancias eximentes de responsabilidad
penal.

Los acusados estaban actuando con pleno conocimiento en cuanto a la ilegitimidad


de sus actos. Así pues, cualquier alegación que afirme lo contrario será nula de ple-
no derecho.
39

Igualmente nulos y sin efecto serán todos los esfuerzos de los acusados para justifi-
car retroactivamente sus delitos formando «coaliciones» de opiniones con otras na-
ciones.

3. Competencia para juzgar a todos los miembros del gobierno y a todos los
ciudadanos de los Estados Unidos

Tampoco aquellos acusados que tienen la ciudadanía de los Estados Unidos de


América pueden reclamar inmunidad ante la Corte Penal Internacional sólo porque
los Estados Unidos de América, a diferencia de los otros 90 países de todo el mundo
(es decir, casi la mitad de los miembros de las Naciones Unidas), no esté entre los
estados signatarios del Estatuto de Roma.

Los acusados han estado mucho tiempo ideando planes para intentar evadir el en-
juiciamiento de la Corte Penal Internacional. Sin embargo, los acusados no están
eximidos de la competencia jurisdiccional del Tribunal, porque la simple ejecución de
los delitos que conllevaron los actos que van a ser juzgados por la CPI ya es sufi-
ciente para estar sujeto a una pena según las condiciones del Estatuto.

No importa si uno pertenece a un estado miembro específico, ya que la Corte Penal


Internacional tiene competencia sobre las personas naturales y no sobre los esta-
dos, y establece la responsabilidad penal individual y el cumplimiento de una pena
(Artículo 25 Apartados 1 y 2 del Estatuto).

El Estatuto de la CPI considera innecesarios los intentos de la administración esta-


dounidense de coaccionar a las naciones más pequeñas para firmar «pactos de in-
munidad» bilateral.

Además, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas decidió que el gobierno


de Estados Unidos, y por tanto, la mayoría de los acusados, no podían ni debían de-
cidir por sí mismos si la Corte Penal Internacional tenía competencia para empren-
der una acción judicial contra ellos.

Esta decisión fue adoptada por una sencilla razón: pueden imaginarse qué habría
ocurrido si se hubiera permitido a los principales imputados en los juicios de Nurem-
berg elegir si debían ser juzgados o no ante el Consejo de Nuremberg.

Por estas razones, los acusados, aunque sean ciudadanos de los Estados Unidos
de América, están sujetos igualmente a la competencia jurisdiccional de la Corte Pe-
nal Internacional.
40

PETICIÓN FINAL

Los individuos nombrados deben ser llevados ante la Corte Penal Internacional por
los argumentos válidos especificados en esta denuncia.

El Fiscal de la Corte Penal Internacional debe proseguir las investigaciones sobre las
responsabilidades individuales de los acusados.

Por nuestra parte, la parte de los pueblos del mundo, continuaremos e intensificare-
mos estas investigaciones.

Los acusados deberían ser condenados por las siguientes razones:

• violación consciente y deliberada del derecho humano a la paz;

• violación consciente y deliberada del derecho humano a la vida;

• violación consciente y deliberada del derecho humano a la salud.

Esta denuncia se actualizará y se completará en un sistema de desarrollo y revisión


constante hasta que comience definitivamente el procedimiento legal contra los acu-
sados.

Esta denuncia se ocupa de los crímenes más graves jamás cometidos en el curso
de la historia de la humanidad. Cada día que se retrasa el proceso formal en la Corte
Penal Internacional contra los acusados, millones de personas de todo el mundo lo
pagan con sus vidas, y el planeta se acerca más y más a la próxima guerra mundial.
Ya no puede retrasarse más.

Como afirmó el Fiscal de los Estados Unidos en el Consejo de Guerra de Nuremberg


contra los ejecutivos del cartel químico y petroquímico IG Farben: «Si los crímenes
cometidos por los acusados no salen a la luz, y si ellos no son considerados respon-
sables, harán aún más daño en el futuro».

Hacemos un llamamiento a todas las personas y a todos los gobiernos del mundo
para unirse a estas acusaciones. El momento de actuar ha llegado.

La Haya, Holanda
41

14 de junio de 2003

En nombre de todos los pueblos del mundo,

Dr. Matthias Rath.

Dr. Matthias Rath,


Dr. Rath Health Foundation
Muzenstraat 89
2511 WB Den Haag (La Haya)
Holanda

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